No podía creer que esto estaba pasando realmente, no sabía cómo Nate había llegado a mí. Estuvo días desaparecido y de la nada conseguía mi número de teléfono.
Nate:
Alisson, no me pasaron mal tu número ¿no?
20.20
Nate:
Lo siento, no debí escribirte así. Nos vemos en clases
20.22
Alisson:
Hola! Lo siento, me tomó por sorpresa que me hayas hablado
Me tenes que contar como conseguiste mi número, no entiendo como hiciste
Nate:
Podemos hablarlo mañana, ¿qué te parece después de clases?
¡Wow, alto ahí vaquero! Nos vimos dos veces, consiguió mi numero de teléfono de alguna forma extraña y ahora pretende que salga con él. ¿Acaso es un acosador?
Alisson:
¿Te das cuenta que te estoy preguntando como conseguiste mi número, y me estas invitando a salir para discutirlo? Eso no me da confianza en lo más mínimo.
Igual, no puedo, trabajo después de clases.
Nate:
Sí, yo creo que deberías tener cuidado conmigo, puedo ser una persona peligrosa.
Entonces...¿Podemos arreglar para salir algún día?
Alisson:
Podríamos, pero antes debes contarme como conseguiste mi número.
Nate:
En ese caso... Elizabeth me lo dio, resulta que ser el hermano de ella a veces tiene beneficios.
Alisson:
Espera... ¡¿Qué?! ¿Por qué recién me estoy enterando de esto?
Nate:
No lo sé, ella es tu amiga debería haberte dicho.
...
A la mañana siguiente, me encontraba todavía sorprendida por la noticia que me había dado Nate, no esperaba eso. Es cierto que ella era la única persona de la clase a la que le había pasado mi número y que sería lógico que ellos se conocieran como para pasarle mi número. Pero que Nate y Eli sean hermanos no era lo que me esperaba.
Mientras caminaba a la universidad me felicité mentalmente por haber sido inteligente cuando llegué a este país y haber alquilado un departamento a pocas cuadras. La realidad es que no era una persona deportista, odiaba cualquier cosa que requiera esfuerzo físico e incluso no tenía coordinación de brazos y piernas, no servía ni para saltar la soga. Sin embargo, desde que me mudé me vi obligada a caminar y comencé a disfrutar de eso, descubrí lugares increíbles y me perdí en la ciudad, pero a estas horas de la mañana solo quería volver a mi cama a seguir durmiendo, así que caminar poco era, sin duda, una ventaja.
-¡Por fin llegas! Ya me estaba empezando a preocupar por ti.
-¿Cómo no me dijiste que Nate y tu eran hermanos?
-Oh, eso...
-Sí, eso.- La miré mientras ponía mis manos en mi cintura- No estoy molesta, solo me sorprendió recibir un mensaje de él anoche, cuando nunca le había pasado mi número, pero lo peor fue cuando me enteré de que era tu hermano.
-Sí, lo siento. No pensé que lo ibas a conocer tan rápido y anoche me sacó mi celular para poder tener tu número, yo no se lo hubiera dado sin antes hablar con vos.
-No te preocupes, no me molesta que lo tenga. Pero ahora debes contarme porque, perdón que lo diga, pero ustedes no se parecen en nada.
-En realidad, somos hermanastros. Mis padres se separaron cuando era niña, y desde que tengo diez años mi mamá está casada con el padre de Nate. Al principio me costó acostumbrarme a tenerlo como hermano, la realidad es que puede ponerse bastante pesado si quiere, pero ahora no lo cambio por nada y lo quiero tanto como si fuera en verdad mi hermano.
-Confirmo que puede ser pesado.
Reímos mientras el profesor entraba, hoy sería un día largo...
-Buenos días clase, tomen asiento que vamos a empezar.
...
La clase había sido aburrida, el profesor nos había hablado sobre la Revolución Francesa de nuevo, así que cuando el timbre sonó mostrando que la clase había terminado todos mis compañeros corrieron a la puerta. Por otro lado, yo había aprendido y sabía que no valía la pena correr para salir porque igualmente me iba a trabar con todos ellos allí. Y fue mientras me tomaba mi tiempo para recoger mis cosas cuando me tocaron el hombro.
-Ya voy Eli, anda yendo que te veo en la puerta-dije sin voltear.
-No soy Eli, pero puedo esperarte igual.- Reconocí esa voz al instante, me di vuelta y lo vi sonriendo de lado.-Lamento lo de anoche, mi intención no era parecer un acosador pero en verdad necesitaba esos apuntes de historia.
-Sí, claro. Fue por eso que le robaste el celular a tu hermana para obtener mi número, a pesar de que ella está en la misma clase que nosotros. - Soltó una carcajada.
-Bien, lo admito- levantó las manos rindiéndose pero aun sonriendo. ¿Acaso no se cansaba de sonreír este chico?- Me atrapaste, necesitaba tu número porque no habíamos vuelto a hablar desde ese día en la cafetería.
-¿Ves? No era tan difícil decir la verdad. Como sea, no me molesta que tengas mi número. Ahora, si me disculpas tengo un trabajo al cual asistir.
-Claro, ¿te puedo acompañar o voy a tener que volver a ir a la cafetería para que me atiendas?-Lo miré de reojo mientras él reía.- ¡Vamos! No me podes decir que no te diste cuenta de eso, incluso te dije que no había ido por el café.
-Bien, ven conmigo. Prefiero tenerte vigilado a que me estés acosando a mis espaldas.
-Tengo que hacerte una pregunta y necesito que seas sincera, mi vida puede depender de tu respuesta- íbamos caminando hacia la cafetería, no habíamos tocado temas muy profundos hasta ahora, solo habíamos discutido de la clase de historia, por eso me sorprendió cuando dijo así.
- Voy a hacer lo posible, pero la verdad me estás dando miedo.
- ¿Cómo se tomó Eli que te enteres de que soy su hermano?
- Oh.. Eso. Sinceramente no esperaba esa pregunta-reímos-. No está enojada si es lo que te preocupa, tenía miedo de que yo me enojara por no habérmelo dicho pero cuando le aclaré que eso no era así solo me contó cómo es la historia de su familia. Ella te quiere, y me lo dijo.
-Eso es bueno, creo que voy a vivir unos días más por lo menos...
-A veces las hermanas son complicadas, pero al final del d��a cuando las necesites van estar. Recuerdo cuando era pequeña y llovía, le tenía terror a los truenos y siempre iba a la cama de mi hermana para dormir con ella. Podíamos estar enojadas entre nosotras, pero cuando nos necesitamos todo eso queda atrás.
- Tu hermana suena grandiosa. La extrañas, ¿verdad?
-Demasiado. Extraño todo de Argentina, mi casa, mis papás, mi hermana, mis amigos, mis tíos, la comida, todo. Y no voy a mentir, me resulta difícil estar aquí, estoy sola y a veces pienso en renunciar a lo que quiero por volver con ellos.
-No estás sola, ya no más. Estoy aquí para ti y sé que Eli también lo está. Te cruzaste con dos hermanos que aunque están un poco locos, van a apoyarte y no te van a abandonar ni dejar que te olvides de tu sueño. Además, estoy seguro de que vas a poder verlos pronto a todos ellos.
-Gracias, Nate. Debo entrar a trabajar, pero si quieres podemos vernos a la noche, mi turno termina a las seis y media.
-Te paso a buscar entonces. Nos vemos luego, Ali- se fue no sin antes darme un beso en la mejilla, dejándome en la puerta de la cafetería anonadada.