Había llegado, por fin había llegado ese ser tan despreciable aunque a la vez tan hermoso, era una figura indescriptible, no parecía mayor de los 30 años, incluso era más alto que Nicolae, y no había forma de desviar la mirada de él, no solo porque no es posible mirar otra cosa teniendo tal escultura frente a uno, sino también por que sus ojos eran como dos imanes, dos perfectas y diminutas constelaciones que provocaban no ignorarlo.
Víctor tomó el último sorbo del vaso en sus manos, lo puso encima de la chimenea y con su dedo meñique limpio las comisuras de su boca, en una milésima de segundo estuvo frente a ella, su distancia era muy, pero muy reducida, él podía sentir la respiración de ella en el rostro, la miró de pies a cabeza, miró con seriedad como ella se aferraba a Drogo, lo ignoró y siguió analizandola solo a ella.
Con un suave movimiento, levantó sus dos manos y con sus pálidos dedos empezó a recorrer el rostro de ella, sus dedos exploraban todo a su paso, su nariz, sus ojos y párpados, las cejas, sus mejillas ruborizadas, hasta llegar a sus labios rosados, luego empezó de nuevo con la frente, tocando y acariciando las sienes de su cabeza, hasta llegar a su barbilla, bajo hasta su cuello y con una de sus enormes pero suaves manos tomó el pequeño colgante, sacándolo de su escondite bajo la corbata del uniforme de ella.
Alhelí no podía moverse, se había quedado inmersa en eso profundos ojos negros, su respiración se había controlado, había quedado hipnotizada de él, aunque no por qué él hubiera hecho algo, más bien ella quería saber o estaba a la expectativa de que iba a resultar después de que él acabara de observarla.
A pesar de que era indescriptible su hermosura, y que no había forma de que una mujer lo viera y no se enamorara de él, ella no lo miró así, si se sentía impresionada que existiera alguien que superara en belleza a los Bartholly, pero él no había provocado en ella una atracción, era otra clase de sentimiento, aparte del enojo y la furia que estaban estallando en su interior, definitivamente había algo más en el corazón de Alhelí hacia ese perfecto hombre ante ella, pero no logró descifrar el qué.
-Hermoso collar...- Una vez más su suave voz inundó el salón.
-Era de mi madre- No quería hablar con él, pero no podía evitar contestarle.
-¿Tú madre? Tenia buen gusto- Él retrocedió con aire pensativo. -Asi que, mi querido hijo ha encontrado parte de su alma... Interesante- Drogo agachó la mirada, Alhelí miró a los demás, lo único que quería era salir corriendo de aquella habitación.
-Padre, aún hay muchas cosas que no nos podemos explicar...- Dijo Nicolae casualmente.
-Descuida hijo, creo que... Yo podría tener las respuestas- La miró con una risa burlona.
En ese momento fueron interrumpidos, alguien apareció mágicamente junto a Víctor, casi de la estatura de Alhelí, -Otro vampiro- pensó ella.
Y efectivamente era otro vampiro, aunque un tanto diferente, su rostro era suave e irradiaba serenidad.
Este quinto hombre se dirigió específicamente a Víctor sin mirar a otro lado...
-Ya me encargué de los reporteros, y lo esperarán mañana temprano- Víctor asintió sin mirarlo, su mirada era dirigida a ella, este otro siguió la mirada de él, y sus ojos se encontraron con la joven.
La expresión de él fue extraña, sus ojos se abrieron como platos, una ligera pero muy ligera sonrisa iluminó su rostro al verla, abrió su boca para decir algo pero enseguida fue interrumpido.
-Muy bien, Tom. Ya puedes retirarte- La voz de Víctor se escuchó autoritaria.
-Ah... S.. Si- Se fue sin dejar de verla hasta salir de ahí.
-Bien, queridos míos. No creo que sea momento de más charla. Nicolae vamos al despacho, quiero que me pongas al día, con los negocios de aquí y de paso me cuentas como les fue en Argentina- Le dio una última mirada a Alhelí.
Drogo se la llevó rápidamente a la habitación, Peter y Lourie los siguieron pero ellos se desviaron a la habitación de la niña.
Drogo cerró, y la abrazó, tomó su rostro entre sus manos y la besó. Ella se soltó un poco, pero siguió rodeando su cuello.
