Un espíritu que vaga por el mundo realiza un pacto con uno de los primeros hechiceros del mundo.
El hechicero ya se encuentra en sus cincuenta años, es un hombre que viste ropas para el desierto, siempre acompañado de su camello, eso sucedió hace 2000 años hasta ahora la civilización se volvía a levantar luego de una gran catástrofe, el hombre viajaba por el desierto recolectando información y recuperando el conocimiento del viejo mundo, necesitaba un ayudante alguien que pudiera hacer su trabajo por siempre, no había humano que pudiera realizar tal hazaña y el no confiaba en los elfos, después de todo fueron ellos los que iniciaron la gran catástrofe.
Él era un hechicero muy poderoso, aunque casi nunca le gustaba usar su hechicería, prefería vivir su vida tranquila.
Pero ahora la necesitaba realizaría un contrato con un pequeño espíritu el cual fue el único que respondió, era una pequeña planta, había cultivado ese retoño durante años. La había tomado de un antiguo bosque en un de sus muchos viajes por el mundo junto a su fiel camello, cuando habían entrado al bosque todo yacía muerto solo un gran árbol aún se mantenía en pie, el se le acerco y su curiosidad lo obligo a tomar una especie de retoño que conservaba el árbol, cuando la tomo el árbol se marchito ¿significaba algo? Tomo un poco de tierra que rodeaba el árbol y sembró el retoño con esperanzas de que sobreviviera el camino, el pequeño retoño era fuerte, soporto la inclemencia de viaje, los cambios drásticos del clima, tormentas, sequias en verdad era fuerte.
A medida que pasaba el tiempo el retoño crecía, su dueño lo cuidaba constantemente, escribía cualquier cambio que viera en el en sus libros, el retoño se volvió una pequeña y extraña planta, un día mientras descansaban en un oasis, el viajero estaba recolectando agua, cuando volvió junto a su mascota y equipo vio que la matera donde se encontraba su preciada planta había caído, el miro a su fiel camello y este movió la cabeza negando cualquier acto, de hecho, señalo algo que se movía. (ellos dos llevaban años viajando, prácticamente se entendían)
Había una pequeña cosa que corría descontroladamente de un lado a otro, caía y se volvía a levantar una y otra vez, cuando él fue a mirar la pequeña cosa se escondió en unos arbustos.
El hombre es muy curioso y decidido seguirla, pareciera que la pequeña cosa estuviera jugando con él, cuando se le acercaba ella corría y se escondía nuevamente, hasta que finalmente el fue donde su equipaje y trajo algo peculiar.
Quería dibujar lo que acababa de ver, después de todo era algo único y particular, la pequeña cosa se le acerco al ver como el hombre tomaba una pluma y comenzaba a dibujarla, hasta su camello curioso se acerco a ver como su maestro dibujaba.
Era una pequeña planta muy verdosa que usaba sus raíces como patas para poder moverse, aunque sus movimientos eran torpes, su forma asemejaba a una planta carnívora, el hombre le tendió la mano y la pequeña planta dudosa se subió en ella.
Ese era el retoño que había tomado de ese antiguo bosque.
Pasaron los años y el pequeño retoño que siempre viajaba en su hombro un día cambio nuevamente; fue en medio de la noche cuando comenzó a brillar, su amo y su camello despertaron abruptamente, asustados por el extraño brillo que emanaba su planta, el suceso duro segundos pero fue muy particular la pequeña planta simplemente cambio, mientras la cubría esa luz su cuerpo fue creciendo hasta tener el tamaño de un niño de quizá 6 años, luego su cuerpo de planta se transformó a uno más parecido al de un humano.
Su amo no podía creerlo, se froto los ojos más de una ocasión, hasta que le quedaron rojos, ¿Qué es lo que acaba de suceder? Se preguntaba, uso un poco de su hechicería para crear luz, frente a él había una niña de cabello plateado y piel verdosa muy brillante, la pequeña no se movía lo que asusto al hombre, quien se acercó y determino sus signos vitales. ¿se había topado con un Djinn? Se preguntaba el mientras buscaba algún indicio de vida, cuando por fin sintió que la niña respiraba y su corazón empezaba a latir rápidamente, el cuerpo de la pequeña estaba frio. El hombre actuó rápido y tomo las mantas que tenia para cubrir a la pequeña, luego utilizo mas de su hechicería para hacer salir agua de la tierra y luego calentarla, la pequeña estaba helada, su camello colocaba el trapo en el agua tibia y se la entregaba a su amo, intentando regular la temperatura de la niña, se encontraban en mitad del desierto en su campamento, las temperaturas del desierto son muy distintas en el día y en la noche. El hombre y su camello se desvelaron cuidado a la pequeña, al iniciar el nuevo día la temperatura corporal de la pequeña se había estabilizado.
