"- ¿Un Campamento? -"
Repetí en manera de pregunta. Obvio que es un campamento, pero no me entra en la cabeza lo del "Rey". Regresé mi vista a Eivor, seguía sonriendo. Dijo si con la cabeza y me tomo de la muñeca, de nuevo ¿Qué maña trae con mi muñeca? En fin.
Me volvió a prácticamente arrastrar guiándome entre las carpas de aldeanos, supongo yo. Estas se veían bastante viejas y malgastadas. En el transcurso de la caminata varias personas me siguieron con la mirada. Unos soldados preguntaron quién era y otros solo se pasaron de largo. Al el detenerse quedamos enfrente de una zona distinta, había varias carpas bien cuidadas. La zona del rey quiero suponer.
Me siguió "guiando", mejor dicho, arrastrando, hasta llegar con más guardias, Eivor dio la orden de llamar a un tal "Félix" y que viniera el rey. No me soltó y tampoco me dejo sentar. Tras un rato de espera, bajo una carpa que nos daba sombra, vino un chico de pelo rojo y piel morena, acompañado de dos guardias, uno era varón de piel morena y pelo café, y la otra guardia, era mujer, de pelo largo negro con piel algo pálida.
"- Aquí está Félix, señor -"
Dijo la guardia para hacer una leve reverencia y alejarse quedando aún lado de mí. Voltee ver a "Félix", este me estaba viendo con una sonrisa curiosa, creo, de lado a lado ocultando sus dientes.
"- ¿Quién es el, Eivor? -"
Pregunto cómo si no pudiera hablar por mi cuenta. Yo solo le veía intrigado analizándolo con la mirada, de arriba debajo de forma lenta. No es el único que tiene preguntas.
"- Un caído del cielo -"
Eivor lo dijo en un tono que parecía sarcasmo, con una sonrisa de lado. Lo tomé como burla por lo que me quejé al respecto volteando a verlo con molestia.
"- No te estés burlando, grosero -"
Agregué para dar un tirón fuerte quitando su agarré de mi muñeca. Eso rompió un poco más la tela de suéter. Suspire resignado para ver la tela desgastada, sucia y rota de mi suéter, Eivor me vio algo enojado, podía sentir su mirada intentando atemorizarme.
"- No tengo cinco años, sé quedarme quieto -"
Dije como escusa a mi acción sin la intención de mantenerle la mirada. Félix empezó a revisar mi suéter, mi pelo −Ahora suelto por qué no sé dónde quedó mi pinche liga− Félix me vio de pies a cabeza, me alzó los brazos, vio los raspones, mi mochila, zapatos, ojos y podría jurar que inspeccionaba hasta el alma, parecía intrigado por algo. Cuando le puse un alto fue cuando intento hacer algo con mi suéter. Si las sirenas habían reaccionado de una manera incoherente ¿Como reaccionaria este?
"- No, no, no. Ya me viste de pies a cabeza, mucha atención por hoy. -"
Dije escondiéndome del otro lado de Eivor, quien solo frotaba su cien viendo nuestros actos infantiles, estaba evitando que me alcanzara, intentaba jalando de mí suéter, tomarme del brazo o siquiera de la camisa. Parecía un juego de atrapadas.
"- Por favor, tengo que ver algo -"
Dijo Félix, calmado y apacible, intentando quitarme el suéter, no lo logró. Esto es tan infantil, pero divertido de algún modo, sin poder evitar sonreír victorioso cada vez que se quejaba por no alcanzarme.
"- ¿Qué se supone que quieres ver? -"
Pregunté con ingenuidad falsa pero jodidamente creíble, sabía perfectamente qué quería ver, me volví a mover, ahora atrás de la guardia, no estaba tan cerca de ella para tener espacio a moverme más, Félix intento de vuelta alcanzarme sin responder mi duda.
"- Quiero ver si tienes las marcas de Glenda y Thoth -"
Respondió tras unos minutos, aun negándome a ser atrapado. Bufe frustrado cuando por fin me atrapó con la ayuda de Eivor, amenazándome con la mirada me tomo de la muñeca, esta vez con fuerza, podía ver en sus ojos un pequeño brillo de diversión al verme derrotado. Félix se acercó a mi para cumplir su cometido, igual no me quito el suéter, solo lo movió viendo las mendigas marcas. Me di un golpe en la frente viendo como se le iluminaban los ojos con ilusión una emoción indescriptible.
