A la mañana siguiente Asier fue despertado por una llamada desconocida, era reacio a contestar la llamada, pero cuando la otra persona marcó por tercera vez finalmente contestó, aunque con un humor de perros.
No alcanzó a decir una sola palabra antes de que la persona al otro lado del teléfono partiera gritando.
"¡Vuelve inmediatamente a la casa! ¡¿Quién te has creído que eres?! ¿Trepando camas? ¡Mira si sales vivo!".
Asier alejó el teléfono de su oído, la voz del otro lado era tan fuerte que sintió que le rompería el tímpano.
"Mn, ¿Quieres algo?" dijo Asier luego de que la otra persona terminó de despotricar.
El anciano Ricci estaba furioso luego de enterarse que alguien de la familia Ricci se había marchado de casa y estaba conviviendo con otro hombre, ya había atrapado a uno de sus nietos, cuando finalmente logró sacarle toda la historia a Biel había estado tan furioso que sintió que se estaba ahogando, cuando escuchó la voz tranquila e indiferente de Asier su furia alcanzó otros niveles.
"¡Si no vuelves ahora, no llores más tarde por las consecuencias!" gritó el señor Ricci.
"Mn" Asier no tenía la intención de ir, pero luego recordó que Biel había ido hace unos días, estaba preocupado por él, el anciano debería haber sacado la información de su parte luego de darse cuenta de su ausencia, no sabía si reírse por la falta de observación del anciano, se había ido hace semanas, pero recién se daba cuenta, por otro lado, estaba seguro de que Biel jamás le diría la verdad de buena gana, debió haber pasado por un mal momento intentando mantenerse en silencio.
"Iré después de tomar desayuno" dijo Asier y cortó la llamada, la única razón por la que iba era porque estaba preocupado por Biel.
Cuando bajo a desayunar Hoshino no estaba por ningún lado, le preguntó al mayordomo y este le dijo que había tenido que ir a trabajar, Asier asintió y no preguntó más información.
Luego de comer algo ligero llamó a Hoshino por teléfono, este contestó al segundo tono, por el sonido de fondo se podía descubrir que debía estar en plena reunión, eran notables las voces de hombres y mujeres discutiendo planes.
"¿Qué sucede?" preguntó Hoshino levantándose de la silla y caminando a una esquina para escuchar mejor.
"Préstame un auto" dijo Asier mientras ponía el teléfono en alta voz y se vestía tranquilamente.
"¿Vas a algún lugar? Pídele al chofer que le lleve, debería estar en casa" contestó Hoshino.
"Llevó a tu padre a algún lugar y no ha vuelto, además puedo conducir solo necesito el auto".
"¿Estás seguro? Puedes pedirle al mayordomo que te lleve, o puedo llamar a tu asistente para que vaya hasta la mansión, no es bueno que conduzcas solo, ni siquiera tienes la edad" dijo Hoshino preocupado.
Asier al sentir la voz temblorosa de la otra parte sonrió y sus ojos se volvieron mucho más cálidos sin que lo notara "Puedo pagar la multa si me pillan, tengo prisa".
"¿Dónde iras?" continuó Hoshino sin ceder a sus peticiones.
"A la mansión, el anciano me llamo esta mañana" comentó Asier terminando de vestirse y tomando su bolso, esta vez había metido un par de cuchillo de cocina, los más filoso y grandes que había encontrado, no era lo más idóneo, pero mientras no pudiera ir a una de las propiedades que había comprado para reabastecerse con sus pertenencias era mejor que andar con las manos descubiertas.
"¿Estas bien?" preguntó Hoshino aún más preocupado al escuchar la mención del abuelo del otro, sabía de la mala relación entre los dos mellizos con el resto de su familia, aunque no conocía los detalles ni las razones, no consideraba correcto la forma despectiva y desinteresada en que trataban a los dos niños, ahora que Asier había sido llamado para que volviera a la mansión no podía evitar preocuparse.
Hoshino en esos momentos había olvidado por completo las habilidades de protección y ataque de Asier, su corazón y mente solo veían a un niño que seguía necesitando su cuidado y protección.
"Mn, nada de lo que preocuparse" lo tranquilizó Asier.
Hoshino finalmente cedió, no porque estuviera de acuerdo, sino porque sabía que la otra persona encontraría la forma de irse, era mejor que le diera su auto más seguro en vez de que tomara cualquier "Está bien, en el garaje del subterráneo hay un auto azul, es mío, las llaves deberían estar en mi habitación dentro del velador".