La pequeña intentaba abrir los ojos, todo era nuevo para ella, no podía pararse solo podía abrir los ojos, e intentaba mover su nuevo cuerpo, no estaba acostumbrada a este, sentía una especie de dolor en su cuerpo, el cual no reconocía, cuando estaba en su otra forma solo sentía las cosas, no las podía ver, oler, escuchar nada de eso le era posible antes.
El hombre vuelve a su campamento con algo de sopa en un cuenco de madera, le hace señas de que, si tiene hambre, ella no entiende, pero parece que dentro de su cuerpo algo ruge. Por instinto abre su boca y prueba una cucharada de lo que le ofrece el hombre. Ahora tiene papilas gustativas y puede degustar los alimentos, para ella ese primer alimento es delicioso.
Al pasar el tiempo debe aprender lo básico de su cuerpo, hacia sus necesidades en el mismo lugar donde estaba, el hombre le señala que no debe hacerlo, debido a la higiene así que tiene que enseñarle porque, ahora puede mover sus piernas, pero aun gatea, algunas veces se toca la boca con sus manos sucias y el hombre debe limpiárselas, una vez lo mordió mientras este le cepillaba los dientes el hombre se alejó por la mordida y soltó el cepillo, ella se sintió triste ya que pensó que no la volvería a querer, el volvió a acercársele y recogió y limpio el cepillo le dijo que no lo volviera hacer, para ese punto ella comprendía un poco por señas, paso un año y ella ya podía caminar y hacerse entender por señas.
Luego intento hablar, el hombre le enseño el significado de las palabras y a hablar como era debido.
¿Nombre? Se pregunto ella en su mente ¿Cuál es el mio? Era de noche, en los desiertos se puede observar la luna y las estrellas despejadas por el firmamento, ella se encontraba observando el cielo junto con el hombre y su camello, luego se señaló a si misma intentando preguntarle al hombre.
¿Nobe? Exclamo señalando al hombre.
¿Nombre? Dijo el.
Ella asintió.
"Ibn Bafuff" respondió él, luego señalo a su fiel montura "Alep" dijo.
Luego la niña se señaló a si misma ¿nobe?
El hombre y el camello se miraron, llevaban un año viajando con ella en su nueva forma y no habían pensado en un nombre, luego el Ibn se inspiró en el firmamento.
"Selardi" dijo el sonriendo, su nombre provenía de una antigua deidad lunar, lo había pensado ya que ella se transformó en humana cuando la luna estaba en el firmamento.
"Seladi" exclamo ella alegre.
En los próximos meses aprendió a hablar y caminar como era debido, hacia sus necesidades cuando era, luego Ibn le enseño a escribir.
Selardi había escuchado a Ibn hablar en diferentes idiomas, así que le pidió que se los enseñara.
Luego aprendió a montar a camello y caballo.
A sus trece años de existir hablaba y escribir más de 20 idiomas, mientras viajaba por el mundo con Ibn quien la veía como una hija, algunas veces cruzaban desiertos, otras grandes llanuras, pantanos e incluso viajaron en barco hacia las tundras donde Ibn convivía con los pueblos guerreros y aprendía de ellos. ¿y su camello?
Él también era un contrato que cambiaba de forma cuando era requerido Alep le encantaba su forma de dromedario, pero también podía ser un caballo o un ave, cuando viajaban en barco se transformaba en un águila, cuando estaban en las tundras y grandes llanuras era un caballo.
Mientras convivían con el pueblo de las tundras un enorme gigante de hielo los ataco. Esa fue la primera vez que ella experimento el miedo y vio la muerte, los guerreros se enfrentaban al gigante, mientras Ibn observaba lo sucedido.
Esta fue la primera vez que vio a Ibn usar hechicería.
Alep en forma de caballo se alejó unos metros de su amo y arrastro a Selardi con él.
¿Qué va a hacer? Pregunto ella.
Alep solo movió su cabeza hacia adelante.
Ibn acerco sus manos al suelo y una tenue luz azul brillo, de repente el gigante fue atravesado por múltiples estalagmitas de la congelada tundra, luego separo una de sus manos del suelo y apunto al gigante ya muerto haciendo volar el cuerpo a una gran distancia.
Fue su primer contacto con la hechicería.
Las personas que vivían en el lugar se lo agradecieron e hicieron un banquete ese día, para ellos la muerte no era el fin, era solo el inicio recogieron a sus muertos y los cubrieron con decoraciones y sus armas, luego los condujeron hasta un rio donde los depositaron en barcos los cuales llenaron de paja y quemaron.
¿Qué hacen? Pregunto ella.
"Es una forma de despedirse de los caídos, el barco los llevara a su otra vida, con algunas posesiones junto con sus armas"
Mientras los barcos se alejaban el fuego los iba consumiendo lentamente, hasta que no quedo nada de ellos.
Pasaron 3 años entre la gente de las tundras aprendiendo su estilo de vida, Selardi estaba interesada en lo que las personas llamaban hechicería.
Ibn le conto que muy pocas personas la podía usar como era debido.
