Cuando Troy y Fede volvieron a casa, la desilusión se apoderó de Troy. Su madre no había vuelto, lo cuál definitivamente sólo podía significar dos cosas: o estaba muerta o estaba secuestrada. Troy no quería pensar en que estuviera muerta, sólo podía pensar en que estaba siendo retenida por Alex, lo cual le enfurecía.
-Lo siento mucho Troy, si necesitas algo puedes venir a mi casa. Siempre habrá un plato de comida en la mesa para ti- Valeria trató de sonar agradable para animar a Troy.
-Muchas gracias por tu oferta Valeria. La verdad es que me veré obligado a aceptarla de vez en cuando, aunque espero que la ausencia de mi madre no sea demasiado larga. Quiero valerme por mí mismo el máximo tiempo posible- dijo tratando de sonreírle a Valeria.
-De todas formas, no todo son malas noticias,¿Verdad amigo?- Fede le guiñó un ojo a Troy, quien se ruborizó.
-¿A qué te refieres cariño?, ¿Que secreto tenéis entre manos?- Valeria parecía realmente intrigada.
-No sé por dónde empezar, pero en resumen: resulta que soy mago. ¿Te acuerdas de los magos de Hiennith que vimos cuando os recogí en casa? Lo hemos vuelto a ver hace un rato, nos ha contado lo sucedido en la frontera. Después me dijo que había sentido poder mágico en mí y para demostrar su teoría me ha regalado esto- Troy se metió la mano en el bolsillo y sacó la piedra-runa, Valeria se quedó boquiabierta.
-Me alegro de esa buena noticia. Ahora te toca esforzarte para merecer ese preciado regalo, no todos los magos cuentan con un arma tan poderosa.
-Ojala supiese cómo se usa. Supongo que iré a pedir ayuda a los mago de aquí, así mantendré entretenida la mente mientras esperamos el regreso de mi madre- Troy parecía más animado al hablar de este tema.
-Estoy totalmente seguro de que aprenderás a usar esto en un abrir y cerrar de ojos. Yo te acompañaré cada dia a los entrenamientos.
-Ya casi es la hora de comer. Se nos ha ido la mañana entera entre una cosa y la otra, Troy esta vez no vas a tener más remedio que venir con nosotros a comer y reponer fuerzas. Apenas habéis dormido en las últimas 24 horas y me niego rotundamente a que duermas aquí solo,no sabemos si esos indeseables pueden volver.
Troy aceptó con la cabeza. No le agradaba la idea pero Valeria tenía toda la razón. Necesitaba comer algo y dormir un buen rato para estar despejado.
Los tres salieron de casa de Troy, y este se aseguro de cerrar bien la puerta y se pusieron rumbo a la casa de los Morris. Troy no podía dejar de acariciar la piedra-runa en su bolsillo. Tenía un tacto raro, pese a ser una piedra no parecía tan dura ni tan fría, y las finas líneas que dibujaban el arco sobresalían ligeramente de su lisa cara.
Una vez llegaron a su destino, se dispusieron a colocar las cosas para comer.
-Muchas gracias Valeria, está todo riquísimo.-Troy estaba satisfecho, se levantó y retiró su plato. Detrás de él se levantó Fede, quién le dió un beso a su madre en la frente.
Los dos chicos subieron a la planta de arriba. Fede desplegó un camastro que tenían para cuando venia visita, en el cual se acostó Troy.
-Siento mucho lo de tu madre, Troy, te juro que voy a ayudarte a buscarla cada día hasta que aparezca- Fede estaba serio. Troy sabía que su amigo era de confianza y que cuando juraba algo era porque estaba totalmente dispuesto a cumplirlo.
-Muchas gracias Fede, no podemos perder la esperanza de encontrarla con vida, si mis sospechas son ciertas, esa rata de Alex no será capaz de quitarle la vida a nadie.
-En eso tienes razón, es demasiado cobarde para una cosa así, podemos estar tranquilo. Por cierto, ¿cuando vas a ir a ver a los magos de aquí? Quizás tú puedas suplir la baja que han sufrido. -Fede parecía realmente emocionado con el tema.
-No sé, hoy no creo que vaya a ser. Necesito asimilar mucha información y quiero practicar por mi cuenta. Me gustaría asombrar a los magos, la verdad- una sonrisa pícara se dibujó en la cara de los dos chicos.
-Decidido, vamos a dormir un rato, y después salimos al bosque un rato para practicar. Verás cómo con esfuerzo consigues tu objetivo.
Dicho esto los dos chicos cerraron los ojos y se dejaron arrastrar por su cansancio.
-Chicos vamos. Despertad ya, se os ha hecho tardísimo, ya casi oscurece- era la voz de Valeria desde la puerta de la habitación -si seguís así no vais a dormir nada esta noche.
-Ya vamos mamá- respondió Fede adormilado aún- ¿tan tarde es?- preguntó cuando se hizo consciente de la situación.
-Queríamos haber aprovechado la tarde, pero nos ha podido el cansancio. Fede, no te preocupes, mañana saldremos al bosque- razonó Troy.