Chapter 26 - Maloliente

Era bastante tarde cuando llegué al establo, me tarde al menos tres o cuatro horas limpiándolo, pero al final quedo casi como nuevo, tuve suerte de que los grifos estuvieran patrullando, de lo contrario hubiese sido más difícil limpiar todo.

- Estoy muerto, a la mierda la noche, ya no tengo energía para nada.

Desparramado como la comida que cae al suelo, mi cuerpo se negaba a apartarse de la pila de heno en la que estaba acostado.

- Snif* Snif* Ugh… Hablando de oler mal.

Además del sudor, mi cuerpo apestaba a bestia, mierda, y heno.

Estaba desesperado por un baño y un cambio de ropa, pero la presencia observándome desde lejos tenía prioridad.

Lleva bastante tiempo sin hacer nada, ¿Piensa matarme con la mirada o qué?

Estaba sobre un techo a unos setenta metros de distancia, vestía completamente de negro, pero la serpiente alada tallada la flecha que me apuntaba era suficiente para saber que era un enemigo.

Fingí no darme cuenta que estaba siendo observado y casualmente recargué mi cabeza sobre mi mano.

Con un susurro tan audible como el aire, le hablé al anillo en mi dedo.

- Álvaro… ¿Puedes oírme?

Un brillo tenue acompañado de una voz hueca me respondió.

- A sus órdenes, mi príncipe.

- Esa persona observándome… ¿Puedes traerla?

- Por su voluntad.

El anillo se desintegró y sus restos volaron por el aire hasta la figura encapuchada.

Después de unos segundos, Álvaro cayó del cielo sosteniendo a la figura entre sus enormes manos. Un nuevo cráter acompañado de una nube de polvo deformó parte del establo.

Perfecto… Ahora tengo que arreglar eso también.

- ¡Rgh! ¡¿Qué demonios es esto?!

Una voz femenina.

Me levanté de mi cama de heno y me acerqué a mi nueva prisionera.

Ahora que tenía una mejor vista de la persona, pude notar que su cuerpo era el de una mujer joven, su vestimenta era verde y estaba compuesta principalmente de cuero y telas ligeras pero resistentes, el carcaj lleno de flechas en su espalda y el arco verde en su mano derecha me dijo que era una especie de arquero o francotirador.

Mientras Álvaro la sostenía, intenté despojarla de sus armas, pero sus movimientos de lombriz retorciéndose lo estaba haciendo difícil.

Tomé bruscamente las mejillas de la mujer y la obligué a mirarme a los ojos.

- Si no te quedas quieta…

Puse mi otra mano sobre su vientre y lentamente fui enterrando mis dedos, el dolor se volvió palpable desde los quejidos de su boca.

- ¡Rgh! ¡Gha!

- Voy a arrancarte el estómago y alimentarte con él.

- ¡!

Entendiendo que no bromeaba, la mujer dejó de resistirse, haciendo fácil mi labor de despojarla de sus armas.

Cuando terminé de quitarle sus armas, inspeccioné el arco y las flechas en profundidad.

El arco estaba hecho de algún tipo de metal, era de color verde con una cuerda morada, no era alguien conocedor de las armas medievales, por lo que no estaba seguro de su calidad, pero supuse que era bueno.

La mayoría de flechas no parecían ser muy especiales, lo único curioso era la forma de la punta, que parecía la hoja de un árbol.

Pero había una flecha que resaltaba del resto.

La punta era de un carmesí resplandeciente, el cuerpo tenía grabado el símbolo de los fanáticos y las plumas de la parte inferior estaban manchadas en sangre.

No creo que la palabra "Mortal" le haga suficiente honor a esta cosa.

Congelé la perturbadora flecha para después hacerla pedazos.

- … Imposible.

El pequeño comentario de la mujer hizo que mi atención se concentrara en ella una vez más.

Colgué el carcaj en mi espalda y puse una flecha sobre la cuerda del arco, seguidamente apunte a la mujer e intente preparar el tiro, pero…

La cuerda no se mueve.

No importa cuanta fuerza usase, la cuerda del arco no se estiraba lo suficiente para impulsar la flecha.

Dejé de intentarlo y regrese la flecha al carcaj mientras me acercaba a la mujer que intentaba fingir no verse afectada por juguetear con sus armas.

Quité la capucha que escondía su rostro y observé sus rasgos.

