Ya habían pasado por lo menos 30 minutos que estaba esperando frente a la fuente de roca. Muchas personas se me quedaban viendo, lo que me hacía sentir incómodo.
El abrigo que tenía puesto me hacía sentir muy fresco, como si estuviera a la sombra. Empezaba a preguntarme si en la tienda habría más cosas como estas.
-Hice una buena compra. Tal vez deba regresar otro día para ver si tienen más equipo como este. Aunque extrañaré mi vieja ropa, tal vez pueda hacer que alguien me haga una similar – dije mientras veía mi ropa quemada en una bolsa, ya no serviría para nada pero quería conservarla.
-Perdón por tardarnos tanto, Haruka no podía elegir nada, bueno, pues por "eso", así que tuve que describirle la ropa que escogía para ella – dijo Sayuri frente a mí, ni siquiera noté en que momento había llegado.
-Puede que este ciega, pero si voy a comprar algo con mi dinero al menos quiero que sea lindo – respondió Haruka, molesta por el comentario de Sayuri.
Levanté mi vista y pude verlas. Ambas se veían muy lindas, tanto que todos estaban viéndolas y yo no podía despegar mi vista de ellas.
Sayuri llevaba un vestido rojo con muchos detalles blancos, era más largo que su vestido anterior y las mangas cubrían por completo sus brazos, llevaba unos zapatos bajos de color blanco con finos detalles de color rojo a la altura del tobillo, como si fueran correas. De alguna manera hacia que su figura resaltara aún más, haciendo que se viera un poco mayor.
Haruka no se quedaba atrás. Ella llevaba un vestido color azul marino sin mangas, tenía unos zapatos del mismo color y unos brazaletes de piel blancos. Ella tenía el cuerpo de una niña de 12 años, pero eso no impedía que muchos se le quedaran viendo.
Las dos llevaban bolsas de piel en donde llevaban las demás cosas que había comprado.
-Ahora que lo pienso… necesito comprar una mochila nueva para las misiones. ¡A quien engaño! ¡Ni tratando de pensar en otra cosa puedo apartar mi vista de ellas! – pensaba al verlas a ambas con su nueva ropa.
-¿Qué sucede? ¿Porque estas tan callado? – pregunto Sayuri.
-Bueno… solo… estaba pensando… que se ven… realmente lindas… digo… mucho más… lindas… - trataba de decir algo, pero apenas si podía sacar las palabras de mi boca, por primera vez me había puesto realmente nervioso con ellas.
-Yo… yo no escogí este vestido para que me dijeras eso… pero gracias… - dijo Sayuri, parecía estar nerviosa también, pero Haruka no había dicho nada, solo tenía la cabeza abajo.
-Por cierto ¿De dónde sacaste esa cosa? – dijo Sayuri mientras me señalaba, de inmediato rechazo mi abrigo, supongo que debía contarles el verdadero motivo por el que lo había comprado.
-Sé que no es muy bonito, pero tiene muchas ventajas. Tiene atributos de protección, está influenciado por la afinan a los elemento y aumenta mucho mi suerte. Aunque el precio… - trataba de explicarle todas las cosas buenas que tenía pero fui interrumpido.
-No es por eso… en realidad te queda bien – dijo Sayuri de pronto.
-Además si tiene buenos atributos eso lo hace una muy buena compra – dijo Haruka apoyando a Sayuri.
-Aunque solo me quedan 28 monedas de plata. Todavía necesito comprar algo para dormir en el establo y pensar en la comida – dije al recordar el precio de todo lo que había comprado en esa tienda.
-No te preocupes por eso, mañana podemos hacer otra misión – dijo Sayuri despreocupada.
-Mientras no elijas otra que casi nos mate… - respondió Haruka.
-¡Cállate gata! ¡Esa misión nos dejó muchas ganancias! ¡Sino no hubiéramos podido comprar esta ropa tan resistente! – dijo Sayuri, el comentario de Haruka la había hecho enojar.
