Marco tardó en coger el teléfono, como de costumbre.
~Hola de nuevo. He encontrado un par de coches que, quizás, te podrían ser de utilidad si los sacas de la nieve y un avión con las joyas de la corona en el fondo de la grieta.
~Hola Dai, ¿a qué te refieres con haber encontrado las joyas de la corona en un avión?
~El avión está a rebosar de juguetes, también he encontrado una pista sobre un laboratorio. Lo más probable es que, ese oso, sea uno de los conejillos de indias de los experimentos. Mañana por la mañana lo investigaré a fondo.
~Me parece magnífico. Por cierto, ¿has conseguido arreglar la electricidad?
~Eso es algo imposible. La sala de generadores está al otro lado de la grieta. Si tuviese alas ya estaría arreglado.
~Bueno, ¿qué se le va ha hacer? Avísame si encuentras algo sobre ese laboratorio. Te pagaré un 50% más si vale la pena ese lugar.
Me fui a dormir, no sin antes comprobar la herida de mi hombro y la nueva herida de mi pecho. Mi hombro no estaba curado, pero había mejorado bastante. Se estaba empezando a hacer una costra en la parte de fuera y el sangrado se detuvo hace mucho. Aunque, no podía decir lo mismo de la herida de mi pecho, aún seguían saliendo un par de gotas de sangre. A pesar de haber sido una herida poco profunda, estaba tardando más de lo habitual en cerrarse.
~Cuando me dijeron que este trabajo dejaba marca, no pensé que un puto oso me atacaría.-dije hablando solo.
Me puse una venda sobre la herida y me fui a dormir, sin mucha preocupación y preguntándome qué me encontraría en el lugar que marcaba el mapa.
A la mañana siguiente desayuné, arranqué el coche y bajé por la pendiente a toda velocidad. No sabía a que distancia estaba el lugar que marcaba el mapa. Pensé que sería mejor salir temprano y aprovechar al máximo las pocas horas de luz del círculo polar ártico.
No tardé mucho en llegar al lugar que indicaba el mapa. Habría tardado un par de horas andando, aunque tardé unos 20 minutos en coche. El lugar era peligroso. Caían trozos de hielo de las paredes todo el tiempo del tamaño de mi cabeza, y más grandes.
En la pared de hielo vi una puerta enorme, parecía medieval. Como si fuera la puerta de una fortaleza o algo por el estilo, no tenía mucha idea la verdad. No creo que nadie en su sano juicio construyese algo así aquí, y menos en esa época.
Entré por el portón con mucho cuidado. Las puertas estaban abiertas completamente, las paredes estaban hechas de ladrillos de piedra enormes, intenté sacar fotos con el móvil para enviárselas a Marco. Pero tan pronto como lo intenté, el móvil, explotó literalmente. Se había partido por la mitad y se había hecho trocitos. No había manera de arreglarlo y, ahora, no tenía con que llamar a Marco.
Algo de este lugar me estaba diciendo a gritos que saliese de aquí lo más rápido posible, pero aún así continué. La linterna estaba empezando a fallar, así que decidí volver a por mi coche. El extraño túnel era lo suficientemente grande como para que, mi coche, pudiese entrar sin problemas.
Era un túnel en línea recta que se adentraba bajo el hielo, extrañamente en el túnel hacía calor como si no me encontrase bajo hielo. La temperatura del túnel era bastante suave y cálida por lo que me tuve que quitar el forro polar. Me estaba asando como un pollo con ese traje puesto.
Encendí los focos de mi todoterreno, logré ver gran parte del pasillo pero no conseguí ver el final del túnel. Me adentré por el túnel lentamente observando mi alrededor. Después de un rato, a ritmo de tortuga, encontré unas pequeñas puertas en las paredes.
Las puertas eran enanas, me tenía que agachar para poder pasar por ellas. Las puertas no medirían más de 1'60 m. Intenté abrir varias de las puertas que había en el túnel pero no cedían ni un centímetro. Algunas puertas estaban completamente bloqueadas, daba igual lo que intentase. No se abrían, otras estaban rotas y se podía ver que la sala del otro lado había colapsado.
Tras un par de horas intentando abrir puertas y avanzando por el eterno pasillo, una puerta se abrió. La puerta llevaba a una sala pequeña, llena de armaduras medievales y armas. Había espadas, hachas, lanzas, escudos, arcos, flechas... Había de todo, lo extraño del lugar es que se conservaba todo estupendamente, como si no tuviese más de un par de años.
Entre todas las cosas que había en este lugar me llamó la atención una armadura. Era de color verde, como el cobre oxidado. Pero era muy agradable a la vista, la armadura no parecía pintada y era bastante ligera para su volumen. ¿De qué material estaría hecha?
Vi una buena oportunidad de negocio. Quizás podría venderle algunas de estas cosas a un ricachón que le gustara la ambientación medieval. Empecé a cargar las cosas de la sala en mi coche. Podía ver como la suspensión de mi coche bajaba poco a poco mientras lo cargaba.
Casi me había quedado sin espacio en el cajón de mi pickup, cuando decidí tomar un descanso. Mientras registraba la sala que acababa de vaciar, escuché un ruido que no me gustó para nada, sonaba como un movimiento de tierra. El sonido venía de la entrada. Cogí la carabina y la linterna, seguidamente, salí corriendo para ver qué había pasado.
El camino estaba bloqueado por unas piedras enormes del tamaño de mi coche y de tierra. El túnel había colapsado y estaba completamente sellado. Intenté buscar una salida e intenté hacer una cavando pero cuanto más cavaba, más colapsaba el techo del túnel.
Tras un par de horas intentando salir desesperadamente, me di por vencido. Mi única posibilidad de salir vivo era que el otro extremo del túnel tuviese una salida. Volví hacia mi coche y seguí explorando lentamente el túnel. No sabría decir el tiempo que estuve bajo tierra pero me parecía eterno.
Tras mucho tiempo, vi la luz al final del túnel. Estaba muy oscuro, pero podía ver el sol en el horizonte. Casi me pongo a dar saltos de alegría, pero por alguna extraña razón me notaba muy cansado. Como si estuviese a punto de caer inconsciente.
Me senté en el suelo para ver la puesta de sol mientras cenaba algo. Este sueño no era algo normal, mi cuerpo me estaba pidiendo a gritos dormir. Aunque no notaba cansancio antes de salir del túnel. Y, poco a poco, caí dormido en un sueño pesado.