En el momento que Asier llegó al lugar descrito vio a varias personas desconocidas, todos charlaban y bebían relajamente, la sala privada era lo suficiente espaciosa como para albergar a más de diez personas sin ningún tipo de problema y estaba mucho más silencioso que afuera.
Asier se sentó en el puesto más alejado y pidió más bocadillos a uno de los encargados, la persona más cercana a él era un chico que nunca había visto antes, cuando este lo saludo le devolvió un saludo silencioso y continuo en lo suyo, no sabía si el verdadero Asier conocía a estas personas y esperaba que no fuera así, de esta forma no tendría que actuar como si los recordara.
"Amigo, no solo comas, toma, bebe con nosotros" dijo el chico alargando un vaso lleno de alcohol.
Si Asier hubiera estado en su verdadero cuerpo no hubiera dudado en agarrar el vaso y tomárselo sin problemas, sin embargo, luego del fiasco de la última vez cuando olvidó que la tolerancia de este cuerpo no era tan buena como la suya y se le arrojó a un hombre que apenas había conocido un par de veces, no pudo evitar mirar el vaso con renuencia, esa vez había terminado bien, Hoshino era lo suficiente hermoso y amable como para que posteriormente no se arrepintiera de sus acciones, pero no creía tener tan buena suerte por segunda vez.
"Mn" dijo Asier sosteniendo el vaso, pero sin tomar de él, el hombre continuó insistiendo un poco más y el chico a su lado se le sumo, sin embargo, Asier hizo oídos sordos y continuó apoyado relajadamente en el sillón moviendo el vaso con calma de un lado a otro como si fuera una copa de vino, sus movimientos estaban tan llenos de clase y elegancia que los chicos se callaron y quedaron hipnotizados por el movimiento de su delgada y pálida mano.
En ese momento el chico que quedaba justo frente al asiento de Asier y que igualmente había estado pendiente de sus movimientos se levantó de su asiento y caminó en su dirección, cuando sus miradas se encontraron Asier lo miró con curiosidad aunque su mirada seguía sin tener rastro de emoción, el hombre le sonrió y cuando sus zapatos estaban casi tocando las botas de Asier finalmente se detuvo, alargó la mano y tomó el vaso en posesión de Asier tragándose todo el contenido en solo unos tragos, en todo momento miró a Asier directamente a los ojos y cuando finalizó le sonrió como si fuera el noble caballero que había salvado a la damisela en apuros.
Asier no pudo evitar sonreír con burla, hace mucho tiempo que no veía a una persona que pensara que necesitaba ser ayudado, sin embargo, el hombre malinterpretó su sonrisa, en un rostro tan delicado y hermoso, pensó que el joven chico le sonreía en agradecimiento, lo que lo hizo mucho más seguro en sus aptitudes.
"Ustedes no deberían estar molestando a las personas" dijo el hombre en dirección a los otros dos chicos que habían estado insistiendo en que tomara.
El nivel de alcohol dentro del cuerpo de los chicos era bastante alto luego de tantos tragos, por lo que solo lo tomaron como una broma y continuaron en sus propios asuntos.
El hombre sin esperar una invitación se sentó al lado de Asier y le volvió a sonreír "Hola, mi nombre es Gunth, no escuches a los chicos, si no quieres, no aceptes el vaso, todos vinimos a divertirnos".
"Mn" asintió Asier, cuando la verdad había aceptado el vaso porque le gustaba mover el alcohol dentro del vaso, a pesar de que no era un copa seguía funcionando para su entretención.
El chico continuó sonriéndole "¿Cuál es tu nombre? Tu voz es tan suave, eres mucho más hermoso que cualquier chica que haya visto".
Asier ya estaba acostumbrado a que le dijeran estas palabras o a verlas grabadas en los ojos de otras personas, él mismo tenía la misma opinión desde la primera vez que había visto este cuerpo, para una persona que había sido una chica permitió que el cambio fuera mucho más cómodo, si hubiera estado en un cuerpo alto, ancho y musculoso, estaba seguro de que aún hoy lo encontraría incómodo y extraño.
