Mirlia, Reis y Dimitri siguieron al par de soldados hasta la puerta H, allí, un fuerte tiroteo se llevaba a cabo, soldados heridos y autómatas desperdigados por el suelo, la sangre, junto los fluidos de los robots daban una extraña amalgama de colores en el suelo, detrás, dirigiendo el asalto el capitán Lerie, un hombre bajo, de pelo canoso y cuerpo entrenado, daba ordenes mientras ayudaba a las unidades medicas.
No tardo en ver a los capitanes y a Dimitri, el cual dio un gesto militar ante la presencia del capitán.
- Señores, parece que todas las ratillas se han escondido en el mismo lugar, aunque nos superan en numero actualmente, ya he enviado a alguien fuera a pedir refuerzos, sobre todo necesitare vuestra ayuda en poco - Mientras terminaba de hablar un ayudante coloco un disco en el suelo, este se desplego mostrando un holograma de la situación en la puerta, se podía contemplar a los soldados, tanto enemigos como aliados, la forma de la puerta y la cantidad inconcebible de armas automáticas que salían del techo, suelo y paredes.
Cuando los presentes vieron el mapa notaron las peculiaridades de la zona y porque el capitán sugeriría que el enemigo tiene una trampa preparada.
Las dimensiones del pasillo no son estables, no son dos pasillos rectos, mas bien es una forma de embudo, donde los guardias tienen el lado mas estrecho, lo cual es, sin ninguna duda, extremadamente desventajoso para los terroristas, lo mismo para la cantidad de armas, el problema es que muchas no tienen la maniobrabilidad para apuntar a los militares, están fijas en la puerta de los guardias de Demonic Contract, no tenia ningún sentido.
Mas que protegerlos, parecía que estuviese preparado para que no saliesen de allí.
Los presentes pensaron y observaron, aun cuando paso unos minutos, ninguna idea del porque de esta estructura se podía comprender, ahí que decir que ya encontraron una zona de celdas y ni siquiera estas, tenían una situación tan complicada.
Tras otro par de minutos, las unidades de refuerzo llegaron, también el grupo técnico pudo deshabilitar la mayoría de las armas automáticas, incluso la zona de control estaba fuera de esta puerta, no había nada importante cerca.
Poco a poco, los guardias acabaron por rendirse, la zona no era adecuada para la defensa sin ningún atisbo de esperanza y el aumento de militares en la zona, solo les quedo bajar las armas, los jefes escaparon y los dejaron solos, los vendieron para asegurar su escape, aunque para algunos de ellos estaban orgullosos de haber demorado tanto a la fuerza invasora.
Los soldados y capitanes entraron, separando a los miembros del grupo por su trabajo en este, guardias en un lado, fuertemente vigilados por autómatas, miembros del personal variado en otro grupo, mucho menos vigilado y por ultimo los científicos, estos estaban todos maniatados y sentados en el suelo.
Los capitanes contemplaron la sala con detenimiento, toda la pared estaba muy reforzada, la sala era amplia y en un costado se podía ver dos estructuras, dejando la sala cuadrada en forma de T.
La primera estructura tenia una puerta que daba a la segunda estructura, esta puerta, podía avergonzar en robustez a las de muchos complejos militares, por otro lado, la segunda estructura era una carcasa, en los costados tubos daban a tanques incrustados en la pared, líquidos de colores aun permanecían dentro.
Las dudas comenzaron a asaltar a los capitanes presentes, esta sala es extremadamente extraña.
Al ver que ninguno tenia idea, decidieron interrogar a los miembros.
Pero daba igual si los amenazaban o prometían indultos, ninguno dijo absolutamente nada. Para su pesar, toda la información de esta sala había sido extirpada completamente de los sistemas, ni siquiera, el que supuestamente es el despacho del líder terrorista, tenia información, como si este lugar jamás hubiera existido.
