Son las 4:00 de la mañana, la oscuridad de la noche aún estaba presente, se podía ver la luna escondiéndose poco a poco y las estrellas eran ocultas por las espesas nubes.
Alhelí abrió sus ojos y sintió el abrazo de las fuertes manos de Drogo detrás de ella, se dio la vuelta para mirarlo, aún seguía dormido, no soportó más la tentación y le dio un dulce beso.
Él se despertó y la abrazó más fuerte para pegarse más a ella.
-Hola, preciosa- Susurró. Ella sonrió aun con sus labios mezclados. -¿Te gusto mi sorpresa?- Ella asintió y se puso encima de él.
-Lo mejor que me hayas podido dar- Separó sus piernas y una vez más se unió a él.
Drogo gimió de placer al sentirse dentro de ella.
De nuevo empezó con los movimientos que a él le gustaban, unieron así mismo sus labios, cada uno se deseaba descontroladamente, querían más sin descansar.
Sus caderas se movían a la perfección sobre él, Drogo recibía sus embestidas con satisfacción, acariciaba todo su cuerpo con las manos, se puso sobre ella y recorrió su cuerpo con su boca, hasta llegar a su entrepierna, la hizo gemir y gritar su nombre varias veces hasta que su garganta lo soportó, se detuvo un poco para dejarla descansar y mirar nuevamente sus ojos que no habían recuperado su color natural.
-Te ves tan hermosa así...- Ella recuperó su aliento y lo beso.
Se mantuvieron así por un momento y ella se detuvo, se levantó despacio de la cama y fue a verse en el espejo del tocador, efectivamente sus ojos estaban rojos como la sangre, muy intensos y amenazantes, Drogo se acercó a ella por atrás y la abrazó de la cintura.
-Ves... Hermosa- Le dijo al oído.
-Jeje. Ok. ¿Me volverán a la normalidad?- Preguntó mientras los examinaba.
-Deberian de desaparecer pronto, pero creo que mientras estés... excitada- Dijo con picardía. -Seguirán así - Le beso el cuello, la giró y buscó su boca.
La tomo de las piernas y la sento en el tocador, se puso en medio de ella y la volvió a penetrar, chocó su cuerpo contra el de ella una y otra vez hasta llegar al clímax, entre jadeos le decía una y otra vez...
-Eres mía, mi amor. Solo mía, mía- le sujeto con fuerza el trasero, ella se aferró a su cuello con sus uñas.
Fue otro largo orgasmo lleno de deseo y lujuria.
Minutos después, Drogo miró la hora, la volvió a besar, pero este fue un beso pasional con un poco de tristeza, ella se separo y lo miró.
-¿Qué pasa?- Preguntó con un poco de preocupación.
-Amm... Ya me tengo que ir- Ella cerró los ojos y puso su cabeza en su pecho. -Nos volveremos a ver...-
-¿Cuándo? - Las lágrimas empezaron a caer.
-Pronto, mientras tanto... espérame-
-Eso hago todos los días- Él le levantó la cabeza y la besó.
-¿Te.. te ha tratado bien?- Ella lo miró confundida. -El perro, ¿No te ha lastimado?- Dijo con desprecio.
-Ah. No, todo está bien- Lo abrazo con fuerza.
-¿De verdad? No me mientas, amor-
-¿Qué puedo decir? No me ha hecho ningún daño, excepto que no tolero estar con él, y todo por esta estúpida cicatriz-
-Has sido fuerte preciosa, pronto arreglaremos la situación...- Ella frunció el ceño.
-¿Sabes algo que yo ignore?-
-Si, pero ahorita no hay tiempo para hablar de eso, solo concéntrate en cuidarte ¿sí?-
-Si, tú también ten cuidado por favor, seguramente Víctor sabrá que estuviste aquí-
-No te preocupes por mí. Te amo mi amor, nunca lo olvides-
-Tambien te amo, y mucho- Se lanzó sobre él una vez más.
