Los sueños eran bonitos en la mente de uno, eso aprendió Jin al día siguiente, el mundo había dejado de ser como lo recordaba, una sirena de policía sonó mientras un grupo de soldados revisaban las casas que aún se mantenían en pie.
8:15 am
Jin apago el despertador de su teléfono, con un poco con sueño, su mirada se centró en un mensaje de su teléfono.
"Jin, mi padre se volvió loco. Estamos viajando hacia al norte, dice que su jefe se ofreció a cuidarnos en el refugio de su familia, Jin no sé cuándo nos volvamos a ver, te dejare las coordenadas que pude ver en el teléfono de mi padre, él tendrá que escucharme si quiere que yo me quede con ellos".
El mensaje se cortó en ese punto, sorprendido y furioso, Jin salió hacia la casa de Natasha, mirando por la ventana el lugar se encontraba desordenado y el vehículo en la entrada no estaba, él la había apartado de su lado, sin nada que pueda hacer.
Con un poco más de claridad, los ojos de Jin se abrieron ampliamente al notar algo, ya no había señal en su teléfono, quizás su compañía de comunicaciones había sido destruida durante la lluvia de estrellas, no podía saberlo por ahora.
Grrrr…
El estómago de Jin rugió, aún no había desayunado y su cuerpo le exigía alimentarse. Acercándose a la cocina intento preparar unos huevos fritos, teniendo mala suerte en el intento y dejando un desastre en la cocina.
—Esto es comida, supongo.
Tomando un poco de leche que quedaba en el congelador, Jin se alimentó de unas galletas de agua que le gustaban a su madre y partió a la secundaria.
Pensándolo bien, era un poco tonto ir a la secundaria con lo que sucedió el día anterior, quizás esta fue destruida por los meteoritos del día anterior y ya no habría clases durante toda la vida, el sueño de todos los pequeños habría sido cumplido, pero Jin quería que no le hubiera pasado nada, Jin no conocía donde vivía el profesor Viktor.
—Buenos días, Jin, no creí que alguien viniera el día de hoy con todo lo que paso.
Sosteniendo dos carpetas sobre sus pechos abultados, una maestra de cabello castaño oscuro, con el pelo tomado hacia arriba con una cinta roja y un pequeño flequillo en su frente se detuvo frente a Jin. Ella era Lana, la profesora de Japones asignada a los grados superiores, con solo 23 años, ella se ganó el respeto de sus compañeros y la admiración de los más jóvenes en poco tiempo.
—Maestra, vine a buscar al profesor Viktor, ¿usted lo ha visto?
Jin era uno de los hombres que se enamoró de Lana cuando la vio por primera vez, ella siempre vestía una blusa blanca de mangas cortas y una falda azul oscuro que llegaba un poco más arriba de sus rodillas, solo unas medias marrones evitaban que los jóvenes vieran sus delicadas piernas que le quitaban durante sus fantasías nocturnas.
—No lo he visto, pero porque lo buscas tan temprano, por lo general él siempre tiene clases más tarde, aunque no creo que venga hoy considerando lo que paso ayer ¿Tu familia se encuentra bien? —, pregunto ajustándose sus gafas.
—Ellos abandonaron la ciudad, yo decidí quedarme para ver qué puedo hacer aquí.
Grrrr…
El estómago delato el hambre de Jin.
Lana sonrió mientras miraba a Jin, él era un joven rebelde que recupero el camino del estudio luego de cometer errores en el pasado, ella fue parte de las personas que lo apoyo para que no cayera en el camino autodestructivo de las drogas y las pandillas.
—Vamos, no debes haber desayunado, me imagino que no sabes cocinar por ti solo.
Lana guio a Jin a través de los pasillos de la secundaria, no había ningún estudiante aparte de él, solo profesores y las personas encargadas de mantener la limpieza del lugar. Gracias a los militares que fueron desplegados durante la noche la seguridad se pudo mantener en la ciudad mientras diversos grupos encargados de salvar a las personas atrapadas bajo sus casas comenzaron a realizar su labor.
—La cafetería está abierta, por ahora puedes aprovechar desayunar ahí hasta que soluciones tu problema con la cocina.
El aroma de especias fragantes y una mezcla de sabores saludo a Jin quien agradeció a Lana, debía esperar hasta el regreso del profesor Viktor y ella le había enseñado donde alimentarse por ahora.
—Y dime, ¿quién es ella?
Luego de sentarse en una de las mesas, Lana pregunto a Jin sin rodeos, al ver como se atoraba con su comida estaba claro que había acertado con su suposición.
—Maestra…¿está segura en meterse en las relaciones privadas de sus alumnos?
