Es aquí cuando YONGHÉNG le cuenta que sí, él ha estado moviendo a PANDORA por todo este tiempo, también le habla de lo que la niña les ha estado ayudando, en la simple y difícil tarea de, no buscar a su hijo.
Este acto gana la simpatía de DRAKO.
Ella en verdad, no ha querido que el reino sufra más, por su deseo de ver a RYU.
DRAKO le pide cuidar de ella, le parece que quizá es una persona confiable.
Esto agrada a YONGHÉNG.
Quien le hace saber a DRAKO el estado mental de la joven.
DRAKO escucha en silencio lo mucho que la joven ha extrañado a su hijo, su aislamiento voluntario y sus lapsos de depresión en los que se niega a salir de su casa porque sufre cambios en su apariencia, esto es lo que los ha tenido mas atentos a PANDORA.
Si bien, puede ser peligrosa, ella misma es responsable de su condición.
Por ahora, todo está bajo control.
DRAKO entiende que el sentimiento de su hijo es correspondido, de alguna manera, igual de triste y deprimido, ha estado RYU desde aquellos acontecimientos y sospecha que el luto por su familia ya lo ha superado, es el luto por la pérdida de PANDORA lo que lo mantiene en ese estado.
Antes de que DRAKO se vaya, YONGHÉNG le dice que le mostrará algo, es algo que le asombrará. YONGHÉNG manda traer "la cajita" entonces le dice que lo que verá, son restos de las pertenencias de PANDORA en algunas de las casas que ha habitado.
Ellos se han encargado de recogerlos para evitar que lleguen a manos de RYU.
DRAKO, extrañado, espera ver lo que ella ha dejado atrás.
Al poco rato de un silencio incómodo en el que DRAKO ha tenido que aguantar aquella sonrisa de YONGHÉNG, que, aunque refleja simpatía, no le da ánimo en lo absoluto. Llega un qilin con una caja de madera.
La pone sobre la mesa.
DRAKO la mira, está hecha de palitos atados con hilos.
YONGHÉNG le dice que puede abrirla.
DRAKO mira a YONGHÉNG que lo mira ansioso.
DRAKO exclama que solo espera que no sea una broma.
Se dispone a abrir la caja.
Entonces mira hojas de papel.
En la primera mira la imagen de un dragón, no hace falta pensar demasiado, las facciones de aquél dragón son las de su hijo RYU, el dibujo está tan extraño que le arranca una carcajada a DRAKO, sin duda el dibujo es muy feo, pero.
Puede oler el aroma a sal en las gotitas de la hoja, sin duda, son lágrimas.
En cada trazo de aquél dibujo borroso y recalcado, se puede sentir la dedicación con que fue hecho.
Y en cada hoja, mira la frase: un día a la vez.
Con seriedad, DRAKO va sacando más de las hojas.
En todas está la figura de su hijo.
En muy pocos de los dibujos en los que RYU sonríe, están mejor conservados, sin manchas y ni lágrimas.
Aquello solo conforma que, han sido más los episodios de angustia en PANDORA, que episodios de tranquilidad.
El recuerda el día en que sentenció a todos los humanos a ser asesinados, PANDORA reflejaba angustia, aunque, su angustia podría radicar en RYU.
Recuerda que ella volteaba a ver hacia el lugar donde su hijo se había ido con TIFÓN herida.
Esto ha conmovido el corazón de DRAKO quien deja los papeles en la mesa un poco molesto y se aleja hacia la puerta.
Le dice a YONGHÉNG que se retira, el rey no pierde detalle.
DRAKO pide que cuiden de PANDORA.
Complacido el rey, contesta: Si, cuidarán de ella.
El rey mira como DRAKO se aleja del castillo.
YONGHÉNG se siente un poco más aliviado.
Ya que ha ganado la aprobación de su amigo por las acciones que ha tomado con el caso de su hijo.
Esto era muy importante para el rey.
Mira con esperanza que los dragones superen sus fricciones.
El tiempo en el reino pasa casi desapercibido para muchos, no para todos.
En las aldeas de los humanos se ha hecho una tradición festejar cada año desde que fueron salvados por YONGHÉNG de ser sacrificados, se festeja la reconstrucción del nuevo reino y por último, de esta manera, también se guarda luto por la caída del reino.
Hay mucho movimiento en la aldea en la que PANDORA tiene apenas dos meses, en estos dos años ha viajado por muchas aldeas, así que ya no se toma la molestia de arreglar las casas a su gusto, simplemente no sale si cree que no debe hacerlo.
La apariencia de PANDORA ha cambiado un poco, ha subido de estatura y su cuerpo comienza a cambiar a señorita.
Su cabello ha crecido.
Su cabello es rojizo y sus ojos verdes, en esta etapa, se ha sentido relajada.
Afuera de su casa, se escucha mucho movimiento, hay personas por todos lados, unos montando puestos de comida, unos de juegos para pasar el rato.
En el centro de la plaza que hicieron para festivales, están formando un pequeño escenario donde, habrá danzantes y músicos.
En este segundo año, se han formado nuevos refugios.
Si bien, las zonas habitables no son muchas, están bien distribuídas.
Cualquier pretexto es bienvenido para tratar de que este día sea menos triste.
Así que, se denota alegría por toda la aldea.
Y no solo en ésta.
Es en todas las aldeas para humanos en el reino.
Este año, se propuso usar antifaces decorados con lo que quisieran para agregar color a todos en la aldea donde está PANDORA.
Ella piensa que es bueno que haya alegría, solo que, se le hace mucho ya con todas las decoraciones, antorchas, bebidas, puestos, flores y agregar los antifaces, parece más que un festejo, un festival... como los que había en el llamado nuevo mundo.
Sin duda, quizá no sean tan diferentes en este lado del mundo después de todo.
FIN DE CAPITULO 29