En el camino, ella le pregunta su nombre, el dice llamarse RYU.
Ella lo mira con extrañeza, comenta que es un nombre extraño para un humano.
El no objeta nada.
La joven dice llamarse ESTHER, vive junto a su tía.
Así que el, no podrá entrar, pero, que espere junto a la casa, ella entrará y le traerá algunos de los dibujos.
El está de acuerdo.
Conforme se van acercando a la casita, con el barandal alrededor, el cree oler el aroma de PANDORA, aunque duda de si mismo.
ESTHER entra a la casa y habla con la tía, le avisa que no tardará, necesita volver a salir.
La joven sale con unas hojas en los brazos.
Ella sale, cerrando el barandal de la casita.
Ella corre sonriéndole a RYU hacia un lugar apartado, RYU la sigue, justo de donde vinieron.
Al llegar al lugar nuevamente, ella le da uno de los dibujos a RYU, el queda perplejo con aquél dibujo, es algo extraño, se ve algo tosco en las líneas, en partes se ve borroso, como si hubiese sido mojado por gotitas y en su afán de limpiarlas, se hubiese corrido el tizne con que fue pintado.
Su primera reacción es soltar una carcajada, el dibujo en si, es muy feo, como pintado por un niño muy pequeño.
Y sin duda, hecho con tanto cuidado, como si lo hubiera dibujado varias veces en el mismo papel.
Quizá por las gotitas de agua... el viento le da la respuesta, el papel huele a PANDORA.
Ella, sin duda es la artista detrás de aquél intento de RYU.
Sus facciones fueron plasmadas, inclusos sus escamas y sus cuernos.
La chica nota que el, ya ha estado mucho tiempo en silencio desde aquella carcajada.
Le habla por su nombre, el joven hincándose junto a ESTHER, no puede contener el llanto.
Le agradece profundamente.
Esto sin duda fue hecho por la persona que el está buscando.
Ella sonríe conmovida.
Le pregunta que si ¿fueron separados después de la catástrofe?
El afirma con la cabeza.
Y con una de sus manos limpia sus lágrimas, con la otra ve nuevamente el dibujo.
El, suelta otra carcajada de felicidad.
Ella también carcajea un poco, si, lo acepta, el dibujo es... algo excéntrico, algo así como una belleza rara, pero también deja ver todo el amor con el que fue hecho.
Demasiadas lágrimas contenidas en unas cuantas hojas.
Esto no es sorpresa para RYU, el también imaginó que esas gotitas eran lágrimas.
Y representan aquellas obras, todo el amor de PANDORA hacia el.
RYU abraza a la joven, ella no lo comprende muy bien, pero, aquél joven le habla con la verdad.
RYU le pide poder ver los demás dibujos.
ESTHER se los muestra.
En cada uno de ellos percibe el cuidado con el que fueron hechos.
Ríe mucho, hacía mucho que no reía tan alegremente.
La joven lo mira complacida y algo cohibida, le ha gustado mucho la compañía de RYU.
Al cabo de una hora, ella le dice que es tarde, el está de acuerdo.
Solo quiere pedirle un favor.
Le pide que por favor guarde aquellos dibujos como su tesoro, y si puede, por favor, le deje tener uno.
El primero que le mostró.
ESTHER le dice que ¿por qué no se los lleva?
RYU le explica que, en verdad, a ellos los separaron, porque no desean que estén juntos, es un riesgo ya tener uno de los dibujos, tener mas de uno.
Sería mas difícil de ocultarlos.
En caso de que no pueda conservarlos, entonces, el se los llevará.
Ella le dice que si ella los guarda, entonces, ¿el podrá visitarla de vez en cuando?
El dice que si. ESTHER se sonroja.
Cuando pueda volverá, el buscará hasta encontrar a PANDORA y ojalá que su preciado tesoro aún esté con ESTHER.
Esto entristece un poco a ESTHER, pero acepta tenerlos en su casa.
RYU la acompaña hasta afuera de su casa.
Se despiden.
La tía se asoma por la ventana cuando escucha que ella abre el barandal.
Se despiden otra vez.
Cuando la joven entra a su casa, RYU emprende su carrera hacia las afueras de la aldea gritando de felicidad.
La gente a su alrededor solo lo ve pasar y vuelve a hacer lo que esté haciendo.
La tía pregunta a ESTHER sobre la identidad de el joven que la acompañó a casa.
ESTHER le dice que el es RYU.
Un nuevo amigo.
La tía le dice que es un joven apuesto.
ESTHER con un poco de nostalgia, le comenta que si, es encantador.
Lástima que su corazón ya esté ocupado.
La tía la mira.
Ella se va seria aguardar aquello dibujos en una cajita de madera.
Se acerca a la tía y le dice que es hora de cenar.
Las dos se acercan a la estufa de leña, prepararán la cena.
RYU, en las afueras, se transforma en dragón mientras corre y emprende el vuelo inmensamente felíz, con el dibujo en la mano.
Se dice así mismo que irá día a día, aldea por aldea, el encontrará a PANDORA.
RYU, en el vuelo, mira la luna y el cielo estrellado.
En la aldea lejana, PANDORA mira a través de su ventana, la misma luna que ve RYU y mira cruzar una estrella fugaz, ella cierra los ojos, y pide de deseo, volver a verlo.
Es hora de dormir.
Ella con una lámpara de aceite se acerca a su cama, se acomoda y la apaga.
Acto seguido, se acuesta de lado tapándose ya que hace un poco de frío.
FIN DE CAPITULO 26