Esas voces que eran incomprensibles para mí, taladraban profundamente en mi cabeza provocándome un malestar e incomodidad insoportables, y estaba seguro de que, si algo no lo paraba, terminaría desmayándome o algo similar, pero cuando pensé que ya no tenía esperanza, el sonido de la campana de la escuela a lo lejos fue suficiente para que esas voces desaparecieran.
"Ahh… Ahh… ¡Maldición!, ¡ya estoy harto!, ¡Aria!, ¡Aria!, ¡dime qué demonios está pasando!, ¡¡Aria!!" Trataba de soportar lo mejor que podía toda la situación en la que estaba, pero después de volver a sentir la misma sensación abrumadora que aquella vez, fue suficiente para sacarme de quicio y gritar todo eso a la nada.
Afortunadamente no había ni una sola alma en los alrededores que pudiera ver mi ataque de locura, y con el pasar de los segundos, podía sentir como mi pecho subía y bajaba en respuesta a mi respiración después de gritar todo aquello.
'¿Qué me está sucediendo?, ¿qué era esa maldita voz?' No tenía una respuesta para esas preguntas, en realidad sería difícil que incluso alguien más pudiera darme una idea para ello, posiblemente lo único que saldría de la boca de alguien si le cuento de mi situación sería que fuera al hospital y revisara si mi mente estaba bien, por lo que no servía de nada pensar demasiado en ello. 'Me volveré loco a este paso...'
El sonido de la campana a lo lejos aún seguía fresco en mi mente, en ese momento el ir a la escuela era lo último que me preocupaba, pero una vez que mis piernas comenzaron a moverse inconscientemente, no podía quejarme más por mi peculiar situación.
...
…
"Buenos días." Mi saludo salió por pura inercia, era bastante claro que la clase ya llevaba algunos minutos comenzada, pero al menos el profesor de turno solo dio una ligera mirada hacia mí antes de decirme que tomara asiento.
Tampoco tenía la cabeza para soportar la clase de ese día, así que pasé todo el tiempo pensando en lo que acababa de suceder, todas esas cosas extrañas habían entrado en mi vida desde aquel accidente y no sabía la razón de por qué me sucedía todo eso, incluso estaba apretando mis puños con frustración hasta que escuché una voz que me sacó de ese estado.
"¿Por qué llegaste tarde?, ¿te quedaste dormido soñando una vida junto a Clara de nuevo?" Y alejando de mi mente todo eso que me atormentaba, mi vista se levantó de mi pupitre para encontrar la cara casi sin emociones de Alex mientras escuchaba sus preguntas además de darme cuenta de que ya debería ser hora del almuerzo.
"No... ¿Cómo que de nuevo?... Olvídalo." Era mi segundo día en esa nueva realidad, pero parecía que ya me estaba acostumbrando bastante a la actitud de Alex… Lo cual era algo preocupante.
"¿Entonces que pasó?" Mi respuesta no había sido suficiente para dejar el tema de lado, y el hecho de que Alex acercara uno de los asientos casi junto al mío me decía que me esperaba una buena charla con él, aunque pude cambiar de tema lo suficientemente rápido.
"Yo... No importa, por cierto, Clara me dijo que la buscaras más tarde, tienen unos asuntos contigo o algo así." Clara me había dicho que pasara ese pequeño mensaje, tal vez no exactamente palabra por palabra, pero la esencia estaba ahí.
"¿En serio quieres que salte a la boca del lobo?, ¿sabes lo que me haría si me atrapa?"
"No sé, ¿haría que le pagaras?" Como había dicho, no llevaba mucho tiempo en esa nueva realidad, pero estaba adivinando cuál era la relación entre Clara y Alex, la cuál parecía ser la de un cobrador y el sujeto que tiene deudas hasta el cuello.
"No lo entiendes, amigo, Clara no es la chica que todos conocen, dentro de esa sonrisa y actitud amigable se encuentra un ser que puede destruirte en cuestión de segundos, te robara el alma y se bañara con tus lágrimas, es horrible." Alex había adoptado una actitud y expresión totalmente serías, casi como si estuviera describiendo a su peor pesadilla… Aunque tal vez esa pesadilla no era lo que podrías definir como un simple sueño.
