Cada uno de sus suspiros eran provocados por una sola persona, Amanda. Le dolía demasiado el no haber podido haber aclarado el malentendido, pero no podía hacer nada, solo le quedaba buscar la salida de aquel lugar extraño pero al parecer por obra del destino o tal vez divina, fue atrapado por una gran enredadera que lo arrastró a la oscuridad.
— ¡¿Qué es esto?!.— del dolor solo frunció el ceño.— Ahg, Gaia debe ser la responsable de esto.— mencionó a la vez que cerraba sus ojos para concentrar en sus manos cautivas una bola de fuego.— me diste consejos inútiles y supuestamente maduros... no puedo creer que hayas cedido ante las mentiras.
El fuego que había creado comenzó a consumir la gran enredadera, pero cuando al fin logró liberarse por completo, logró visualizar la salida. Sin pensar dos veces, corrió hacia ella, pero al salir al jardín se llevó una gran sorpresa.
— ¡¿Un desierto?!.— gritó sorprendido al ver a su alrededor.— Gaia, ahora si estamos en problemas.— mencionó al ver a lo lejos un gran monstruo que se encontraba lanzando grandes rocas a algo.— eres...
No quiso molestarse en mencionar algo sobre la bestia en la que se había convertido su compañera, así que solo corrió hacia el lugar, pero extrañamente logró ver una escena que le hizo paralizarse por la sorpresa. Aquello que le había hecho detenerse, fue ver a Amanda y al jinete del apocalipsis "muerte" luchando contra el gran golem de piedra. La de cabellos cafés se encontraba corriendo en sentido contrario al del de orbes amatista quien sonreía levemente mientras veía a la chica quien trataba de empujar lo más lejos posible al golem con ráfagas de aire que le lanzaba.
Por otro lado el corazón de Ethan se estremeció, algo lo había golpeado, y con ello trajo un pensamiento muy arriesgado. Elevó una de sus manos y sin pensar en las consecuencias que le traería hacerlo, lanzó una gran bola de fuego hacia el jinete que se encontraba distraído llamando la atención del monstruo.
Habló William emocionado por el avance de la elemental de aire— Amy, es hora de...
Al verlo, lo interrumpió ya que había notado lo que se aproximaba hacia él.— ¡¡William, cuidado!!!
Amanda sabía que no sería capaz de esquivar el ataque, así que por más peligrosa que fuese su idea lanzó una fuerte ráfaga de aire hacia la gran bola de fuego. El impacto de ambos ataques se combinaron y llegaron hacia las grandes enredaderas que había creado el golem, y estas al recibirlo se encendieron.
Ethan al ver la acción de Amanda, solo sintió su corazón hundirse, pero no se quedó quieto. Cuando el jinete y la elemental habían ya aprisionado al golem entre 5 tornados de aire, el rubio solo lanzó fuego hacia la prisión, cosa que llamó la atención de William y Amy.
— Creo que es demasiado tarde para ayudarnos, fue algo tonto de tu parte lanzar un ataque así... pudiste haber lastimado a Amy.— le regañó el jinete.— Fuego, así nunca vencerás a la deidad oscura.
— Ah~.— suspiró al ver la expresión de confusión de Ethan.— Mira, no se en que estabas pensando pero... no debiste hacerlo. Aunque es comprensible, tal vez estabas desesperado por lo que le sucedió a Gaia.— con una expresión neutra se dirigió al rubio para después tomarlo del hombro con el fin de tratar de tranquilizarlo.— William y yo haremos lo posible para rescatar a TÚ amada Gaia y a mi hermano elemental Kohei.
— ¡¿Amada?!.— preguntó Ethan después de salir del trance, al parecer aquello fue lo que más le importó en el momento que lo que le había sucedido a sus compañeros.— ¡yo no amo a Gaia!
— Vamos Ethan, eso me lo dejaste claro antes.— se alejó de él y sin mirarlo comenzó a caminar hacia la salida.— William, ¿podrías llevarme a donde se encuentran los demás jinetes?.— le preguntó al de cabellos blancos, quien solo asintió para después acercarse a ella y tomarla con delicadeza del brazo.
Estaban a punto de salir del lugar, pero el rubio corrió hacia ellos y con fuerza se interpuso en medio de los dos y los separó. Ambos lo veían con extrañeza hasta que vieron el rostro de Ethan, quien se encontraba con los ojos cristalizados al borde del llanto a la vez que su entrecejo estaba fruncido.
Amanda estaba a punto de hablar pero William entendió lo que sucedía, así que solo le hizo una seña para que guardase silencio.
— Los dejaré solos.— dijo el jinete, que solo siguió con su camino para ir hasta la entrada del templo, pero antes de atravesar el marco de la puerta rota, habló.— Amy, estaré esperándolos adentro.
— Esta bien, aunque esto no demorará mucho. Así que no te preocupes, ¿no es así Ethan?.— le preguntó a la vez que se cruzaba de brazos.
El elemental de fuego solo asintió en silencio para ver como el jinete salía del lugar para darles privacidad, al no visualizarlo, solo soltó un suspiro y con temor habló.
