Esperaban para que saliera a almorzar pero no abrió la puerta de su cuarto en todo el día, su mente era un desorden, no sabía exactamente qué hacer, pero definitivamente estaba empezando a sentir lo que Víctor sentía, ahora se había dado cuenta que Sebastián no solo la había tomado por la fuerza un día antes, también lo hizo 20 años atrás, y poco le importaba si el era un niño o cachorro, como sea que les llamen, solo sabía que era el causante de su debilidad ahora y aunque no quería culparlo de la muerte de su madre pero si quiso entender por qué Víctor hacía lo que hacía, sus pensamientos parecían no ser racionales ahora pero lo único que le interesaba era arreglar el asunto del tal vínculo que la unía a ese lobo que para ella era justo eso, un animal salvaje.
Faltaba una hora para que la fiesta empezara en casa de Víctor, por si misma decidió que iría como la prometida de Sebastián, se preparó después de una larga ducha, se hizo un elegante peinado rizandose el cabello y dejándolo suelto aplicándose brillos y pequeños listones blancos que se mezclaban con sus rizos, su maquillaje era de tonalidades oscuras que combinaban y hacían resaltar los intensos ojos rojos, se puso las arracadas de diamantes que Víctor le había regalado la ocasión anterior, los cuales empezó a llevar siempre con ella solo que sin usarlos, a la misma vez se puso el collar de su madre, luego se puso el vestido que le quedaba como anillo al dedo, luego los zapatos que la elevaban del suelo completando la perfección de la belleza misma.
No quiso llevar nada, ningún bolso ni nada en sus manos; no sabía que iría a esperar detrás de la puerta pero estaba decidida a salir de la mansión asi se opusieran o no.
Salió y llego hasta la escaleras, bajo lentamente con la vista fija en la puerta principal, los 3 hermanos se reunieron abajo esperándola, ella pasó frente a ellos sin decir nada.
-Silene...- La suave voz de su hermano la hizo dudar un momento.
Se detuvo, iba a darse la vuelta para decir algo pero en ese momento se escuchó el timbre de la entrada, Drogo fue a abrir rápidamente y con una hermosa y escalofriante sonrisa, con un elegante traje y un pequeño bastón en una de sus manos, Víctor se acercó y le ofreció la mano a ella.
Alhelí cerró sus ojos mientras se recuperaba y se acercó a él.
-Que hermosa estas, hija- La observó tomándola de la barbilla.
-Gracias, padre- Su voz fue firme pero a la vez temerosa.
La hizo salir y se subieron a la limusina que los esperaba afuera.
Los 3 hermanos se quedaron inmóviles, no sabian lo que pasaba por la mente de ella y menos por la de Víctor, pero interrumpieron sus muchas preguntas cuando...
-No lleguen tarde- Les dijo Víctor mientras se subía al auto.
Los 3 se miraron consternados, pero sabían que no podían faltar, Drogo se sintió completamente enfurecido y con la misma rabia se fue a vestir, dejaron a Lourie, con instrucciones de que no fuera a salir bajo ninguna circunstancia de la casa, sin importar nada.
Alhelí iba sumamente nerviosa pero no lo reflejaba, iba distraída viendo como la luz se mezclaba con la oscuridad de la noche que apenas iniciaba, se preguntaba como un día se vuelve rápidamente en noche, como la oscuridad se devoraba la luz del hermoso cielo azul, Víctor iba frente a ella y la observaba de pies a cabeza, su hija solo le recordaba a su esposa muerta, y a pesar de que en aquel tiempo no quería al bebé que había crecido en su vientre ahora se había convencido de que esa joven frente a él era la única verdadera evidencia de la existencia de su amada Sabrina.
-Te pareces tanto a tu madre- Interrumpio los pensamientos de ella.
-¿Así?- Su voz fue pretenciosa.
-Si- Acerco su rostro al de ella, tratando de atraer su atención. -Tus ojos, me indican que estas lista...-
-Realmente ¿Qué es lo que tienes preparado para esta noche?- Suspiró. -Por qué obviamente ya sabes que Nicolae ya me contó todo, y aunque no sabes lo que pasa por mi cabeza, estoy segura de que si puedes entender por qué tan fácil me he venido contigo sin ninguna objeción- Ella se cruzó de brazos.
-Al fin estamos de acuerdo en algo, querida hija. Si quieres venganza, eso es lo que te voy a dar esta noche, tú solo tienes que hacer lo que yo te diga. Estoy seguro que esto no tiene nada que ver con tu madre ¿Cierto? No, más bien es por lo que Sebastián te hizo, de igual forma yo iba a tomar cartas en el asunto, sino he querido que estés con uno de mis hijos, menos iría a permitir que un extraño te toque, lo he tolerado por que ha sido necesario...- Toda su expresión era una sonrisa llena de malicia.