Claro que se dieron cuenta, que fuera lo que fuera, le tenían un miedo atroz y no querían que saliera bajo ningún concepto, la cantidad de armas y la forma del pasillo lo indicaba con fuerza.
Entonces Mirlia decidió mostrar la flor a los presos.
- ¿Alguno de vosotros sabe sobre esta flor o es el que la ha colocado? - De los presentes la mayoría solo dio una ojeada a la flor y no dijo nada, otros se burlaron, lo cual fue silenciado por los soldados, por ultimo, los científicos, sobre todo los de mayor estatus comenzaron a dudar. La duda en su expresión no pudo escapar de los agudos sentidos de Reis y dio una sonrisa.
Uno de los científicos, miro a la capitana y pregunto. - No me suena de nada, puedo saber porque nos la muestra - esta mujer tenia unos 40 años, una mujer adulta, tonificada, aun viviendo entre probetas, pelo corto y recogido, de un rubio claro.
Dimitri la levanto y la trajo en medio de la sala con los capitanes, no quería que sus compañeros llegasen a intentar algo para silenciarla.
- Esta planta a crecido en la mayoría de vuestros asesinatos desde hace un tiempo - Cuando esta información fue escuchada por los presentes, muchos palidecieron, sobre todo los científicos, pero antes de que ninguno dijese nada, un grito apagado sonó de uno de ellos, tras ese otro y otro, tras el grito un cuerpo caía inerte, el caos se formo en la sala.
Mirlia miro a Reis, este había sacado su pistola y no paraba de mover su apuntado de un lado a otro, por donde pasaba un científico Moria, pero el nunca apretó el gatillo, se podía ver su cuerpo en tensión extrema y como sus ojos brillaban con intensidad, estaba apuntando a algo que se movía extremadamente rápido.
Dimitri coloco a la científica que estaba de rodillas aun mas atrás y los soldados mantuvieron el orden lo mas que pudieron.
Los científicos aun vivos, gritaban por ayuda, pero nadie se acerco, ni ellos lograron levantarse a tiempo, cuando ninguno estaba vivo, una sombra se lanzo hacia la científica en el centro de la sala, solo entonces Reis disparo.
Tras el disparo respiro, había contenido su aliento y manteniendo la presión extrema en su cuerpo para no temblar en absoluto, no podía errar el disparo.
La sombra se revelo, una pequeña araña de cristal, que había perdido la mitad de su cuerpo por la bala, pero aun agonizando, se arrastraba por el suelo hacia la rubia.
Ante la insistente criatura, Dimitri volvió a dispararle, ahora que se movía lentamente y la mato.
- ¿Qué demonios era eso, que clase de criatura es tan decidida a matar y solo a los científicos? - La voz de Reis sonó en la sala, mirando a la rubia extremadamente pálida, su cara solo podía mostrar el terror mas profundo, mientras rezaba sosteniendo un símbolo religioso que usaba como colgante. Algunos guardias y miembros de mas alto nivel del personal también estaban rezando.
Tras terminar su oración, la rubia se lanzo desenfrenada hacia la estructura con puerta, olvidando por completo a los soldados que la apuntaron con sus armas al segundo de correr.
Pero Lerie los detuvo, les faltaba mucha información y solo quedaba ella como científica, además de que querían saber que demonios había en esa sala y que narices sucedía.
Los capitanes la siguieron y ella no tardo en poner una enorme cantidad de dígitos en el teclado numérico, solo tras un minuto termino y allí se mostro una extensa piscina vacía.
Al verlo cayo de rodillas, aun sosteniendo su colgante volvió a rezar.
- Conrad, dios que nos dio la vida a todos, por favor, purgue mi alma pues he pecado - Luego miro a los capitanes y soldados y grito desesperada.
- Te... Tenéis que ayudarme, todos los fieles de Conrad el hacedor de la vida, pues la mayor abominación de este mundo a escapado, el Hereje esta... DESPIERTO -