-Ca… cálmense, los tres podemos decidir si hacer una misión o no. Por el momento deberíamos ir a comer algo y prepararnos para mañana – dije tratando de calmarlas.
-Si – dijo Haruka, parecía estar feliz.
-Está bien – dijo Sayuri un poco más calmada.
Los tres nos dirigimos a un restaurant que estaba en la calle principal. Era un lugar grande y la comida no era tan cara, el único problema es que Sayuri y Haruka llamaban demasiado la atención de los demás y lo peor era que al parecer todos me miraban como un bicho raro.
Estábamos en la mesa y no podía dejar de sentir la mirada asesina de los demás hombres del lugar, estaba seguro de que en cualquier momento sucedería algo.
Pedimos algo de comer y comimos, pedimos de nuevo y de nuevo. Las órdenes no paraban de llegar. Yo podía comer mucho, pero Sayuri y Haruka me seguían el ritmo. Por fin las órdenes pararon cuando estuvimos llenos.
-¡Jamás había comido algo tan delicioso! Parece como un sueño… comer tanta comida deliciosa… usar esta ropa… - dijo Haruka mientras terminaba de comer.
-Sayuri… ¿Crees que podamos hacer que el amo de Haruka la deje libre si tratamos de darle dinero a cambio? – pregunté buscando la forma de hacer que ella se quedara con nosotros.
-Si él sabe del hechizo que ella puede usar, creo que no. Además el rumor de que conseguimos las manzanas de oro se va a esparcir muy rápido, tal vez él ya lo sepa – dijo Sayuri preocupada.
-Ya veo… ¿Y si tramos de comprarla? – pregunté tratando de pensar en otra opción, aunque solo esa se me había ocurrido.
-Creo que pasara lo mismo – dijo ella con el mismo tono de siempre.
-¡No me traten como si fuera mercancía! – dijo Haruka enojada mientras golpeaba la mesa.
Salimos del restaurante antes de que nos echaran por hacer mucho ruido, afuera ya había empezado a oscurecer y había unas cuantas nubes en el cielo, así que nos fuimos directo a los establos, no sin antes comprar sabanas y cobijas para pasar mejor la noche.
Las chicas ya se habían acostado y parecían estar dormidas, pero yo no podía dormir, había algo que me molestaba. Sabía que lo más probable era que de verdad estaba en otro mundo y que, tal vez, de alguna manera me habían traído aquí sin morir, por lo que debía de haber una salida igual. Ya les había contado mis suposiciones a Sayuri, pero ella no había dicho nada. Pero eso no era todo el problema.
-¿Porque me traerían a este mundo? Yo no soy alguien que se considere fuerte, tampoco tengo mucho talento para los deportes y, aunque me cueste admitirlo no soy valiente. Además las chicas son mucho más fuertes que yo, si intentara ayudarles en alguna pelea solo les estorbaría. Pero no quiero que les pase algo malo solo porque soy débil… - pensaba mientras intentaba dormir, pero sin poder hacerlo.
No sabía cuántas horas habían pasado desde de que las chicas se había dormido, pero todo estaba muy silencio. Me levante, me cambie de ropa, me puse el abrigo que había comprado, mi mochila, la daga que me había dado Sayuri y salí del establo. Camine por las calles de la ciudad, que parecía estar desierta, hasta llegas a la muralla de la ciudad, salí por una de las puertas no sin antes recibir una advertencia de los guardias, saqué la daga que Sayuri me había dado y me preparé para luchar.
De inmediato un grupo de goblins salió a recibirme, aunque dentro del grupo había algunos que parecían ser más grandes y tenían cuernos de oro, parecían ser más fuertes que los demás goblins.
-¡No puedo dejar que ellas hagan todo el trabajo… que se encarguen de atacar! ¡Tengo que ser lo suficientemente fuerte para poder protegerlas también! – pensé mientras encaraba al grupo de goblins. Era extraño, no sentía miedo ni estaba ansioso, solo estaba de pie esperando que me atacaran.
