En un abrir y cerrar de ojos, casi un mes había pasado, en este día en particular, se podía ver a un niño de unos 5 años peleando con lo que parecía un lobo de 2 metros, quien a pesar de los incesantes ataques con los que arremetía el lobo, el niño aún lograba esquivarlos, esperando su oportunidad para atacar mientras sostenía una daga en su mano.
Al ver que sus ataques eran ineficaces, el lobo se enfureció, y con un fuerte aullido, su velocidad repentinamente se duplicó, atacando con aún más ferocidad.
El niño al ver esto no perdió la calma, por el contrario, su concentración se reforzó mientras intentaba capturar los sutiles movimientos que ejecutaba el lobo en pos de esquivar con anticipación, mientras esperaba pacientemente su oportunidad para atacar.
De repente, el niño se tropezó, aparentemente no evaluó correctamente el terreno en el que se encontraba, perdiendo el equilibrio.
El lobo no perdió la oportunidad que se le presentaba, y ya algo impaciente por tardar demasiado en matar al niño y también hambriento, se lanzó al niño, mientras sus afiladas garras estaban a punto de desgarrarlo en carne picada.
Al estar tan cerca de la muerte, el niño no se inmutó, parecía que se había resignado a su destino por ese triste error, cuando de repente el rostro del niño, anteriormente sereno sin un raro de emociones, reveló una sonrisa victoriosa.
En ese momento, el lobo sintió un peligro sin precedentes, su instinto le dijo que estaba en peligro inminente, por lo que quiso retroceder y olvidarse de la cerna frente a él, pero era demasiado tarde.
El niño, quien aparentemente había perdido el equilibrio, recuperó su postura, mientras que con un paso esquivó el ataque fatal del lobo y con un giro de su muñeca, apuñaló sin piedad en la zona baja del cuello del lobo, matándolo en un instante.
"*Suspiro*, si hubiera usado mi técnica de doble espada, ese lobo hubiera muerto mucho antes."
Por supuesto, el niño era Abel, quien, durante su viaje de regreso a la aldea, aprendió a cazar y sobrevivir al aire libre con la ayuda del viejo Ben, quien se quejaba de que Abel debería aprender a sobrevivir por sí mismo, por ello, al final le terminó dando una daga y llevándole uno que otro animal para que practicara, fue solo este día que el buscó y encontró a este lobo por sí mismo, por lo que decidió usarlo como práctica en una batalla real.
"Aunque también debo admitir que una batalla a muerte real es completamente diferente al entrenamiento, un lobo no esperará a que uses tus técnicas más poderosas, simplemente atacará con todo hasta matarte, fue una buena lección la que aprendí hoy."
A pesar de que sabía que el viejo Ben debería estar en algún lugar cerca vigilándolo por su seguridad, aún para él fue una experiencia totalmente nueva, esta es la primera vez que "peleaba" contra alguien, al final, fue más emocionante de lo que esperaba.
"Hasta donde sé, ese lobo era una bestia de 1er rango, es decir, su poder debería estar a la par con un cultivador en el 4to nivel de refinamiento del cuerpo, por lo que derrotarlo no debería decirse que fue una gran hazaña para mí, ya que mi cuerpo físico aún sin un cultivo está a la par que algunos soldados marciales de bajo rango."
"Solo sería un verdadero desafío si me enfrento a alguna bestia de 3er o 4to rango, incluso si uso todo lo que tengo, debería poder darle pelea a una de quinto rango."
De lo que aprendió del viejo Ben en su viaje, las bestias de esta zona eran de muy bajo nivel, por lo que era un buen campo de entrenamiento para los cultivadores en el nivel de refinamiento del cuerpo, que de no ser por su cercanía al bosque Couvet, habría muchos más de ellos de los que había visto hasta ahora.
Además, también le mencionó algo que ya conocía, el rango de las bestias, quienes nacieron con cuerpos más fuertes y con un qi espiritual, similares a los niños en Kunlun, por lo que, si se ve desde la perspectiva de un reino inferior, son más poderosas que los cultivadores, es por ello que, a pesar de ser solo el 1er rango, se necesitaba como mínimo un cultivador en el 4to nivel de refinamiento del cuerpo para hacerle frente, una bestia de 2do rango requería un cultivador en el 7mo nivel como mínimo, una el 3er rango necesitaba un soldado marcial, y así sucesivamente.
Aunque esto no siempre es el caso debido a las mutaciones que experimentaban las bestias, esa era la división generalizada.
Además, aunque la técnica de doble espada que aprendió Abel era algo común en Kunlun, en este reino inferior sería considerada entre las más fuertes, por lo que Abel pensó que, si lo daba todo, podría pelear con una bestia de quinto rango por un tiempo.
"Aun así no debo confiarme solo por mi "ventaja", muchos en Kunlun nacen con una mejor capacidad y talento, pero, ¿aun así no murieron pensando que eran incomparables bajo el cielo?, debo aprender a avanzar y retroceder cuando sea necesario."
Mientras Abel reflexionaba sobre esto, a una distancia considerable, ni muy cerca ni muy lejos de donde se encontraba Abel, el viejo Ben reflexionaba sobre la pelea que acababa de presenciar.
