¿Qué opción quedaba? ¿Qué otra salida? Se sentía débil, desilusionada, antes al menos albergaba la esperanza de que su madre estuviera viva y viviendo bien, aunque sin ella en su vida, y en cuanto a su padre, pues al menos lo que deseaba es que fuera alguien que solo podía desconocer su existencia pero que tendría también una vida de alegría.
Pero que broma la que le jugó la vida, siempre vivió pensando en enorgullecer a aquellos que solo conocía en sus sueños, y ahora ya ni eso tenía.
-Esta bien- Dijo viendo la placa de su madre. -Llevame a mi, pero a Lourie déjala tranquila, por favor- Murmuró.
-Jajaja- Dio unas palmadas al aire. -Sabia que eras inteligente, no espero nada menos de ti. Pero... Tengo que llevarme algo que te controle, hija, y esa será Lourie, las dos vendrán conmigo-
Unas pocas lágrimas se hicieron presentes en su rostro de nuevo, pero ya no había nada más que decir, estaba cansada y ya no podía pelear más, no por ahora.
A regañadientes tuvo que volver a dejarse tocar por Víctor, regresaron a la mansión.
Al llegar encontraron a los 3 hermanos en el salón, Victor la tomó de la mano, ella aún lloraba, los 3 la vieron en tal estado y sobre todo, Drogo se sintió impotente, Víctor no le permitió acercarse a ella.
- Les tengo un anuncio mis queridos hijos, ella... es su nueva hermana- Le acarició el rostro, limpiandole las lágrimas. -Bienvenida a la familia, Alhelí Bartholly. ¡Vaya! Me gusta como se oye-
Ella se fortaleció un poco cuando pudo ver a Drogo sin sus ojos empañados, y se convenció de que ya que se iría, no quería dejar en ellos la imagen de ella así de mal, una leve sonrisa salió de su boca, pero siempre rechazando las acciones de Víctor.
-Ahora, como sabrán, siempre he procurado que mi familia cumpla con las éticas adecuadas, así que me llevaré a Alhelí, para educarla. Quiero que este bajo mi cuidado. Por medio de sus mentes mis niños, la he conocido y me encuentro muy satisfecho- Caminaba por la habitación con tal elegancia, que hasta hacía olvidar lo mal que se veía la situación. -Y en cuanto al vínculo que tienes con ella querido Drogo, pues... Lo siento pero.. tendrá que romperse...-
Todos se sorprendieron, incluso ella, eso no era parte de lo que habían hablado pero no le sorprendió del todo, al final se notaba que por mucha elegancia y belleza que tuviera, era alguien dispuesto a matar o a apuñalar por la espalda a quien sea con tal de conseguir lo que quisiera.
-Padre... yo... Sabes que no puedes romper la conexión entre ellos...- Intervino Nicolae.
-Shh... Shh.. Tranquilo hijo, es verdad que lo que los une es muy fuerte, desde luego supero mi veneno, no es algo con lo que se pueda jugar...- Miro de reojo a Drogo. -Sin embargo, tampoco se van a morir el uno sin el otro, por qué además.. Mi hermosa hija, no solo tiene un vínculo con Drogo, hay algo que ustedes han pasado por alto. Pero no importa, yo no lo he hecho; definitivamente me haré cargo de que todo éste, justo como debe estar. Así que no se preocupen, ustedes sigan haciendo lo que hacían antes de que ella estuviera aquí, cuando necesite de ustedes los llamaré. Ahora les daré un pequeño momento para que... se despidan, pero con respeto ¿Verdad?- Dicho esto se retiró.
Drogo no espero y la abrazo con fuerza, superviso todo su rostro y sus extremidades para asegurarse de que no estaba lastimada, le dio besos ansiosos pero ella lo frenó un poco, necesitaban hablar.
-Silene, ¿Puedes explicarnos lo que sucede?- Era claro que Víctor no les quiso mostrar nada.
Ella les dio una versión corta pero sin omitir nada, todos se miraban decepcionados, pero nada les sorprendía, ahora todas las piezas encajaban y todo tenía sentido, pero ¿Porqué después de despreciar tanto a su propia hija, ahora que la ve se comporta como si que realmente le importara? Y además, ¿A qué se refería con lo que había dicho, que pudieron haber pasado por alto?
