Chapter 20 - Demonio

- Pluma congelante, cinco plumas.

- ¡!

- ¡¿Quién está ahí?!

Abrí la puerta con una patada y lancé las plumas a los encapuchados, solo tres lograron acertar, las personas restantes lograron esquivarlas con reflejos poco comunes, pero la capucha que los cubría cayó.

- ¡¿Quién se atreve a interrumpirnos?! Dijo el guardia que había saludado antes, sus ojos inyectados de sangre y la vena que sobresalía de su cabeza parecía a punto de explotar de furia.

- ¡A quién le importa! ¡Hay que matarlo! Sorprendentemente el otro sobreviviente era una mujer, tenía varios tatuajes perturbantes y perforaciones sobre su rostro.

Ambos sacaron una daga curveada de sus ropas y se abalanzaron sobre mí.

- Congelar

Puse mis manos en el suelo y el círculo mágico comenzó a congelar el mar de sangre bajo nuestros pies a grandes velocidades, el guardia evitó el hielo saltando sobre la montaña de cadáveres, la mujer reacciono demasiado tarde.

- ¡Ghk! ¡AH! ¡AYUDAME! ¡AYUDA-

Su cuerpo quedo totalmente congelado entre sus llantos por ayuda, fui lo suficientemente prudente como para hacer que el hechizo solo la congelara a ella y dejara casi intactos a los hipnotizados, algunos de ellos terminaron con los pies congelados.

Mejor un resfriado que la muerte.

- ¡Maldición! ¡¿Quién carajo eres?!

- … Si te rindes pacíficamente puede que no te mate.

- ¡GHK! ¡TÚ, VEN! El guardia le ordeno a una de las personas hipnotizadas que se acercara, el círculo mágico en sus manos respondió y obedeció.

- ¡RESPONDEME O ELLA MUERE! Dijo el guardia recargando el filo de su daga contra el cuello de una mujer hipnotizada.

La cara del guardia se había deformado en una mueca de frustración y odio, su boca expulsaba una cantidad de saliva equivalente al volumen de su voz, su cuerpo temblaba por el frio, o por un sentimiento más honesto.

- Creo que no estas entendiendo tu situación. Dije mirando el pedazo de hielo con forma de mujer.

- Tú no estás en control aquí.

Después de asegurarme que tenía el tatuaje de la serpiente alada, destruí el hielo con una patada, esparciendo los restos de la mujer por el suelo y las paredes.

Fei Xue estableció una conexión mental conmigo.

- Maestro, la barrera fue disipada, ¿Debería de entrar?

- Sí, saca a todos de aquí y déjalos en un lugar seguro.

- En seguida.

Corté la conexión y comencé a caminar lentamente al guardia sobre la pila de cadáveres.

- ¡N-NO TE MUEVAS! ¡TE LO ADVIERTO!

El filo de la daga se las arregló para hacer un pequeño corte en la mujer hipnotizada, un poco de sangre comenzó a fluir por su cuello, manchando los dedos del guardia.

- Si ella muere tú mueres, hoy me siento generoso, asi que, si la dejas ir, saldrás vivo de esta.

- ¡M-Mientes!

- Si quisiera matarte…

Apunte debajo de él.

- … ¡AH!

El guardia siguió mi dedo y vio como la pila de cadáveres y sus pies ya se había congelado.

- Ya lo habría hecho.

- ¡AH! ¡Ghk!...

Tardó unos segundos antes de responder, el sudor que salía de sus poros y la desesperación de sus ojos fueron mi único entretenimiento mientras consideraba sus opciones.

- ¡Está bien! ¡Está bien!

El guardia lanzó a un lado a la mujer y arrojo su daga lejos, levantando sus brazos en rendición.

No perdí tiempo y con un salto enterré mi rodilla en la cara del hombre, rompiéndole la nariz entre desagradables crujidos.

- ¡¿BUOHG?! *

Luego, arranqué la ropa que cubría sus brazos y usé Putrefacción.

- ¡AAAAHHHHHH! ¡LO PROMETISTE! ¡LO PROMETISTE! Gritó el guardia con mocos, lágrimas y sangre inundando su rostro.

En cuanto se activó la habilidad, su piel ya pálida por la falta de sol cambió a un color grisáceo, ampollas con pus y grasa explotaron violentamente mientras la carne caía sobre el hielo con un sonido mojado, hice que el efecto recorriera de sus brazos a sus manos.

Fueron unos bellos cinco minutos de dolor puro enmarcado en el rostro y gritos del guardia.

Cuando pareció quedarse sin fuerza, solté los huesos de sus brazos y luego sostuve su cabeza, me acerqué a su oído y dije con voz amable.

- Mentí~.

Sus ojos se ampliaron como platos ante la realización de haber sido engañado.

- ¡AAAAAAAHHHHHH! ¡MALDITO! ¡MUERE! ¡VETE AL INFIERNO! ¡VOY A MATARTE!

Era sorprendente que pudiese decir eso en las condiciones en las que se encontraba, casi me hace sentir una pizca de respeto… Casi…

- Congelar.

Congelé de su cuello para abajo, dejando solo su ruidosa cabeza intacta.

- Deja de gritar.

Lancé mi puño a su mejilla.

¡Pow! *

Algunos dientes salieron volando junto con su sangre.

- ¡AAHHH! ¡HIJO DE PUTA!