"- Eivor, el rey estará contento de conocer al nieto de los grandes magos -"
Dijo con una emoción incontrolable en la voz, mientras sonreía al mencionado mostrando sus dientes, los dos guardias que estaban a mi lado izquierdo me miraron sorprendidos, incrédulos.
"- Otro con lo mismo ¡Ni siquiera los conozco! -"
Grite frustrado y ciertamente molesto por la situación, llame la atención de algunos y algunas guardias que pasaban. Suspire tratando de volver a estar en calma, buscando paz en el suelo, con tierra y todo.
"- ¿No conoce a quien, joven? -"
Escuche de una voz de alguien mayor, aunque no tan vieja, sonaba algo ronca como si acabase de despertar. Vi del lado por donde venia la voz y se encontraba, supongo yo, el rey. Este venía acompañado de varios guardias. Vi a Eivor, Félix y los dos guardias que estaban a mi lado hacer alguna clase de reverencia. La guardia me hizo hacer una igual, supongo que por respeto. La hice sin rechistar mucho, después de todo sepa judas que me pueden hacer.
El rey se quedó esperando viéndome fijamente, con una mirada penetrante, hostil y brillante ante una luz airada de egocentrismo.
"- El Rey te acaba de hacer una pregunta, niño, no seas grosero -"
Murmuró Eivor viéndome. Lo vi y vi al rey quien seguía esperando, metí mis manos a los bolsillos de mi suéter y medio jugué con ellas allí. La mirada grisácea del rey me producía miedo por lo fija que era, mantuve silencio al igual que le mantuve la mirada, un contraste enorme entre su pesada mirada y lo vaga que era la mía.
"- En primera, me Llamo Zazil, en segunda, perdone. Yo no conozco a Glenda y Thoth. Aunque tanto insisten en lo contrario -"
Conteste tras unos segundos oscilando mi cuerpo de un lado a otro. El rey miró a Félix y este explico alegre que tenía esas dichosas marcas, el rey, con tono autoritario, me obligó a que se las enseñe. Fascinado nos encaminó a todos a una carpa. Según Lucía, la guardia que vino con Félix, para tener más privacidad, pero… ¿Qué privacidad se puede tener en una carpa?
"- Zazil ¿No? -"
Pregunto el rey ya en la carpa, en esta había una mesa grande donde nos invitó a sentarnos, a todos menos a los guardias quienes todos se quedaron fuera. Dije "Sí" con la cabeza y seguí mirando el lugar, aparte de la mesa estaba todo vacío. Pronto preste atención al rey, y su gran cambio de actitud, de mostrar avidez y un egocentrismo exagerado empezó con suavidad y, por lo que entendí, ternura al hablar.
"- ¿No conoces a los grandes magos? ¿Glenda y Thoth? -"
Me pregunto, viéndome otra vez, su pelo era negro con algunas canas, tenía un traje bastante lindo retomando que era el rey, sin decir su corona. Dude en responder ¿Qué pasa si descubre que soy su nieto? ¿Se decepcionaría? No conocí a mis abuelos maternos… Si todo esto es real ¿Podrían ser ellos mis abuelos? No digas pendejadas, Zazil.
"- Honestamente ni sé quién es usted -"
Conteste tratando de no sonar hostil, siendo que casi susurre avergonzado mi declaración, el rey me vio intrigado. Parecía algo sorprendido, ofendido, atónito. Miré a Eivor buscando algún indicio en lo que hice mal, confuso o siquiera seguridad de que hice algo bien. Este negó y desvío la mirada incomodo por mi respuesta. Trague saliva lo más disimulado posible, rezando a quien me escuche no ser decapitado por eso.
"- ¿Dije o hice algo malo? -"
Me anime a preguntar regresando mi vista al rey, quien suspiro negando con la cabeza, parecía resignado. Me están confundiendo más. A todo esto, Félix solo estaba alegre sentado a mi lado, no dejaba de verme, analizando mis expresiones, mis movimientos y respuestas, solo me ponía nervioso, más de lo que ya estaba. Di un leve salto escuchando al rey carraspear la garganta
"- Me presento, soy el rey Horian -"
Agrego con una sonrisa sutil, elegante, algo efímera pero relajante, le sonreí de vuelta asintiendo levemente, cortes. Esto está rarito, muy rarito.