—¿Porque no debería hacerlo? Yo solo me preocupo del bienestar de ustedes, además, ¿ella es bonita? digo, abandonaste a tu familia por ella, debe serlo, tal vez es más bonita que Aria…
Entre las preguntas de Lana, Jin aprovecho de terminar su desayuno con dificultad, debía encontrar una forma de aprender a cocinar ahora que viviría solo.
—Es cierto, maestra usted tiene señal en su teléfono…
Jin mantenía la fe de que las comunicaciones no se habían acabado, las palabras del profesor Viktor vinieron a su mente cuando incluso la televisión no emitió imagen alguna.
—Según escuche de los demás, los meteoritos destruyeron la mayoría de los satélites en el cielo, solo algunas empresas aún siguen con señales de comunicaciones estable, pero los gobiernos han decidido tener el control total sobre ellas, así que si, ahora vivimos sin internet, no hay forma de llamar, aunque aún hay algo que se mantiene activo y esas son las líneas telefónicas cableadas, por cierto la secundaria tiene un teléfono de esos pero no ha funcionado en mucho tiempo.
—Ya veo.
Jin ya no tenía forma para contactarse con los demás, ahora tenía más urgencia de encontrarse con el profesor Viktor, él debía tener una forma para comunicarse aun en estos casos.
—No pongas esa cara, solo es cuestión de tiempo para que lancen nuevos satélites al cielo, ahora es mejor que busques una manera de que puedas cocinar. Ahora que recuerdo tengo un libro que podía ser de ayuda, debo volver a arreglar unos documentos que me encargaron, si tienes tiempo ven a verme más tarde —, dijo lana ajustando su blusa mientras salía de la cafetería.
Jin se subió a su motocicleta y salió a buscar suministros, en las calles, soldados y tanques vigilaban la seguridad de las personas que decidieron abandonar la ciudad.
En medio de la calle, un hombre de mediana edad estaba tendido en el suelo quejándose de dolor, Jin detuvo su motocicleta y se acercó al ver que nadie le prestaba atención.
—Señor, ¿se encuentra bien?
Jin se bajó de su motocicleta, el hombre temblaba como si sufriera de frio extremo y no respondió a las palabras de Jin.
—¡Retrocede muchacho! —, grito un soldado—. Tenemos otro aquí, sáquenlo antes que se propague.
De una patrulla blindada seguido por una ambulancia, un grupo de soldados subió al hombre a una camilla desinfectando todo el área con un gas concentrado de color naranja.
Dentro de la ambulancia, un rugido estruendoso helo la sangre de los presentes, los sonidos de garras rasgando el metal y vidrios rompiéndose no cesaron hasta que uno de los militares al interior uso su arma de servicio. Seguido por el sonido de los disparos, un soldado empujo a Jin advirtiéndole del peligro al que se exponía.
—Muchacho, vete a casa y no te acerques a ellos si quieres permanecer con vida.
—¿Quiénes son ellos? — pregunto Jin al ver que la ambulancia tenía marcas de garras sobre su superficie con un poco de antigüedad.
El rostro del soldado se mantuvo sombrío mientras un rio de sangre salió por el borde de la ambulancia, sus compañeros quemaron los restos mientras otros de sus compañeros levantaban barreras para que nadie se acercara.
—Nadie sabe, sin comunicaciones es imposible saber que está pasando en todo el mundo, los científicos locales no han encontrado una respuesta final a esta extraña enfermedad que apareció de la nada…si en algún momento sientes frio extremo o que tu piel se llena de extrema picazón te aconsejo que te alejes de tu familia si es que no quieres dañarlos.
Jin se retiró del lugar luego que la masa de personas comenzara a llenar las calles, las tiendas más cercanas se encontraban con largas colas de espera y algunos conflictos comenzaron entre las personas cuando alguien decidía no respetar su lugar.
¡Ayúdennos por favor!
Entre gritos y lágrimas, dos niños tiraban de una plancha de metal que bloqueaba una casa en ruinas.
Las personas que escucharon los gritos no miraron a los pequeños y siguieron su camino, ellos no arriesgarían su seguridad por salvar a un desconocido, más si los militares estaban cerca del lugar.
—Hermano, por favor ayuda a nuestra madre.
Uno de los pequeños tiro la ropa de Jin al verlo cerca, el pequeño tenía menos de 8 años, nadie quería ayudarlos y solo Jin se acercó a su lado.
—Déjamelo a mí, ambos quédense atrás.
Jin calmo al niño y tomo su lugar en la entrada de la casa, del otro lado, una mujer lloraba al no poder estar al lado de sus hijos, desde el día anterior no supo de su marido, acaso el regresaría para protegerlos luego de perder su casa.
¡AHHHHHHHHHHHHHH!
Usando toda su fuerza, Jin movió unos centímetros la plancha de metal que bloqueaba la entrada —Señora, aléjese de la muralla— sus brazos se tensaron por el peso y algunos escombros cedieron cayendo al suelo.
