Aún no había sentido el golpe contra el suelo y dejé de sentir el viento también.
¬-¿Estoy muerto? ¿Morí antes de siquiera tocar el suelo? – pensaba asustado.
Todavía seguía gritando, por lo que no podía estar muerto.
-O…Oye… ¿Estas bien? – Pude escuchar la voz de una chica cerca de mí. Deje de gritar, estiré un poco mi cuerpo y abrí mis ojos para ver de quien se trataba.
Era una chica y muy linda. Su piel era blanca, sus ojos eran rojos y parecían brillar, su cabello era de un tono más oscuro que sus ojos. Llevaba puesto un vestido blanco con muchos adornos rojos un poco ajustado que hacia resaltar su cuerpo, le llegaba un poco arriba de las rodillas, pero tenía medias que cubrían sus piernas, parecía algo raro pero tenía puestas unas botas blancas y rojas que hacían juego con todo. Todo eso me hacía pensar que era una chica de 16 años, un año menor que yo, pero su ropa me hacía creer que estaba haciendo cosplay.
-¿Estas bien? ¿Qué haces aquí? – preguntó ella mientras se acercaba un poco más.
-Bueno… yo… esto… - traté de hablar, pero mi cerebro no podía procesar todo por el miedo.
Presté un poco más de atención y pude ver una espada que colgaba a un lado de su cintura. De nuevo el miedo se apoderó de mí, me levanté de un salto y empecé a correr.
-¡¡Lo siento!! – Fue lo único que pude decir mientras corría y más lágrimas caían por mi rostro.
Me di cuenta que ahora estaba en un bosque, pero no fue lo suficientemente rápido. Una rama apareció frente a mí y no pude esquivarla. El golpe fue tan fuerte que me hizo perder la conciencia.
Paso un tiempo hasta que por fin pude abrir mis ojos. Lo primero que vi fue el cielo azul con unas cuantas nubes a través de las copas de los árboles.
La chica que había visto antes estaba inclinada, viéndome preocupada. Quise levantarme y salir corriendo de nuevo, pero puso sus manos sobre mi pecho e impidió que me levantara.
-¡No debes moverte todavía, el golpe que te diste fue muy fuerte! – Su voz era suave y cálida, no parecía como si estuviera regañándome.
-Por favor… no me mates – Fueron las únicas palabras que salieron de mi boca.
-¿Matarte? ¿Por qué querría hacerlo? – Ella inclino su rostro a un lado, confundida.
Estaba seguro de que ella no estaba con las personas que me habían perseguido o por lo menos no la había visto, pero ese anciano había ordenado que me mataran y ella, al parecer, no iba a hacerlo.
-Quien… ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? – pregunté confundido.
-¿He? Mi nombre es Sayuri Kirishima. Estas en la pradera oriente, cerca del bosque Syrph ¿No recuerdas como llegaste aquí? ¿Recuerdas tu nombre? – ella estaba preocupada.
Su forma de hablar era extraña, no parecía ser japonés ni español, pero podía entender lo que decía. Aparte de eso, ella parecía estar preocupada por mí.
-Tal vez no sea buena idea decirle mi nombre real, por lo menos no por ahora. ¿Pero cuál puedo usar? – Pensé tratando de entender la situación.
-Mi nombre… me llamo Soji… Kurata… Mi nombre es Soji Kurata – dije tratando de sonar convincente.
¬-Espero que ella no vea tanto anime o se dará cuenta del nombre ¬– Pensaba mientras la veía
-Entonces… Kurata ¿Cómo es que apareciste aquí? – me preguntó ella.
-Bueno, había muchas personas persiguiéndome, así que… ¿Cómo aparecí aquí? ¿Qué quieres decir con eso? Yo salté desde el templo que está ahí – Dije señalando hacia donde creía que estaba Kiyomizu-dera, pero ahí no había nada, solo bosque y después de eso parecía haber una extensa pradera. Vi en todas las direcciones, pero no había ni rastro del templo.
-¿Templo? En esta zona jamás ha existido un templo – respondió ella.
-Pero… yo estaba ahí. La estatua de Seiryu… Kiyomizu-dera… Kioto… – dije tratando de recordar.
-No entiendo lo que tratas de decir. Se supone que Seiryu era un guardián, pero murió hace muchos siglos. Pero respóndeme ¿Cómo es que apareciste aquí? No pareces ser capaz de usar un hechizo de teletransporte, pero hubo una luz muy fuerte y luego tú estabas en el suelo gritando – dijo ella, parecía estar pensando en algo.
Su explicación solo hizo que me sintiera aún más perdido.