"- Zazil, señor. Es un gusto -"
Me presenté como si este no supiese mi nombre. El rey me volvió a analizar, vio mi ropa, mi pelo, mi mochila. Supongo que es raro por el estilo de ropa que tengo, uno sencillo pero diferente a los que he visto en ellos.
"- Eivor, traiga ropa nueva para el joven Zazil, por favor -"
Dijo algo serio, al menos lo pidió por favor, dirigí mi vista al nombrado, notando el respeto y confianza ciega que este le tenía. Eivor asintió y salió de la carpa mientras mi vista regreso al rey Horian.
"- ¿Cómo llegaste aquí? -"
Hablo dirigiendo su mirada a mí, otra vez con ese brillo airado de superioridad, rasque mi cabeza incomodó, no sé cómo hablar sobre el simple hecho de que me partí la madre por pendejo.
"A ver, ¿Cómo le explicó que ni yo sé? "
Sonreí burlón ante mi propio pensamiento y estupidez, mordí mi lengua para evitar reírme como siempre, a carcajadas amplias de mera diversión.
"- ¿Me caí del cielo? -"
Pregunte dudoso con cierto aire de burla a mi persona, viendo a Félix de reojo, quien soltó una risa suave y corta. Regrese mi vista y atención a Horian mirándome inseguro de mi respuesta, arqueo una de sus cejas, paseando su atención a Félix.
"- Rey, recuerde que Vinisha huyó de este mundo antes de que él naciera -"
Contesto bajo, casi susurrando, dejándome con más dudas que antes. Parpadee algunas veces incrédulo e indeciso de a quien cuestionar. Supondré que Vinisha es hija de ese par de señores. Mire al rey y a Félix. El rey asintió comprensivo. Abrí la boca teniendo los pensamientos revueltos y la palabra atorada en mi garganta.
"- Lo recuerdo, lo recuerdo. Su madre es una excelente Maga -"
Le dijo sonriendo levemente orgulloso de esta tal Vinisha, pero ¿Es una Maga? ¿Vinisha? Ni siquiera se llama así mi madre, ni siquiera se acercó a su nombre. Y ahora creen que soy hijo proveniente de magos ¡Perfecto! Lo que me faltaba.
"- ¿Quién…? ¿Quién es ella? -"
Fue lo único que salió de mi boca cuando paso el nudo que sentía en la garganta, me están creando más dudas de las que ya tenía. Me quedé pasando mi vista entre ambos presentes esperando una respuesta, una que no parecía querer llegar. Ellos igual me vieron sorprendidos y confundidos.
"- ¿No te suena el nombre? -"
Pregunto Félix con asombro e incredulidad, miró al rey buscando una explicación. El rey tenía los ojos como platos y la boca cerrada mostrando más enfado que incredulidad, a diferencia de Félix.
"- Obvio no, por algo pregunto -"
Conteste algo nerviosamemte consternado, ellos esperaban que reconociera el nombre ¿No? Ay dios cada vez creo menos que estoy en un sueño. ¿Cómo es posible estar en otro mundo? Es imposible ¡Solo pasa en la ficción! Esto es el sueño más raro y largo de mi vida. Mire al rey también buscando una respuesta empezando a sentir el enojo en mis adentros, siendo incapaz de esconderlo llenando mis ojos afilados por el mismo enfado, mi mirada siendo más pesada que al inicio.
"- Tal vez… No le enseñó nada al respecto, quizás por la guerra o para que tenga una vida normal en ese mundo. -"
Atinó a decir con la intención de esconder ese nerviosismo que provocó el movimiento en su pie. ¿Esa es su mejor respuesta? Mire a Félix ya mareado de tanto voltear a mirarlos, incapaz de suavizar mi mirada, parecía satisfecho con su respuesta. Con una mierda voy a estar satisfecho con eso.
"- No me anden haciendo hijo de alguien que ni conozco. Mi madre tenía otro nombre y créanme que la única magia que hacía era en la cocina. -"
Replique agotado, molestamente adolorido empezando a mover una de mis piernas de arriba abajo para calmar mi enfado, hablar de ella no era lo que más me alegraba en este momento. Me miraron, me niego creer que estoy en este mundo de tremendos locos.