Al final, no podían contra un vampiro de miles de años que no solo tenía el poder en el mundo humano por sus billones y billones, sino y por sobre todo tenia el poder en el mundo de las sombras por sobre todas las razas, aunque era su propio padre, nisiquiera Nicolae podía jactarse de conocerlo verdaderamente bien.
-Lo único bueno de todo esto es que, tú eres mi hermano biológico Nicolae- Por fin pudo dedicarles una sonrisa sincera.
-Tienes razón, aunque desde antes, siempre lo has sido, y lo sabes- Se acercó y la abrazó con delicadeza, puso sus labios junto a su oreja y susurró algo apenas audible para el oído humano. -No te preocupes, vamos a encontrar que trama, y lo vamos a solucionar, pero mientras tanto, solo obedece, no quiero que te lastime y tampoco a Lourie, por favor cuida de ella, desde acá nosotros cuidaremos de las dos- Ella se aferró más a su hermano y asintió.
Nicolae tenía sus trucos bajo la manga, y de alguna manera pudo hacer que ese pequeño mensaje no fuera escuchado por su padre, sobre todo por qué se vio motivado por su hermana a sacar una fortaleza que no conocía en su interior.
Peter fue el tercero en abrazarla y decir unas pocas palabras de cariño, de la mejor forma que él sabía hacerlo. Le dio un reproductor con unas composiciones de él y una grabación, le dijo que no había necesidad de decir nada después de que la oyera, pero que le prometiera de que si los extrañaba o si se sentía mal por cualquier motivo, acudiría a la música que él le había compuesto, ella se lo prometió y les agradeció a todos, se despidió de Drogo con un beso profundo, y le dio sus últimas caricias.
-Muy bien, tiempo suficiente- Los interrumpió Víctor. -Tengo que mostrarte algo-
La agarro de la mano y la llevo con él al piso de arriba, pasaron de largo la habitación de Peter, Drogo, y la de ella, hasta llegar a la última.
Una puerta que no se había abierto en 20 años, según lo que le dijo Víctor mientras caminaban hasta ahí.
Cuando estuvieron frente a la puerta color morado, Víctor sacó de su cuello una pequeña cadena que tenía como colgante una pequeña llave dorada, la puso en la cerradura y la abrió.
-Pasa- Le dijo empujándola con la mano.
Ella vio todo a su alrededor, era una habitación para una mujer, las paredes color celeste, la cama muy adornada con almohadas de todo tipo, un tocador antiguo al igual que el armario y el escritorio, habían muchas pinturas abstractas en las paredes y también muchos lienzos sin terminar, se acercó a un marco con una fotografía que estaba sobre una mesa de noche y vio el rostro de una mujer muy parecida a ella.
-Ella es...- Pasó sus dedos por encima del vidrio que cubría la foto.
-Sabrina, tú madre-
-Es hermosa...- Volvió a sollozar.
Visualizó lo demás de la habitación y encontró debajo de las almohadas un pequeño libro rojo, lo abrió y miró varios escritos con una hermosa letra de carta, era un diario.
-Ya nos tenemos que ir- Le dijo él.
-Aún tengo que empacar y Lourie también- Le dijo dándole la espalda.
-Olvidalo, Tom vendrá por sus cosas después, pero tenemos que irnos ya- Él salió del cuarto.
Alhelí dio un último vistazo a la habitación y se llevó el diario en sus manos.
Víctor la hizo salir rápidamente de la casa, fue por Lourie y después se fueron.
Se fueron en una limusina blanca, Alhelí no dejó de ver la casa hasta que desapareció de su vista, Lourie fue aferrada a ella en todo el camino, no fueron demasiado lejos, Víctor tenía otra mansión el doble de grande, solo que esta estaba más escondida en el bosque.
Cuándo llegaron las hizo que se bajaran y las acompaño hasta la puerta.
-Esta es mi casa de reserva, podría llamarla, ella ya la conoce- Señalo a la niña. -Acomódate, está será... tú casa también. Tengo unos asuntos que resolver y no se a que hora regresaré. Tom está adentro, cualquier cosa que desees dile a él- Se alejó un poco de ellas y se detuvo para observarla, inclinó su cabeza en señal de despedida y se fue de nuevo en la limusina.
-Tenias razón Lourie, es impredecible- Dio un fuerte suspiro y entraron a la casa tomadas de la mano.