Drogo bajó rápidamente hasta el salón, donde estaba Nicolae, Peter también bajó y enseguida comenzaron las preguntas.
-¿Adónde fueron, Nicolae?- Estaba alterado.
-No lo sé, pero recuerda que no podemos enfrentarlo Drogo, no ahora, podríamos poner en riesgo a Silene-
-¡Oh si! Ahora está más segura ¿no?- Se movía de un lado a otro por el salón.
-Cálmate Drogo. Nicolae que fue lo que hablaron...?- Peter se sentó.
-Solo de lo que he avanzado con unos papeles que me dejó la vez anterior, pero de Alhelí nada. Solo me felicito y después dijo que iba a salir con ella, nisiquiera me dio tiempo de responderle-
-Bueno, debemos esperar, aunque queramos seguirle el rastro, ella sigue estando con él-
Los tres miraron en direcciones opuestas, cada uno pensó por su lado...
-Tom...- Bufo Drogo.
-¿Qué pasa con él? - Nicolae frunció el ceño.
-Cuando vio a Alhelí, me pareció muy extraño, y ella también se dio cuenta...-
-¿Crees que la conoce?- Nicolae se sentó también.
-Yo vi que sonrió, bueno más que una sonrisa fue un pequeño gesto, pero si fue muy raro- Peter junto sus manos sobre su rostro.
-No se si la conoce, pero no creo que sea casualidad verla de la forma en que lo hizo- Drogo se acercó a la ventana.
Mientras tanto...
Alhelí abrazo fuerte el cuerpo de Víctor, iba aún más rápido con él que con Drogo; pasaron en medio del bosque, el viaje duro algunos minutos, fueron a un lugar muy alto y escondido en las montañas, él se detuvo en una colina que era iluminada por el sol, el bello sol del atardecer.
Paró y se agachó para facilitarle la bajada a Alhelí.
-Ya llegamos- La tomó de la mano. Ella se extrañó pero no objeto.
-¿Dónde estamos? - Visualizo el lugar y era una hermosa colina llena de flores de todo tipo.
Caminaron unos cuantos metros y se detuvieron frente a una placa cuadrada pegada al suelo, rodeada por el verde monte, en ella estaba inscrito: "Sabrina Masón". Era una tumba.
-¿Quién era ella?- Alhelí se arrodilló, tocando los bordes de la placa. Víctor la observó y se puso junto a ella.
-Tú madre- Ella lo miró de golpe.
-¡¿Qué?!- Volvió a ver la placa con los ojos llorosos. -No... No puede ser...- Dijo en un hilo de voz. -¿La conocias? -
-Si...- Ella se puso de pie y lo enfrentó.
-¿Cómo? - Sus lágrimas fluían sin parar.
Él tragó fuerte, por primera vez en su larga vida se vio obligado a desviar su mirada, miró a lo lejos el sol que se escondía en las nubes, no lo necesitaba pero inhaló profundamente el viento que bailaba alrededor de ambos.
-Yo... Soy tu padre- Dijo mirando a la nada.
Ella cayó de nuevo sobre sus rodillas, lastimandose, sus ojos y boca titubeaban, puso sus manos en el suelo y estrujó la tierra mezclada con monte, se arrastró de nuevo a la placa de su madre y lloró amargamente, cuando por fin fue capaz de hablar, lo hizo en la misma posición...
-Ella... ¿Cómo murió? -
-Dándote a luz-
-¿En dónde? -
-Aquí, en el bosque- Ella frunció el ceño y lo miró con furia.
-Y ¿Cómo mi madre, que estaba embarazada, llegó al bosque?-
-Ah... Ella.. Nosotros discutimos-
-¿Discutieron? Ja. ¿Porqué discutieron?- Dijo irónicamente.
-Por qué yo no quería perderla, sabía que cuando tú nacieras ella... moriría, pero ella insistió en tenerte, y no pude convencerla, así que... esa noche...- Se detuvo.
-¡¿Qué?! ¡¡¿Esa noche qué?!!- Gritó.
-Yo salí, me fui, y ella me siguió, creí que regresaría cuando viera que no me encontraría pero... No se detuvo y... se cayó. Ella estuvo embarazada de ti un mes, al igual que la madre de Nicolae, por su especie, y la caída le provocó el parto-
-¿Y tú no hiciste nada?-
-Yo... ya estaba muy lejos, luego oí el grito de Tom y regresé lo más rápido que pude pero... ya era demasiado tarde-
-¿Cómo pudiste? Si a quién no querías es a mi, ¿Porque tuviste que dejarla a ella? Ahora querrás decirme que la amabas ¡Vaya amor! No la merecías, no merecías nada de ella, ni de la madre de Nicolae, ni el amor de nadie. Eres basura- Se desgarró la garganta con los gritos.