"Oh, así que me dedico a robar almas y bañarme en lágrimas, es la primera vez que descubro que puedo hacer eso. Qué curioso, ¿no lo crees?, Dylan." Esas palabras habían hecho que un escalofrío recorriera mi espalda debido a lo repentinas que eran.
"Sí, es muy curioso…" Una respuesta automática había salido de mí, y el hecho de que Clara estaba justo detrás de mí mostrando una sonrisa estática y preocupante no me hacía sentir muy cómodo.
Al menos estaba tranquilo ya que esa actitud no iba dirigida a mí, aunque aun así se sentía como cuando pasabas a un lado de un policía en inconscientemente te ponías nervioso. Giré mi vista para ver qué cara tenía Alex y poder burlarme un poco, pero cuando hice exactamente eso, me di cuenta de que, en frente de mí, estaba mi supuesto amigo Alex, que, al parecer, su alma sí había sido robada.
"Alex, ¿no te dije ayer que me buscaras para acabar nuestros asuntos?, no será que... ¿lo olvidaste?" Los ojos de Clara se abrieron casi en su totalidad mientras ponía sus manos detrás de su espalda y se agachaba un poco, provocando que en la vista de Alex apareciera el rostro de aquel demonio que lo atormentaba día a día… Y en mi caso, solo un pensamiento había aparecido en mi mente…
'Clara huele muy bien…' Pueden juzgarme si quieren, pero la posición en la que ella estaba era suficiente para que su aroma atacara mi nariz, así que fue algo inevitable… Peor volviendo a la situación, Alex estaba en una situación complicada.
"Y-Yo no, digo... ¡Dylan, sálvame, no me dejes con este demonio vestido de chica plana!" Alex estaba buscando mi ayuda desesperadamente, pero su elección de palabras no eran las mejores que pudo haber escogido.
"¡¿A quién le dices plana, idiota?!"
"¡Bammmm!" Y como el estruendo de una explosión, toda el aula fue testigo de cómo Clara hundía su puño en el estómago de Alex.
"¡Blurgg!" Un simple sonido de dolor y molestia pudo salir de él mientras sus ojos se abrían en total sorpresa al igual que su boca se abría y cerraba antes de caer al suelo como un saco de papas.
"Nos vemos luego Dylan, parece que hay nuevos asuntos que atender." Clara comenzó a moverse nuevamente, solo para acercarse al cuerpo inerte de Alex.
"Nos vemos, no seas muy dura con él." Para mí estaba bastante claro el oscuro destino que le esperaba a Alex, pero no tenía la energía o razón para oponerme a ello.
"Descuida, solo sufrirá un poco." Y dejando atrás una linda sonrisa que podría cautivar a más de uno, ahí iba Clara arrastrando a un Alex que parecía medio muerto.
"Traidor…"
'¿Alguien dijo algo?... Habrá sido mi imaginación' Sentía que de nuevo estaba escuchando sonidos extraños, y tal vez sí me estaba volviendo loco, pero eso no me impedía seguir mi vida con normalidad, al menos de momento.
...
El pasar de los minutos indicaba que la hora del almuerzo se acababa poco a poco, hambre era lo menos que tenía en ese momento, y mientras estaba perdido en mis pensamientos, un tema que había pasado desapercibido volvió a aparecer.
'Ahora que recuerdo, no vi a Mary en toda la mañana.' Mi vista se había girado a aquel asiento vació una vez más, era como si fuera un lugar apartado de toda el aula, con nadie tratando de acercarse, y en su lugar, simplemente alejándose lo más que pudiera. Mi vista se quedó un segundo observando ese mismo lugar, y debido a ello, una idea surgió en mi mente que me hizo sentirme todavía peor. 'Debes estar bromeando.'
...
'¿En qué está pensando?, saltarse las clases y pasar todo el día en la azotea...' De nuevo podía escuchar el sonido de mis pasos mientras avanzaba por los pasillos de la escuela con un rumbo fijo, era bastante obvio lo que me estaba manteniendo ocupado, y conforme subía aquellas escaleras, esa sensación extraña seguía creciendo dentro de mí. 'Hmmm... La puerta está cerrada... Supongo que no está aquí... Siento que me estoy preocupado por nada.'