-¿Hechizo? ¿Una luz fuerte y después aparecí? Debí golpearme la cabeza al caer y ahora estoy en coma en el hospital y esto es solo un sueño – Pensaba mientras tocaba mi cabeza.
Mi mente tomó la respuesta más obvia y sencilla, pero si esto era un sueño, era el más vivido que había tenido. Podía sentir el pasto en mis manos, el aire que tocaba mi piel, el olor del pasto y del sutil perfume de Sayuri.
-Si ya te sientes mejor, entonces es mejor que nos movamos a la ciudad. Pronto empezara a oscurecer y los monstruos se volverán más peligrosos – dijo ella viendo a nuestro alrededor.
-¿Monstruos? Si, esto definitivamente es un sueño – pensé al escuchar esa palabra.
-Por cierto. Hace rato me golpee tan fuerte que me desmayé, pero no me duele nada – dije al darme cuenta de eso.
-Es porque use magia de sanación en ti. Ahora deberías ser capaz de caminar sin ningún problema. Démonos prisa para llegar a la ciudad antes de que anochezca – dijo Sayuri preocupada.
Ella se levantó y extendió su mano para ayudarme a ponerme de pie. Dude un momento si podía confiar en ella. Claro, ella era linda y me había cuidado mientras estaba inconsciente, además no tenía la intención de matarme. Pero si esto era un sueño ¿Ella no debería ser alguien a quien ya conocía?
Tenía muchas dudas, pero no podía hacer que ella respondiera a todas mis preguntas. Finalmente tome su mano, no era tan suave como había imaginado, podía notar que algunas partes eran duras, tal vez por usar esa espada.
-Sí, vamos – dije tratando de sonar seguro.
Caminamos más de una hora por la pradera y parecía que no terminaría pronto. Había mucho calor, por lo que me había quitado la chaqueta y la había puesto en mi mochila.
-Oye ¿Qué tan grande es esta pradera? – pregunté cansado.
-mmm… es bastante grande, para cruzarla por completo se necesitan 6 horas y caminando a un buen ritmo. Por suerte estábamos en una zona que está a menos de la mitad de eso. Creo que en poco más de una hora llegaremos a la ciudad – me respondió Sayuri
-Entonces aún nos falta bastante… por cierto, dijiste que los monstruos se vuelven más peligroso, pero hasta ahora no he visto ninguno – dije un poco aliviado.
-Eso es porque aún es un poco temprano. Pero es extraño que no hayamos encontrado ni uno solo. Esta zona es conocida por tener muchos monstruos de bajo nivel, por lo que muchos principiantes vienen por aquí. Ahora que lo pienso… tampoco hemos visto a alguien más – dijo ella un poco preocupada.
-También pensaba preguntarte eso. Pero si ese es el caso, algo raro debe de estar pasando – dije mientras me empezaba a preocupar por la actitud de Sayuri.
-Sí, esto me da un mal presentimiento. Oye, dime algo ¿Tienes algún arma debajo de esa extraña ropa? – pregunto ella mientras me señalaba.
-¿Extraña ropa? No, no tengo nada, ni siquiera un cuchillo – le respondí de inmediato.
Esto era extraño. Podía hablar con Sayuri con mucha facilidad, sin ponerme nervioso. No me costaba hablar con chicas, pero no se sentía natural, pero con ella era todo lo contrario.
-Eso es un problema, si somos atacados por un grupo de monstruos no seré capaz de defendernos a ambos… pero tengo una idea – dijo Sayuri.
Ella desató una correa que tenía en su cintura, era del mismo color que su vestido y por eso no la había visto. Tomó algo que tenía detrás de la cadera y me lo dio. Por el tamaño y su forma debía tratarse de una daga.
-Con esto podrás defenderte, es de poco alcance y es liviana, pero puedes usarla – dijo ella mientras me acercaba la daga.
-Gra… gracias – le dije.
Tomé la daga y la até en mi cinturón, del lado derecho de mi cintura.
-¿Si sabes cómo usarla, verdad? – preguntó ella con curiosidad.
-¡Mierda, claro que no! Solo he visto como la usan en animes… Tal vez deba intentarlo – pensaba mientras veía la hermosa forma de la daga, no solo la empuñadora tenia algunos símbolos grabados, también la hoja los tenia.
Tomé la empuñadura de la daga, no como si fuera a tomar una espada, sino lo contrario. Pero no podía sujetarla bien, la volví a colocar en su funda y la tomé, esta vez de manera normal.
-Así podrás usarla un poco lento, tienes que tenerla fuera o no podrás… - dijo Sayuri acercándose un poco.
