A la mañana siguiente. Le envié las fotos a Marco que había sacado del complejo. También le envié una lista de las cosas que había descubierto. Llamé a Marco, para informarle sobre mi encuentro con el oso. Tardó un rato en cogerlo pero parecía animado de saber había encontrado un gran botín.
- Hola Dai, ¿Cómo te va? ¿Qué es ese oso extraño de las fotos?-pregunto Marco.
- A decir verdad, no tengo ni la más remota idea. Solo se que ese bicho fue lo que acabó con tu anterior equipo, Marco.
Marco trago saliva y siguió hablando evitando tocar el tema. Daba la sensación de que conocía personalmente al anterior equipo.
- Me dijiste que había una pista de aterrizaje ¿No es así? También me dijiste que podía aterrizar un Hermes-T60 allí, si es cierto estoy salvado.
- Si, el único problema es el hielo de la pista, no creo que se vaya a derretir en mucho tiempo.-le conteste.
- Conozco al piloto adecuado para este trabajo, no te preocupes por el hielo. Dai, otra pregunta, ¿hay algún problema con la electricidad? Casi todas las fotografías se ven muy oscuras.
- Aún no he explorado todo el complejo, la instalación eléctrica esta en la mierda y no he encontrado todavía la sala de generadores.
- Bueno, en dos días un avión vendrá a por ti y a por que fuiste, mantenme informado hasta entonces.
Tras colgar me dispuse a terminar de explorar el viejo complejo. Había un par de edificios, que estaban completamente vacíos, daban la sensación de que los habían vaciado a toda prisa. Apenas quedaba nada aparte de los muebles en las habitaciones.
No encontré absolutamente nada, ni cadáveres, ni documentos y apenas un puñado de objetos personales. Este era el edificio más vacío que me había encontrado en el complejo. Después me dirigí a unos almacenes que había cerca de la fábrica.
Estaba a rebosar de coches y camiones. Parecía que allí se guardaban casi todos los vehículos de toda la base. Hice un par de fotos y revise si había algo interesante a destacar. Pero salí del almacén sin ver nada que mereciese la pena.
Después de un rato encontré la sala de generadores. Solo había un "minúsculo" problema. Estaba en el otro lado de la maldita grieta. Quizás debería informar de este pequeño problema a Marco, pero no estoy dispuesto a perder mi tiempo. Las horas de luz son muy valiosas en este lugar.
Mientras continuaba con la exploración, encontré algo interesante. Parte de la pared de hielo había colapsado y ahora había una enorme rampa, que llegaba hasta el fondo del precipicio. Bajé por la cuesta, que estaba bastante inclinada pero no era ningún problema grave. Si un coche intentase subir por aquí, quizás necesitaría algo de carrerilla, pero nada más.
Me dirigí hacia los tanques que había visto cerca de la pista de aterrizaje. Vi un viejo avión de carga, estaba hecho chatarra en el fondo de la grieta. Me sorprendería bastante que la carga estuviese intacta. Me acerqué al fuselaje del avión mientras miraba las paredes casi verticales de la grieta.
El avión estaba lleno de munición y de armas. Había munición de tanques, de piezas de artillería y sobre todo la misma munición que usaban los rifles de asalto. Había muchas cajas rotas, por la caída pero no parecía que la munición fuera a estallar por si sola.
Saqué el móvil para marcar las coordenadas exactas del avión, y me dirigí a la cabina, estaba vacía. Había sangre por el techo, los mandos y los cristales pero no parecía fresca. Creó que era del piloto. Salí fuera del viejo avión para comprobar el estado de los otros vehículos.
Los tanques estaban más o menos bien. Uno tenía la suspensión rota de la caída y el otro estaba boca abajo, por lo demás estaban bien. El camión cisterna había explotado y estaba carbonizado. El coche... saldría más caro arreglarlo que dejarlo aquí.
Justo cuando estaba a punto de marcharme algo me llamó la atención. Algo que brillaba al lado contrario de la salida de la grieta. Me acerque al lugar de donde venía el rayo de luz y me encontré que era un simple cadáver. Un esqueleto con traje ensangrentado y un pequeño libro. La luz provenía del anillo de uno de sus dedos.
Era una piedra bastante grande, un ópalo de este tamaño valdría bastante en una subasta. Me lo guarde sin pensármelo mucho en uno de mi bolsillo. Cogí también el libro que tenía y le eche un vistazo. Estaba escrito en un idioma extraño que no había visto nunca. Tenía ilustraciones de seres raros, todos eran animales, que casi parecían reales, tal vez fueran mutantes o animales imaginarios.
Paré de pasar paginas del pequeño libro cuando uno de los animales dibujados me llamó la atención. Era el puto oso de la fábrica, estaba dibujado a la perfección y con muchos detalles. ¿Quién cojones era este tío y que tendría que ver con el oso?
Seguí mirando el libro hasta que encontré un paisaje que me resultaba familiar. Cogí el libro en el aire mientras miraba a mi alrededor. Era el interior de la grieta, justo en sentido contrario a la salida. Intente seguir leyendo pero las hojas estaban llenas de sangre.
Mientras seguía mirando el libro me di cuenta que el cadáver tenia un papel en el bolsillo de la chaqueta. Abrí el trozo de papel que tenía un mapa dibujado de la grieta. Pensé que si seguía el mapa quizás me llevase a algún lugar interesante y Marco me pagaría más. Pero ya se estaba haciendo de noche, así que volví a los barracones, no sin antes comprobar que el motor de mi coche no se hubiese congelado. El coche seguía bien, llamé a Marco de nuevo, tenía que decirle lo que había encontrado.