Cuando Valeria y Fede entraron en la casa se la encontraron totalmente revuelta. Los cuchillos de Megan en el suelo y ligeramente ensangrentados.
-Alguien ha entrado y ha forcejeado con mi madre.- comentó un Troy totalmente abatido. Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos y maldijo su suerte y el momento en el que decidió dejar sola a su madre.
Como si hubieran leído el pensamiento de Troy, Fede y Valeria se apresuraron a abrazarle.
-Seguro que unos vándalos entraron en casa, les atacó y simplemente ha salido a buscarnos porque ya no se sentía segura- dijo Valeria en un tono dulce que Troy no pudo replicarle con toda la ira que tenía dentro.
-Eso, salgamos a buscarla, posiblemente esté de camino a nuestra casa- dijo un animado Fede.
-Muchas gracias a los dos, pero sabéis de sobra que mi madre jamás abandonaría la casa y mucho menos en este estado.- contestó Troy, en un tono tan bajo que apenas fue audible para sus acompañantes.
La expresión en la cara de Troy se endureció. -Esto tiene que ser obra de Álex y los suyos, ¿quién si no iba a aprovechar el mínimo caos para entrar en mí casa?
-Troy no puedes inculparles sin más, cualquier vándalo ha podido aprovechar el caos para robar...- Antes de que Fede pudiese terminar la frase fue interrumpido por un iracundo Troy. -¡Cualquiera podría querer robar, pero solo un miserable secuestraria a una mujer indefensa.
-No sabemos si está secuestrada, sólo sabemos que no está en casa- repuso Fede que apretó a Troy en un hombro para dar ánimos a su amigo.
-Mi hijo tiene razón, tenemos que salir a buscarla, no podemos perder la esperanza.- Valeria sonrió a los chicos guiñando un ojo y se dispuso a recoger las cosas que estaban revueltas -No creo que a tu madre le guste encontrarse su casa así, salid ustedes a buscarla, yo me quedo ordenando aquí-.
Troy asintió con la cabeza y se secó las lágrimas que caían por su mejilla y se dispuso a salir.
-Muchas gracias a los dos, no se que habría sido de mi si no estuvierais aquí.- Valeria y Fede sonrieron al unísono, una misma sonrisa melódica que demostraba que eran madre e hijo.
-Venga Troy, no tenemos tiempo que perder, tu madre puede estar en cualquier sitio buscándonos.- Dijo Fede desde la puerta ya, con una amplia sonrisa cargada de energía.
Los dos chicos salieron a la calle sin querer hacer demasiado ruido por miedo a los elfos, aunque la realidad era que el ambiente se notaba menos tenso y el aire había perdido ese olor a azufre del que estuvo impregnado momentos atrás.
Los jóvenes habían estado buscando a Megan por horas, hasta que decidieron llamarla a gritos puesto que habían asumido que el peligro ya había pasado. Empezaba a amanecer un nuevo dia y con cada destello del sol perdían un poco más las esperanzas de encontrar a Megan por las calles de Freylea lo cual entristecía a ambos chicos.
-Vamos a tu casa, igual ha llegado ya y por eso no la vemos- dijo Fede intentando animar a su amigo con unas esperanzas realmente improbables, pero que tenía que darle para que no se viniese abajo.
-Generalmente el positivo soy yo- dijo Troy con una sonrisa bastante forzada, pero cargada de emociones- Muchas gracias por todo Fede, eres un amigo de los de verdad... Vale, vamos a casa, ojalá tengas razón.- justo cuando los dos muchachos empezaron su camino, escucharon las monturas de los magos, tanto los de Freylea como los de Hiennith de retorno del bosque.
El pelotón de Freylea venía cabizbajo y Fede creyó ver a un mago menos que cuando los vio dirigirse hacia el bosque, lo cual le entristeció bastante.
-¡Hola chicos! ¿que hacéis tan temprano en la calle?- Era Gregory el mago que tan solo unas horas antes había estado hablando con ellos.
-Veras señor- comenzó Fede- cuando llegamos a casa de mi amigo estaba todo revuelto, y la madre de mi amigo había desaparecido, por lo cual decidimos salir a buscarla en la calle-
Gregory palideció ante la noticia, se bajó de la montura y se acercó a Troy.
-Lamento mucho la noticia, pero no debes perder la esperanza- dijo el mago agarrando a Troy por los hombros para darle ánimos.
-Muchas gracias señor, en realidad nos dirigimos de nuevo a mi casa por si acaso ella había salido por alguna razón y ha decidido volver- dijo Troy emocionado ante tanto apoyo no solo de su amigo, sino que además de un gran mago de Hiennith.
-Me parece estupendo, pero antes hay algo más que quiero tratar contigo- añadió Gregory- antes cuando os vi tu llevabas un arco bastante antiguo, ¿te gustaría llevar uno algo mejor?-
La mirada de Troy se iluminó -Es cierto que mi arco es bastante mediocre, pero no puedo comprar uno nuevo, nuestra economía no lo permite- Gregory soltó una sonrisa burlona y se acercó a su montura, para sacar su libro mágico de la alforja en la que lo había guardado.