Largas orejas puntiagudas, largo cabello rubio, un ojo verde y el otro amarillo, cuerpo delgado, pecho plano y un rostro de belleza natural.

Era un elfo.

No se parece mucho a Victoria, ¿Sera porque son de una raza distinta?

Con una voz más calmada, comencé mi interrogatorio.

- ¿Cómo me encontraste? Estoy bastante seguro que no deje testigos ni rastros.

- ...

Silencio.

La mujer evitaba mirarme al mismo tiempo que mordía sus labios, sus ojos divagaban por los alrededores, probablemente buscando una salida.

- … Muy bien.

Puse el arco en el suelo.

- … Álvaro… rompe el arco.

- Como ordene.

- ¡Ah!

Con su mano libre, Álvaro manifestó su espada larga en el aire y levantó el filo.

La elfa estaba mirando preocupada su arma, era obvio que quería oponerse, pero las palabras parecían atorarse en su garganta.

- Hazlo.

Con mi orden la espada descendió velozmente para hacer añicos el arco.

- ¡Espera!

Con el grito femenino paseando por el espacio, levanté mi mano, haciendo que Álvaro detuviera su ataque.

El tajo se detuvo milímetros antes de tocar el arco, una onda expansiva recorrió el lugar, dando a entender el enorme peso que contenía el ataque.

- ¿Ya tienes ganas de hablar?

Mire al elfo con cara desesperada, al cruzar miradas, bajó su cabeza.

- Te diré lo que quieras… Pero deja mi arco…

Recogí el arco del suelo, lo limpié de la tierra con mi pañuelo de bolsillo y lo apoyé sobre mi hombro.

- ¿Cómo me encontraste?

Habiendo aprendido que mi paciencia no era infinita, la mujer habló sin retrasos.

- … Mis ojos… Con ellos puedo ver el flujo de maná en el aire, solo tuve que seguir el tuyo para encontrarte, además…

- ¿Además?

Sus ojos se concentraron en Álvaro.

- Hay algo raro contigo... Tienes un mana extraño y oscuro… Y esto no puede ser llamado simple nigromancia…

Su voz era sería, pero transmitía miedo, puede que ahora tuviera un frente duro, pero parecía más frágil que un cristal en el suelo.

- ¿Es asi?… Entonces esa heterocromía tiene un poder especial, me gustaría tenerlo, pero no eres un fantasma, y matarte no me dará esos ojos, Haaah* es una pena.

Jugué al tonto.

- … ¿De verdad escuchaste lo que dije?

- ¿Hm? Ah, sí, eso me da igual, por ahora limítate a contestar mis preguntas, ¿Quién eres y quien te envió?

- …

El rostro de la mujer se deformó en una mueca de confusión, pero siguió respondiendo, con una voz nerviosa.

- M-Me llamo Iris, un alto elfo del bosque sagrado, fui enviada por el culto demoniaco.

- Claro que lo fuiste, Álvaro, suéltala.

- … Como ordene.

Con un gruñido hueco, Álvaro liberó a Iris, pero su espada seguía preparada para cortar su carne en cualquier momento.

Arrojé el arco devuelta a sus manos, pero me quedé con el carcaj y las flechas.

- … ¿Por qué?

- No tengo que explicarte nada, solo piensa que fuiste afortunada de no matar a nadie.

- …

Iris miro el suelo derrotada, sus manos sostuvieron fuerte su arco.

- … No tenía otra opción.

- Me importa una mierda.

Después me miró a mí.

- Llévame a donde está el culto, tengo cosas que hacer.

Desechando sus intenciones y sentimientos culposos, mire a Álvaro con una mirada que decía: "Desde aquí me encargo yo".

- … Mi señor, no recomiendo confiar en está mujer.

- Oh descuida, no confió en ella.

Me acerque a Iris hasta tenerla de frente, su piel ya clara se volvió pálida al mirar mi sonriente rostro.

- Al menor indicio de amenaza…

Puse mi mano suavemente sobre su mejilla.

- Su bello rostro se volverá carne podrida.

Las rodillas de Iris tocaron el suelo, su rostro se llenó con el más puro de los miedos, su respiración se volvió pesada y su cuerpo se aferraba con desesperación a su arco, sus orejas puntiagudas querían tocar la tierra y el sudor frio recorriendo su piel brillaba con la luz de la luna.

Parece funcionar bastante bien.

Había activado Intimidación, a juzgar por la reacción de Iris, la habilidad era una especie de ataque mental, me será útil para terminar con las peleas antes de comenzarlas, estaba feliz con el resultado.