"Mn, gracias, adiós" dijo Asier, justo cuando estaba a punto de colgar Hoshino lo detuvo.
"Espera…".
"¿Mn?" preguntó confundido Asier, ya estaba frente a la puerta de Hoshino con la mano levantada para abrir el cerrojo.
Hoshino dudó por unos segundos, al final suspiro y dijo "Olvídalo… te lo diré más tarde, adiós" y cortó la llamada sin darle tiempo a la otra persona para decir algo, a Asier no le importó, guardó el teléfono en el bolsillo de su chaqueta y entró a buscar las llaves.
La habitación de Hoshino era fría y elegante, tal como Asier había sentido que era Hoshino la primera vez que se habían visto, todo era de color negro y blanco, con algunos detalles en azul profundo.
Encontró las llaves sin ningún problema y bajó a buscar el automóvil, cuando llegó al garaje se encontró con una gama de autos en distintos colores y modelos, no pudo evitar quedarse unos momentos a admirarlos, a pesar de que no tenía un aprecio grande por los autos, sus requisitos para uno eran simples, entre más duro y fácil de camuflar mejor.
Tomó el auto azul que había sido mencionado por Hoshino y condujo hasta la mansión Ricci sin problemas, treinta minutos más tarde estaba estacionando el auto y caminando tranquilamente hacia la entrada.
Con lo primero que se encontró fue con el mayordomo de la casa quien lo esperaba en la entrada, su mirada era nerviosa, aunque intentaba ocultarlo, se podía saber que la situación en la casa no era buena, no había ningún sirviente a la vista en todo su camino hasta la sala de estar.
Apenas cruzó la esquina y se encontró con el salón vio a la familia Ricci completa, un Biel agitado se levantó del sillón donde estaba recostado y corrió a su lado, cuando llegó tomó su mano y la apretó, Asier podía decir que intentaba darle fuerzas a pesar de que su mano temblaba asustado.
En el sillón individual esta la señora Bianca quien lo miraba con dureza y asco, Ryu estaba apoyado en silencio y con la cabeza gacha en una de las paredes y el anciano Ricci caminaba aún agitado de un lado a otra del salón.
Cuando el anciano lo vio aparecer inmediatamente comenzó a levantar la voz en su dirección, Asier realmente no sabía si estaba enojado porque se había ido de casa, por no ir a la escuela, por no hacer nada con su vida o por coquetearle a un hombre, era un misterio ya que todas estas cosas fueron arrojadas en su cara.
A pesar de que el rostro del anciano ya estaba rojo de tanto gritar y su respiración estaba agitada y con falta de aire, Asier no había cambiado su expresión en ningún momento, ni tampoco había soltado palabra alguna, una persona que no lo conociera pensaría que era porque estaba asustado debido al regaño y a los gritos, sin embargo, Asier estaba de pie relajado pensado en otras cosas, había dejado de escuchar al hombre luego de la segunda frase, él no tenía ninguna responsabilidad con esta familia, y tampoco tenía la intención de aceptar los regaños sin sentido de alguien que no conocía, no solo por él si no también por el verdadero Asier, quien fue abandonado por tantos años.
Entre las palabras del anciano estaba que debía regresar a casa y comenzar a trabajar para la familia, Asier continuo mirándolo en silencio, esta vez tenía curiosidad en como quería que trabajara un adolescente que acaba de salir de vacaciones, si el hombre frente a él fuera un hombre común y no un personaje desalmado y codicioso pensaría que intentaba darle un trabajo de medio tiempo para que el adolescente frente a él aprendiera sobre la responsabilidad, sumado a ello en el momento que Biel escucho la palabra trabajo su mano que aún afirmaba la de su hermano se tensionó visiblemente, lo que daba en claro que ya sabía a que se refería y no le gustaba nada la idea.
En ese momento la madre que había permanecido en silencio finalmente habló.
"Tu hermano ya fue avisado, mañana irán a participar en una nueva obra, deben usar sus cuerpos para algo" dijo la señora Bianca recorriendo con la mirada el cuerpo de los dos chicos, Biel había sido cubierto por Asier en algún momento, por lo que la señora Ricci solo pudo ver su rostro.
Asier no comentó nada, la señora Bianca tampoco esperó su respuesta no le importaba su opinión al respecto.
