Chereads / Con este poder, tendré una aventura en un mundo de cultivo / Chapter 41 - CAPITULO 40: SUCESO IMPREVISTO

Chapter 41 - CAPITULO 40: SUCESO IMPREVISTO

Mientras Abel se dirigía hacia la aldea, comenzó a pensar sobre lo que necesitaba en estos momentos.

"De acuerdo a lo que me contó aquel joven, los aldeanos salen a cazar bestias y las traen a la aldea, por lo que debería haber un lugar de intercambio o algo parecido, además si es que tienen lesiones, la aldea debería de contar con algunas hierbas y medicinas e incluso píldoras, aunque éstas últimas no las necesito."

Lo que Abel esperaba encontrar era un lugar donde pueda comenzar a ganar algo de dinero, o al menos conocer cómo funcionaban los intercambios en la aldea, su meta era poder obtener un par de espadas que pudiera usar.

"Además, aunque no tengo muchas expectativas, quizá encuentre alguna que otra planta espiritual que me beneficie, como los protagonistas de las novelas en mi vida anterior."

Abel mientras permanecía en aquella mansión en Kunlun, había aprendido mucho sobre las diferentes hierbas y frutos espirituales, desde los más comunes y útiles hasta los más raros y misteriosos, el problema era que lo que aprendió valía para Kunlun, no para este continente Azur, aun así, al menos decidió ir y ver.

"También necesito una mochila o algo parecido, *suspiro*, lástima que ni Daniel ni Fillia me llegaron a dar un anillo espacial, de lo contrario no tendría este inconveniente."

Aunque Abel no sabía lo raros de esos objetos aquí en el continente Azur, si se percató que el viejo Ben no tenía uno, o al menos Abel nunca lo vio usando uno, por lo que sus expectativas con respecto a esto eran nulas.

Así, mientras reflexionaba sobre esto, Abel rápidamente llegó a la aldea, y notó que los guardias que vigilaban la entrada no eran los mismos que ayer.

Abel no pensó mucho sobre esto y entro rápidamente a la aldea y mientras se alejaba de los guardias, no notó las miradas peculiares en sus rostros.

"Oye, ¿ese no es el niño del que nos hablaron?"

"Compañero, debes estar completamente ciego, claramente nos dijeron que el niño era un mortal que acaba de llegar, y ese niño que acaba de pasar ya está en el primer nivel de refinamiento del cuerpo, además por su base estable, parece que lleva un tiempo en ese nivel."

"Pero según lo que dices, ¿entonces no dejamos pasar a un completo extraño a la aldea?"

El guardia, al ver la mirada temerosa de su compañero, no pudo evitar negar con la cabeza y maldecir para sus adentros antes de responderle:

"Realmente eres un idiota, ¿verdad?, ¿crees que un niño de su edad con esa base de cultivo podría crear algún tipo de problema para la aldea?, además escuché que en la mañana llegaron unos invitados a la aldea y que se quedaron en la mansión del jefe de la aldea, seguramente ese niño es uno de esos invitados, por lo que no deberías preocuparte."

El otro guardia asintió, completamente convencido por las palabras de su compañero, luego exhaló un suspiro diciendo:

"Por su aura, ese niño debe estar a un paso de llegar al siguiente nivel, además parece que su base es sólida y su cuerpo físico resistente, seguro que es un joven genio prometedor de alguna secta."

Al escuchar esto, el guardia se sorprendió, dándole una mirada extraña a su compañero.

"¿Cómo es que para eso si usas tu cabeza?, además si es un invitado especial del jefe de la aldea, obviamente debe ser un joven genio, creo que solo el joven maestro de nuestra aldea es capaz de comparársele."

"¿Te refieres al nieto del jefe de la aldea el cual tiene la rara afinidad hacia el fuego?, si es así, estoy totalmente de acuerdo."

Obviamente, esta conversación era ajena a Abel, quien se encontraba preguntando a unos aldeanos sobre los lugares importantes en la aldea.

En un inicio, Abel no quiso ser tan directo en sus preguntas, pero no encontró una mejor manera de abordar sus dudas, por lo que terminó siendo directo al preguntar.

Quizá debido a que sintieron su base de cultivo, éstos fueron muy amables con Abel, respondiendo todas sus dudas rápidamente.

"Es justo como pensaba, tienen una pequeña farmacia y una sala de intercambios, por suerte, los aldeanos me indicaron el lugar donde se encuentran, *suspiro*, la diferencia en el tratamiento por parte de ellos es demasiado abismal."

Recordando sus expresiones y miradas solo ayer, parecería que todo ello fue toda una mentira por como lo trataban hoy solo porque ya no era un mortal.

"Aunque aún puedo ser una hormiga a sus ojos, al menos ahora me ven como compañero cultivador, *suspiro*, el mundo de cultivo puede ser bastante cruel a veces."

Mientras alejaba estos pensamientos de su mente, Abel se dispuso a ir primero al salón de intercambios, aunque él ahora no tenía nada para intercambiar, a menos podría preguntar cómo funcionaba el sistema exactamente, así podría preparase para el futuro.