Antes de que pudiera terminar de hablar, saqué la daga lo más rápido que pude de su vaina, haciendo un movimiento de arco frente a mí. Me había agachado un poco y aproveché la oportunidad de cruzar mis brazos frente a mí, con la daga color carmesí enfrente. Una pose de batalla que había visto en un anime.
Sayuri parecía un poco sorprendida.
-No había visto ese movimiento, pero es muy bueno. Aunque parece que no es muy natural para ti ¿Qué clase de arma usabas antes? – preguntó aún más curiosa.
-En realidad… creo que ninguna – le dije tranquilo.
-No lo parece, pero… – Ella se quedó a mitad de la frase. Parecía nerviosa y miraba en todas direcciones.
-Supongo que nuestra suerte se acabó. Si no estabas acostumbrado a usar un arma, es mejor que lo hagas pronto. Estamos rodeados – dijo ella mientras tomaba la empuñadura de su espada.
No sabía a qué se refería, hasta que voltee. Alrededor de nosotros había ¿personas? No, eran muy pequeñas. Además su piel era verde y sus orejas eran puntiagudas, sus ojos eran pequeños y podía notar la sed de sangre en ellos.
-Go…go… ¿Goblins? – Pregunté asustado.
-Sí, son alrededor de 12 – respondió ella.
-¿Y… que hacemos? – pregunté aún más asustado.
-Pues luchar, eso es obvio. Yo me encargaré de la mayoría, tú cúbreme con esa daga. Odio admitirlo, pero no soy tan buena usando esta espada – me respondió ella.
Estaba en la peor situación que hubiera imaginado, pero no podía parecer un cobarde, por lo menos no tanto, aun si se trataba de un sueño.
-Si… Yo… te cubriré – trataba de parecer tranquilo, pero el miedo me hacía querer salir corriendo.
-De acuerdo, si puedes matar al menos 2 puedes quedarte con la daga – me dijo ella.
-¿Qué? – pregunté confundido.
Pero ella no contestó, solo se lanzó al ataque, desenfundando su espada.
Cortó a la mitad al primer goblin que tuvo enfrente, luego al segundo le cortó un brazo y al tercero lo decapitó. La sangre de los goblins volaba por todo el lugar, era grotesco, pero fascinante.
-¿Enserio debo cubrirla? Ella parece tener todo bajo control… – pensé al verla luchando.
En ese instante un goblin esquivó su espada, mientras otro corría hacia ella con sus garras listas, pero pudo esquivarlo de un salto.
-¡¿Cuándo piensas pelear?! – gritó enojada Sayuri.
Su grito me hizo despertar. Dos goblins se dirigían corriendo hacia mí, pude esquivar el primero, pero el segundo logro enterrar sus garras en mi pierna. El dolor recorrió mi cuerpo y después pude sentir la sangre saliendo de la herida.
-¡Esto no es un sueño! ¡Este dolor no puede estar en un sueño! – pensé al sentir el dolor.
Mi cerebro no tenía tiempo de buscar una explicación, justo ahora estaba en peligro.
Nunca antes había estado en una pelea así, no contra alguien que quisiera matarme y yo tuviera que matarlo para sobrevivir, y mucho menos usando un arma.
Seguí esquivando a los dos goblins, pero ya me habían hecho un par de heridas.
-¡A este pasó estaré acabado! ¡Piensa, piensa en como pelear! – me decía a mí mismo.
Recordé los animes que había visto, en más de uno había usado dagas, pero nunca se me había ocurrido usar una. Pero debía de intentarlo.
Ya habían pasado unos cuantos minutos y todavía no podía quitarme a los dos goblins, pero ya me había cansado de parecer un tonto. Logre patear a uno usando toda mi fuerza y logre levantarlo del suelo, el hecho de que fueran pequeños ayudaba mucho. Antes de que tocara el suelo, lancé un tajo y pude cortarle la garganta.
La sangre empezó a salir de inmediato, haciendo que me dieran nauseas. Pero no debía de pensar en eso, el otro goblin ya estaba muy cerca. Me agache y lo tome del cuello, lo lacé al suelo y lo apuñale hasta ver que estaba muerto.
Volteé a ver a Sayuri, parecía tener problemas con los últimos 4 goblins que quedaban. Corrí hacia ella, usando la extraña ola de valor que había surgido en mí.
Un goblin saltó detrás de ella, pero antes de que pudiera tocarla le clave la daga en la cabeza usando ambas manos, el golpe fue muy fuerte, tanto que su cuerpo toco el suelo y la daga salió de él.