Luego de una advertencia por parte del anciano sobre que tenían prohibido salir de casa a menos que fuera para trabajar en lo dicho por su madre les dio la espalda y se marchó del salón.
Asier tenía verdadera curiosidad sobre porque los dos mellizos eran tan odiados en esta familia, pero no tenía la intención de indagar en un tema delicado.
Ryu que había estado en silencio todo este tiempo finalmente se acercó cuando los dos adultos se fueron, les dio una palmada en el hombro a cada uno e intentó buscar palabras para consolarlos, pero nunca fue bueno expresándose, todo lo que pudo reunir fue un "todo estará bien, no se preocupen".
Asier no necesitaba ningún consuelo, todo lo dicho le había entrado por un oído y salido por el otro, inicialmente ni siquiera pensaba regresar a la mansión Ricci, solo había venido para recoger a Biel, tampoco pensaba quedarse, lo único que le preocupaba era que en este mundo ambos seguían siendo menores de edad y su madre tenía la custodia legal de ambos, mientras esto no fuera eliminado la mujer podía incluso firmar documentos por ellos y tomar trabajados de dudosa procedencia como en estos momentos, a Asier no le gustaba dejar los trabajos a medias, ahora que había venido a casa pensaba lidiar con todos los problemas de una sola pasada.
Miró a Ryu quien seguía con sus incómodas palabras de aliento y le sonrió, sus ojos estaban llenos de astucia y diversión, como si lo que estuviera a punto de hacer fuera una maravillosa obra de teatro, Ryu el que había sido designado como personaje principal no pudo evitar estremecerse.
"Hablemos a solas" dijo Asier en su dirección.
Ryu asintió y lo guio hasta su cuarto, Biel quien había sido dejado de lado miró nerviosamente a sus dos hermanos sin saber que hacer, Asier le sonrió de manera tranquilizadora, frotó su cabello y le arrojó las llaves de su cuarto, antes de mudarse había puesto un seguro extra en la puerta, estaba ocultó en la parte superior desde el interior y solo podía ser abierto y cerrado con una llave especial, solo había sido dejado para casos de emergencia, ahora que Biel se veía tan nervioso era mejor que se quedara en su habitación y lo utilizara, de esta forma nadie podría entrar a molestarlo nuevamente mientras ellos no estaban.
Cuando llegaron a la habitación de Ryu, Asier fue directo al grano.
"Quiero que le quites la custodia a nuestra madre".
Ryu quien había estado esperando que Asier se quejara e intentara convencerlo de ayudarlo con el trabajo y el castigo impuesto por la familia se sorprendió tanto al escuchar sus palabras que se quedó sin habla y petrificado justo al lado de su escritorio.
Asier esperó pacientemente sentado en un pequeño sofá a que él otro recuperara el habla, luego de más de un minuto finalmente Ryu habló "¿Sabes lo que me estas pidiendo?".
"Sí" por primera vez Asier no contestó con un sonido vocal ni mostró su sonrisa perezosa, su voz era firme y seria, sin dar la opción de pensar que estaba bromeando.
Sin embargo, Ryu aun así se negó "No puedo hacer algo así".
"¿Tienes miedo?" preguntó Asier con curiosidad.
"No, no es por eso, ustedes dos… no puedo tomar la custodia de ustedes dos, ni siquiera madre debería tenerla…" Ryu se calló rápidamente al darse cuenta de que había hablado de más.
Asier lo miró fijamente sin pestañear, no estaba sorprendido de escuchar palabras tan extrañas, hace mucho tiempo que se había esperado cualquier cosa, no era normal que dos chicos que no habían hecho nada malo fueran tratados tan despectivamente desde el nacimiento "¿A qué te refieres?".
Ryu se negó a continuar hablando y a mirarlo a los ojos "estarán bien, no les sucederá nada, no debes preocuparte" intentó apaciguar a Asier, sin embargo, el adolescente podía ver que intentaba tranquilizarse a si mismo en vez de a su hermano pequeño.
"Si tu no tomas la custodia, de todas formas, encontraré la manera legal de quitarle la custodia a la señora Ricci" Asier se levantó del sofá y se marchó de la habitación, no estaba molesto, había esperado la respuesta de Ryu, aunque las palabras sobre que la señora Ricci no debía tener la custodia lo habían dejado con curiosidad, al parecer era hora de investigar.