Había disfrutado quemar todo ese día.
Pero ahora estaba terriblemente aburrida, no hacía nada en todo el día. Solo me dedicaba a fingir, uno tras otro, día tras día cualquier idiota venía a coquetearme. Me daban tantas ganas de quemarlos, mi estadía en este basurero parecía más un castigo que una misión.
En este asco de pueblo no sucede nada.
Estoy jodidamente aburrida, debería salir y matar a alguien.
Suena la campana de la puerta.
Se acerca un cliente y no esperaba ver a ese humano tonto nuevamente, apenas lo veo ya quiero que se vaya, llevaba puesto un uniforme de camarero, era posible que estuviera en su descanso.
- Hola- exclama mientras da una ojeada a la tienda.
Debo responder amablemente, aunque no lo quiera, esbozo una sonrisa y saludo.
- Estoy buscando una flor en especial- me dice, casi sin prestarme atención.
- ¿Qué tipo de flor necesitas? Le pregunto sin mucha emoción.
El humano en cuestión decidió por si solo mirar una por una de las flores que se venden, para que ninguna de las flores se dañe por el paso del tiempo, estas son guardadas en capsulas especiales que funcionan con magia. (vamos vete rápido) pienso mientras que lo veo husmear en la tienda.
El humano mira en cuestión una de las capsulas.
- Esta se parece a una camelia- se dice a sí mismo.
(¿Camelia?) ¿Qué diablos es una camelia?
Salgo del mostrador y le pregunto si le gusta esa.
- Creo que sí, de donde vengo tiene muchos significados el color de esa flor.
- Esta es una flor especial, el color de sus pétalos cambia dependiendo de las emociones de la persona- le digo. (Vamos ya lárgate de aquí) debo mantener con una sonrisa falsa, pero estoy terriblemente aburrida. Mientras sostengo la flor esta pasa a un color blanco y cuando se la entregó al humano su color cambia a rosado, no recuerdo bien lo que significan esos colores.
- Que linda flor- comenta el mientras mira el cambio de colores en los pétalos, si esta fuera una camelia tendría significado el cambio de color en sus pétalos, pero creo que esta es distinta, de igual forma una camelia no puede cambiar de color, así como así. creo que fue eso lo que atrajo a Alexandre Dumas hijo a escribir esa novela.
- ¿Disculpa a quien planea darle esas flores? Le pregunto mostrando falso interés, con la esperanza de que se largue rápido.
- Son para mis hijas- responde sin mirarme, el humano concentra su mirada en las flores "Quiero enviárselas".
No hago más preguntas, solo lo acompaño al mostrador, el humano saca unas monedas y paga, hago un ramo con las flores y se lo entrego. (Solo espero no verlo más) aun me pregunto quién se casaría con un humano tan aburrido, puede que sea lindo, pero, sus conversaciones son pésimas, a ninguna mujer le gusta que le hablen de botánica o novelas que nadie conoce (a menos que eso le guste o sea amante de eso)
El me agradece la ayuda, toma el ramo y se dirige a la puerta, pero choca con un grupo de sujetos.
Eran tres sujetos un sátiro, un humano y un orco, no parecen del pueblo.
El humano cae y el ramo de flores es pisado por los tres sujetos.
Es más que obvio que el debilucho humano es un sin magia, así que es fácil aprovecharse, en especial si son un grupo de desconocidos en busca de fama y fortuna.
- Lo siento pequeño, no vi ese ramo- dice un sujeto en mofa, luego vuelve a pisarlo.
El humano solo sonríe y se disculpa por lo sucedido, pero el sátiro lo toma del cuello de la camisa levantándolo.
- ¿A dónde crees que vas? -Debes pagar por ensuciar los zapatos de mi amigo.
- Lo siento, pero ya no tengo dinero, lo gas.
El pobre humano no termina la frase, ya que es golpeado en el rostro por el sátiro. Pero este no cambia su expresión y le dirige una sonrisa al idiota semihumano, lo que lo molesta, el sátiro simplemente lo arroja contra un estante, destruyendo algunos suvenires.
El trio de idiotas se acercan al mostrador, esbozo una falsa sonrisa.
- Me temo señor clientes que deben pagar por los daños. les digo.
Los estúpidos sueltan una carcajada y luego señalan al humano el cual se está limpiando, un hilo continuo de sangre caía de su labio superior, sé que debe ser doloroso, pero aun así sigue sonriendo mientras recoge lo que una vez fue un hermoso ramo, las flores pisoteadas y cubiertas de sangre, pero aun así no rompen su sonrisa en medio de ese patético escenario, no puedo dejar de mirarlo, tal vez sea lastima, después de todo el mundo no perdona a los débiles.
