Ella se acerca al barandal, lo abre y con esperanza, toca al joven dragón que, se pone contento de verla.
Ella pregunta el motivo de su visita.
SHURUI desvía un poco la mirada, ella comprende que no es para algo bueno.
El joven le dice que es tiempo de que ella cambie de lugar, la llevará a otra aldea humana.
Se disculpa por que, ve que ella ha hecho un gran trabajo aquí, en su casa, en su huerta, le pide que lo disculpe.
Sucede que... el joven guardia duda si decirle la verdad o no.
Al cabo de unos minutos, el decide que es justo ser sincero con ella.
Es por causa de RYU.
El reino no está en buenos momentos ahora, el hecho de que RYU la esté buscando...esto alegra mucho a PANDORA, sin embargo, también le preocupa.
Ella daría todo por volver a ver a RYU, aunque sea solo una vez.
Lo único que lo impide es, ser la causa de más muertes en el reino.
Ella sin duda ha cargado con muchas culpas ya.
Si ha vivido aislada, es para no cargar más.
Ella irá con SHURUI.
Le confiesa sus pensamientos.
El joven, ve que PANDORA habla con la verdad, ella no buscará contacto con RYU, lo evitará lo más posible, hasta que, todo se calme.
Ella vuelve a la casa, empacará lo necesario.
SHURUI irá junto al líder, volverá en unas horas por ella.
PANDORA lo despide desde la puerta.
Ella cierra su puerta y recargándose en ella.
Llora desconsolada.
Sus esperanzas de verlo se han desvanecido.
Luego de unas horas, SHURUI ha vuelto por PANDORA, ella lleva poco equipaje, solo prendas de vestir y algo de comer para el camino, piensa que la llevará muy lejos.
El joven dragón emprende el vuelo con ella en su lomo.
La vista del cielo a su alcance, consuela su roto corazón por un momento. Recuperando la esperanza de que todo saldrá bien, no importa cuánto tiempo tarde en verlo, ese día llegará.
En el camino SHURUI explica a PANDORA que el volcán se ha vuelto intermitente, sigue activo y fértil, aunque muy tóxico en algunas zonas.
Por esta razón es que no se ha podido reconstruir el reino como debiera.
Aún hay temblores leves en algunas zonas.
Así que deberá tener cuidado por donde ella vaya a deambular, lo que si le puede gustar es la fertilidad de la tierra.
En pocas horas llegan a otra aldea, ahí proliferan los kitsune, quienes cuidan de los humanos junto a algunos grifos.
SHURUI le dice que esta vez no batallará, el mismo hizo una casa para ella antes de venir a buscarla.
Tal vez no sea bonita como la suya, pero, ojalá se sienta cómoda.
Bajan hasta una casa un poco alta y ancha, afuera de ella los esperan el líder kitsune de esta aldea y varios grifos.
Les dan la bienvenida.
Desde ahora esta casa y esta aldea serán su hogar.
PANDORA agradece la bienvenida, ella baja del lomo de SHURUI, quien se despide nuevamente de su amiga, el debe hablar con el líder de la aldea.
Otro de los encargados le dice a PANDORA que descanse ese día, el día de mañana le será asignada la labor que tendrá dentro de la aldea.
Ella asiente y se dirige al interior de la casa.
Es sin duda una casa muy alta, se imagina de alguna manera a SHURUI dentro de la casa poniendo todo y a juzgar por la última pared, esa la hizo por fuera.
Ella sonríe agradecida, esta casa, le hace sentir que no está sola.
Su sonrisa se llena de nostalgia, transformándose en una mueca de tristeza al pensar en RYU.
Se dice así misma que, lo mejor, es ir, un día a la vez.
Toma un respiro y tomas sus cosas, hay que acomodar todo, ella saca de su morral algunas cosas, entre ellas, la ropa que ella traía puesta cuando estuvo en el reino y que SHURUI se la llevó por última vez del castillo, está doblada con cuidado, ella la toca con nostalgia.
La agarra, la huele, se dice así misma que, ya no huele a RYU.
La deja de nuevo en una de las tablas que sirven de repisa.
Así coloca unos pocos cambios de ropa.
En otra repisa va a colocar sus pocos víveres y puede notar que hay unas cazuelas con frutas y un jarrón con agua.
Da un respiro y se recuesta en la cama que hizo su amigo para ella.
Su último pensamiento es un día a la vez.
Trata de dormir.
En la montaña de los dragones, se ha intensificado el entrenamiento de ellos.
Han creado una disciplina de entrenamientos diariamente para fortalecerse.
Piensan que, siendo ahora vulnerables, puede ser el caso de que sean atacados.
Necesitan sentir confianza de nuevo.
Pasan los días y con ello, las semanas de soledad, PANDORA en su nuevo hogar, ha estado formando la baranda en esta nueva casa con ramas que ha ido recogiendo en el bosque en sus tiempos libres, también cuando va a buscar leña.
Le gusta mantenerse alejada de las labores fuera de lo que le corresponde, sabe que, si llega a deprimirse demasiado, su cabello y ojos volverán a cambiar y eso significará la muerte para muchos.
También en el pueblo les han advertido mantenerse al margen de la niña.
Muy pocos saben el origen de la niña, su aspecto es pie a muchas preguntas, su apariencia es totalmente diferente a cualquiera de los humanos de ahí.
Aceptada por muchos, ignorada por otros.
FIN DE CAPITULO 24