Gunth no se sintió incomodo con el silencio de la otra persona y continuó acercándose a Asier "¿Quieres algo de comer o tomar? Puedo traerte lo que quieras".
Esta vez Asier se dio vuelta a mirarlo, encarnó una ceja y miró con curiosidad al hombre.
¿No podía ver la negativa en el ambiente?
Ni siquiera había contestado la pregunta sobre su nombre… ¿No es esa negativa suficiente?
No era que el hombre no fuera guapo, la verdad era bastante atractivo, pero al lado del recuerdo de Hoshino que tenía grabado de forma permanente en su mente se veía bastante insignificante, además le frustraba la gente que invadía su espacio personal sin su permiso y este chico estaba prácticamente a un paso de estar sobre él.
"¿Qué tal si agregamos números?" continuó el chico ajeno a la mirada molesta que le lanzaba Asier.
No sabía si era buena o mala suerte, pero en ese momento apareció la persona que lo había invitado al lugar, lo saludó animadamente y le entregó otro vaso de licor.
"Pensé que no vendrías, hace cuanto tiempo que no nos vemos, ¿Qué has estado haciendo?" palmeo su hombro.
"Mn, nada interesante" dijo Asier volviendo a tener un vaso, el movimiento de su mano se reanudo.
Valentín empujado a Gunth y se sentó a su lado, el chico le lanzó una mirada molesta, pero Valentín que tenía toda su atención orientada hacia Asier no se percató "Cómo puedo creerte algo así, apuesto a que estás trabajando en algo, toda la escuela sabe que firmaste con una compañía de entretenimiento".
Asier asintió "Mn".
"No tienes que decir nada, un primo materno también participa en estas cosas, nunca me cuenta nada, al parecer es parte de las reglas hasta que se haga oficial" lo tranquilizó Valentín aún con una sonrisa familiar y alegre, sus ojos estaban levemente rojos y desenfocados, pero su voz seguía siendo clara y entendible.
Asier asintió, aunque la verdad no estaba preparando nada…
El vaso que le habían entregado olía bastante bien, un leve aroma a cítricos impregnaba la bebida, no pudo evitar tomar un sorbo, cuando su lengua volvió a sentir un sabor a naranja se tomó todo el vaso directamente, tanto la naranja como el chocolate eran sus sabores y olores favoritos.
Continuaron conversando unas palabras más, cuando el chico que había sido desplazado volvió a hablar.
"Primo no sabía que lo conocías, ¿no nos presentas?".
Valentín recién se dio cuenta que su primo paterno estaba a su lado "Por supuesto, por supuesto, no sabía que estabas interesado, es Asier mi compañero en la escuela" dijo alegremente.
Gunth sonrió y estiró la mano para apretar la de la otra persona en señal de saludo "Oh, así que ese es tu nombre, un placer".
Asier asintió en su dirección en respuesta, pero no estiró la mano para corresponder al saludo, a Gunth no le importó, sino que se encantó aún más con la actitud de la otra persona.
Valentín ajeno a la situación de las dos personas, agarró el brazo de Asier y lo levantó "Amigo, ven te presentaré al resto de las personas".
Asier asintió y lo siguió, quería alejarse de la persona que se lo comía con la vista de manera tan descarada, dejó el vaso en la mesa cercana, sin embargo, luego de unos segundos lo volvió a tomar "Espera, ¿Dónde hay más de este?".
"¿Te gustó? Tienes un gusto especial, a la mayoría de las personas no les agrada".
"Mn" dijo Asier, podía entender porque a mucho gente no le gustaba, había sido malditamente dulce, parecía una bomba mata diabéticos.
"Ven, pediré más para ti".
Valentín arrastro a Asier a saludar a todas las personas presentes, el joven solo asintió en señal de saludo y continuó bebiendo la bomba de azúcar que le habían traído, luego de cinco vasos se comenzó a sentir un poco mareado y salió a tomar aire al balcón más cercano.
