Al final me quede esperando la noche.
Les mentí a las chicas diciendo que habíamos quedado en el parque del pueblo.
Quizá sabía que sucedería eso.
Solo seguí un capricho tonto de mí mismo, quería preguntarle sobre mis hijas y al menos conocerla un poco.
Me fui a dar una vuelta al pueblo, deprimido.
Las calles estaban repletas de gente divirtiéndose.
Las noches de los fines de semana eran muy concurridos, espectáculos nocturnos, puestos de comida, restaurantes, bares.
Si tan solo estuviera Enrs me iría a beber con él.
Compro un dulce y me dirijo al parque donde me siento en una banca.
Solo como siempre.
Sus cuatro males se activan inmediatamente.
Sus dos pactos lo sienten.
Cuando Alpha quiere ir Tera la detiene.
- ¡Porque me detienes! ¡suéltame!
- No puedo dejarte ir, eso es algo que el mismo debe afrontar ¡acaso crees que a mí no me duele!
Las dos discuten un rato, pero al final Tera tiene razón ¿a que irían? Ellas no pueden animarlo, solo son una extensión de el mismo, es muy posible que se deprimiera más.
La depresión y baja autoestima siempre me han afectado y ahora más que nunca.
Mientras observo la luna como un idiota inmerso en mis pensamientos alguien me cubre los ojos con sus palmas.
- Dime quien soy- dice una voz coqueta.
- No sé, no tengo muchos amigos- respondo, tristemente.
- Cielos eso es muy triste ¿entonces no sabes quién soy?
- No lo sé.
- ¿Te doy una pista?
- No sé. Vuelvo a responder.
No tengo amigas no cuento a Tera o Alpha ya que son "yo"
- Que deprimente eres ¡Vamos piensa!
- Solo conozco a una persona, así que dudo que seas ella, pero igual lo diré ¿eres Bast?
- ¿No sabía que mis manos tenían garras? Se burla. ¡Da un último intento! si lo haces tendremos una cita, pero si te equivocas me iré sin que te des cuenta de quien lo hizo.
- ¿Intentas animarme?
- Quizá, dicen que tienes muchas admiradoras, pero ahora no veo ninguna.
Que gracioso es escuchar eso.
- A mi no me quiere nadie fuera de mis hijas.
No estaba de humor, así que suelto lo primero que se me viene a la mente.
- ¿Astrea? Fue lo único que se me ocurrió.
- ¡Error! Exclama deprimida ¿de hecho no se quien sea esa? perdiste tu oportunidad, y como prometí me iré sin que sepas quien soy.
Separa sus palmas y desaparece.
No giro, igual no me interesa, solo me quedo en la banca comiéndome un dulce mientras observo pasar la gente, algunos me saludan y les devuelvo el saludo. ¿me pregunto que estarán haciendo mis hijas? Ellas son tan buenas.
En verdad las únicas personas que me amaron fueron mis padres, mi hermano y mi difunta esposa. Desearía que nada hubiera ocurrido ese día.
Me quedo hasta altas horas de la noche hasta que por fin decido regresar a casa, las chicas aún estaban despiertas.
- ¿Cómo fue su cita amo? Miente Alpha, ella sabía lo que había ocurrido, ya que siente lo que su amo siente y eso Augusto lo sabe, pero aun así miente también.
- Bien, solo charlamos un rato, creo que iré al baño y luego a la cama- le digo.
Me voy a la cama deprimido.
- ¡Solo quería una amiga con quien charlar! Se que Alpha y Tera siempre estarán conmigo, pero…
Siento que soy un desagradecido con ellas.
No duermo esa noche.
Me disculpe con Alpha y Tera al otro día, les cuento todo, después de todo que mejor que discutirlo conmigo mismo.
Para despejar mi mente empiezo a practicar baile con ambas.
Unos días después me llego una carta avisándome que podía ver a mis hijas, pero que debía viajar por mis propios medios.
Eso me saca de la depresión.
Lo primero que hago es correr a comprar unas flores a la nueva tienda.
No había entrado ni una sola vez.
Creo que me tope una vez con la dueña, fue en el festival cuando el jefe me regalo esos libros y materiales. Ese día me quede como un idiota al verla, intente hacerme el desinteresado, pero es complicado, me es extremadamente difícil no intentar mirarla a los ojos, esos ojos violetas penetrantes. Para mí es como si viera una ninfa o una musa, no se trata de la belleza, se trata de lo que puede llegar a inspirarme el solo verla.
Aproveche un momento de descanso para ir y volver rápido.
Cuando paso por la puerta me invade un delicioso olor a perfume fino, la tienda está extremadamente organizada, cada flor se encuentra clasificada por color, olor y textura.
La dueña me sonríe, las piernas me tiemblan cuando ella me habla, noto que ni me mira, es obvio una mujer así no perdería el tiempo en alguien como yo, pero aun así me ayuda eligiendo unas flores, mientras le cuento algo sobre veo sus ojos, noto que la estoy aburriendo con mi chachara, entonces prefiero callar para no terminar de arruinarlo.
Para mi mala suerte unos sujetos me dan una paliza, pisotean el ramo y otras cosas más, también quedo debiéndole a la dueña, también debo quedarme de más para trabajar, pero el jefe omite eso mientras me dice que es mejor que descanse y vaya a que me miren las heridas.
No soy una persona violenta, por eso prefiero siempre resolver las cosas hablando. Aunque me golpearon bastante duro no respondí ni una vez, pero si lo hizo Alpha quien casi los mata.
Enmiendo mis errores limpiando la sangre y recogiendo lo que se destruyó.
No puedo verla directamente a los ojos, prefiero mirar al suelo. Soy tan patético, intento controlar mi pena pensando en otras cosas.
Aun así, ella me da ese nuevo ramo, incluso me da un sermón de lo patético que soy, por extraño que parezca las flores cambian de color varias veces mientras pasan de sus manos a las mías. Da igual no creo que vuelva aquí, después de este patético incidente no planeo volver a dar la cara, pero.
- Aun me debes las reparaciones de mis vitrinas, quiero que me pagues lo más pronto posible- dice ella molesta, luego de eso se va a su lugar y no me habla más.
Ciertamente los golpes me dolieron bastante, pero duele más ver que realmente sigo siendo el mismo sujeto patético de siempre.
Tera se entera de lo sucedido, sale de su trabajo y se encuentra con nosotros, inmediatamente le da una fuerte cachetada a Alpha la cual la acepta y empieza a llorar.
- ¡Se supone que tú eres la guardiana principal! Le grita Tera a Alpha- ¡mira lo que paso!
- Calma Tera esto le puede pasar a cualquiera- intento calmarla- solo tuve mala suerte.
- ¡Mala suerte! ¿mire como lo dejaron? ¡eso no es mala suerte! - responde ella.
- Esto no es nada- señalo. Quería acabar rápido esta conversación ya que estábamos llamando demasiado la atención.
- Ella tiene razón amo, no fui capaz de protegerlo cuando debía- interviene llorando Alpha.
- Para la próxima me proteges y listo, no hay problema- digo intentando zanjar la conversación o regaño.
Solo me anima una cosa y es que.
Vería a mis hijas el sábado.