Chapter 30 - Asalto, parte 2

Veinte segundos.

Después de un ataque sorpresa, la mayoría de humanos quedan paralizados y aturdidos por el miedo durante veinte segundos.

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Puse mis manos en el suelo.

- Muro de hielo.

El hechizo fue tan simple como el nombre.

Una pared de hielo se creó delante del circulo carmesí.

THOMP! * THOMP! *

Algo intentaba destrozarlo desde el otro lado.

Debería durar lo suficiente.

Me quité el manto de los cultistas y liberé al elfo, después de cargarlo en mi hombro fui a la jaula donde tenían cautivos a los civiles.

- ¡Wah!

Puse al elfo en el suelo y con mis manos sostuve los barrotes.

TRRRRRRK*

- Ghk…

El momento en que mis manos tocaron el acero manchado de sangre, una sensación eléctrica asalto mis dedos, había una fuerza parecida al magnetismo que intentaba repelerme.

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- ¡Detente! ¡La jaula está encantada con magia! ¡Si intentas abrirla por la fuerza perderás tus brazos!

¡KKRG! *

La elfa uniformada intento advertirme del peligro de la jaula encantada.

¡Maldición, esto de verdad duele! ¡La magia solo es divertida cuando no te la lanzan!

- ¡¡HHRGAAAAAAAA!!

¡CRACK! *

Fue duro, pero logre arrancar un par de barrotes.

Con los pedazos de metal aún en mis manos, di media vuelta y apunté a los cultistas.

- ¡HMPH!

Líneas plateadas volaron dentro del amplio espacio.

KRGK*

¡¿WAAAH?! *

THOMP*

Las brochetas humanas atoradas en la pared sirvieron como una distracción extra.

Volteé a ver a los prisioneros, todos estaban demasiado asustados como para decir o hacer algo.

Tomé a la uniformada y le di una bofetada para que saliera del trance.

Paf*

- ¡AH!

- Levanten sus traseros y síganme.

Con ojos recién despiertos, la elfa me miro extrañada.

- ¡¿Wha?!- ¡¿Quién eres tú?!

¡BOM! *

- ¡Grweeeek! *

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El avestruz entró destrozando la puerta y la personas detrás de ella, luego procedió a cumplir mis órdenes mientras cortaba a todo aquel que se le interpusiera.

Seh, eso servirá.

De mi cinturón saqué una poción de curación y obligué a la elfa uniformada a beberla.

- ¡¿MMM?! *

- Bebe, vengo por parte de Iris.

- ¡!

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Al escuchar ese nombre la elfa, dejo que el líquido verde pasara por su garganta, haciendo que su cuerpo recupere su vitalidad.

- Cough* Cough* ¡¿Dijiste Iris?!

- Sí, toma.

Saqué la mayoría de pociones curativas que el cinturón tenía y las puse sobre las manos del elfo.

- Sígueme o mueran, decide

Apunté a las personas detrás de la elfa mientras decía eso.

La mujer siguió mi dedo y también los miro.

Entonces me miro una última vez con sudor en su frente.

- … ¡Carajo!

Tras deliberarlo unos segundos la mujer comenzó a verter las posiciones dentro de la boca de los heridos.

- ¡Todos! ¡Nos vamos!

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Un pequeño brillo de esperanza regresó a los ojos de los prisioneros, y una vez sanados, rápidamente fueron saliendo de la jaula con la elfa de frente.

- ¡¿Se van tan pronto?!

Es hora.

Mire en dirección de la desagradable voz extasiada.

- ¡ESTE PODER!... ¡PUEDO SENTIRLO!... ¡PUEDO ENTEDERLO!... ¡TÚ TAMBIEN HAZ SENTIDO EL VERDADERO DOLOR!

Con un salto que destrozo el suelo y las piernas de algunas personas, Dorlo lanzó su puño a mi rostro.

- ¡¡¡AMEMONOS CON DOLOR!!!

¡Tonk! *

Pero lo único que alcanzo fueron las frías y metálicas manos de mi caballero.

- Álvaro, ¿Puedes matarlo?

La armadura viviente con cabeza flamígera lanzó un puño que mando a volar a Dorlo de regreso al suelo.

- ¡AAHHH~! ¡SHÍ~!

Creak* Crunch* Splat*

El golpe fue tan fuerte que el cuerpo de su enemigo trazó un camino de sangre con pedazos de carne y huesos rotos.

