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Chapter 8 - CAPITULO 8: VIAJE AL NUEVO MUNDO

Durante el viaje, el equipo de 200 hombres y bestias aladas van disfrutando los colores del alba, pueden sentir el viento rozando sus cuerpos en signo de libertad.

Por cuestiones de seguridad fueron nombrados cada 15 hombres un líder de escuadrón, de cada 50, los 5 restantes se dividirán entre los equipos.

Y por supuesto, para controlar un poco a DWYER, el no es un líder en la expedición.

Hay algunos animales en el mar que van saliendo del mar al mismo tiempo que avanzan sumergiéndose de nuevo en saltos infinitos.

El mismo DWYER es el más emocionado, el poder sentirse libre en el aire, disfrutando las ráfagas de viento, HAFU está al tanto de las emociones de su jinete y se dispone a sortear las ráfagas para deleite de DWYER.

Luego de un emocionante paseo, se reincorporan a la formación.

Notan que a lo lejos ya pueden ver en el horizonte que hay tierra.

Comentan que hay que adherirse al plan.

No deben interferir con los humanos del nuevo mundo.

De preferencia que los grifos, fénix y qilines no sean vistos y mantenerse al margen del contacto lo mas posible.

No saben ¿cómo reaccionarán los humanos de estas tierras?

Quizá no haya especímenes como ellos en este lado del mundo.

Se topan con que esta nueva tierra está compuesta de muchas islas en el horizonte, en las cuáles, se levantan algunas edificaciones, unas chicas y unas enormes en otras islas.

En las que están más próximas, hay construcciones grandes, en la cima de algunas montañas y montes.

En la primera isla que se cruzan es grande, parece dividida en dos.

Ellos comienzan a acercarse al lugar.

Todo parece estar en aparente calma, han notado que desde hace unos miles de metros, no hay animales en el mar.

Se aproximan con cautela, a unos 300 metros de distancia, emerge de las aguas un kraken… pocos lo habían visto pero muchos sabían de su existencia.

Aquella bestia era enorme, parecía una serpiente gigante, en la espina dorsal sobresalen sus huesos como espinas y posee grandes y afilados dientes como espadas, de color oscuro y ojos pardos.

Atrapando a uno de los grifos junto con su jinete, los demás reaccionan esquivándolo.

Ese monstruo, es capaz de dar un rugido ensordecedor.

Los voladores esquivan la agresión lo más que pueden y se apartan de aquél lugar, siendo perseguidos por unos cuantos kilómetros.

La bestia da giros en el agua para levantar las olas tratando de derribarlos.

Así que deben ir más arriba hasta perderlo.

Un grupo de 50 dará la vuelta a la isla para su inspección.

El consejero DWYER, decide seguir con el otro grupo, el tiene hambre de ver.

Adelante hay más islas.

Cree que los humanos vivirían en alguna otra isla alejada de semejante monstruo.

En una de las siguientes islas, divisan que hay muchas casitas pequeñas reunidas, algunos del grupo deciden quedarse aquí, a inspeccionar, entre ellos DWYER.

Hay humanos y el desea verlos.

Otros grupos seguirán a otras islas.

Se despiden con el acuerdo de que se verán al regreso de su expedición hasta llegar al reino del consejo.

El grupo de DWYER se queda escondido entre los árboles.

Siguiendo lo acordado con los camaradas voladores de no dejarse ver, ellos los esperarán hasta su regreso, a menos que oigan un sonido de ayuda proveniente de un cuerno que trae cada uno de los líderes y deban intervenir para el escape.

Siendo humanos, creen es más fácil para ellos acercarse sin causar alboroto.

Uno grupo de 17 hombres, entre ellos DWYER, sale de la zona boscosa en dirección a la aldea, alrededor de ella ven cultivos y algunos humanos, es un campo vasto y hay numerosos humanos colaborando en diversas cosas. Unos sembrando, arando, otros quitando hierbas o recogiendo vegetales.

Poco a poco aquellos humanos se dan cuenta de su presencia y los voltean a ver, las ropas de los expedicionarios, es sumamente diferente a la de los aldeanos, se ven extraños, distan mucho de los materiales que ellos usan.

Mientras que los que han venido usan ropajes hechos con cuero, incluso llevan botas hechas de cuero, camisas y armas metálicas.

Los lugareños visten telas hechas en telar y unidas por lazos, en sus pies usan sandalias de madera y cuero atadas por hilos.

La piel de los humanos también es diferente, los que han venido tienen pieles de diferente color, cabello oscuro, ojos oscuros en su mayoría y facciones más definidas.

Mientras los lugareños son de piel blanca, facciones finas, casi femeninas, de cabello café en diferentes tonalidades, algunos son rubios, con ojos de color verdes, azules y grises.

Ellos los miran con desconfianza y se hace el ambiente tenso por un momento ya que, ven que los expedicionarios llevan armas.

Se van alejando uno a uno hacia su aldea a paso apresurado.

El grupo de humanos tiene la certeza que no deben acercarse.

Ellos les temen.

Así que emprenden la retirada, a paso un poco apresurado sin llegar a correr, no saben que es lo que esos humanos tienen planeado, investigarán más, de lejos.

Observando.

Regresan con los demás camaradas y deciden cambiar de sitio, visitarán otra isla.

Se alzan en vuelo hacia la dirección trazada desde un inicio.

Es un mundo interesante, aunque han podido ver que les será casi imposible mezclarse, sus rasgos son totalmente diferentes.

Siguen el vuelo.

No muy lejos de ahí, encuentran un conjunto de 3 islas aparentemente abandonadas, son pequeñas a comparación de las otras, hay templos en ruinas y reclamados por la vegetación, el grupo de 50 se divide en 3 para inspeccionar las 3 islas.

El grupo de DWYER es el primero en tomar la primera isla, los demás irán a las contiguas.

El aspecto de aquél templo es algo tétrico, los pilares sucios, envueltos de plantas y con las paredes y techo de dudosa estabilidad, como si hubieran soportado más de un terremoto y aún seguir en pie.

Entre los pilares, la entrada es algo estrecha, acuerdan los jinetes con sus camaradas voladores que ellos inspeccionarán por el aire el resto de la isla.

Ellos entran juntos, están bien armados, así que nada debe pasar.

Dicho esto, los humanos se internan dentro del templo.

La luz se cuela por los pilares dejando ver su interior a media luz.

Por dentro, el templo es amplio, llenos de pilares cada 3 metros.

El suelo del mismo parece estar manchado de algo oscuro, como haciendo camino a algo que fuese arrastrado.

Hay un olor algo desagradable, no tan penetrante, pero huele mal.

Conforme avanzan, la luz va perdiendo su calidad, llegan un momento en que el líder el grupo dice que no deben internarse mas, deben regresar, buscar la forma de hacer antorchas, si no hallan materiales, darán por terminada la inspección.

El grupo comienza a avanzar de regreso, cuando, algo llama su atención, entre aquellas ruinas se escuchan algunos lamentos… parecen sonidos de mujer llorando.

fin de capitulo 8