"Sombra..."
Él se encontraba sentado en el suelo pensando, luego de que él se escabullera para salir de la casa de Gladis. Para fortuna de él, la calle estaba vacía.
"Pero esto no cuadra. ¿Por qué tengo un elemento? Eso debería ser una imposibilidad, ya que yo no nací como un dragón."
Levantó el cristal rojizo de su collar, mirándolo con una mirada de nostalgia.
"¿Cual será la respuesta, padre? Una vez me contaste una historia de dragones y muchas criaturas que eran imposibles, pero mira ahora..."
Con solo recordar la imagen de su padre una lagrima cayó por su ojo verde derecho.
"¿Uh?"
Se secó la lagrima y se levantó del suelo. Se acercó a la puerta de la casa, cual estaba semi abierta, y se preparó para entrar.
"Oh, solo eres tu. Me has dado un susto"
Era un pequeño conejo que buscaba algo de alimento por la zona.
"No tengo nada para ti desafortunadamente."
"¡Cuidado!" Se escuchó el grito de aviso de una voz femenina.
El dragón gris volteó y vio a una criatura rocosa , quizás de su mismo tamaño, con un arma echa del mismo material de la criatura.
Asustado, apenas logró evitar a la criatura. Se arrastró por el suelo tratando de huir. Este evento le hizo llegar un recuerdo traumático de su pasado. Al regresar en si mismo, solo vio como la criatura se alzaba contra una figura alada, la cual con sus garras negras dividió en cuatro partes a la criatura.
"Tu de nuevo."
Era la maestra del elemento sombra, la Maestra Senka.
"¡¿Q-Que era esa cosa?!" Preguntó asustado. Su corazón iba a mil por hora.
La Maestra Senka se acercó hacia el joven quien yacía en el suelo frente a ella. Le acercó su mano y le ayudó a levantarse.
"Es la primera vez que veo a uno de esos." Respondió la Maestra "El Maestro Lectro y el Maestro Erde fueron los primeros en ver un par de ellos. Los siguieron y sospecharon que intentaban atacar este pueblo. Basándome en sus declaraciones, este de aquí era diferente a los otros, uno inferior." Señaló los restos de la criatura. "Te pido, por favor, que no hables de esto a nadie. Aún no tenemos suficiente información de ellos y queremos evitar el temor en las ciudades. ¿Puedes hacerlo?"
"S-Sí, eso creo" Habló tembloroso. Su cuerpo aún temblaba por el susto que le dio la criatura.
El dragón gris se arrodilló, con la cabeza abajo.
"¿Qué sucede?"
"¡Por favor, enséñeme a pelear!" Él le suplicó.
"Así que aceptaste ser postulante a Maestro, ¿no?" Preguntó con una leve sonrisa de alegría.
"N-No es eso... Ser Maestro lo veo como una gran responsabilidad que tal vez no pueda llevar, pero quisiera que me enseñara a pelear y controlar mi elemento. Quizás esas cosas aparezcan otra vez y no quiero ser una carga ¡Le suplico, por favor!"
La Maestra Senka pensó en las palabras del joven dragón que se encontraba a sus pies. Suspiró y habló.
"A nosotros, los Maestros, solo se nos permite enseñar al dominio básico de los elementos a quienes lo deseen, pero enseñar a uno como si fuera un postulante... Primero tendría que consultar esta petición con el Gran Maestro."
"¡Gracias!"
"Ahora ve y duerme. Ven a la capital en dos días. Es posible que ya te tenga una respuesta."
La Maestra desplegó sus alas y partió vuelo después de recoger los restos de la criatura.
El dragón gris entró a la casa, cerrando cuidadosamente la puerta de madera y volvió a la habitación que le habían brindado de manera temporal.
Vio su mano, la cual seguía temblando. Se sentó en la cama y tomó aire para intentar calmarse.
"Siempre soy yo el ayudado..." Dijo con tristeza.
Recostó todo su cuerpo en la cama y apoyó su cabeza en la almohada.
"Aún duele."
Mientras tanto, en un gran edificio en el suroeste de la gran capital del continente, seis dragones de edad adulta se encontraban en una gran sala, iluminada por faroles con velas, hablando sobre la situación actual que se vive en el continente.
"¿¡Cómo que les perdieron el rastro!?" Bramó la voz de un adulto dragón celeste y de pecho morado.
"Los seguimos hasta las montañas de Kralen, pero dejaron de emitir vibraciones en mi rango de percepción" Respondió un serio y calmado dragón de escamas verdes y de pecho dorado.
"Además que la ultima vez que Erde los percibió, en esa zona se nos dificultaba maniobrar." Agregó un dragón amarillo con manchas verdes y de pecho azul.
La gran puerta antigua de la sala se abrió, revelando la figura de la Maestra Senka. La dragona arrojó los restos al centro de la sala.
"La información que me otorgaron estaba casi en lo correcto, pero este es el único que se encontraba." La Maestra Senka alzó la voz para que los demás la escuchasen "Pero no es el mismo que describieron los Maestros Erde y Lectro. ¿Maestro Erde, podrías reconstruir su cuerpo?"
"Lo intentaré."
De los ojos marrones del Maestro Erde soltaron un brillo esmeralda. El cuerpo dividido de la criatura se reconstruyo, dando a la forma original de la criatura.
"Tiene menos armadura comparado a los que nos encontramos. Déjenme inspeccionarlo" Habló el Maestro Lectro. Bajó de donde estaba e inspeccionó el cuerpo rocoso de la criatura con una gran velocidad, cual era otorgada por su poder elemental.
"Oye, despierta" El Maestro del elemento fuego le susurró y movió a la durmiente dragona plateada, quien era la Maestra del elemento viento.
"¿Eh? Oh, lo siento. Tuve un largo día." Dijo la Maestra del viento mientras se limpiaba su rostro.
"Los restos que hay entre las rocas son fragmentos de minerales que no se generan en el continente." Informó el Maestro Lectro al resto de Maestros "Para ser exactos, este tipo de fragmentos son similares a..."
"¡¿Cual mineral, Lectro?!" Exigió el Maestro del hielo, Gelio.
"¡Mantén tu calma, Gelio!" El Gran Maestro, dragón poseedor del elemento fuego, alzó su voz, haciendo que la sala se volviera silencio total y volvió su mirada hacia el Maestro Lectro.
"...Es draticita."
Los demás Maestros se vieron sorprendidos ante tal declaración que dio el Maestro del elemento eléctrico.
"Imposible." Habló sorprendida la Maestra del viento. Su sorpresa era tal que su cabellera albina se erizó.
"Gran Maestro..." El Maestro Lectro dirigió su mirada hacia el dragón de mayor edad, quien solo cruzó los brazos.
"Todos aquí sabemos la procedencia de ese material. La forma que llegaron esas criaturas a nuestro hogar es un misterio." El dragón mayor estuvo pensativo por un momento "Mi conclusión es que esas criaturas ya hubiesen estado aquí ya tiempo atrás, pero no los detectamos hasta ahora debido a que estuvieron invernando."
"Quisiera seguir estudiando al espécimen en mi despacho para poder averiguar el tiempo de antiguedad que posee." Pidió el dragón amarillo a su superior.
"Concedido. Averigua todo lo posible en un tiempo menor. Debemos proteger el orden y a la siguiente generación. " El Gran Maestro se dirigió a los demás Maestros "Mandaré una carta a los jefes de los pueblos cercanos a las montañas de Kralen para que estén atentos. Pueden retirarse."