-¡¿De dónde salieron estos cuernos de oro?! – Grito Sayuri, despertándome de mi sueño.
-¡Son tan valiosos como las manzanas de oro! – dijo Haruka.
Estaba confundido, no recordaba nada, ni siquiera sabía cómo había llegado hasta los establos, solo sabía que estaba adolorido y muy cansado.
-¡Oye Ryuuji ¿Sabes de donde salieron?! – Pregunto Sayuri, estaba sorprendida mientras sostenía los cuernos en sus manos.
-No… solo sé que anoche salí de la ciudad y vi a un grupo de goblins… parece que algunos tenían esos cuernos. Puedo recordar que desenvaine mi daga… pero después todo está en blanco – dije tratando de recordar algo más, pero aún estaba medio dormido.
-¡¿Eso quiere decir que tú lo hiciste?! – Pregunto Sayuri sorprendida, pero no tenía la respuesta a eso.
-¡No… lo creo! ¡Recuerdo que dijiste que tu suerte era de solo 2 y se necesita tener mucha suerte para obtener uno de estos! – Dijo Haruka, tal vez su amo había luchado contra esos monstruos antes y no había obtenido los cuernos.
-No sé si fui yo quien los trajo… pero es verdad que mi abrigo aumenta mi nivel de suerte – dije recordando lo que me había dicho la encargada de la tienda.
Tenía una idea que tal vez ayudaría a saber la respuesta. Me quité el collar con la pequeña esfera azul y se lo di a Sayuri.
-Si yo fui quien trajo esos cuernos significa que derrote muchos monstruos anoche sin saberlo, por lo que mis estadísticas habrán aumentado. Quiero que revises mis estadísticas ahora y después con el abrigo puesto para ver si hay algún cambio grande – dije mientras me levantaba de la cama.
-Está bien, pero no creo que tus estadísticas sean tan impresionantes como para matar… a esos… – dijo Sayuri, al instante que vio a través del cristal su voz se fue apagando, ella ya había visto mis estadísticas antes, por lo que no creí que se impresionaría al verlas ahora.
-¿Qué pasa? Yo también quiero saber - Haruka le gritó a Sayuri, ella se agacho y le susurró algo al oído. Su rostro parecía sorprendido por alguna razón.
-¿Qué sucede? ¿Hay algo malo? – pregunte algo preocupado.
-No es eso… todas tus estadísticas subieron 10 puntos, pero las 4 de siempre siguen cambiando, todavía no tienen un número fijo y lo más impresionante es que tu Maná se duplicó. Incluso tu Inteligencia subió otro punto, junto con Suerte son las más difíciles de aumentar – dijo Sayuri confundida.
-Pero es impresionante, que hayas subido tanto en una sola noche, subiste más de 41 puntos y eso solo son las que no se mueven - dijo Haruka, ella parecía estar todavía peor que Sayuri.
-Bueno… el viejo del gremio dijo que eso era muy extraño… pero ahora veamos qué pasa cuando me pongo el abrigo – dije mientras buscaba el abrigo.
Me puse y esta vez sentí un cambio, era como si mi cuerpo fuera un poco más ligero. El rostro de Sayuri parecía sorprendido de nuevo cuando vio, otra vez, por el cristal.
-¿Y bien, hubo algún cambio? – pregunte nervioso al ver su expresión.
-Bueno… como lo explico… Todas tus estadísticas subieron 5 puntos y tu suerte está al mismo nivel que las otras, además las otras 4 se estabilizaron un poco, ahora están alrededor de 27 – dijo ella mientras me daba el cristal.
De inmediato vi mis estadísticas.
Fuerza:27 Poder:27 Defensa:27 Resistencia fisica:25 Resistencia a la magia:24 Agilidad:27 Maná:35 Vitalidad:23 Inteligencia:15 Suerte:27
-¿Aun son tan bajas? Este abrigo si ayuda bastante, supongo que tengo que volver a esa tienda y hacer un pedido – dije mientras me ponía de nuevo el collar.
