Nuevamente estaban en el lugar del templo, donde al abrir sus ojos se encontró con Amanda quien lo estaba abrazando con un brazo mientras que con el otro libre, sentada en el suelo, amenazaba a la jinete con una daga sin importarle lo vulnerable que se encontraba en esos momentos por proteger a su compañero.
— Vuelve a tocarlo y verás.— la amenazó Hambruna.
— Lo estoy tocando ahora mismo y no veo que me hagas daño.— le sonrió desafiante.— vete de aquí y deja de tratar que mi esposo te vuelva a amar... no creas que no vi tus intenciones en la ceremonia de bodas, maldita víbora arrastrada.— frunció el ceño.— eres su pasado, acéptalo y quédate ahí, ¡así que entierra ese amor que le profesas y lárgate de mi vista!
La mujer se encontraba molesta por las palabras dichas por Amanda, su rabia era tan grande que se lanzó para atacarla, sin esperar que Ethan alzara su mano en contra de ella. Su sorpresa fue demasiada que la hizo detenerse en seco para verlos con una mueca y su entrecejo fruncido.
— Lastimas a Amy... y te juro que no me detendré hasta terminar con cada uno de ustedes cuatro.— la amenazó mientras en su mano sostenía una llama de fuego.
— P-pero... Ethan, ¡debes amarme a mi!. ¡Solo a mí!.— retrocedió.— no me digas que esta mujer carente de atributos llamó tu atención.
— Amy es linda tal como es, no necesita nada más. Todo es hermoso a mi vista, ¡pero tú!... eres una basura de persona.— le dijo mientras trataba de sentarse con ayuda de su acompañante y con cuidado de no lastimarla con su fuego.— el amor que un elemento inocente te ofreció tú solo lo... ¡Ahg!, me das asco.
— Hambruna, largo de aquí.— le pidió Amanda quien abrazaba a Ethan quien se encontraba sentado a su lado.— por que si me llego a entrar de que le hiciste algo a Ethan... te buscaré para hacerte pagar.
— ¿Y tu qué tanto lo defiendes?.
— Lo hago por que tratas de llevarlo hacia un callejón sin salida, tal y como le dije a Muerte... ustedes son nuestro pasado.— liberó a Ethan para levantarse, estaba dispuesta a enfrentar a esa mujer si ella los atacaba.— no recordamos nada como ustedes y eso es lo mejor... por que viviríamos en el pasado, lamentando lo que no hicimos y amando de la manera incorrecta por aferrarnos a ustedes que están llenos de sed de venganza e ira.
La jinete al ver que la elemental de aire aún la estaba apuntando con la daga, se lanzó contra ella sin arma alguna. Estaba cegada por la ira que le hizo hervir la sangre, sin pensar que esa sería su perdición.
Tan pronto como la tuvo cerca de ella, clavó la daga en el costado de la jinete y luego la sacó con la misma rapidez con la que había actuado ante la situación.
— Primer aviso, el segundo irá en tu pecho.— le dijo mientras se posicionaba frente a Ethan con la intención de protegerlo.— vete, te perdonaré la vida. Pero solo por que no me gustaría pelear contra alguien cegada por el odio, sabemos como terminará esto si no piensas bien las cosas.
Verla sentada en el suelo mientras se sostenía la herida le hizo sentirse más segura a la de cabellos castaños, quien solo ayudó al elemental de fuego a levantarse del suelo para llevarlo a otro lugar. Estaba tan concentrada en salir de ahí que no se percató de que Hambruna se había lanzado contra ellos, si no fuese por Ethan que al escuchar la respiración agitada de la jinete, ellos habrían sido atacados de la manera más cobarde posible. El joven creó una bola de fuego para lanzarla hacia la mujer, ya que tenía claras intenciones de lastimar a ambos, y eso no se lo iba a permitir.
Esquivó con dificultad el ataque para luego mirarlos con un profundo odio — ¡¡¡SON UNOS DESGRACIADOS!!!, ¡ME LAS VAN A PAGAR!.— les amenazó mientras los veía alejarse.
La amenaza no les afectó para nada y siguieron caminando por los pasillos del templo, dándole menos importancia a la mujer. Sabían que tenían que hacer lo posible para salir de ahí, pero no sabían como, así que siguieron su intuición.
— Ethan.— le habló para llamar su atención.— te debo una disculpa.
— ¿Por qué te disculpas?.— la miró.
— Pues... Agua y yo no seguimos las reglas y fuimos a ver a nuestros guardianes, por nuestra culpa fuimos atrapados.— bajó la mirada.— lo siento.
— Ah, por eso... no te preocupes, todos cometemos errores.— le sonrió con amabilidad.— comprendo tu frustración.
— Ethan...— tomó con seguridad la mano del contrario.— ¿por qué eres tan comprensible y amable si hice algo malo que nos orilló a casi caer en las garras de...?.
Las palabras de la joven cesaron a causa de un extraño sentimiento que inundó su pecho, algo le decía que estaba mal. El rubio no notó el comportamiento de Amanda, pero aún así respondió aquella pregunta que había dejado a medias.
— Lo hago por que nadie me comprendió, no me gustaría ser igual que mis padres que creen que cometer un pequeño error es un pecado.— le sonrió.— es normal que cometamos errores por que de ellos aprendemos.
La sonrisa del joven se desvaneció al ver el semblante pálido de Amanda, la chica estaba sosteniendo su pecho con ambas manos mientras tenía su mirada perdida en la nada. Verla en ese estado le hizo temer de que Hambruna la había atacado pero la falta de la presencia de aquella mujer le daba a entender que no había sido así, lo que solo le dejó una opción que le hizo temblar de tan solo pensarlo.
Con preocupación la abrazó, sabía que si ella se estaba comportado de esa manera... debía ser algo muy grave, y aún más por lo que su guardiana le había contado cuando se conocieron. Quiso preguntarle si se encontraba bien, pero ella se le adelantó en tomar la palabra.
— No te preocupes por mi.— se separó de él y ante su mirada atenta le dedicó una sonrisa con la cual esperaba tranquilizarlo.— solo debo de encontrarlo y ayudarlo.
— Amy, no estás sola en esto.— la tomó de ambas manos.— somos compañeros, así que iré contigo.— la miró con cierta determinación que desbordaba de su mirada.
— Es agua, no quiero que te lastime.— desvió la mirada.— se que somos compañeros y que debemos estar juntos pero... no sé que pensar de tan solo imaginar que Kohei te lastime por lo que ahora es.— suspiró.— no quiero perder a alguien como tú.
— Y yo no quiero perder a alguien como tú, eres la única que llena mis días y mi soledad. No te comportes como mi caballero de armadura brillante y déjame ser a mi el tuyo.— le habló con cierta molestia.— me siento inútil cada vez que tu te enfrentas al peligro... primero Pobreza y luego Hambruna... estás loca, ¿lo sabías?
— Loca o no, siempre veré por la seguridad de los demás y la mía será para al último. Ethan, perdóname por hacerte sentir así pero... es que no puedo evitar lanzarme contra ellos... es como si algo me dijera que evite a toda costa que te lastimen.— le explicó lo último con un tono lleno de seriedad.
— Pero Amy...
Lo interrumpió.— Ve a buscar a Gaia, yo iré por el ahora monstruo del agua. Te prometo que no haré nada que...
El rubio sin pensarlo solo la abrazó con fuerza, cosa que le dio a entender de que no quería dejarla ir, pero tenía que hacerlo para que ayudara a Kohei quien se encontraba en serios problemas.
— No me gusta que me hagas promesas... amaría que me dejaras ir contigo para resolver juntos el problema... querida.