Frente a mí se encontraba la puerta que daba a la azotea, aquel lugar en el que había tenido mi reunión con Mary el día anterior y que había sido el inicio de una nueva preocupación para agregar a las que la tenía encima, pero notar que esa puerta estaba cerrada, me hacía suspirar aliviado.
Parecía ser suficiente para que lo ignorara por ese día, incluso sentía que mi apetito había vuelto y estaba pensando en ir por algo para comer, pero cuando me di la vuelta para alejarme, un ligero sonido hizo que me detuviera en seco y acercara un oído junto a la puerta.
"¿Por qué aún no lo entiendes?, ¿crees que alguien te ayudara?, ¿no recuerdas lo que ha pasado con los que trataron de hacerlo?" La primera pregunta que había aparecido en mi mente era a quién podría pertenecer esa voz y de qué estaba hablando exactamente. "Eso te pasa por ser tan estúpida, ¿crees que soy feliz haciendo esto?, solo eres un estorbo para todos, es más, ¿por qué no desapareces de una vez?, Mary."
Justo cuando escuché eso, varias ideas comenzaron a formarse en mi mente suponiendo los peores escenarios posibles, estaba más claro que el agua que esas palabras estaban siendo dirigidas a Mary, aquella sensación horrible había vuelto a apoderarse de mí, pero antes de que siquiera intentara hacer algo, la campana sonó a la vez que escuchaba como llamaban mi atención.
"¡Oye!, los alumnos no pueden estar aquí, vuelve a tu aula a menos que quieras un castigo." Me sobresalté debido al repentino grito, y estaba por tratar de explicarme, pero ese profesor parecía tener sus propios problemas como para que le importara cualquier cosa que pudiera decir. "¡Vamos!, antes de que pierda mi paciencia."
...
Sin poder hacer nada, me resigné y volví al aula siendo arrastrado por ese profesor mientras estaba inmerso en mis pensamientos.
'¿Qué fue todo eso?, acaso… ¿Alguien está abusando de Mary?, no entiendo, ¿quién quisiera hacerle daño?' Mi ceño fruncido era una indicación clara de que no estaba del todo bien, ni siquiera cuando crucé la puerta había desaparecido y muchas ideas con respecto a Mary seguían apareciendo en cada segundo.
"¿Ahora por qué tienes esa cara?" Claramente había escuchado la voz de Alex, pero estaba tratando de ignorarlo… Lo cual me iba a ser imposible. "¿Hola?, ¿hay alguien ahí?"
Estaba a punto de decirle que no pasaba nada, pero justo cuando pude ver la cara con dos ojos morados de Alex, me quedé sin saber que decir.
"¿Qué te hicieron?" Mi pregunta era mera curiosidad, y si me lo preguntaran, en realidad no era muy difícil adivinar qué había sucedido.
"No hablemos de eso, aún siento esos fríos ojos viéndome como si fuera un insecto, aunque no se sintió del todo mal." Mi rostro seguramente había adoptado una expresión extraña al escuchar las palabras de Alex… Aunque también me hizo pensar que él acababa de descubrir un nuevo mundo.
"Mary, ¡Mary!... En serio, ¿qué piensa esa niña…?" Mi conversación con Alex se había visto interrumpida por la voz del profesor tomando asistencia, había estado tan ocupado pensando en lo que acababa de suceder que estaba algo distraído, pero al escuchar el nombre de Mary, di por hecho que se repetiría la misma situación, y el profesor parecía pensar lo mismo… Pero todos estábamos equivocados.
"Aquí..." Era una voz apenas audible, pero que había hecho que todos en el aula guardaran un total silencio a la vez que varias cabezas se giraban en dirección a la puerta que acababa de ser abierta donde estaba una figura que rápidamente fue a tomar asiento en aquel que estaba vacío durante todo el día, pero ahora, había una figura ocupándolo, una figura que incluso me hacía pensar que en cualquier momento podría desvanecerse en ese mismo instante si dejaba de verla por tan solo un segundo.