-¡¿Dices que son bajas?! ¡Ningún novato puede alcanzar eso en 2 días! Supongo que tendremos que luchar muy duro para que no nos alcances tan rápido – dijo Sayuri molesta, tal vez por mi comentario.
-¿En serio? ¿Si sigo así en cuanto tiempo podría alcanzarlas? – pregunté tratando de averiguar sus estadísticas.
-Llevo un tiempo como aventurera, así que… si sigues con un ritmo así y yo no hago nada… tal vez 2 semanas – dijo Sayuri, no tenía idea de cuánto eran las suyas solo con esas palabras.
-Yo no he tenido mucho tiempo en batalla, pero creo que en 7 o 9 días podrás alcanzarme – dijo Haruka de la misma forma que ella.
-Tal vez conocer las estadísticas de otro sea algo muy extraño aquí… aunque todo esto suena aún más extraño para mí sin importar la cantidad de animes que haya visto – ¬Pensé al escuchar sus palabras.
-Así que esa es la diferencia… oigan ¿Mientras más nivel tengan es más difícil seguir subiendo? – les pregunté a ellas, ya sabía la respuesta pero quería equivocarme.
-Por supuesto, tendrás que matar monstruos más fuertes o matar muchos más monstruos para conseguir un solo punto – dijo Sayuri.
-Lo sabía… - pensé de inmediato.
-Ya veo… entonces vayamos por otra misión. Subamos de nivel, ganemos más dinero y salgamos de este establo – les dije recordando todo lo que había pensado anoche.
Ambas me vieron confundidas, tal vez porque estaba muy animado. Pero entonces se levantaron, no sabía que iban a hacer, pero era verdad que les había dicho algo raro.
-Eso puede esperar hasta mañana, por el momento tienes que ir al gremio, cobrar la recompensa por matar esos monstruos y vender estos cuernos – dijo Sayuri en tono serio.
-Pero… - traté de hablar pero no me dejaron.
-Tú mismo dijiste que querías dinero, así que vender estos cuernos te dará un montón. Además creo que debes descansar un poco – dijo Haruka, parecía estar un poco preocupada.
-Bueno, en eso tienes razón. Además necesito dinero para hacer el trato con tu amo y hacer que te deje libre. Además si puedo subir mucho de nivel tal vez pueda hacer algo para que dejen de decirle "Bruja Carmesí" a Sayuri – dije pensando en voz alta.
Ambas voltearon a ver a diferentes direcciones, no sabía si estaban enojadas o si había hecho algo malo. Solo me recosté un rato y me volví a dormir, esta vez sin preocupaciones.
Cuando desperté Sayuri y Haruka no estaban en la habitacion. Había una bolsa grande de cuero a mi lado, la abrí y tenía los cuernos de oro.
-Supongo que tengo que ir al gremio ahora – dije mientras tomaba mis cosas.
Salí de los establos y me dirigí directo al gremio. Era medio día y todo estaba muy silencioso. Había unas cuantas chicas limpiando el lugar, por lo que el lugar de mostradores estaba casi vacío.
Por suerte la chica que me había llevado a que activaran mis estadísticas estaba ahí.
-Buenos días – dije saludándola.
-Bienvenido ¿En qué puedo ayudarte? ¿Heee? ¿No eres el chico de hace unos días? – me preguntó algo confundida.
-Sí, me llamo Ryuuji. Me gustaría que me dieran la recompensa por los monstruos que mate anoche, también quiero vender esto – dije eso mientras ponía la bolsa en el mostrador y le entregaba mi collar.
-Veamos… ¡¿40 goblins y 16 goblins dorados?! ¡¿Entonces lo de la bolsa…?! – Dijo ella, parecía estar exaltada, abrió la bolsa de golpe y vio los cuernos - ¡¿Cómo es… posible… que tu…?!
-¡No lo sé ¿está bien?! ¡Mis compañeras ya me lo preguntaron, pero en realidad no sé qué pasó anoche! ¿Puedes darme la recompensa para que pueda irme? – pregunte ya un poco cansado.