"Por lo que sé, ese niño no tiene cultivo alguno, incluso su Dantian está herido, por lo que cultivar será muy difícil para él, pero su cuerpo físico es sorprendente, ¿Tendrá acaso una de esas legendarias constituciones?, aunque no sentí nada especial además de su robustez."
Una constitución legendaria era un regalo del cielo, que otorgaba a su usuario diferentes habilidades, ya sea una mayor afinidad a un elemento en particular, inmunidad al veneno, etc, pero son extremadamente raras, pueden pasar miles de años sin que aparezca alguna.
"Pero lo más sorprende quizás es la tranquilidad y serenidad el niño al enfrentarse a esa bestia, tiene un estado mental impactante."
Un excelente estado mental era lo que separaba a un cultivador mediocre a un gran cultivador, ya que un cambio en el estado de ánimo en medio de una pelea puede ser fatal, por lo que saber mantener la calma y la serenidad aún en medio del peligro es un rasgo muy destacable y buscado en las sectas.
"Bueno, faltan 2 años hasta que comience la reclamación de discípulos para las sectas, quienes como mínimo deben tener 7 años y no deben ser mayores de 12, además deben haber alcanzado al menos la 7mo nivel del refinamiento del cuerpo, esperemos y veamos, si aún no recuerda su origen, no estaría mal enviarlo a una de las tres sectas de este condado."
Con ese pensamiento en mente, el viejo Ben se acercó a Abel, quien aún reflexionaba sobre su batalla.
"Muy bien mocoso, a pesar de tu edad y falta de cultivo, aun pudiste vencer fácilmente a ese patético lobo, al menos no eres basura por completo, jajajajaja"
Con la usual y estridente voz del viejo, Abel se despertó de sus pensamientos antes de dirigirse al viejo.
"Ni lo mencione viejo, sé que allá afuera hay personas mucho más talentosas que yo, además, gracias por vigilarme por si me hacía daño".
Mientras agradecía al viejo, Abel se inclinó un poco, a lo que el viejo respondió:
"Jajajaja, mocoso, es bueno que lo sepas, una vez mientras viajaba por otro condado, encontré a una niña de tu edad destripando a una bestia de 3er rango, hasta yo me sorprendí en aquel entonces, en cuanto a lo demás, es solo un pequeño esfuerzo de mi parte."
Escuchar esto no sorprendió a Abel, por lo que había leído ya en Kunlun, muchos niños de su edad ya alcanzaban la etapa de maestro marcial, por lo que derrotar a una bestia de 3er rango sería un juego de niños para ellos, aun así, encontrar genios en este continente azur emocionó a Abel, llenando de anticipación su futuro.
"Espero poder enfrentarme a ellos, incluso si no los derroto, aprender de ellos será valioso para mí."
Al ver que Abel no se sorprendió, sino que se emocionó al escuchar lo que le dijo, el viejo Ben se río para sus adentros.
"Este niño debe ser un fanático de las batallas, jejejeje, eso es bueno, solo en el campo de batalla uno se hará mucho más fuerte, solo al enfrentar y superar los desafíos en cuando uno puede decir que está vivo."
Con un rostro sonriente, el viejo Ben se dirigió al niño que aún pensaba sobre sus futuros enfrentamientos:
"Démonos prisa mocoso, la sangre de ese lobo atraerá a las bestias de la zona, aunque para mí no son un problema, no pienso matar a ninguna, así que si sigues demorando, tendrás que pelear por tu cuenta, además estamos a un par de días de la aldea, así que deberíamos acelerar el paso."
Al escuchar lo primero, Abel despertó de su sueño, olvidó ese detalle, lo que, si hubiera estado por su cuenta, bien podría estar rodeado de bestias para entonces, así que hizo una nota mental sobre este desliz, además, lo último que mencionó el viejo lo emocionó, por lo que rápidamente alcanzó al viejo que ya se estaba alejando del lugar.
"Me pregunto cómo será la aldea, ¿habrá cultivadores tan poderosos como el viejo?"
Con esta duda en su mente, Abel siguió de cerca al viejo Ben, mientras la anticipación crecía en su corazón.
Fue tal como dijo el viejo, dos días después, Abel llegó a la aldea Kubath.
La aldea se encontraba cerca de un pequeño arroyo, además la aldea le recordó más a Abel a un pueblo pequeño, con una treintena de casas, todas hechas de un tipo especial de madera que absorbía el qi espiritual del ambiente para propiciar un entorno mejor de cultivo, además lo que más le llamó la atención a Abel fue la gran mansión construida casi en el centro de la aldea, justo al lado de otra gran construcción, por la cual Abel vio que mucha gente entraba y salía, en especial jóvenes de unos 15 años, incluso algunos de su edad.
Al entrar a la aldea, los guardias no les hicieron problemas, solo se inclinaron y saludaron al viejo Ben.
Fue en este momento una vez adentro que el viejo se dirigió a Abel.
"Tengo algunos asuntos que tratar, así que me iré por el momento, mientras tanto, deberías dar una vuelta y conocer mejor el lugar."
Así, sin esperar la respuesta de Abel, el viejo desapareció, dejando a Abel solo en medio de un lugar desconocido para él.
"Bueno, tarde o temprano esto iba a pasar, ahora me pregunto, ¿A dónde debería dirigirme?"
Con esta duda en su mente, Abel camino sin rumbo por la aldea.