El local quedaba en pleno centro de la ciudad, a media noche las luces de todos los locales nocturnos y edificios continuaban encendidas, desde el balcón permitía apreciar una vista hermosa, sin embargo, Asier no podía apreciar la vista frente a sus ojos, se sentía incómodo, como si le falta algo, o se hubiera olvidado de algo importante, llamó a un camarero y continuo bebiendo, quería que la sensación desapareciera, pero con cada vaso era cada vez más notoria, sin previo aviso sentimientos que no sentía desde que era un niño pequeño volvieron a él, melancolía y tristeza, se sentía solo y aburrido de todo y, por primera vez desde que había llegado a este mundo miraba hacia el frente sin saber que hacer, continuar el día a día parecía tan cotidiano, ¿realmente solo respirara y viviría de esta forma el resto de su vida? El sentimiento de que debía recordar algo importante era cada vez más persistente, golpeaba su cabeza produciéndole dolor y mientras su vista se ponía cada vez más borrosa y el dolor aumentaba en varios grados una serie de recuerdos lo comenzaron a inundar, estaban fragmentados y dispersos, por un segundo podía ver a dos niños pequeños corriendo tomados de la mano, uno tenía el cabello plateado y el otro negro, las sonrisas de las dos personas eran sinceras y brillantes, un hombre los perseguía desde atrás como si estuviera jugando con ellos, las risas del hombre también eran sinceras y felices, al segundo siguiente el chico de cabello plateado era golpeado con un par de papeles por otro hombre distinto, unos segundos después el mismo chico estaba en el comienzo de su pubertad, se lo veía persiguiendo a diferentes chicas, todas tenían características similares, cabello dorado o castaño claro y ojos de distintas tonalidades de azul, el chico de cabello plateado se sentía atraído por esas características, sin embargo, luego de unas cuantas palabras toda su emoción inicial se desvanecía y las botaba como si no fueran más que un trozo de basura, se sentía frustrado y molesto.
Cuando volvió a recuperar el sentido de realidad Asier continuaba en el balcón, miró su celular, habían pasado menos de cinco minutos y su cabeza había dejado de doler, se sentó confundido en el suelo mirando a la ciudad iluminada pero sin ver algo en realidad, su mente seguía metida en los diversos recuerdos que le habían llegado, estos eran parte de los recuerdos del propietario original, incluso había sentido las emociones de la otra persona cuando los estaba viviendo, pero no podía entender porque luego de tantos meses finalmente habían llegado algunos fragmentos.
"¿Estas bien?" sonó una voz sobre la cabeza de Asier, el chico había estado tan concentrado que no había notado ni siquiera cuando la persona se había acercado a él, levantó la mirada y vio a un joven mesero que sostenía una bandeja vacía.
Asier no entendía porque le preguntaba aquello "¿Eh?".
"Estas llorando, ¿te encuentras bien?" lo miró preocupado el chico.
En ese momento Asier sintió lo mojada que estaban sus mejillas y como si su cuerpo estuviera actuando por voluntad propia las lágrimas continuaron cayendo sobre sus palmas y pantalones, intentó detenerlas, pero fue en vano, con cada segundo se hacían cada vez más fuerte y finalmente se trasformaron en fuerte sollozos, Asier solo pudo observar como su cuerpo lloraba de dolor sin comprender.
El hombre estaba cada vez más asustado por este cliente, le preocupaba que su preguntaba hubiera desencadenado y puesto peor a la otra persona, intentó razonar y consolar al chico en el suelo, pero fue en vano, el mismo Asier se sentía avergonzado con la situación y solo quería que el mesero se marchara.
Con la voz quebrada le contestó lo mejor que pudo "Estoy bien, vete".
El mesero asintió con la cabeza y se marchó, había estado nervioso sin saber que hacer, no podía meterse en los problemas de los demás, pero al mismo tiempo la otra persona no lo había echado, si se hubiera ido cuando lo había visto llorando habría sido increíblemente incómodo.