-Cla… claro. Son 160 monedas de bronce por los goblins y 640 por los goblins dorados, eso da… 80 monedas de plata. Cada cuerno vale 25 monedas de plata… y tienes 32… por lo que… – dijo ella, parecía estar delirando un poco, pero no había duda, ganaría mucho dinero.
-¡Por fin te encontramos! Estuvimos buscándote en todos lados – dijo Sayuri cuando me encontraron.
-Sí y no estoy acostumbrada sentir tantas miradas sobre mí – dijo Haruka, parecía estar incomoda por llevar su vestido.
Estaba caminando de nuevo hacia los establos cuando me encontré con Sayuri y Haruka. Quería regresar rápido y esconder mi dinero en algún lugar.
-Fui al gremio por la recompensa y vender los cuernos – dije tratando de ocultar mi felicidad.
-¿Y bien? ¿Cómo te fue? – pregunto Sayuri, se podía ver que estaba ansiosa por mi respuesta.
-Bueno, conseguí 25 monedas de plata por cada cuerno, así que al final me dieron… ¡8 monedas de oro y 80 de plata! – dije emocionado mostrándoles la bolsa con el dinero.
Ellas parpadearon un par de veces en silencio mientras veían la bolsa en mis manos.
-¡¿Qué?! ¡¿Tanto dinero?! – gritaron ambas, sus gritos fueron tan fuertes que lastimaron mis oídos he hicieron que todas las personas que pasaban por ahí voltearan a vernos.
-¡No griten tan fuerte! No creo que sea para tanto – dije mientras frotaba mis oídos.
-¡El dinero que conseguiste es casi lo que recibirías por una misión de nivel 2! ¡No hay ningún novato que pueda ser una ni con un grupo de 10 personas! – dijo Sayuri sorprendida.
-¡Es cierto, mi amo solo sigue aceptando misiones de nivel 1 porque no puede subir de nivel! – dijo Haruka siguiéndole la corriente a ella.
-¿Subir de nivel? – pregunte confundido.
-¡Eso no es lo que importa ahora! – respondió Sayuri, era obvio que no me lo dirían.
-¡Es cierto! ¡Mi amo me compró por 2 monedas de oro! ¡Si le ofreces 4 estoy segura que me venderá! – dijo Haruka, podía ver que estaba realmente feliz, por fin había la posibilidad de que se quedara con nosotros.
-Eso se escuchó mal… pero no creo que se así de fácil. Me gustaría ganar un poco más de dinero antes de hablar con él, solo para estar seguros – dije tratan de ser precavido.
-Entonces ¿Cuánto dinero tienes?
-Contando las 24 monedas de plata que me tenía antes…8, no, lo equivalente a 9 monedas de oro y 4 de plata – dije tratando de hacer cuentas de todo lo que tenía.
-Eso ya es mucho dinero para dos días. Con una sola moneda de oro podrías comprar la habitación del establo y… – empezó a decir Sayuri, pero lo que había dicho de verdad me había llamado la atención.
-¿Eso se puede? Entonces… lo haré. Así podremos arreglar el lugar y hacerlo más cómodo ¿Podrían encargarse de eso? – dije mientras la interrumpía.
Saque unas cuantas monedas de plata de la bolsa y luego se las daba, podía confiar en que ellas cuidarían el dinero mucho mejor que yo.
-¿Estás seguro? – pregunto Haruka.
-Por supuesto, necesitamos descansar bien para hacer más misiones y ganar más dinero – le respondí.
-Pero sobre lo que me contaste… sobre donde vivías antes de llegar aquí… es como si dijeras que no quieres regresar – dijo Sayuri ocultando el hecho de que en realidad era de otro mundo.
-No es que no quiera hacerlo, pero estoy seguro que llevara mucho tiempo encontrar una forma de volver… así que quiero pasar ese tiempo cómodo y con personas agradables como ustedes – dije emocionado por la idea.
Ambas se sonrojaron un poco, pero luego asintieron.