Psssst*

Un olor familiar pero poco sanitario llegó a mi nariz después del ruido de agua cayendo.

Di unos cuantos pasos atrás con gotas de sudor saliendo de mi frente.

- … ¿Es en serio?...

- ¡¿Cómo te atreves a hacer algo así frente a mí príncipe?!

- ...

Iris tenía la cabeza tan roja que parecía un tomate, su cuerpo temblaba y sus ojos se llenaron con lágrimas.

- U- ¡!UWAAAHHHH!!

Y entonces comenzó a llorar.

- ...

- ¡Te haré pedazos por tu grosería!

- Álvaro, regresa a mi dedo.

Cuando mi enorme caballero estuvo a punto de decapitar a la olorosa elfa, le ordené regresar.

- … Sí, mi príncipe.

Hizo lo ordenado.

Entonces me di la vuelta y establecí una conexión mental con Fei Xue.

- ¿Terminaste por ahí?

- También me da gusto escuchar su voz maestro, pero sí, todo está listo por aquí, debería de ser capaz de ver una bestia mágica.

Alcé mi mirada al cielo nocturno, un ave de gran tamaño iba descendiendo desde las nubes.

- Lo veo, estaré ahí dentro de poco, prepárate.

- Kukuku~, yo nací preparada.

- … Claro.

Corté la conexión y esperé a que el ave llegara a tierra mientras la chica elfo seguía llorando detrás de mí.

Sosteniendo mis sienes deje salir mis pensamientos.

- … Maldita sea… De verdad necesito un cigarro…

Algunos minutos después.

Dos metros de alto, cinco de envergadura, un cuerpo ancho con plumaje negro y ojos rojos, el pico fácilmente podría tragarse una cabeza humana y las tres patas con afiladas garras en las que se erguía probablemente rebanarían el metal sin problemas.

Cruuu *

- Joder, eres grande.

El ave que había visto volar por los aires se veía mucho más imponente de cerca, al verme acerco voluntariamente su enorme cabeza para acariciarla.

- E-E-E-E- ¡Eso es un Nightwing! ¡¿Qué haces acariciando un monstruo clase B tan casual?!

Una voz irritante interrumpió mi agradable momento de caricias.

- ¿Terminaste tu lloriqueo? En ese caso levanta ese mojado trasero tuyo y pongámonos en marcha.

Su rostro volvió a ser rojo y cubrió su entrepierna con sus manos.

- ¡Eso fue porque- Brrrrgghh*

Ignoré las palabras de Iris mientras usaba mi objeto mágico para limpiarla, vertí un poco más de maná para silenciar su boca con las burbujas.

- Cough* Cough* ¡¿Asi es como tratas a todos?!

- No te confundas…

Saque mi navaja de bolsillo y la apoye sobre su cuello.

- La única razón por la que sigues viva es porque me eres medianamente útil, hazme cambiar de opinión y lo único que quedara de ti será una pila de huesos y carne podrida, ¿Entendido?

Con las manos en el aire y la piel pálida, Iris asintió.

- …Bien.

Guardé mi navaja y monté al Nightwing.

El ave comenzó a aletear, levitando su enorme cuerpo en aire.

- Espera, ¿Qué hay de mí?

- … Vámonos.

El Nightwing tomó los hombros de Iris con sus garras.

- ¡Ah! ¡Espera! ¡¿Me vas a llevar asi?! ¡¿Estás seguro que no me va a soltar en el aire?!

- Quién sabe, si me mientes y me haces perder tiempo podría pasar.

- ¡Monstruo! ¡Demonio! ¡Bruto! ¡Enemigo de las mujeres! ¡KYYYAAAA!

Con velocidades poco sanas para el cuerpo humano, el Nightwing voló al distrito este, a donde Fei Xue y sus bestias me esperaban.

El hermoso cielo nocturno y la luna brillando sobre las iluminadas calles de la capital contrastaban a la perfección la belleza de la ingeniería local con los aportes de los anteriores héroes.

Era como ver las calles de un Amsterdam medieval, pero con edificios japoneses aquí y allá agregados.

¡HYAAAAAAA! *

Aunque hubiese sido mejor si no tuviera a una loca gritando de fondo, pero no se puede tener todo.

Solo espero que no sean demasiadas bestias, no quiero que el reino nos considere invasores.

En el fondo de mi corazón me prepare para el peor de los resultados.