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Chapter 7 - CAPITULO 7: LA ARMADA DE EXPLORACIÓN

La sesión por el momento fue finalizada para quedarse solo los líderes de expedición hablando con el rey DRAKO.

Se les pidió salir a los concejales hasta nuevo aviso.

Esto lo pidió DRAKO al ver aquella emoción en los ojos de DWYER, aquella mirada que el reconoce cada vez que cuenta de su vida de aventurero.

A pesar de que DWYER recomendó que debería quedarse el consejo.

Esta petición fue denegada por el rey.

No le quedó mas remedio que aceptar, mientras van saliendo, los demás concejales habían entendido perfectamente el sentir del rey.

Era mejor para el humano no estar en esa reunión.

Para que no se sintiera que era excluído, era justo excluír a los demás.

El rostro de DWYER refleja preocupación, inquietud.

Los demás se retiran a sus aposentos en espera de ser llamados, el humano hace lo mismo.

El abre la puerta de su habitación.

Se da cuenta por primera vez que su habitación es enorme.

El dude si debe entrar, con paso lento cruza el umbral y cierra la puerta detrás de si.

Se recarga en la puerta, frente a el, está la enorme ventana, en la cual muchas veces se paró a ver el horizonte.

Durante meses, durante años… mira sus manos, son manos de un hombre fuerte y mayor.

Sus mejores años se han ido, en la comodidad de su cargo de consejal.

DWYER, siente que se le va la vida y él tiene muchas de vivir más experiencias.

Siente que no podría seguir viviendo más tiempo lejos de alguna vivencia en la expedición.

Suda frío de pensar que nunca podrá ir a ver el mundo, se ha convertido en un deseo ver el nuevo mundo.

El decide que, cuando sea llamado pedirá autorización al consejo.

Al cabo de unas horas son llamados al salón del trono.

Al abrirse las puertas, los líderes de expedición, se están retirando.

Al poco rato, van llegando los concejales, uno a uno, siendo DWYER uno de los primeros en llegar corriendo.

Se siente ansioso.

Los minutos de espera han parecido tan largos.

Cuando dan comienzo a la reunión, el rey explica que acordaron con los líderes, mandar 4 equipos de 50 grifos, qilines y fénix en compañía de 4 equipos de 50 humanos armados.

Esto emociona a DWYER, los humanos también formarán parte de la expedición.

También habla el rey de que es un viaje riesgoso, hace unos miles de años que no exploran más allá de los territorios tomados, mucho menos en travesía por el mar.

Aun así, les emociona poder adquirir nuevos conocimientos sobre el nuevo mundo.

También aclara que esta misión podría tener un índice alto de bajas en el equipo.

No sabe qué tan poderosas puedan ser las especies que la habiten.

Así que mandarán a personas entrenadas en combate, aunque solo sea una misión de reconocimiento.

No deben interferir y de ser posible, no deben ser vistos.

DWYER toma la palabra y expone al consejo sus conocimientos en el campo de las expediciones y propone que lo dejen participar en este.

El consejo le explica que ellos al tomar las riendas del reino, son parte vital para el funcionamiento del mismo, lo que uno no pueda cubrir, el otro lo hará.

Su papel dentro del reino no le permite abandonar su puesto para exponerse a una simple misión de reconocimiento, la cuál pudiera ser mortal para muchos de ellos.

Con lo cuál, le niegan su partida.

Si el abandona su puesto y llega a perecer, sería un duro golpe para todos.

La mirada de DWYER, refleja un gran vacío, aunque su rostro no lo refleje, sus ojos no mienten, en verdad se siente mal por ello.

Sus sentimientos encontrados, su hambre de aventura, había vuelto a él con aquella noticia, como cuando era un joven aventurero.

Siente que le cortaron las alas. Eso es lo que expresa al consejo.

Al hacer esta confesión, los concejales se miran los unos a los otros y miran al rey.

DRAKO, le pregunta con seriedad si ¿eso es lo que en verdad desea?

Le piden espere una deliberación.

DWYER se tumba en su asiento a esperar.

Ellos hablan de los esfuerzos que el humano ha hecho, además, su vida es corta como para que viva en un solo sitio, en cambio, ellos poseen vidas más largas, aunque algunos de ellos han heredado el lugar a otro de su especie al morir.

La del humano es corta.

Por esta razón es que lo dejan ir.

DWYER grita y brinca de gusto como un niño, con una amplia sonrisa y sus ojos denotan vivacidad, acto que los sorprende, nunca en todos sus años de conocerlo, lo habían visto tan alegre.

El rey DRAKO si, cada vez que él le contaba sus vivencias, lo hacía con esa mirada.

Como si las reviviera.

DRAKO, termina por embozar una sonrisa por su amigo humano.

Resignado. Solo le desea suerte y le pide que procure volver sano.

Una cosa más queda por hacer.

Pide reunir los 200 humanos que irán a la expedición.

Ellos están vulnerables, así que idearon darles un regalo.

Todos ellos deberán traer sus armas al pequeño lago dentro de la caverna, fue preparado con agua y dentro de ella la piedra que, ha reposado por más de 30 días.

Este viaje había sido planeado para otras zonas, aunque el regalo había sido planeado.

Antes que nada, ellos toman una vasija y beben de aquella agua.

Algunos tienen que soportar algunos dolores por un rato, finalmente terminan asimilando aquél poder que les fue otorgado.

Como reconocimiento como guerreros, cada uno de los humanos fue sumergiendo sus armas dentro del agua, las cuáles absorbieron poder de la piedra.

Ellos con sus nuevas armas, deben regresar a salvo.

El equipo de expedición saldrá en una semana.

Les explican que han adquirido un poder por medio de la magia de la piedra.

Así que vayan con sus esposas y siembren sus semillas, para pasar ese legado.

A los solteros les consiguieron una pareja para procrear.

Todo había sido planeado.

Al cabo de una semana, por la madrugada, los humanos salen de sus hogares al despedirse de sus familias.

Ellos esperan volver con vida, pero aún no tienen la certeza.

Fuera del castillo van a reunirse con las especies voladoras, solo esperan a que el miembro del consejo los acompañe.

DWYER, se despide de todos los concejales con entusiasmo, se acerca a su rey, con lágrimas en sus ojos le agradece por esta última oportunidad, se va corriendo hacia donde van a partir.

El irá montando sobre un grifo, llamado HAFU, el cual, se ofreció a ir con el consejal DWYER, será su acompañante y protector.

El es uno de entre muchos otros que irán, humanos, grifos, fénix y qilines.

Un total de 200 voladores montados con humanos como compañeros.

Son tierras desconocidas, así que deben cuidarse.

Emprenden el vuelo hacia el nuevo mundo.

fin de capitulo 7