De alguna manera gire para esquivar a otro goblin y clave la daga en su espalda. No sabía si estaba muerto, pero tome su mano y lo lancé a los otros dos goblins, haciendo que perdieran el equilibrio. En ese instante Sayuri corrió hacia ellos y de un solo tajo los cortó a la mitad.
Ella parecía un poco cansada. Soltó un largo suspiro y luego se secó el sudor de la frente con su mano mientras volteaba a verme.
-Eso fue impresionante, aunque un poco aterrador. Dices que no has usado un arma, pero tienes una manera muy feroz de luchar – dijo ella sorprendida.
-¿Muy… feroz? – pregunté con miedo, la ola de valor de había ido.
Vi mis manos, estaban manchadas de sangre, incluso mis brazos lo estaban y la daga aun goteaba. Perdí la fuerza y la daga cayó al suelo. Tenía náuseas y estaba mareado. Tenía miedo de lo que había hecho.
Voltee a ver a los cuerpo de los goblins y solo empeoro todo. Caí de rodillas al suelo, estaba entrando en pánico.
-Yo… ¡¿Yo hice esto?! ¡¿Yo maté a esos cuatro?! – Dije en mi mente, estaba horrorizado por la escena.
-¿Estas bien? ¡Reacciona ¿Qué te pasa?! – preguntó preocupada.
Ella se arrodillo frente a mí, agarro mis hombros y me sacudió.
-Yo… los maté… Yo los maté – dije aterrado.
-¿Es por eso? Supongo que es tu primera vez haciéndolo… – Su tono fue bajando poco a poco. Soltó mis hombros y agarró mis manos – Escucha… Lo hiciste porque no tenía más opción y lo sabes. Si no los matabas ellos te matarían. Eso es lo que hacen, encuentran una persona indefensa, los matan y después… los devoran. Es por eso que no debemos dudar o sentirnos culpables por hacer esto, además…
Levante mi vista y vi su rostro. Tenía una hermosa sonrisa, me hacía recuperar un poco la calma y mi confianza.
-¿Además…? – pregunté
-Me ayudaste… no, me salvaste de ese goblin. Si no hubiera sido por ti, estoy segura que no hubiera podido con tantos atacándome al mismo tiempo. Así que… gracias – dijo ella con un tono alegre.
-Pero… tú me ayudaste primero, incluso me diste esta daga… soy yo quien debe agradecerte – Dije eso mientras me inclinaba hacia enfrente.
-Es cierto que te di mi daga, pero tú la empuñaste y me protegiste, sin dudar un solo segundo. Así que no dudes ni te sientas culpable – dijo ella.
No podía entender bien sus palabras. Solo sentí que ella soltaba mis manos y se ponía de pie.
-Sigamos caminando antes de que otro grupo de goblins aparezca. Pero primero debemos curar esos cortes que tienes. Ponte de pie – dijo ella mientras miraba alrededor.
-Ok – fue lo único que pude decir.
Me levanté como ella había dicho, pero sentía bastante dolor. Ella se agacho y puso sus manos frente a donde tenía los cortes. La escuche susurrar algo, hasta que levantó la voz.
-Sanación Rápida.
Al instante que dijo eso, sus manos brillaron un poco y el dolor en mi pierna desapareció. Se levantó he hizo los mismo con los rasguños que ella tenía.
-¿Qué fue eso? – pregunté sorprendido.
-Es magia de sanación, aunque es muy básica. Por el momento solo puedo usar esta, pero si puedo aprender a usar algún otro elemento, además del fuego, estoy segura que podré usar magia de sanación más poderosa – dijo mientras terminaba de curar sus heridas.
-¿Además del fuego? Me gustaría preguntarte muchas cosas, pero mejor lo hago cuando estemos en un lugar más seguro – dije tratando de no sonar cobarde.
-La ciudad es el lugar más seguro, al menos contra los monstruos. Ahí podremos hablar un poco mientras comemos algo. Aunque primero tengo que ir al gremio a reportar que cumplí con la misión, también tengo que informar sobre estos goblins… – dijo ella mientras volteaba a verme un poco confundida – Supongo que no sabes de lo que estoy hablando – dijo ella.
-Hee… bueno… pues no – dije mientras me rascaba la cabeza.
-Te explicaré lo del gremio una vez que entremos a la ciudad, pero te diré esto, tienes que entrar al gremio si quieres recibir una recompensa por matar a esos cuatro goblins – Dijo ella en tono serio, era la primera vez que la escuchaba asi.
-De acuerdo, pero vámonos. No quiero encontrarme con otro grupo igual – dije mientras miraba a todos lados.
-Yo tampoco, además mientras más tarde se haga aparecerán monstruos mucho más fuertes – dijo Sayuri.