Chereads / Resident Evil Los Iluminados / Chapter 13 - CAPITULO 12

Chapter 13 - CAPITULO 12

Caminamos hasta llegar a un enorme pasillo y fue ahí cuando Ashley comenzó a sentirse mal.

- ¿Estás bien? - Preguntó Leon acercándose a la chillona.

- Estoy bien ¡Déjame sóla! - Exclamó y empujó al rubio para luego correr.

- ¡Ashley espera!

En ese momento Pamela y yo estábamos delante de ellos dos, cuando la chica me empujó y caí al suelo.

- ¡Oye! ¡Fíjate pendeja! - Reclamé enojada.

De pronto una reja ascendió del suelo rozándome el pie, era una trampa.

- ¡Laura! - Exclamó mi amiga asustada.

Me fijé que debajo mío había más de esas y rápidamente rodé por la superficie esquivándolas. Me puse de pie y estiré de la mano a Ashley para correr y evadir las otras dos trampas.

- Rayos. - Murmuré al ver como quedó.

Yo habría muerto por culpa de la chillona, bueno, y ella también. Me giré a su dirección para regañarla pero ella estaba muy mal, tosía bastante.

- ¿Qué ocurre? - Preguntó mientras tosía y se recostó por la pared asustada.

Yo puse los ojos en blanco, mucho dramatismo ya por hoy. Entonces miré hacia el otro lado para ver a través de las rejas al agente y a mi amiga.

- ¿Qué hacemos ahora? No podemos cruzar desde aquí, no hay ninguna puerta. - Pregunté.

- No se preocupen, iremos por ustedes. - Contestó Leon.

- Claro. - Murmuré para mí misma algo exhausta.

De pronto oí el grito de Ashley, dirigí mi mirada para ver que le pasaba, cayó en otra trampa, que idiota. Estaba atrapada por unos brazos de hierros, yo me acerqué para intentar ayudarla pero sentí un movimiento por la pared.

- ¿Qué demonios? - Murmuré y rápidamente la pared se movió girando del otro lado, llevándome a mí y a la chillona de Ashley.

Yo fui impulsada por la velocidad en la que giró y caí al suelo. Chillé un poco de dolor y me senté en la superficie mirando a mi alrededor. No había nadie más que Ashley y yo, que pesadilla.

Me acosté en el suelo tapando mi rostro con ambas manos y suspiré, este es mi infierno.

- Laura, ¿estás bien? - Preguntó la norteamericana y yo la ignoré. - ¡Hey! ¡Te estoy hablando!

- Okay, okay, estoy bien. - Respondí tratando de controlarme. - Solo quiero dormir.

- Sabes que no es un buen tiempo ni un buen lugar para dormir, ¿verdad?

- Lo sé, solo cierra tu estúpida boca. - Murmuré.

Luego de un minuto me di cuenta que fui muy grosera con ella, así que suspiré y me levanté.

- Bueno, lo siento, sé que fui grosera hablando de esa manera, y por chantajearte, pero a veces me gusta molestar a las personas de esa forma, y esta vez fui demasiado lejos, fuera de límites, supongo. - Dije mirándola.

- Wooow, no importa, no me importa en lo absoluto, de todos modos me salvaste en esa trampa, tengo que decirte gracias por eso. - Comentó ella y yo solamente sonreí.

Me acerqué a ella e inspeccioné lo que la tenía atrapada, puro hierro. Decidí quitarme la mochila de la espalda y la abrí, tenía el rifle.

Tal vez esto funcione porque la pistola no serviría del todo, a parte el rubio tenía la metralleta y ni en sueños usaría una granada para liberar a Ashley, bueno ya sabemos el por qué, ja.

Tomé distancia y apunté.

- ¿Qué estás haciendo? - Cuestionó.

- Intento liberarte. - Respondí.

- ¿Sabes cómo usar eso?

- No. - Al decir esto pude ver expresión de temor en su rostro. - Sólo estoy bromeando contigo Ashley, mi padre era un experto en cuanto a armas le hablaban, sé cómo usarlo, pero nunca lo he disparado antes, siempre hay una primera vez.

Entonces disparé a los hierros y la liberé, hice una mueca mirando el resultado.

- Nada mal. - Murmuré para mí misma.

Procedí a guardar el arma y colgué la mochila a mi espalda.

- Gracias. - Dijo la hija del presidente.

- No es nada, de nada, supongo. - Asentí y miré por todas partes.

Había una puerta, me acerqué a la misma para abrirla pero estaba bloqueada. Era de acero, no podía abrirla al menos que yo fuera Hulk.

Luego me fijé que estábamos un piso abajo y enfrente había una pared de una determinada altura para llegar al segundo piso. Se me ocurrió una idea.

- ¿Qué vamos a hacer? - Preguntó la rubia.

- Voy a trepar esa pared. - Contesté.

- ¿Cómo? Está muy alto.

- Eso no es un obstáculo para mi. - Sonreí y corrí.

Salté por la pared, rápidamente pisé un ladrillo y luego otro, saltando lo más alto posible hasta que mis manos se sujetaron por la parte superior y logré llegar al segundo piso.

Miré hacia abajo, Ashley estaba boquiabierta. De pronto oí un sonido, era una llamada a través del auricular, y lo atendí.