-Al fin muestras tus trapos sucios, padre- Ella sonrió y volvió a ver por la ventana.
-Solo sonríe y no te alejes de mí, cuando llegue el momento... Sabrás que hacer- Le sonrió una última vez.
Llegaron a la enorme casa, los lados del camino estaban llenos de autos lujosos, muchas personas elegantes bajaban de los autos y entraban a la casa que resplandecía, se podía escuchar desde afuera la música tocada por una orquesta, la limusina en la que ellos iban se abrió paso hasta en frente de la puerta, Víctor se bajó y fue a abrir la puerta para ella, le ofreció la mano y ella la tomó, todos se giraron para verlos ir juntos, se pusieron a su alrededor y algunos hacían pequeñas reverencias, Víctor saludaba con mucha elegancia, Alhelí no sabía para dónde mirar, todo era muy impresionante, se vio rodeada de muchos rostros perfectos, parecían muchas estatuas de porcelanas diseñadas con mucha precisión, eran rostros diferentes, peinados y atuendos diferentes, hombres y mujeres, pero había algo en común en todos, y es que los ojos de todos los presentes eran rojos.
Entraron y Tom los recibió, les ofreció una copa de un líquido rojo que parecía vino, sin embargo ella sabía que no era eso.
Miró a su alrededor y buscó a Sebastián pero no lo encontró, Víctor se acercó a su oído y le dijo...
-Vendra más tarde- La soltó y se acerco a una pareja para saludarlos.
Ella se alejó de él y fue a caminar, quería ver a todos los presentes, sentía mucha curiosidad por ver el comportamiento de todos, escucho muchas platicas distintas, muchos no se habían visto en años, otros hablaban sobre los mejores lugares de "gastronomía", otros incluso presentaban a los nuevos que se habían unido a su linaje, todos se comportaban de manera muy natural, y aunque cada uno estaba concentrado en su conversación no podían ignorar la presencia de la bella joven que pasaba a su lado, de alguna manera podían sentir su familiaridad con su más respetado Vampiro.
Se detuvo en el gran salón, cuando miró a una bella mujer que se le acercaba, caminaba con mucha gracia hacia ella.
-Buenas noches, señorita- Su voz era muy aguda y firme. -¿Se encuentra sola?- La miro de la cabeza a los pies, la vampira sabía que era humana.
-No, viene con nosotros...- Alhelí se asustó, se dio la vuelta y vio a Drogo acercándose y junto a él, Nicolae y Peter.
-Oh, jóvenes Bartholly, que bueno verlos...- Fingió sorpresa.
-Vete, Siria- Se impuso Nicolae.
La mujer se inclinó y desapareció de la vista de ellos.
Alhelí le hizo frente a la situación y les habló.
-Vinieron muy rápido...- Los miró, pero evitó los ojos de Drogo.
Empezó una nueva pieza de la orquesta, muchas parejas fueron al centro de la pista y empezaron a bailar con mucha soltura, era una típica fiesta de ricos pretenciosos.
-¿Me harías el honor?- Drogo le ofreció la mano.
Ella se detuvo a pensarlo, y no pudo contener su deseo de aceptar.
La llevo al centro, la acerco a él tomándola de la cintura, y empezaron una danza muy fluida.
-Te ves muy hermosa- Ella escondió su rostro de él.
-Gracias- Susurró.
-Mi amor, ¿Qué estás haciendo?- Su voz fue suave.
-Y.. Yo...- Ella miró alrededor. -Te van a oír, es mejor que no me llames así-
-Primero que nada, te llamaré como yo quiera, todos piensan que eres nuestra hermana y nada de lo que haga o diga se verá extraño. Ahora, responde mi pregunta- La apretó con fuerza.
-Yo tengo que terminar con esto- Él captó su atención.
-¿Y cómo lo harás? Si los lobos vienen se hará un conflicto mayor, todo es una trampa de él-
-Lo sé...-
-¿Lo sabes? Y aún así estas aquí, no lo entiendo-
-No tienes que entender nada, solo te pido, a ti y a ellos que por favor no interfieran en esto..- Señaló a Nicolae y a Peter.
Inmediatamente Nicolae intervino y le dijo a Drogo que era su turno y empezó a bailar con ella.
-Silene, por favor, no hagas nada de lo que después te puedas arrepentir-
-No sabes lo que haré, y ahora no quiero pensar en lo que va a pasar después...- Se soltó y se alejó de ellos.
Fue a buscar a Víctor pero no lo encontró, escucho que la música se detuvo y todos los presentes fijaron sus ojos en las escaleras, ahí se encontraba Víctor, con una sonrisa como siempre.