Niego con la cabeza - me temo que fueron ustedes los que lo lanzaron, así que es su responsabilidad pagar.
- ¡Que dijiste! Exclama furioso el orco, quien me señala molesto. ¡No pagaremos por algo que hizo ese patético ser!
- Si, de hecho, ¿Por qué no nos acompañas al bar? -Quizás puedas recompensarnos.
- Vamos de paso y nos agradaría la compañía de una dama- el humano idiota estira su mano y me intenta tocar el rostro, pero doy unos pasos atrás mientras finjo una sonrisa, la cual ya quiero terminar.
- No me gustan los bravucones. ¿o acaso hacen los fuertes para compensar algo?
Al escucharme decir eso los sujetos se ofenden.
Son los típicos bravucones, solo verlos me aburre.
Me encantaría hacerlo sufrir ahora mismo, pero eso debe esperar. El solo pensar que puedo arrancarles los órganos o incinerarles los ojos me alegra.
- Tranquila, yo pagare por todo- interviene el humano, su camisa está cubierta de sangre, parece tambalearse, pero se mantiene de pie a duras penas, el golpe fue realmente duro, ya que la parte donde recibió el golpe se hincha, por unos breves segundos veo que sus dientes también están manchados de su sangre. Pobre criatura debilucha.
Los tres imbéciles ofendidos deciden salir, pero antes vuelven a empujar al humano, pero esta vez no cae, se sostiene lo que hace que uno de los tres idiotas planee golpearlo nuevamente, cuando el orco se decide a darle un puño en el estómago, este es detenido por una pequeña mano, era la misma chica demonio que lo acompañaba ese día, ella es un poco más baja que el humano, su cabello le cubre medio rostro, pero un destello de ira y sed de sangre se visualiza en su ojo color dorado, llevaba puesto un uniforme de camarera.
- Si intentas tocar a mi amo nuevamente ¡TE MATO! la chica demonio aprieta con fuerza el puño del estúpido sujeto, lo que hace chillar de dolor, se arrodilla ante la jovencita quien lo mira con tal odio que era casi palpable, los otros dos sujetos creyéndose valientes intentan atacarla, pero de un solo cabezazo le revienta la frente al sátiro, mientras que con una patada baja le fractura la pierna al humano que los acompañaba. Los dedos del sujeto que se había atrevido a atacar al debilucho humano empiezan a romperse, el sonido de los huesos es fuerte y una mueca de dolor se vislumbra en el idiota, en cuestión de segundos y sin esfuerzo la chica demonio los dejo fuera de combate.
Que patéticos sujetos.
- ¿Qué debería hacer primero? Pregunta la joven demonio, mientras mira con asco al sujeto ¿arrancarte la mano? ¿quitarte los ojos?
Pero el debilucho humano la detiene.
- No hagas eso Alpha- le dice.
- ¿Pero amo? ¡mire como lo dejaron! Reclama ella.
- ¡Esto! Dice el mientras sonríe y toca su uniforme cubierto de sangre -Esto no es nada, ni siquiera me duele- es obvio que es mentira, el humano se cruza de brazos al ver el desorden. -Creo que debo pagar mucho- exclama.
- ¿Pagar? Pregunta molesta la joven demonio -Quienes deben pagar son estos bastardos, y ¡deberán pagarlo con su sangre!
Los tres perdedores se asustan, después de todo los acaban de humillar y peor aun una niña que no mide más de 1.62.
- No seas extrema Alpha- responde mientras intenta calmar a la chica, la cual no parece querer calmarse.
Los estúpidos sacan de sus bolsillos todo el dinero que tenían y se lo entregan a la chica vestida de camarera, ella patea en el rostro al sujeto que aun sostenía y luego lo suelta.
- Si vuelven a tocar a mi amo, les arrancare sus extremidades- les amenaza.
El trio de perdedores huye con el rabo entre las patas, mientras amenazan con que volverán y les harán pagar esa humillación.
Decido ver como se encuentra el humano, lo hago por mera curiosidad.
La chica demonio le revisa la cara mientras se entristece.
- Tera me va a matar- se dice a sí misma -se supone que soy yo quien lo cuida- ella saca un pañuelo y empieza a limpiarle la sangre del rostro.
El humano la toma de una mano -No sucedió nada Alpha, son cosas que pasan, de igual forma me encuentro bien- le responde, -Creo que tengo que comprar un nuevo uniforme- apunta, la sangre aun fresca le había manchado todo el uniforme.
- ¿Te encuentras bien? Le pregunto.
- Si, no es nada- responde -lamento lo que sucedió, fue mi culpa por distraerme.