"- ¿Tenía? -"
Preguntaron al unísono, se miraron tratando de encontrar lógica en lo que dije ¿Hablé en otro idioma? O no entienden indirectas.
"- Sí, TE-NI-A -"
Conteste con el mismo tono de molestia, grosero recalcando la palabra que no fueron capaces de entender, cruce mis brazos iniciando con respiraciones leves sintiéndome impaciente, según una psicóloga era mi manera de superar su muerte. Dos años y aún no lo superó, que sorpresa. Ellos me miraron aún atónitos pasando la ofensa de mi hablar, yo suspire negando para mirar mis piernas pasando a jugar un poco con la pulsera, esto me está poniendo incómodo, de mal humor y fatigado. No deje de mover mi pierna hasta que sentí una palmada en mi hombro. Volteé, Eivor me miraba con una expresión de comprensión, estaba tan concentrado en lo que decían que ni me di cuenta de que había llegado. Le sonríe un poco por su acción, no quería sonreír, pero su especie de apoyo era agradable, suspiré tratando de sacar el sentimiento, detuve el movimiento de mi pie tragando saliva junto con el mal rato.
"- Eivor, guía al joven Zazil a una carpa donde se pueda quedar, debe estar cansado. Seguiremos con la charla en otro momento -"
Dijo suave intentando pasar del tema, Eivor asintió, me llamo y empezamos a caminar lento, en mi caso, cabizbajo. Antes de alejarnos por completo logré escuchar un "Tal vez" de la voz de Félix. Estarán buscando escusas, malditas escusas. Eivor me llevo a una carpa algo pequeña cerca de la suya, según él y me dio la ropa por la que fue. Consiste en una camisa a manga larga color negro y un pantalón café un poco fuerte. Se ve cómoda.
"- Oye niño…-"
Me habló haciendo que lo miré esperando lo que quiere decir. Se quedó callado unos segundos más, pude ver en sus ojos la duda de que decir a continuación, no lo culpo, lo que vivimos debió ser duro de presenciar.
"- Si quieres te puedo enseñar el campamento un poco más calmado. -"
Atinó a decir suave, trabándose un poco al iniciar su propuesta, eso no era lo que quería decir, tampoco querría responder a lo que sea que realmente iba a decir. Entrecerré los ojos dudando si siquiera quería estar aquí, dije "Si" con la cabeza, dar un paseo me podría ayudar mucho. Eivor se dio la vuelta al ver que no me cambiaba.
"- Ay por favor, ni que tuvieras algo que yo no tengo -"
Agregó burlón rodando los ojos, reí un poco para empezar a cambiarme. La ropa sí que es cómoda quedándome un poco grande la camisa. Dejé mi ropa, rota, en la cama y me puse otra vez mis zapatos en un silencio poco incomodo.
"- Listo Calitso -"
Anuncie sonriendo, para después salir junto con Eivor quien se rio de mi expresión ¡Y empecemos con el recorrido! Lo primero que me enseñó fueron las carpas de los soldados, me presento incluso algunos, sin decir que al recorrido se invitó sola Lucía.
Tras haber comido una sopa, de verdad extraña de color verde, que hizo Lucía, seguimos a las carpas de los aldeanos, ya que Eivor y Lucía tenían que hacer turno, lo que sea que signifique eso. Yo solo me pegué como chicle a suela. Caminamos por todo el perímetro paseando con tranquilidad, mi vista paseaba por todos lados memorizando cada detalle y camino, intentando memorizar el uso de cada carpa, incluso si es que esa carpa era de alguien.
Me presenté con varios aldeanos.
Los únicos que no me tuvieron miedo, inseguridad o desprecio, fueron Caín un anciano, no tan anciano, de 57 años, sus nietos Castiel y Luna, unos niños de 7 y 6 años, y una anciana a llamada Anna, de unos 60 años. El resto de las personas son muy desconfiadas. Al empezar a caer la noche, Lucía nos dio más de la sopa extraña y se despidió para irse a su carpa. Eivor y yo íbamos hacia nuestras carpas, Oh bueno, yo iba a la que me prestaron. Tras unos minutos de camino en un silencio pacífico llegamos.
