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Chapter 21 - CAPITULO 21: LA DERROCA DEL REY

Su miedo radica en su propia conciencia, el sabe que, siendo tan frágiles a diferencia de ellos, sin embargo, son tan peligrosas, que su sola vida es un peligro.

El rey vuelca todo su odio hacia ellos y pretende carbonizar a los que se encuentran reunidos junto a los heridos.

DRAKO se acerca con pasos veloces hacia los heridos.

Entre ellos está PANDORA Y RYU, ayudando a curar a los heridos junto otras cien de especies diferentes.

La llegada del rey es estruendosa, el llega acompañado de sus hijos mayores, los cuáles ya saben de la muerte de sus hermanas y traen con ellos a la pequeña TIFON, aún inconsciente y herida.

DRAKE, el mayor, se acerca a RYU y le tiende los brazos teniendo a TIFON con el.

RYU comprende, se acerca, DRAKE, pone a TIFON en brazos de RYU y le dice que esta es la vida que debe cuidar de ahora en adelante.

A RYU se le parte el corazón de ver a su pequeña hermana herida, bañada en sangre seca que, por su olor, sabe que no es de ella.

Sin duda, de alguna de sus hermanas.

El se aleja de ahí, con la pequeña en brazos.

PANDORA no sabe que hacer, solo lo mira alejarse sin siquiera voltear a verla y ella no se atreve a pronunciar palabra.

Solo siente que su corazón su encoge.

Hay un terrible silencio.

Todos los ciudadanos, se han quedado quietos, nunca antes, nadie llegó a ver al rey DRAKO con aquél temple lleno de ira.

Lleno de odio.

Ni si quiera cuando llegó a luchar con el ejército enemigo de dragones o con el propio ANCALAGON.

El rey, ve con desprecio a los heridos, identificando entre ellos a cientos de humanos, de todas las edades, en su mayoría jóvenes.

El rey se da la vuelta y con voz severa declara que todos los humanos serán sacrificados por el pecado de su naturaleza perversa.

Esta declaración pone tensos a todos los heridos, no solo a los humanos quien ven con incredulidad al que fuera un rey benévolo.

Ha perturbado a todas las especies.

Una orden así directa del rey, es la ley.

Se miran unos a otros, con miedo.

Varios dragones, entre ellos, los hijos del rey hacen una fila rodeando a los heridos, intimidándolos con solo su presencia.

El rey DRAKO les pide que se aparten los ciudadanos de las otras especies para su sacrificio.

La histeria no se hace esperar, en verdad el rey eliminará a los humanos del reino existente.

Son pocos los de otras especies que se quedan al lado de los humanos.

El rey declara que, si ellos se quedan ahí, entonces es su decisión morir también.

Los humanos temerosos, se apartan de los otros heridos, temblando, abrazando a los más pequeños.

Cuando están apartados, el rey DRAKO, da la orden, los dragones rodean a los humanos.

Justo cuando toman fuerza para expulsar su fuego.

Se escucha un pillido agudo los detiene.

De entre los restos del castillo, emerge un nuevo fénix, es el consejal YONGHÉNG, quien murió y renació de sus propias cenizas.

Con un cuerpo joven nuevamente, les ordena detenerse.

No todos los humanos son crueles, no todos cometieron pecado.

Es el rey DRAKO quien vuelca su ira en YONGHÉNG, lanzando alaridos de odio hacia el.

YONGHÉNG le comenta que no le habla como consejal.

Le habla como su amigo de todos estos milenios.

El no está pensando claramente.

Debe esperar, para poder pensar como rey, lo que debe hacer para reconstruir el reino, también debe pensar como padre, como poder reconfortar a su familia, en lugar de sembrar el mismo odio de el en ellos.

El rey estalla en ira, caminando amenazadoramente hacia los humanos, el mismo será quien los destruirá, los demás dragones lo miran asombrados.

El rey ha perdido la cordura.

Frente al rey se encuentra PANDORA, quien ha sido abrazada por una mujer humana, la cuál va perdiendo la vida recargada en su cuerpo.

Todos se dan cuenta de que algo pasó, hay algo malo con la niña.

Sin embargo, los consejales no cambian de opinión sobre ella, es una niña.

RYU no se encuentra presente, sin embargo, la mirada de la niña lo busca suplicante y a la vez nostálgica, apretando los labios, en una actitud muy resignada, ella mira en dirección hacia donde se fue RYU, una de las pocas partes del castillo que aún sigue en pie.

PANDORA está realmente asustada, antes de que RYU la salvara, a ella no le hubiera importado morir, de hecho, lo deseaba, ahora... solo desea poder verlo una vez mas... al menos, despedirse de el.

La mirada penetrante del rey se posa en ella.

El rey, culpa a la niña de haber traído la desgracia al reino.

De alguna manera ha de ser una maldición la que trajo con ella cuando DWYER la trajo al reino.

Si ella nunca hubiera venido, su familia, todavía estaría viva.

El reino no hubiera sido destruido.

La mala semilla no se hubiera plantado en la humanidad.

De alguna manera tiene que ser ella la causante.

YONGHÉNG le habla, le dice que no es posible que culpe a una pequeña humana por la desgracia que cayó sobre el reino.

El mismo rey sabía que el castillo estaba dentro de una zona cuantiosa, una de las más poderosas y quiso el castillo ahí para vigilar de cerca la zona.

Si culpara a alguien, entonces debería ser a él.

DRAKO suelta un zarpazo al fénix, al cual arroja hacia un lado.

Éste antes de llegar al suelo, emprende el vuelo y se interpone entre la niña y el rey, que se lanzó hacia PANDORA, la niña ha salido corriendo hacia las ruinas del castillo en busca de RYU.

El rey DRAKO amenaza a YONGHÉNG con declararlo traidor si protege a los humanos.

En estos momentos se acercan LUNG Y TEN, líder dragón y líder kitsune, se apresuran a detener la pelea.

El rey, ciego de ira les pide retirarse de ahí, de otra manera los matará también. YONGHÉNG declara que el rey ya no es apto para el cargo.

Estas palabras hieren profundamente a DRAKO, quien los mira con furia.

FIN DE CAPITULO 21