- No quedara nada de él, mi príncipe.

Álvaro materializo su espada y se lanzó al ataque.

- Se rápido.

Cling! *

Antes de que su espada negra pudiera cortarlo, Dorlo detuvo el filo con un hacha hecha de hueso, su mano izquierda se había transformado en un arma.

- ¡GIHIHIHI~! ¡ESTE DOLOR! ¡ESTE AMOR! ¡DAMÉ MÁS!

Su mano derecha se convirtió en una espada de huesos e intento apuñalar a Álvaro.

Thonk! *

- Tch…

Para su mala suerte, la armadura de mi caballero era muy resistente.

Llevando su arma dentro de la flama en su cuello, Álvaro prendió en fuego su espada.

- …Tu desagradable existencia necesita ser borrada.

Luego estranguló el cuello de Dorlo, él balanceó varios tajos a la armadura viviente, pero ninguno tenía un efecto mayor a dejar algunas marcas menores y hacer mucho ruido.

Parecía un gato callejero negándose a ser adoptado.

La espada más negra que la noche se irguió amenazante sobre el pecho del cultista.

- Habilidad de espada flameante.

Al mismo tiempo, Dorlo metió su mano y se arrancó el corazón.

- Purgatorio

El momento en que Álvaro enterró su espada en el cuerpo de su enemigo, él lanzo su corazón al aire.

- ¡GRAAAAAHHHH!

Una explosión de fuego envolvió por completo el cuerpo de Dorlo, las flamas eran tan salvajes que parecían ser bestias hambrientas festeándose sobre todo lo que se les presentara.

- … No escaparas.

El palpitante corazón en el aire formó una boca de labios gruesos y dientes puntiagudos, una voz ronca salió de la atrocidad.

- Aspecto del demonio: Carne sin forma.

De las profundidades de su hocico; Tentáculos, dientes, ojos, narices y todo tipo de órganos descendieron al piso.

Una larga mancha de carne palpitante fue tragando los cadáveres del suelo y aumentando su tamaño.

- Eh de admitir que eso me asustó, no pensé que una invocación fuera tan fuerte, por un momento de verdad creí que moriría.

Entonces varios Dorlo hechos de carne con ojos y bocas moviéndose sin sincronía a través de toda la base de su cuerpo rodearon a Álvaro.

Voces parecidas, pero a la vez diferentes escaparon de los sucios hocicos.

- …Pero el dolor que me regalas…

- Esa bella sensación de la vida…

- Ese…

- ¡Amor!

Tres clones de carne se convirtieron en gruesos y largos tentáculos con la punta hecha una lanza de hueso y buscaron perforar al caballero negro.

Álvaro no tuvo problemas para cortar dos, pero el tercero tuvo que desviarlo para evitar daños severos.

Tack*

Un pequeño pedazo de su armadura cayó al suelo desde el lugar que rosó el ultimo tentáculo.

- ¡Démonos mucho más amor!

- ¡¿Quieres?!

Cinco tentáculos se formaron, Álvaro tomo una postura de espada alta.

- … Mis órdenes son matarte rápido, eso haré.

- ¡GIHAHAHA! ¡NO ERES NADA DIVERTIDO!

¡BOM! *

Estaba un poco nervioso al ver que esa asquerosidad se las arregló para dañar a Álvaro, pero por alguna razón tenía la confianza de pensar que no perdería.

Mientras tanto, yo estaba terminando de evacuar a los prisioneros, ahora mismo intercambiaba algunas palabras finales con la elfa uniformada.

- Cuando salgan, Iris los estará esperando con otros guardias de la capital, algunos de estos tipos están infiltrados en sus filas, pero estarán bien siempre y cuando se mantengan cerca de los hombres bestia. Te estaría agradecido si de paso les dices que no maten a las bestias mágicas volando.

La elfa miró al avestruz de cuchillos empapada en sangre y viseras.

- Gweeek! *

- … Haré lo que pueda, pero no estés seguro que lo harán.

- Eso me basta, ahora largo.

Antes de que pudiese regresar al muro de hielo a punto de romperse, la elfa tomó mi brazo.

- ¡Espera! ¡Dime tu nombre! ¡Quiero saber a quién le debo nuestras vidas!