-Esto... No me esperaba esto- Cerró sus ojos y se apoyó en él.
-Lo sé, mi amor, lo sé. Vino poco después que ustedes se fueran y.. ahora lo sabe todo...- Se sentaron en la cama sin dejar de abrazarse.
-¿Qué pasara ahora?- Su voz era débil.
-No lo sé. Ninguno lo sabe, me parece demasiado tranquilo con esta situación y por más que queramos penetrar su mente no podemos conseguirlo-
-No.. no les hará daño a ustedes...? ¿Tú estás bien?- Lo miro preocupada y con sus dos manos tomó su rostro.
-Si mi amor, estoy bien, no te preocupes, todos estamos bien. Pero por favor, debes hacer todo lo que Nicolae te diga de ahora en adelante, él es quien lo conoce mejor, y sabrá que hacer sin importar la decisión que tome- Ella asintió y le dio otro beso con más intensidad.
-Te.. Tengo miedo- Unas lágrimas corrieron por sus mejillas.
-No preciosa, yo estoy aquí, no dejaré que te pase nada...-
-No por mí, por ti mi amor. No quiero que te lastime. Tengo un muy mal presentimiento-
-Hay hermosa, como quisiera hacerte el amor ahora- La hizo sonreír. -Tranquila, todo va salir bien ¿Si?- Ella asintió.
-No.. Nos está escuchando...?- Ella miró hacia la puerta.
-No. Siempre que habla con Nicolae lo escucha solo a él, así que no nos prestará atención-
-Bien. Ah... ¿Quién era ese tal.. Tom?-
-Mm... Su sirviente, o eso era hasta que lo convirtió- Ella se sobresaltó.
-¿Acaso era su sirviente cuando era humano todavía? -
-Si. Es que la familia de él nos ha servido toda la vida, bueno sobre todo a Víctor, y Tom es el último descendiente, y Víctor lo transformó porque no quería perderlo, y sigue sirviéndole pero ahora es más su confidente y ayudante-
-Oh...-
-¿Porqué preguntas?-
-Ah. Es que sentí que me miró extraño...-
-Si, lo noté. Pero no te preocupes, él es muy bueno, no se como tolera estar con Víctor. Siempre nos ha defendido, y Víctor siempre lo escucha, bueno no siempre pero si la mayoría de veces-
-Al menos, alguien puede con él- Sumergió su rostro en su cuello y se abrazaron por un largo rato.
Se tardaron más de lo esperado, así que ella aprovechó para cambiarse y ordenar sus cosas.
Se puso unos jeans rasgados color negro y una camisa casual con cuello en "V" y unos tenis, se puso una coleta alta y estuvo lista.
Drogo no la dejo sola en ningún momento, la acompaño mientras ella leía, y él por su parte no le despegaba la vista, por momentos la besaba y la consentía con caricias. Y de pronto un fuerte golpe abrió la puerta.
-Aqui estás...- Ellos estaban en la cama, ella sostenía el libro con su cabeza recostada en las piernas de él, se levantó de golpe y miró a Víctor.
-¿Pero que te pasa?- Le reclamó ella.
-Jejeje, creo que tengo que enseñarte a hablarme niña- Ella hechaba fuego por los ojos. -Y veo que estás lista, excelente elección de ropa...- Se acercó y la levantó sin esfuerzo, Drogo se puso detrás de ella abrazandola por la cintura. -Sueltala, hijo....- Drogo se rehusó, pero la voz de Nicolae desde abajo de la casa le dijo en un pensamiento de que obedeciera. -Hazle caso a tu hermano, Drogo- Dijo con más seriedad.
Drogo se acercó a ella por detrás y le dio un beso en la cabeza. Víctor sonrió y la acercó más a él.
-No nos esperen- La subió a su espalda y de un salto por la ventana, voló por los aires.
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¡¡Buen día!!
Gracias mis queridos lectores y lectoras, si han llegado hasta aquí es por qué les ha gustado mi historia y de verdad les agradezco el apoyo y la paciencia; no soy de l@s que gustan hacer esperar, pero si me gusta el suspenso.
Por favor sigan comentando y no olviden calificar, y si les ha gustado pues ojalá la recomienden a otros amigos, y si aún no me siguen pues los invito a hacerlo.
Se les quiere.
Att: Anónima *_*