¡Pow! *

Otra vez.

- ¡GHA! ¡V-VOY A MARTE!

¡Pow! *

Otra vez.

- EH, AH, MORIRASH.

¡Pow! *

Otra vez.

- N-no, m-másh.

¡Pow! *

Una más.

- ¡Lo shieho! ¡Lo shieho!

En cuanto termine de domesticar su comportamiento al estilo sinaloense, sostuve su desalineado cabello rubio y lo obligue a mirarme.

Al mismo tiempo, Fei Xue entró a al piso inferior y comenzó a sacar a las personas hipnotizadas en silencio.

- Hay más como tú, ¿Dónde están?

- M- mash, yo, sí, ¡Sí! ¡Mash! ¡Yo!

Mierda, ¿Los golpes lo hicieron estúpido?

- ¡¿Dónde?!

- ¡Eshte! ¡Ahajo! ¡Ahua!

- ¡¿Quieres que haga lo mismo con tus piernas?! ¡¿Te atreves a mentirme?!

Alcé mi puño en son de amenaza.

- ¡IIIH! ¡NHO! ¡NHO MENHO! ¡NHO MENHO!

Quería asegurar la información, pero como había matado a todos los demás mi única manera de confirmarla era a través del miedo de esta escoria.

Su reacción me dio la suficiente confianza para saber que la información no era falsa.

Bajé mi puño y sostuve su ojo derecho entre mis dedos, listo para ser extirpado en cualquier momento.

- ¡La elfa y los niños! ¡¿Por qué?!

- ¡Mahá! ¡Shangre! ¡Musho mahá!

- ¡Sus planes! ¡Dímelos todos!

- ¡Demonio! ¡Ihvoha dhemhohio! ¡Tehe podheh! ¡muho phodeh!

Supongo que nunca falta gente como tú sin importar el mundo.

Miré al hombre por última vez.

- Bien, gracias.

Inmediatamente después, enterré el filo de mi nava en su cuello, convirtiéndolo a él en un sacrificio.

- ¡Gha! * Phg! *

- No es tan divertido cuando te pasa a ti, ¿Verdad?

Dejé que se desangrara en el hielo y terminé de tomar las fotos.

- Todos los sobrevivientes fueron evacuados con éxito, maestro, los puse a dormir para que piensen que todo lo que paso no fue más que un mal sueño.

- Tu atención al detalle no deja de sorprenderme, bien hecho.

Intenté acariciar la cabeza de Fei Xue, pero ella se alejó de mí.

- … ¿Qué?

- Preferiría que me tocara en un lugar más romántico y con menos sangre, maestro.

Mire a los alrededores y a mí mismo, todo estaba lleno de hielo derritiéndose, sangre y vísceras con carne podrida.

- Ahaha… Tienes razón, disculpa.

- Kukuku~. Supongo que esto es la llamada crueldad humana, hace tiempo que no la veo.

- ¿Es asi? Bueno, siento que hayas tenido que ver esto, fue algo salvaje.

- Mentiría si dijera que no me esperaba algo similar, pero espero que pelee con la misma emoción cuando se trate de mí~. Dijo Fei Xue con un guiño coqueto.

- Hahaha, claro, claro, por ahora, hazme un favor y deshazte de eso. Dije apuntando al círculo mágico carmesí.

- Un circulo de invocación demoniaca, estas personas intentaban invocar un demonio de bajo nivel.

- ¿En serio? ¿Qué tan poderoso es eso?

- Diría que lo suficiente como para destrozar un pueblo pequeño en una noche.

- Uwah, respuesta inmediata…

Con ese nivel de amenaza la capital no tendría problemas para hacerlo picadillo, pero seguro que se llevaba a varias personas y edificios en el proceso, fue bueno que los detuviéramos.

Después de que Fei Xue dijera algunas palabas que no entendía en un dilecto poco agradable para el oído humano, el circulo carmesí desapareció.

¿Por qué no pude entender eso?

Las reglas lingüísticas de los viajes entre mundos nunca dejarían de ser un misterio para mí.

Me acerqué los cadáveres y los inspeccioné en busca de algo que pudiese ser útil.

Mierda, estoy exhausto, mi cabeza se siente ligera y mi cuerpo pesado.

Encontré un libro pequeño.

- Salgamos de aquí, tengo que volver al trabajo.

- ¿De verdad piensa trabajar estando así? Me temo que eso le será imposible.

- Hah, de que hablas, estoy perfectamente bieeeeeeeen.

Thump*

Perdí mi equilibrio por un momento, pero antes de que mi cara pudiese sumergirse en el piso manchado, una suavidad de clase legendaria detuvo mi caída.

- Kukuku. Se lo dije~.

- … Solo necesito unos minutos.

- Por supuesto.

Fei Xue me llevó a los asientos del bar, abrió algunas ventanas para que el olor a podrido saliera del edificio y se sentó a mi lado vigilando las afueras.

- Veinte minutos, despiértame en veinte minutos.

- Entendido, deje su cuerpo a mi cuidado~.

Fei Xue jaló mi cabeza a su regazo, el calor y suavidad que me daban era mejor que cualquier almohada que haya tenido antes.

Cerré mis ojos y me sumergí en un profundo sueño hasta poder recuperar mis fuerzas.

Es curioso cómo le encargo a mi cuerpo a la persona en quien menos confío.

Al menos si muero ahora ella viene conmigo.