- …

Tener a los elfos debiéndome favores sería agradable, con suficiente suerte alguno de los prisioneros tendrá un puesto alto dentro de la política o la seguridad del bosque sagrado, y con eso la recolección de la savia será más fácil. Pero no podía darle mi verdadero nombre, si Molly o el reino descubre que estuve involucrado en esto, si tengo la suerte de no ser ejecutado, seguro me obligan a unirme a los héroes.

Y si de todas formas voy a pasar a recolectar los objetos por mí mismo, prefiero hacerlo habiendo tomado la decisión, no por una obligación externa.

En este incomodo e innecesario momento, mi mente se apresuró a crear un apodo que no fuera demasiado vergonzoso de escuchar en voz alta.

Cierto nombre se escapó de mi boca.

- …Kitzin…

El rey del inframundo prehispánico maya, conocido como "El pútrido o él apestoso".

En naturaleza mis habilidades se parecen a él, y el nombre suena bien, asi que a la mierda.

- …Kitzin… Lo recordaré…

- … Más te vale.

En cuanto me aseguré que recordara el nombre, empuje a la mujer dentro del pasadizo por el que llegamos, el avestruz, sintiendo que no había tiempo que perder, impidió que cualquiera diese medía vuelta.

Puse mis manos sobre la destrozada puerta de piedra.

- Congelar.

Tapé la única ruta obvia que pudiesen tomar los cultistas para perseguir a los prisioneros y me concentré en lo que estaba llegando.

- ¡MUEREEEEEEE!

Armas punzantes y hechizos que disparaban todo tipo de elementos venían por mí.

FZZZHHHHH*

Pero todo fue congelado por un rayo de hielo del techo.

Antes de notarlo, al menos la mitad de la habitación ya habían sido convertidos en un paraíso helado, una hermosa ave los estaba mirando como si fueran la cosa más patética y asquerosa del mundo.

- Lo siento maestro, no creo que pueda contenerme.

- Nunca te pedí que lo hicieras.

Fei Xue siguió congelando gente a diestra y siniestra mientras volaba.

- ¡Retirada!

- ¡Escapen!

- ¡A los pasadizos!

Cuando los fanáticos notaron su inminente aniquilación, decidieron escapar a través de hoyos y puertas escondidas en las paredes y el suelo de la habitación.

No me preocupo ya que había todo un ejército de bestias mágicas esperándolos afuera para matarlos, asi que le di prioridad al suceso frente a mí.

TRRRGH* CREACK*

El muro cristalino había caído.

Del suelo lleno de rojo, recogí toda arma que pudiese lanzar.

Las clavé dentro de varios cadáveres a un pie de distancia de mí y esperé.

El círculo mágico vomitó a diez seres del tamaño de un niño.

Sus pieles eran rojas, tenían pequeños cuernos sobresaliendo de bocas gigantes que tomaban el papel de la cabeza, también contaban con alas y una larga cola puntiaguda negra.

- ¡¡SHREAAAAAAAK!!

Esperar palabras de algo así fue mi error.

- ¡También me alegra conocerlos hijos de perra!

Comencé a arrojar las armas a las abominaciones.

BREARGH* KREARGH*

Después de empalar un par y hacer que su amarilla sangre callera al suelo, los ocho restantes comenzaron a moverse en todas direcciones.

- SHERK%#GREAIS#$SORG.

Sus viscosas cuerdas vocales reprodujeron sonidos extraños.

Y entonces sus cabezas comenzaron a escupir bolas de fuego verde.

- Tch… Muro de hielo.

Puse mis manos sobre el suelo y formé una protección de hielo.

BOM!* BAM!*

No duro mucho contra el fuego de los demonios, pero fue suficiente para poderme mover lateralmente y tomar un hacha.

- ¡RHAAA!

Con el arma en mis manos decapite a uno.

- ¡SKEEEA!

Después me giré y lancé el hacha a otro, separando su cuerpo en dos.

- Espina helada.

En mi mano se formó un pequeño carámbano de hielo que después lancé a los pies de los demonios.

KRRRK*

Al momento de impactar, el suelo se congeló y entonces gruesos picos de hielo perforaron todo sobre ellos.

- ¡SRAARGH!

- ¡KRGH!

- ¡KRAARGH!

Otros tres perdieron la vida.

- FREGH#$%GTOGH$#%GRAFH

Los demonios restantes se juntaron en un círculo. Después de decir algo inentendible sus cuerpos comenzaron a explotar uno detrás de otro.

- ¡¿Se suicidaron?!