Los villanos no se enamoran.
Es estúpido llegar a creer eso ¿Quién quería al malo?
Alguien que no es capaz de controlar sus emociones no debería hacerlo.
Pero entonces ¿Por qué me enamore?
Ambos nos encontrábamos en un pequeño riachuelo.
Frente a frente, mientras el pronuncia lo siguiente.
"Te am"
Si dejo que me diga esas palabras yo..
Ya no podre hacer lo que hago.
Si lo dejo terminar ya abra vuelta atrás.
Hace 4 meses…
No había visto al humano cuyo nombre era Augusto.
Puesto que no tenía nada que hacer decidí darme una vuelta por este patético pueblo.
Escuche sobre un restaurante que atiende un orco, dicen que es muy bueno. Aunque las personas solo van a ver al cocinero y la mesera.
Bueno, igual no había nada que hacer mientras llegaba la hora de mi primera misión.
Cuando paso por la puerta principal me recibe la chica demonio con una sonrisa.
- Buenos días cliente ¿Qué desea? - dice la chica demonio fingiendo una sonrisa, luego me señala una mesa.
- Dame la recomendación del cocinero- pregunto mientras miro la carta que ella me entrega. Había escuchado una idiotez sobre eso.
- ¡Amo una recomendación! Grita.
- Voy- exclama una voz conocida.
No puede ser…
Otra vez ese humano, aunque era algo obvio.
Viste elegantemente para ser un simple cocinero.
- ¡Ha! ¡eres la dueña de la florería, que gusto verte! Dice mientras sonríe.
Evito mirarlo directamente a los ojos, sus ojos dorados tienen un no sé qué, que me es imposible evitar, al igual que su sonrisa.
- ¿Cómo te fue con tus hijas? Le pregunto.
- Me fue excelente, ellas amaron las flores, agradezco lo que hiciste por mi- responde y luego pregunta- ¿ahora que te gustaría pedir?
- Aja- Le señalo algo en el menú.
- Perfecto, dame unos minutos y estará listo.
Por motivos estúpidos decido preguntarle algo ¿Cómo sigues después de la golpiza? (pareciera que me estoy descuidando)
- Dolió bastante, pero ahora estoy bien. Por cierto, gracias por preguntar.
- No me interesa, solo espero que no vuelvas a manchar el piso de mi negocio- corto la conversación.
- Lo siento por eso, la próxima vez dejare que me golpeen afuera- responde y se pierde en la cocina.
No sé si lo dijo en broma o fue enserio, igual no le prestó atención, después de todo no me interesa.
La chica demonio no ha desviado la mirada, observa cada uno de mis movimientos, parece un animal de caza mirando los movimientos de su presa.
Al poco tiempo llegan al restaurante dos mujeres que trabajan en el gremio, una de piel verdosa azulada y la otra una semihumana felina.
- Mocosa dame lo de siempre- le dice a la chica demonio ¿y tú que quieres Bast?
- Me gustaría la recomendación del chef- dice ella un poco apenada.
- ¡Amo, Bast se lo quieren comer! Exclama entre risas Alpha.
- ¡QUE! ¡yo..yo no dije eso! Grita apenada la semihumana.
Una mujer orco suelta una carcajada al igual que el goblin que atiende la caja.
Luego un orco muy fornido sale de la cocina.
- ¿Pediste la recomendación del chef o al chef? Pregunta a modo de burla el orco.
"…."
- Si quieres pedírselo ve a la cocina mi pequeñita- exclama el orco.
Luego la chica demonio le susurra algo al oído - tal vez puedas comértelo allí mismo, incluso puedo ayudarte y cerrar la puerta.
La gatita se torna roja como un tomate.
- ¿Entonces puedo ir a la cocina y preguntarle al chef sobre mi plato? Los interrumpo.
- Si claro señorita, es nuestra política, muchos de los clientes femeninos lo hacen- responde el orco.
- Perfecto- me levanto de mi asiento y me dirijo a la cocina. La gatita queda boquiabierta, al igual que su compañera, la mujer orco y la chica demonio.
Golpeo suavemente la puerta - Disculpa señor cocinero, me puedes explicar cómo haces el plato y decirme cual es el mejor.
- ¡Claro! Responde el humano llamado Augusto jovialmente.