- Soy Leon, ¿ustedes dos están bien? - Preguntó.

- Sí, agente. - Contesté - ¿Cómo está Pamela?

- Ella está bien, no hablamos mucho.

- Por supuesto que no, ella no te entiende, como sea. ¿Dónde están ustedes?

- Estamos en una sección del castillo, luchamos contra algunos de esos perros y los iluminados, son como los títeres de Salazar.

- Lo sé, pero Salazar también es títere de Saddler.

- Yeah, pero él lo niega, por cierto, aún tiene 20 años de edad.

- ¿Cómo? - Me sorprendí.

- Tal vez el parásito convierte a las personas inmortales o algo por el estilo.

-  Atrasa el crecimiento. - Agregué.

- ¿Recuerdas a sus guardaespaldas? - Cuestionó.

- Sí. - Afirmé.

- Nos encontramos con uno de ellos. Es un monstruo, como un infectado más, pero con aspecto repugnante. - Comentó Kennedy.

- ¿Pero están bien?

- Sí, fue algo difícil acabar con él, pero lo conseguimos.

- Entiendo. Tengan cuidado, porque este castillo se trae muchas sorpresas. - Dije.

- No lo niego. En fin, estamos en camino. - Habló el agente y el contacto se finalizó.

De pronto oí que alguien abrió una puerta y miré a Ashley, le hice una señal para que se mantuviera en silencio y me oculté detrás de un pilar.

Pude ver a una mujer que vestía un vestido rojo y unos tacones.

¿Qué hace una persona tan elegante por aquí?.

Aquella persona recibió una llamada, y pude escuchar la conversación en inglés, era un hombre.

- Luis ha tenido éxito en la recuperación de la muestra y espera en el castillo. Contacta con él de inmediato. - Oí decir al sujeto del teléfono.

- Entendido. - Asintió la de vestido rojo.

- Y sobre ese pequeño perro faldero Leon, si te encuentras con él, pon fin a su miserable vida. No podemos permitir que interfiera nuestro plan.

- No tiene ni idea de lo que está pasando, no hay nada de qué preocuparse.

- Es un sobreviviente de Raccoon City, no necesitamos distracciones. Lo quiero fuera. - Ordenó y finalizó la llamada.

¿Qué rayos está pasando? ¿Acaso esto tiene que ver con el incidente en Raccoon City? Aquél español tiene bastantes cosas por explicar.

- ¡Laura! - Gritó la chillona.

Me asomé a ver que quería.

- ¡Silencio! - Susurré hasta que sentí a alguien detrás mío.

- No te muevas. - Dijo la mujer en inglés y me giré a verla. - Quieta. - Me apuntó con su pistola. - ¿Quién eres tú?

- Soy conocida como la típica turista de Sudamérica, en este pueblo. - Contesté levantando mis brazos.

- ¿Una típica turista lleva pistola? - Preguntó.

- Ehhh, soy una gánster. - Dudé.

- ¿Qué estás haciendo aquí?

- ¿No crees que la palabra "turista" responde a tu pregunta? - Dije seriamente. - Ahora déjame preguntarte algo. ¿Qué hace una mujer elegante como tú en un lugar como este?

- Eso no es de tu incumbencia.

- Ok, mujer, al menos dime qué está pasando aquí, ¿estamos del mismo lado o estás en el lado de Los Iluminados?

- ¿Qué sabes de ellos?

- Mataron a los otros turistas incluyendo a mis padres y tienen a mi tío. ¿Quién eres por cierto?

- Hay cosas que son mejores no saberlas.

- ¿Tú nombre? - Cuestioné.

- Tampoco. - Respondió y yo rodé los ojos, pero luego capté algo.

- No eres norteamericana, ¿eres china? - Pregunté y la pendeja no me contestó. - Genial, ahora hablo a la pared. - Me crucé de brazos.

Pude ver que aquella mujer no prestó mucha atención a mis movimientos, entonces, aprovechando la corta distancia que llevábamos, empujé su brazo a un lado y me quité la mochila para con la misma poder golpearla.

Ella perdió su pistola, yo eché el bolso al suelo y la pateé, pero la mujer rápidamente evadió mi patada. Era bastante lista.

Seguidamente comenzamos a pelear mano a mano, su técnica de pelea era parecido al kung fu, nada mal en esto, pensé que sería de esas mujeres que pelea estirando del cabello, ja, me equivoqué.

Ella me había tomado del cuello por atrás y me fijé que entre el largor de su vestido llevaba un cuchillo, así que lo tomé, con mi codo la golpeé en su abdomen y me liberé de su agarre, con el cuchillo en mi mano lancé a su dirección y ella lo esquivó.

El corta punzante había quedado impregnado a la pared, ella lo quitó e hizo una voltereta tomando su arma que había caído al suelo, lo hizo tan rápido que ya me apuntaba con su pistola antes de que yo quitara el mío.

- ¿Cómo rayos? - Murmuré al final rendida.

- No eres una típica turista ni tampoco una gánster. - Sonrió. - Revísate esa herida. - Dijo para luego huir.

Yo cansada ni en mis mejores días la seguiría, decidí agarrar la mochila y al agacharme una gota de sangre cayó, toqué mi rostro y detecté un pequeño corte en mi ceja.

- Pendeja. - Murmuré y me coloqué la mochila a mi espalda.