— ¿Me odias?.— desvió su mirada.
— Claro que no, solo me siento traicionada... creí que teníamos una relación especial, tal vez amistad pero... vi que no.— le respondió siendo lo más directa posible para evitar causar confusiones.
— Amy, claro que lo es...— le dijo a la vez que se acercaba a ella.— lo nuestro es especial y de muchas vidas atrás.
— ¿Me quieres tomar por tonta?. Vamos Ethan, me dijiste que no teníamos nada especial y que no debía preocuparme por ti... que nuestro lazo no es fuerte para que yo te tratase de una manera especial.— frunció el ceño.— ¿y ahora... vienes con que si tenemos algo?. Deja de confundir a mi corazón.
— No quise confundirte, solo que...— al estar cerca de ella sus palabras se detuvieron con la finalidad de acercar su mano hacia le mejilla Amanda.— el tiempo que pasé con Gaia... ella me dijo que debía tratarlos de una manera cortante, que eso les gustaba a ti y a Kohei por se elementos provenientes de un astro que solo salía de noche.
Se sintió indignada al escucharlo, y con molestia le dio un manotazo para evitar que la tocara del rostro, escucharlo le hacía querer dejarlo solo pero su corazón le decía que se quedara a escuchar. Ah... como odiaba a su propio corazón que le dictaba seguir sus sentimientos.
— No todos somos iguales, y... Gaia estaba equivocada. Kohei y yo no necesitamos indiferencia para sentirnos amados, también queremos sentir la calidez de las personas y ustedes... ahora entiendo la actitud de Kohei hacia ustedes.— su ira era tanta que sin pensar en sus acciones lo empujó para hacerlo caer a la arena.— él no quería que me lastimara tu indiferencia como le sucedía con él por culpa de Gaia.
— Ella no es mala, solo que... ella tal ves tiene una forma diferente de demostrar amor.
— No la cubras, nadie se merece que le den frialdad cuando entrega todo el amor que tiene en su corazón. Si tanto la quieres y proteges... quédate con ella, yo me iré con William para acabar con esto.— le dolía demasiado hacer eso, pero estaba consciente de que no merecía a alguien que la lastimó por escuchar a alguien que no sabía cómo demostrar amor.— pronto... seremos libres, el castigo terminará y también no volveremos a vernos.
— No digas eso.— le dijo a su vez que comenzaba a levantarse.— se que soy un grandísimo idiota por haber escuchado a Gaia y que debí haberte seguido tratando como normalmente lo hacía, por eso... perdóname.
— Te perdoné desde que hablamos en aquel pasillo, pero... aún me duele. Ethan, me lastimó escuchar tus frías palabras.... yo... realmente me enamoré de ti pero...— no logró contener sus lágrimas, molestia y tristeza era lo que la habían inundado, ambos sentimientos le hicieron dejar de lado su semblante serio, dándole paso a su llanto.— me di cuenta que eso no te importó.
— Amy... yo...— al verla tan dolida, solo se acercó a ella para tratar de limpiar sus lágrimas pero Amanda le tomó con fuerza de la muñeca para detenerlo.— yo también siento lo mismo que tu, me enamoré de ti desde el momento en el que nos conocimos.... incluso todo el tiempo he pensado en ti... te amo Amanda.
— ¿Volverás a mentirme?. Ethan, no quiero tu compasión. Lo que necesito ahora es un compañero y no un amante, tal vez si no hubieses tirado a la basura mis sentimientos por un simple consejo estúpido... hubieses sido lo único que necesitaría para luchar, en pocas palabras... mi motivación.— con su mano libre se secó sus propias lágrimas para tratar de tranquilizarse y con ello cambiar el rumbo de su conversación.— si quieres salir de este lugar, debemos luchar contra la deidad. William está de nuestro lado, así que no lo vas a lastimar, bueno si es que quieres ir al campo de batalla.
— ¿Ahora me vas a lastimar?.— la miró con tristeza.
— Olvida todo esto y concentrate en la misión, si ya no quieres pelear... es mejor que te vayas y nos dejes esto a mi y a William.— le soltó el brazo.
Verlo paralizado solo le hizo sentirse mal, pero no quería ir a abrazarlo por más que quisiera debía contenerse, así que para no verlo más le dio la espalda para comenzar a caminar hacia la entrada del templo, pero antes de desaparecer la voz de Ethan la detuvo.
— Iré, con ustedes pero... no creas que yo busco ser alguien que le gusta tener a su merced a las personas.— caminó hacia ella para después ponerse frente a la chica.
— Demuestra que eso no es cierto en el poco tiempo que nos queda en este lugar.— le dijo Amanda.
— Estoy a tus pies y órdenes.— le dijo a la vez que hizo una reverencia.
— ¿Lame botas?. Necesitaras algo más que eso para demostrarme tus sinceras palabras, por que la mentira opacó mi visión sobre ti.— con disgusto fingido cerró sus ojos para acto seguido rodearlo para seguir con su camino.