Me empieza a explicar como hace dichos platos, en verdad es un hombre aburrido, no creo que alguien sea capaz de enamorarse de este sujeto, lo escucho por 5 minutos antes de aburrirme, casi me duermo.
Agradezco falsamente y vuelvo a mi puesto.
Quiero quemar este lugar, pero me es imposible. La mujer con piel extraña y la chica demonio parecen vigilar lo que hacen todos los clientes, es posibles que puedan rastrear la magia, aunque no perdería nada intentándolo.
Cuando el humano se acerca con mi plato uso mi magia a niveles poco detectables.
Caliento la bandeja lo suficiente para quemarle las manos y hacerlo soltar el plato, regando el contenido.
El humano se ve las manos sin piel, solo la carne palpitando por el calor, parece sorprendido por lo sucedido, pero, aun así, me sonríe.
- Disculpa, tu plato se me resbalo- me dice, -quizá demore un poco más con los otros pedidos jefe.
La chica demonio y la de piel extraña corren a mirar las manos del humano.
- ¡Que demonios paso! Apunta su jefe.
- ¡Amo que sucedió! ¿Por qué sus manos están así? - pregunta la chica demonio- ¡debemos ir al hospital inmediatamente!
- Creo que me descuide y me resulte quemando las manos- exclama sin entender lo sucedido- responde el humano sin darle importancia.
Entonces no pueden detectarme, seria sencillo matarlos.
- Esto no es nada, solo necesito unas vendas para continuar- exclama el humano muy tranquilo.
La joven de piel extraña preocupada está a punto de llevarse al humano, pero.
La chica gato se levanta primero y le toma del brazo, sacándolo del restaurante.
Pero antes de irse el orco dice algo.
- ¡Esto va a salir de tu salario!
- ¡Lo se jefe, discúlpeme ese error!
< ¡Es que este maldito humano no siente dolor!> Pienso molesta, es la segunda vez que no lo veo quejarse, ¡¿Por qué diablos no se queja?! ¿Por qué carajos es tan resistente? ¡acaso no es un debilucho! Vi cuando esos sujetos le partieron la cara, pero aun así no se quejó o se rindió ¡porque carajos no desfallece!
Al rato vuelve con sus manos vendadas, el daño que causo (cause) ya había sido recogido por la chica demonio. En total pasaron unos diez minutos desde lo ocurrido.
Sus vendas estaban cubiertas de sangre, apenas puede mover las manos.
- ¿Estás seguro de que puedes? Le pregunta la semihumana preocupada- creo que deberías ir a casa y que alguien cuyo nombre no quiero decir ¡no te cobre los platos! - ella mira al orco quien desvía la mirada.
- ¡No te preocupes! Responde confiado - ¡A Maki su tía casi la mata entrenando, esto no es nada en comparación a lo que ella hace!
- ¿Maki? Me suena familiar.
- ¡Mis pequeñitas se esfuerzan al máximo, ¿Por qué su padre no lo haría?!
- Como no amarlo- exclama la mujer de piel extraña, ¿no crees mi querida amiga?
- Si..si- la gatita desvía la mirada -si necesitas algo Augusto solo dímelo, estaré para ti en cualquier momento.
La mujer orco le lanza una mirada picara.
Su jefe le dice que se tome el día libre, pero el humano insiste en que puede seguir trabajando, la gatita lo convence de que no debe sobre esforzarse, así que lo lleva hasta su casa, mientras la gente que hay en el restaurante vitorea.
El humano en cuestión es resistente al dolor, no se aflige por nada, parece ser que su motivación son sus hijas. ¿En qué forma lo puedo destruir? Luego se me ocurre algo interesante. Lo destruiré emocionalmente, si es la mejor opción, poco a poco lo conquistare, hasta que llegue el momento adecuado para romperle el corazón, destruyendo su moral, golpeándolo donde más les duele a los humanos. Esas cosas son tan sentimentales, si le puedo causar un daño emocional grave quizá hasta lo pueda matar.
- ¡Si,si,si,si,si! Intento contener mi emoción.
Por fin algo de diversión, destruiré a ese humano, hare que guste de mí, para al final romperle el corazón.
Cuan equivocaba estaba.
Los villanos también se enamoran y sufren por ello.
Los villanos sienten.
Los villanos pueden cambiar…
Pero al final del día, un villano es un villano.
Por más que lo quiera, no puede dejar de ser lo que es.