"La hechicería no es como la magia, dependemos de la naturaleza y su flujo de vida, somos parte del ciclo de energía. Si usamos más de lo necesario ese ciclo se rompe y puede crear una catástrofe, es por ello por lo que se debe procurar no usarla constantemente o de manera desmesurada"
¿Puedo usarla? Ella se mira las manos imitando lo que había visto hacer a Ibn.
Él sonríe y le acaricia la cabeza "No lo sé, deberías probar un día"
También le cuenta que Alep toma parte de esa energía y es por ello que tiene forma física, lo que no comprende es porque Selardi se sale de esa constante.
Ella sabía que también era un contrato, pero cuando adopto su forma humana ya no era necesario que su maestro le entregara energía, prácticamente ella necesitaba alimentarse como cualquier ser viviente.
Muchas veces intento hacer lo mismo que Ibn, pero no pudo, quería aprender a hacerlo su maestro se estaba haciendo viejo, llegaría el punto donde el no pudiera defenderse.
A sus 18 años mientras viajaban por los grandes bosques de un país ya extinto fueron atacados por bandidos, Ibn pudo contra 6 de ellos, mientras Alep golpeo a otros 3, desgraciadamente uno de ellos alcanzo a Ibn y le corto una mano. En un momento de furia Selardi uso algo parecido a la hechicería, sus dedos se transformaron en rama y atrapo al bandido estrellándolo contra el suelo, matándolo al instante. Los sobrevivientes huyeron al ver lo sucedió, Selardi fue a socorrer a su maestro, el cual se estaba desangrando debido a la perdida de su mano, ya era un anciano y no duraría mucho.
Ella tomo su brazo y empezó a brillar, su mano se fue reconstruyendo poco a poco, primero el hueso, luego los músculos, luego la carne y la piel y por último todos los conductos, tendones que lo conformaban, fue un proceso de segundos, lo que impresiono al ya anciano Ibn. Ella había usado algo que no era ni magia o hechicería.
Decididos los dos, buscaron aprender acerca de los poderes de Selardi.
Ella ya no era una niña, ahora poseía basto conocimiento sobre el mundo y sus culturas, se dedicaron a buscar la respuesta, en su camino aprendió a usar sus poderes, su piel verde y cabello plateado muchas veces la hacia resaltar entre las personas, es por ello que le gustaba vestir el traje tradicional de los habitantes del desierto, para no destacar.
Algunas veces luchaban contra monstruos en las llanuras, otras contra aves o reptiles demoniacos en los desiertos, ahora era ella quien defendía a su maestro, podía usar el poder de la naturaleza, sus extremidades se transformaban en ramas, las podía hacer tan duras como quisiera, creaba venenos, podía restaurar la vida en la tierra.
Cuando cumplió sus 24 años de existencia, su maestro ya estaba muy viejo, en mitad del desierto el cual la vio nacer y crecer, su viejo maestro murió feliz al saber que todo el conocimiento que había recogido durante su larga vida estaba en buenas manos por ultimo le entrega un mapa con una ubicación señalada, debería ir allí cuando el ya no estuviera, Alep también se despidió de ella, sabía que aquí acababa todo y volvería a ser un espíritu, había disfrutado su larga estancia con su maestro y la compañía de Selardi.
Enterró a su maestro en el basto desierto, tal como él había querido, tomo sus maletas y viajo al lugar seleccionado, no había nada que lamentar eso se lo enseño su maestro, la vida debía seguir él había vivido todo lo que quería, ahora dejaba todo en manos de su hija.
Se adentro en un oscuro y desolado bosque seco, no había nada, solo el recuerdo de un gran árbol ya muerto en el centro.
"Aquí fue donde nací" dice ella observando el desolado paisaje, ella coloca ambas manos en la tierra e intenta revivir el terreno, pero nada sucede, todo sigue igual.
El lugar había sido contaminado hace mucho, antes de que su maestro llegara y se la llevara como el pequeño retoño que era.
No había mucho que pudiera hacer allí, así que se despidió de su lugar de nacimiento y siguió su camino, había jurado que volvería una vez fuera más sabia y fuerte.
Paso 100 años viajando por el mundo, viendo como este cambiaba constantemente, los seres racionales vivían en constante conflicto a medida que sus poblaciones crecían.
Su maestro le había contado sobre la magia, pero en lo que vivió con el nunca la vio en acción, mientras viaja en un caballo presencio a distancia una guerra entre naciones, fue ahí donde presencio lo que hacían los otros seres racionales con ella.
Se mataban los unos a los otros con ese mismo poder, era curioso su maestro le contaba que la hechicería o la magia solo debía usarse para defenderse y era algo que su maestro y ella cumplían al pie de la letra, solo usar sus habilidades cuando la atacaban, de resto jamás abuso de ellos.
A sus 300 años de existir y recorrer el mundo, realizo un contrato con una joven hechicera en un imperio lejano de oriente, para Selardi el tiempo no significaba nada, pero aprender y recolectar conocimiento si, ella seguía los pasos de su maestro.
Aunque el tiempo pasara ella aun parecía una joven de 19 años.