Abrí los ojos asustado, siento un gran dolor en mi cuerpo. La espalda, los hombros y sobre todo la cabeza me duele.
Quite mi mochila de encima y trate de pararme. Es difícil y más sintiendo un fuerte dolor en todo mi cuerpo.
"- Al fin -"
Dije sacudiendo mi ropa, mi suéter gris estaba roto de algunos pedazos como si hubieran sido rasgados por….
"- Ramas -"
Dije en voz alta mirando demasiadas ramas tiradas en donde yo estaba antes. Mire arriba, un gran agujero estaba en medio de las copas de árboles ¿Rojos?
Mire a los lados ignorando todo tipo de dolor en mi cuerpo. En el lugar que estaba no había árboles rojos. Ni siquiera había árboles porque había caído a un pozo.
"- ¿Cómo carajo salí? ¿Tan siquiera me caí? De… Debió ser un sueño -"
Revise mi cuerpo. Repones y rasguños de las ramas. Toqué mi cabeza. Nada de sangre.
Más que confundido tomé mi mochila y mi celular que estaba en esta, al parecer no recibió daños. Claro que no recibió porque no caí.
"- ¿Cierto? -"
Pregunte prendiendo el celular.
< Vie., 12 de marzo (Sin Internet, ni señal, ni hora) >
"- Genial me dormí todo un día-"
Rechiste irónico, volviendo a guardar mi celular en la mochila. El dolor poco a poco regreso haciendo que corte un poco mi respiración.
"- No me puedo quedar aquí, Alejandro estará preocupado como no llegue hoy -"
Me dije a mi mismo colgando mi mochila en mi hombro y empezando a caminar muy adolorido. Si todo fue un sueño, no debo de estar lejos.
"- A perdernos otra vez -"
Mencione tratando de animarme un poco mientras me iba apoyando entre árbol y árbol.
Camine entre quince a veinte minutos hasta que mi cuerpo ya no pudo. Me dejé caer recargándome en el árbol que estaba atrás mío.
"- Solo cinco minutos y continuó-"
Comenté atando mi pelo café con una liga negra que tenía en mi muñeca. No sé si me aleje demasiado de donde estaba, pero sigue viéndose bastante igual. Aunque desde que desperté siento que me vigilan.
Saque de mi mochila una cantimplora que llevaba y tomé de la poca agua que tenía dentro. Mire discretamente a mis lados. Nada.
"- Me estoy volviendo paranoico ~ -"
Canturreé bajo guardando la cantimplora. Me paré como pude y camine un par de pasos para empezar a sentir como temblaba de ratos.
Las pocas aves que escuchaba se detuvieron de golpe. Algo grande se acerca. Me quedé tras un árbol de tronco grande mirando atrás del mismo. Grave error. Los temblores se detuvieron tras mío y en cuanto mire.
"- (Un Trole)-"
Nos miramos fijos, sus ojos eran como de una serpiente. A paso lento me moví para tener escapatoria, si es que esa cosa es real.
"- Estoy… Estoy alucinando -"
Temblé cuando vi que su gran mano se acercaba. Dio a lo que para él es un pequeño toqué y me tiro dejándome sentado.
Grite lo más que pude corriendo aún con mi mochila en el hombro. Esa chingadera me sigue tirando algunos árboles que se le interponen.
"- ¡¿Güey que carajo está pasando?! -"
Grite mientras trababa de escapar, esa cosa, el aparente trole realista se puso enfrente mío cambiando mi rumbo a izquierda. Mejor, más árboles con los que eso se puede topar.
Corrí hasta hiperventilarme. Entre a la primera cueva que vi. Ya no estaba en su vista. Intente recuperar el aire, pero me encontró más rápido de lo que creí. Al parecer si es cierto lo que los libros de fantasía decían. Sí tienen un olfato mayor que el humano.
Volví con el maratón ahora dentro de la cueva, me metí por una división de la cueva y continué corriendo hasta llegar a un barranco. Abajo había un mar.
"- ¿Es en serio?-"
Dije sin aliento mientras los golpes que me indicaban que esa cosa en cualquier momento llegaría conmigo se incrementaban.
"- Carajo -"
Dije buscando en mi mochila la bolsa de mi comida de antier. Quedaría empapado por el mar, pero por nada quiero que mi celular, la pila portátil encima solar, mi cable o audífonos, se jodieran por el agua. No por nada Alejandro me dice adicto a esas cosas.
Los metí en la bolsa y la cerré de una manera en que no se metiera el agua. De vuelta a mi mochila.
Mire atrás, ahí estaba. Mire abajo. No, no puedo, tengo miedo. Poco tiempo tuve de pensar cuando la piedra donde estaba parado se calló por tanto golpeteo. Solo pude cerrar los ojos y tomar aire.
Las olas me arrastraban de manera fuerte hasta que sentí como cambiaron de dirección. Salí como pude a tomar aire, me estoy ahogando.
El agua se empezó a poner tibia y poco a poco me acercaba a algo. Necesito llegar a la orilla. Empecé a nadar lo más rápido que me dejaban las olas y mi cuerpo de por sí adolorido.
Mi cuerpo fue arrastrado por el aparente remolino y poco después fui arrojado por las mismas corrientes. Choque con tierra.
"- Mierda -"
Me queje sentándome en la arena. Se escucha un río muy cerca. Recupere el aire que perdí. El frío dominó mi cuerpo. Abrí tiritando mi mochila, la libreta que llevaba empapada. Mire la bolsa con lo que había metido. Nada de agua.
"- Ugh... Alejandro tenía razón, sí soy bien adicto a estas pendejadas -"
Me queje mirando a los lados. He escuchado de los ríos y mares juntos y que crean un remolino pero ¿Así de fuerte?
"- Pero ni mar hay cerca de la Ciudad De México -"
Temblé asustado y con frío. Parándome tomé mi mochila con una mano y con la otra la bolsa con los electrónicos secos.
"- ¿Dónde…? ¿Dónde carajo estoy? -"
Temblé caminando rumbo a lo que creo yo es el Norte. Siguiendo el río.