-Entonces me haré cargo de la habitación – dijo Sayuri mientras guarda la bolsa con dinero.
-Yo trataré de negociar con el gremio para obtener un descuento. También trabajaré duro para ganar mucho dinero ¡y comprar mi libertad! – dijo Haruka emocionada.
Sayuri y Haruka parecían estar muy animadas, un segundo más tarde las dos se había ido en dirección al gremio. Decidí pasear un poco por la ciudad y tratar de buscar un arma nueva.
-La daga que me dio Sayuri es muy buena, pero me gustaría tener algo con más alcance. Aunque no tengo experiencia con ningún otra arma… – dije mientras caminaba viendo los puestos de la ciudad.
Llegue a lo que parecía ser una armería en una de las calles principales de la ciudad. Entré y había todo tipo de armas, desde dagas hasta martillos gigantes.
-¿Quién podría usar uno de estos? – dije mientras veía una bola con picos sujetada con cadena a los que parecía ser una empuñadura de madera.
Decidir echar un vistazo a las demás armas y estudiar los precios antes de comprar una.
-Ahora que lo pienso… en este mundo el idioma y la escritura son muy distintos, pero puedo entender ambos a la perfección ¿Acaso es por esas voces? – pensé mientras leía las etiquetas de las armas.
-¡Bienvenido a la tienda de armas Maki! ¿Qué podemos ofrecerle? - La voz de un niño me hizo reaccionar. Tal vez estaba encargado de la tienda mientras el dueño regresaba.
-Me gustaría comprar un… Bueno… Aún no se bien que comprar – dije mientras miraba al niño.
-Puede ver las armas mientras la encargada regresa. Si le interesa alguna… ¿Puede esperar hasta que ella regrese? – dijo el un poco preocupado, tal vez pensaba que iba a robar algo.
-…Esta bien – respondí mientras volvía a poner mi atención en las armas.
El niño desapareció detrás de la estantería. Eso me había confundido un poco, pero empecé a revisarlas y traté de encontrar alguna que me gustara.
Habían pasado 20 minutos y no había nada que me llamara la atención.
-Todas estas armas son costosas y no hay alguna que pueda usar con facilidad… solo me queda seguir buscando – dije mientras dejaba las estanterías principales.
De pronto el brazalete azul de mi mano derecha apareció, era extraño y parecía que el dije señalaba a una dirección precisa. Seguí la dirección en donde el brazalete hacia un poco de presión, hacia una de las esquinas de la tienda.
Había un montón de espadas junto con sus vainas, todas cubiertas de polvo. Revisé una por una, hasta que tomé una y el dije brilló por una fracción de segundo.
-¿Esta? – pregunte algo confundido.
Desenvaine la espada, era una especie de katana. La empuñadura era algo plana, de color negro con algunos detalles azules y la hoja era completamente negra, pero el filo brillaba con un ligero tono azulado. Me gustaba y el precio era razonable, definitivamente tenía que comprarla.
-¡Estoy de regreso Kenta! - La puerta de la armería se abrió de golpe. Alguien había entrado, por la voz se trataba de una mujer, pero llevaba un manto que cubría desde los pies hasta su rostro.
-¡Por fin estas de regreso Seina! ¡Ya te dije muchas veces que no me dejes solo haciendo tu trabajo! – escuche la voz del niño, estaba de verdad molesto. Se acercó a la mujer, parecía que se conocían bien, de seguro era la encargada de la tienda.
-Lo siento, pero tenía que ir a buscar al tipo que vi anoche – dijo la mujer mientras se disculpaba.
-¿Estas segura que no fue un sueño? – pregunto el niño.
-¡Claro que no! ¡Lo vi desde la muralla! ¡Peleó contra ese gran grupo de goblins de una manera que no había visto jamás! ¡Estoy segura que si lo encuentro…! – dijo ella emocionada.
De pronto vio hacia mi dirección, estaba seguro de que me había visto.
-¡¡Es él!! – gritó ella mientras me señalaba.