Drogo se vistió y se despidió, salió por la ventana desapareciendo en medio de los árboles, ella observó durante largo rato por donde él se fue hasta que salió el sol frente a ella, fue a prepararse, pero cuando se vio una vez más en el espejo se fijó que sus ojos seguían rojos.
-Oh no, y ahora ¿Qué explicación doy?- Rápidamente se bañó y vistió.
Bajo y busco a Tom que se encontraba con Lourie en el salón, no hubo necesidad de decir nada, rápidamente fue a examinar sus ojos.
-¿Cuánto tiempo has estado así? -
-Amm... Bueno...- Se sonrojó. -Hace un rato- Dijo con timidez.
-Mmm... Imagino que por obra del joven Drogo..- Lourie se rió y Alhelí le hizo seña de que se callará. -Bueno, simplemente podemos decir que te enojaste demasiado y por eso cambiaron de color, desde luego Víctor no desconoce qué vas a presentar cambios como estos, así que nos creerá-
-¿Estas seguro?- Tom se alejó.
-Si. Pero deben escucharme las dos- Alhelí se sentó junto a Lourie y lo escucharon atentamente. -Esta tarde regresa, podemos ocultar solo por poco tiempo la presencia de Drogo aquí, lo máximo unas 4 horas, por ti no hay problema Alhelí, mientras no seas como nosotros él no podrá leer tu mente, pero en cuanto a ti Lourie debemos practicar-
-¿Qué? ¿Practicar el que?- La niña se preocupó. -Apenas si he aprendido a esconder mis pensamientos de mis hermanos, ¿Cómo lo voy hacer de papá?-
-Yo te enseñaré, pero debes concentrarte así tal vez dures las 4 horas sin revelar nada. Escucha, cierra los ojos y concéntrate, piensa en algo que te guste, cualquier cosa- Lourie cerró los ojos y suspiró. -¿Ya lo tienes? Debe ser algo que de verdad te guste y quieras demasiado-
-Si, lo tengo. Las muñecas que Alhelí me dio- Lourie sonrió con los ojos cerrados, Alhelí se conmovió al oírla.
-De acuerdo, ahora no dejes de pensar en eso, no importa lo que pase no dejes de pensar en eso...- Lourie asintió y trajo a su memoria todos los recuerdos de cuando pasaba en su habitación jugando con Alhelí y sus muñecas.
Tom sacó su teléfono y puso en alto una grabación del piano de Peter, algo que había grabado anteriormente, Lourie movio su cabeza un poco y escuchó la melodía...
-No, no, concéntrate Lourie...- Le dijo con voz fuerte.
La niña cerró más fuerte sus ojos y siguió viendo sus recuerdos, trató de ignorar la música que estaba puesta a todo volumen.
Tom sabía que la niña extrañaba mucho a sus hermanos y aquella música solo podía recordarle a ellos, por eso debía usar algo fuerte contra un pensamiento fuerte, el punto era que Lourie ocultará lo mucho que extrañaba a sus hermanos, pensando en algo que tenía la misma intensidad que el amor hacia ellos.
Al final dio resultado, Tom se metió en el interior del pensamiento de la niña y no encontró más que los recuerdos de sus amadas muñecas junto con los abrazos y atenciones que Alhelí le daba.
-Muy bien, Lourie, has podido ocultarme lo mucho que los extrañas, ahora debes hacer lo mismo cuando estés con Víctor, funciona mejor a distancia, así que cuando venga debes estar encerrada en tu cuarto, y debes tratar de soportar mantenerte en un solo pensamiento, ¿De acuerdo?- Lourie asintió mientras tomaba con fuerza la mano de Alhelí.
Alhelí acaricio los rizos de la niña y le dio un beso en la frente. Pasaron el resto del día practicando la técnica de Tom, era necesario que Lourie controlará sus pensamientos por lo menos un tiempo para que Víctor no supiera nada, aunque aún así sería difícil de evadir el poder que él tenía sobre los de su propia especie y Tom sabía esto.
Alhelí debía verse con Sebastián, era día Domingo, iban a una supuesta cita a la que se vio obligada a ir, como todo lo que hacía con él era obligación.