—Si, gracias joven— dijo ella entre lágrimas.
Ahora Jin pudo sentir su falta de fuerza, con sus venas hinchadas por el peso de la plancha que bloqueaba la entrada el logro crear una pequeña abertura para que ella pudiera escapar —¡Ahora!
La mujer no dudo en escapar y corrió a gran velocidad, las murallas comenzaron a agrietarse y Jin temió lo peor.
—¡Mama! —, ambos niños abrazaron a su madre al verla salir detrás de Jin.
¡BOOM!
La casa cedió mientras Jin salto hacia atrás, el ruido llamo la atención de un grupo de militares que se acercaron con sus armas en mano.
—Regresare ahora, ya no están en peligro.
Jin se sintió cansado por usar su fuerza, fue algo extremo para él llevar su cuerpo a los limites ensuciando su ropa con el polvo que se levantó por el derrumbe.
—Gracias hermano —, ambos niños bajaron la cabeza agradeciendo a Jin por salvar a su madre, si no fuera por el quizás ahora ellos estarían solos en el mundo.
—Gracias joven, aún no sabemos tu nombre —, dijo la madre mientras sus hijos la abrazaban, ambos miraron expectantes a Jin esperando su respuesta.
—Takagi Jin, ahora deben ser buenos y no darle problemas a su madre— Jin les dio una sonrisa amplia a los pequeños con su ropa desaliñada por el polvo.
Los militares tomaron custodia de la familia, en el centro de la ciudad y las grandes construcciones aun en pie, se levantaron grandes refugios temporales para mantener seguros a aquellas familias que lo habían perdido todo.
—Tal vez pueda hacer algo por ellos.
Jin vio cuerpos sin vida siendo trasladados en camillas lejos de la vista de las personas, muchas vidas habían terminado en la madrugada, incluso las llamas no habían sido controladas por los bomberos.
Además, que era ese hombre de antes, acaso era eso a lo que se refería su abuelo, si es así talvez…
Dejando atrás el centro de la ciudad, Jin encontró una tienda de electrónica que aún se mantenía abierta, él consiguió baterías de repuesto, dos linternas recargables a mano y un cargador solar para su teléfono, el suministro eléctrico era inestable y podía acabarse en cualquier momento.
En las puertas de la secundaria Kou, cuatro camionetas land rover de color negro bloquearon el paso a su interior. Jin estaciono su motocicleta en el exterior e ingreso entre la multitud de gente que miraba con curiosidad.
—¿Profesor Viktor? —, dijo Jin al ver al hombre de avanzada edad rodeado de un grupo de personas con trajes de protección.
—Oh, Jin, es bueno que estés aquí, pensé que habías abandonado la ciudad con tu familia.
—Viktor no tenemos tiempo para esto, la CEA esta lista para despegar, además, ¿Quién es este mocoso?
Uno de los guardias detuvo a Jin mientras dos científicos con un traje antigérmenes conversaban con el profesor Viktor y los ayudantes a su costado.
—Takagi Jin, una joven promesa de Celes y uno de mis mejores estudiantes.
—Así que tú eres Takagi Jin, quizás también debamos llevarte con nosotros, ¿qué opinas Viktor?, la CEA estará de acuerdo si dices que sí.
Jin reconoció el símbolo en las camionetas land rover, ellas pertenecían al centro de investigación CEA, uno de los más importantes en el mundo y el más avanzado en cuanto a los descubrimientos científicos, todos los guardias llevaban rifles de guerra y una armadura reforzada.
—Detente, él aún es muy joven para eso, además ya tienes suficientes conejillos de indias a tu disposición.
Viktor avanzo hacia Jin y saco un papel debajo de la manga de su bata —Jin, esa es la dirección de mi casa, recuerda cuidar bien de Estela, quizás nunca más vuelva a Celes, así que, desconéctala si algún día dejas Alhes.
—Basta de eso, ahora acompáñanos, no lo repetiré otra vez— grito uno de los científicos debajo de su traje.
—Aun eres muy joven para hablarme así, solo eres un lacayo de CEA que no puede hacer nada por sí solo, guía el camino y deja de ladrar.
—TU….
—Vamos, no opondré resistencia, solo no toquen a este joven.
—Ja, porque nos interesaría ese mocoso, ya escucharon muchachos, tenemos un vuelo que abordar.
Las cuatro camioneta land rover encendieron sus motores, Viktor le dio una sonrisa a Jin que solo pudo ver como se lo llevaban bajo uno de los rifles que apuntaba a su cabeza.
—¿Estas bien Jin? —, Lana corrió hacia Jin acompañada de los profesores que se quedaron escondidos dentro de la secundaria.