"La sala de intercambio no se encuentra muy lejos de la mansión del deje de la aldea en la que estuve, solo a un par de casas de ella."

Siguiendo las indicaciones de los aldeanos, Abel llegó a una zona bastante bulliciosa, donde encontró a varios aldeanos reunidos, algunos de ellos cargando pieles bastante grandes.

Ante esto, Abel los observó con más detalle, reconociéndolos como los aldeanos que salieron a cazar el otro día.

"Vaya, no esperaba toparme con ellos otra vez, supongo que están aquí para entregar su botín y reclamar algunas recompensas."

Justo como pensaba Abel, pronto, del salón de intercambios, la cual Abel pudo diferenciar debido a su aspecto y a la aglomeración de los cazadores, salió una joven dama de unos 20 años, quien, por lo que percibió Abel, debería estar en el 7mo nivel de refinamiento del cuerpo.

"Bienvenidos de vuelta, estimados cazadores, me alegro de poder volverlos a ver, por favor, acompáñenme a dentro, mi tío ya se encuentra presente para poder evaluar correctamente los artículos que trajeron hoy."

Al escuchar las palabras de la joven, todos los aldeanos vitorearon, pero aún de manera ordenada, se dispusieron a entrar mientras discutían entre ellos.

"*suspiro*, hoy también la pequeña Lucy luce tan hermosa como siempre."

"Y que lo digas hermano, lástima que no soy unos años más joven sino…"

"JAJAJAJAJA, pero que dices compañero, ¿acaso no te has visto en un espejo?, ¿crees que la pequeña Lucy saldría con un tipo como tú?"

"¡Qué dijiste!, ¡te reto que lo repitas en mi cara, bastardo!"

Esta conversación conmocionó a Abel, quien estaba mirando desde un lado, en su mente, los cultivadores eran personas orgullosas que caminaban sobre un camino de huesos y sangre hacia el gran Dao, ver este intercambio lo asombró mucho, pero también hizo que una sonrisa escapara de su rostro.

"Después de todo, aún somos humanos eh."

Viendo como los aldeanos frente a él entraban entre risas, gritos y maldiciones, hizo que Abel pensara que sería mejor regresar en otro momento, después de todo, el salón no se movería.

"Olvídalo, regresaré en otro momento, no quiero arruinar esa atmósfera tan jovial."

Y diciendo esto, Abel se dio la vuelta mientras caminaba en dirección del otro lugar al que que quería conocer.

"Supongo que mi siguiente parada es la pequeña farmacia, espero que identifique algunas plantas útiles para mí, aunque las probabilidades sean bajas."

Con este pensamiento, Abel rápidamente abandonó la zona, dirigiéndose a la pequeña farmacia.

Según lo que le indicaron los aldeanos, la pequeña farmacia se encontraba en una zona algo apartada de la aldea, ya que algunas hierbas necesitaban un ambiente especial para almacenarlas.

Pronto, Abel se encontró frente a una casa no muy grande, se encontraba alejada del pueblo, y tenía un letrero con el nombre de "medicina" escrito en él.

"Este debe ser el lugar, entraré y preguntaré por lo que tienen, *suspiro*, espero llevarme al menos una sorpresa."

Con este pensamiento en mente, Abel estaba a punto de entrar cuando escuchó unos gritos que venían de adentro.

En ese punto, Abel se detuvo en seco, con la mano en la manija, de su instinto de jugador en su mundo anterior, dedujo que, si entraba, lo más probable es que se meta en problemas, después de todo, no cualquiera le vendría a gritar en su propia casa al que se encarga de distribuir las hierbas y medicinas espirituales.

"¿Pero qué diablos pasa el día de hoy?, primero casi por despistado creo un alboroto en la aldea con mi nivel de cultivo, luego me topo con los cazadores que acaban de regresar y, ¿ahora esto?, ¿acaso es una maldita broma?"

Abel no pudo evitar maldecir su suerte, (¿o destino?) que lo llevó a esta situación, aún estaba a tiempo para dar un paso atrás y regresar otro día, después de todo, con la conmoción adentro, dudaba que hubieran sentido su presencia por el momento, pero si demoraba, quizás se metiera en un problema mayor.

"Ummm, entrar o no entrar, he ahí la duda, pues bien, lo siento, pero no soy un buscador de problemas, evidentemente este asunto no tiene nada que ver conmigo, e incluso si entro, dudo que pueda resolver algo, e incluso podrían desquitarse conmigo, así que creo que mejor voy hacia la biblioteca a leer."

Habiendo tomado su decisión Abel se dio media vuelta, alejándose rápidamente de la puerta, y justo cuando se disponía a partir, ésta se abrió violentamente, de la cual un chico de unos 9 años salió, bastante enfurecido, gritando maldiciones hacia la farmacia.

El chico miró a Abel por un momento antes de ignorarlo, cuando de repente, otro niño, esta vez de su edad, salió corriendo también de la farmacia en dirección del chico que salió antes.

Abel no prestó mucha atención a esto, queriéndose alejar de la zona, pero de manera imprevista y sin que nadie se lo esperara, ese niño que salió tras el chico vio a Abel y con un tono sorprendido, gritó:

"¡Eres tú!"