No pudo levantarse, sus piernas estaban debilitadas, se aferró a la placa de su madre y siguió llorando tanto como pudo.
Victor mantuvo su distancia, pero siguió hablando, sabía que no era el momento de callar.
-Yo... El collar que llevas era de la madre de Nicolae, ella lo mandó hacer por qué yo... yo no quise darle un anillo de compromiso, así que lo mandó a crear, es completamente original. Cuándo ella murió yo lo conservé, era un recuerdo para mi. Y cuando conocí a Sabrina, se lo regalé, para mi era la única digna de llevarlo, esa fue mi promesa para con ella, que siempre la amaría, y el siempre tuvo un... final- Se sentó en el suelo y escuchó los lamentos de su hija. -Gracias a ese collar... Por ese collar tienes el vínculo con Drogo-
Ella refreno un poco su llanto al escucharlo y apretó con fuerza el pequeño rubí.
-Hasta ahora que lo veo me he dado cuenta, al parecer si fui descuidado con eso. Yo siempre usé ese collar después de la muerte de ella, y cuando convertí a mis hijos, lo llevaba puesto, Drogo fue el que me costó más, ya que él luchó bastante contra el veneno y por eso una parte de su alma se adhirió, no a cualquier objeto, sino a un objeto con un precio y significado especial, el amor. Y supongo que su alma te eligió a ti, y no a Sabrina, por eso ahora esa parte de él, ya no está en el collar, sino en ti- Dijo todo contemplando el cielo anaranjado, Alhelí seguía sollozando, no quería verlo, pero necesitaba toda la verdad.
-¿Cómo llegué a Buenos Aires? - Preguntó mientras se sentaba al lado de la placa.
-Tom, fue Tom. Yo le dejé en claro que... Me encargaría de ti, y vine a enterrarla, cuando regrese no lo encontré, intente rastrearlo pero... Quizás Tom es el único que sabe verdaderamente mis debilidades, así que me esquivo a la perfección. Regresó tres días después, y supe lo que había hecho, pero sabía que no podía ir y simplemente traerte de nuevo, no iría a armar un escándalo a otra ciudad, y por eso Tom hizo lo que hizo, por qué él también sabía que no sería capaz de ir a buscarte. Y que irónico, mande a Nicolae allá, solo que nunca espere que algo así pasará, el destino si que me jugó una buena partida al vincularte con mi hijo favorito-
-Jeje...- Ella rió sin ganas. -Perdon por arruinar tus planes...- Habló con sarcasmo.
-No te preocupes, ya me lo compensaras-
Se hizo el silencio durante un momento, Alhelí pudo levantarse, y sin mirarlo le dijo...
-Quiero regresar...-
-Tranquila, aún no hemos terminado cariño- También se puso de pie. -Dado que eres mi hija, no puedo simplemente ignorarlo...-
-Pues mira que yo.. si-
-No me importa lo que tú quieras. Se trata de que has estado junto a ellos y si eso sale a los medios tú posición en la casa será cuestionable, es bueno que mis hijos no sean una figura pública como yo o la prensa se los comería vivos-
-Jaja, creo que solo tú eres capaz de eso- Se burló.
-Tienes la ventaja de que soy paciente, querida. Ahora tenemos que solucionar esto, no solo por mí reputación, sino por qué Sabrina nunca me lo perdonaría sino me encargo de ti-
-Nisiquiera hables de ella como si todavía estuviera aquí. Recuerda que por tú culpa ella está ahí- Señaló la tumba. -Ojala fueras tú y no ella...- Dijo con rabia.
-Escucha, no te pediré perdón. Voy hacer lo que tenga que hacer para que todo siga como pretendo, ni tú ni nadie estropeará mis planes. Y mira que en buen momento has llegado hijita, eres muy bella, cuando te vi casi te confundo con mi amada Sabrina, eres su igual, aunque el carácter creo que se parece más al mío, lo cual... me gusta- Le rozó las mejilla e inmediatamente ella se alejó.
-No me toques- Dijo asqueada.
-Bien. Te diré lo que vamos a hacer. Tienes esta noche para empacar tus cosas, mañana Tom vendrá por ti y espero que ni tú ni mis queridos hijos tramen algo ¿De acuerdo?-
-¿Y que te hace pensar que me iré contigo?- Ella se cruzó de brazos.
-Sabes, tienes razón. Me llevaré a Lourie también, se han hecho muy unidas, ¿no?-
-No te atrevas a tocarla...-
-Eso solo dependerá de ti, hija. ¿Qué me dices?- Su voz fue pretenciosa.