"- Buenas noches, Eivor -"
Regreso mi despedida con un ademán de su mano y entró a la tercera carpa a la derecha, por donde se fue. Yo entre a la "mía", había una cama y una mesa de noche. Me senté en la cama, es tan suave y tibia, cómoda al tacto.
"- ¿Cómo está sostenida? -"
Pregunte en voz alta mirando bajo la cama, aparte de las maderas donde está el colchón absolutamente nada la sostenía. Busque por arriba, pero tampoco había cuerdas, solo estaba la cama ahí flotando.
"- Magia -"
Brinque mirando a Félix, quien me veía con una sonrisa clara. Me reí por el susto dado y él me imitó acercándose un poco.
"- Buenas noches, Félix -"
Saludé sonriendo, me senté bien en la cama y abracé mi mochila. Él me imitó con lo mismo saludo hasta colocarse a mi lado ganando mi completa atención, así notando un libro.
"- ¿Fue divertido el recorrido? -"
Pregunto suave dirigiendo su vista y atención a mis ojos siendo que conectamos miradas unos pocos segundos, en lugar de contestar me quedé mirando el libro, la portada era de cuero y tenía algo grabado en él, algo que no distinguí bien, regresé a verle a los ojos para ladear la cabeza intentando entender su visita. Pronto me negué la curiosidad y me regañe mentalmente.
"- Eh… Sí, fue divertido, pero ¿Qué es eso? -"
Conteste por no ser grosero, pero quiero saber que rayos con el libro. Félix apuntó el libro con una de sus manos y sonrió más amplio, inflando su actitud con orgullo.
"- Es un libro con lo básico de aquí, creí que querrías leerlo ¿Puedo? -"
Contesto alegre para, en lo último, apuntar aún lado mío, dije "Si" con la cabeza y este se sentó ahí, a varios centímetros de distancia. Me entregó el libro dejándome abrirlo. La primera hoja estaba en blanco, la siguiente tenía una pequeña introducción de unos tres párrafos cortos.
"- ¿Tú lo escribiste? -"
Indague sin dejar de ojear el libro. Félix afirmo mi sospecha, ese libro lo tenía orgulloso de sí mismo. El libro estaba escrito en lo que conozco por español, tenía palabras complicadas y cerca un glosario, y algunos apuntes de opinión propia, incluso tenía actividades por resolver, todo menos imágenes o dibujos. Mire a Félix esperando una explicación este río nervioso dejando el orgullo en el suelo.
"- Es que… Siempre creí que algún "Caído del cielo" lo podría necesitar, como tú. -"
Explicó notablemente ansioso, teniendo una leve sonrisa avergonzada por su expresión. Lo mire algo perdido en mi mente.
"¿Esperaba que un desconocido cayera del puto cielo? "
Pensé dando todo de mi para no reír abruptamente por mi pensamiento, eso no evito que sonriera mostrando los dientes y asintiera vagamente regresando la atención al libro.
"- ¡A la! Pues sí que te preparaste -"
Contesté aun sonriente ya en las últimas páginas del libro, era algo grueso, cada página tenía algunos espacios en blanco teniendo el texto mal acomodado. Algunas eran para contestar las actividades y otros solo estaban ahí sin motivo aparente, aun así, teniendo una idea baja voltee a ver a Félix pidiendo, sutilmente, una respuesta a mi duda no dicha.
"- Quería agregar dibujos, pero no soy tan bueno haciéndolo -"
Confesó rascando su nuca y así empezó a divagar. Hasta que se dio cuenta de lo mismo y se disculpó. Solté una risa muda al ni siquiera abrir mi boca, es gracioso ver lo fácil que alguien puede divagar con lo que le apasiona.
"- Está increíble sin dibujos -"
Alague entregándole el libro. Este me lo regresó y dijo que era para mí. Me dijo, que, si lo deseaba, rellenar los espacios en blanco con lo que quiera. Bastante amable. Tras un rato hablando o bueno, yo escuchando. Félix se fue para dormir. Me acosté mirando "el techo". Hoy fue un día donde más de perderme, encontré o mejor dicho arrastraron a un lugar moderadamente seguro y me estresé.
"Mañana será otro día"
Pensé soltando un suspiro tranquilizante mientras poco a poco fui cerrando los ojos y en algún momento que desconozco me quedé profundamente dormido.