Parece un cachorro, de esos que uno puede encontrar en las calles, los mismos que hacen que un corazón frio se apiade de ellos, pero ese no es mi caso. Me parece patético que un sin magia no sepa por lo menos luchar, ese humano se ve extremadamente delicado.
La joven demonio me entrega todo el dinero que le saco a los sujetos.
- ¿Con esto basta? Me pregunta inquieta, mientras sostiene con ternura la mano del humano. Me es extraño ver un demonio tan expresivo, los que he visto a lo largo de mi vida son solo criaturas que viven por su instinto, ahora mismo parece a punto de llorar debido a si incapacidad de proteger al humano. ¿Qué tan importante puede ser un sin magia para causar tal efecto en un demonio?
- Con esto bastara- le respondo mientras tomo el dinero, ¿por cierto? Me dirijo al humano. Lo que voy a hacer se sale de mis estándares, jamás pregunto por el nombre de alguien, nunca me involucro con nada, pero aun así solo por curiosidad lo hago. ¿Cuál es tu nombre?
- Mi nombre es Augusto- responde ¿y cuál es el tuyo?
- Liara- (pero que estupidez acabo de hacer, yo jamás revelo mi nombre) ya era muy tarde, cometí un error ¿debería matarlo?
El humano llamado Augusto estira su mano -Mucho gusto Liara, te daría la mano, pero la tengo cubierta de sangre- dice. Por un momento me pierdo en sus hermosos ojos dorados. Es la primera vez que me pasa tal estupidez. Solo le doy la mano y le digo que sea más cuidadoso.
Augusto asiente con la cabeza. Luego dice que se quedara ayudando a limpiar el desorden, le digo que no es necesario, pero el insiste en que fue su culpa. La chica demonio se separa un momento de nosotros y a los 5 minutos vuelve.
- Hable con el jefe, dijo que está bien, pero debemos quedarnos más tiempo en el restaurante- comenta ella.
Tonta y linda criatura, tan frágil, pero al mismo tiempo tan resistente. Sonríe ante las desgracias, que tonto.
Que criaturita tan interesante.
Lo veo levantarse y barrer como si nada hubiese pasado, limpiar la sangre del suelo, no parece detenerse, solo lo hace. Creo que intenta mantener su mente trabajando.
Tomo algunas flores y vuelvo a hacer el ramo, los pétalos siguen blancos,
- Toma como compensación- le digo mientras le entrego el ramo en sus manos.
El humano llamado Augusto parece sorprendido.
- ¿Acaso nunca te han dado algo de compensación? Le pregunto.
El niega con la cabeza - No es eso, solo que los pétalos de las flores están variando de colores.
El primer ramo de flores cambio inmediatamente aun color especifico, pero ahora su color no es fijo, cambia continuamente, hasta que se detiene y queda también blanco mientras los dos sostenemos el ramo.
- ¿Por qué no peleaste? Le pregunto.
- Luchar nunca resuelve nada, e igual no se pelear- responde con cierto aire de tristeza.
- Es una respuesta simple- le digo -luchar por algo es lo que hacen los seres vivos, ya sea por comida o por una meta, si no luchas por lo que quieres nunca serás capaz de avanzar- porque digo estas estupideces, poco me interesa este humano. Alguien que no puede luchar por sus metas es patético, en este momento eres increíblemente patético- así está mejor.
- Lo sé- responde dolido -por eso perdí a mis hijas- exclama, su voz parece quebrarse, - pero cumpliré mis metas a mi manera.
- No pregunte sobre tu vida- respondo.
- Lo siento.
Le doy la espalda y me dirijo a mi puesto.
- Cuando acabes puedes irte- le digo sin mirarlo.
- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por regalarme este ramo.
- Solo lo hice porque decidiste limpiar tu desastre y porque la otra chica me pago más de lo que era.
Cuando el humano llamado Augusto termina, deja las escobas y demás cosas guardadas, se despide por última vez, ni siquiera me digno en mirarlo.
El humano se despide y cierra la puerta. Dejándome sola en mis pensamientos, ver una criatura tan patética me causa lastima, pero al mismo tiempo me parece curioso. Cuando toco esas extrañas flores siempre toman un color oscuro, pero esta vez tomaron una tonalidad blanca ¿acaso significa algo?
Afuera lo esperan dos mujeres, una con el uniforme del gremio y la otra es la chica demonio la del uniforme del gremio está regañando a la otra, de hecho, le da una cachetada lo que la hace llorar, el humano interviene. Que extrañas son esas mujeres, lo miran como si fuera un tesoro de gran valor, lo regañan como un niño, se preocupan por el como si fuera su padre. Que extraño es.
Quiero verlo otra vez.