—¡Porque no hicieron nada!— reclamo Jin, él pudo ver como los guardias de CEA no midieron su fuerza cuando encerraron a Viktor en una de las camionetas.
—No nos puedes culpar…—, replico uno de los profesores, la fuerza de CEA estaba más allá de lo que un educador podía enfrentar, fue un alivio para ellos que solo estuvieran buscando a Viktor, si se llevaran a uno de ellos su suerte habría terminado en ese momento.
Lana camino hacia Jin junto a una profesora vestida con un traje deportivo de color violeta, ella era Aria, una profesora suplente que realizaba su pasantía en la secundaria Kou.
—Jin debes calmarte, Aria tiene algo importante que decirte, así que acompáñanos.
Tirado por Lana, los tres avanzaron hacia uno de los edificios de la secundaria bajo la mirada atónita de todos los presentes. Entre los hombres, uno de ellos pateo al suelo al ver su amor no correspondido irse con otro hombre aunque este era solo un estudiante.
En un salón pequeño con estanterías en sus muros, Aria se sentó con las piernas cruzadas mientras Lana servía un poco de café en tres tazas, la temperatura en Alhes descendió a doce grados obligando a la mayoría acostumbrarse a la nueva realidad.
—Neee Jin, ¿Viktor no te conto nada extraño estos últimos días?
Los hombros de Jin se tensaron al recordar las palabras de Viktor, quizás ese era el motivo que las fuerzas de CEA vinieron a buscarlos y si Jin hubiera ido con ellos caería en una trampa de la que él no podría escapar.
—No respondas, ya se la respuesta —, ella dio un sorbo al café de Lana y cerro sus ojos, su piel bronceada por el uso constante de la piscina sedujo a los miles de niños que asistían a la secundaria, solo gracias a su buzo deportivo ella pudo controlar que los hombres se lanzaran por su cuerpo.
—No seas misteriosa Aria, Jin necesita saber esto.
—Mmm…, le quitas lo aburrido a la vida. Está bien, escucha Jin, Viktor me entrego la llave de su casa, quizás tu sepas que él estuvo casado en el pasado.
—Si, pero su esposa falleció hace varios años, que tiene que ver eso contigo.
—Ella era mi tía Estela, Viktor me entrego las llaves de su casa debido a que no estabas, particularmente no tengo interés en la química y la ciencia, así que si quieres la llave es toda tuya, además yo sé sobre ese pequeño secreto que comparten, si necesitas más respuestas quizás te pueda ser de ayuda, pero recuerda, si se trata de ciencia olvídate de mí, me gusta más golpear en vez de pensar.
Jin abrió los ojos ampliamente al escuchar sus palabras, Oni de hierro, ese era el apodo que le dieron las estudiantes a Aria, su pasión por los deportes estaba por encima de lo normal, en el pasado ella venció a todos sus compañeros que la retaban a una pelea buscando un beso de ella.
—Gracias maestra —, dijo Jin guardando las llaves en su bolsillo.
—No, no, no. Aria, es mejor si me llamas por mi nombre, no creo que la secundaria vuelva a ser como antes, además pareces estar en una buena relación con mi amiga —, Aria abrazo a Lana por la espalda, ella sintió envidia de los pechos esponjosos que eran más grandes que los suyos—. Tal vez quieras saber cómo se sienten tocarlos —, ella se burló de Jin.
—¡Aria! —, Lana escapo del agarre de su amiga y se arregló su blusa.
Lamiéndose sus dedos, Aria se paró en la entrada del salón.
—Debo regresar, ah, es cierto, Viktor dijo algo de una muestra que guardo en su habitación, quizás debas buscar en ese lugar —, ella dejo atrás a Lana quien miro enojada a Jin, en su entrepierna, un bulto estiro sus pantalones, siguiendo su mirada encontró que el liguero de su ropa interior blanca se había salido de su lugar.
—No mires!
—Maestra…Lana— dijo Jin sin apartar su mirada.
—Humpf. Aria te dio una mano y ahora tomas mi brazo, Jin recuerda que aun soy tu profesora —, luego de arreglar su ropa, Lana camino a una de las estanterías y saco un libro pequeño.
—¿Cocina para novatos? Lana, no crees que es demasiado—
—Cuida tu boca Jin, lamentaría que una herida apareciera en tu lindo rostro, además, este libro me ayudo cuando comencé a vivir sola.
Jin miro el libro pequeño con notas en sus hojas, estos eran los apuntes de Lana cuando comenzó a aprender—. Entiendo, lo cuidare bien, pero ahora no tengo nada que hacer…
—Puedes comenzar visitando la casa de Viktor, o también puedes ayudar en los centros de ayuda en los hospitales, ahora que recuerdo el subdirector debe saber más de eso, su esposa trabaja en el hospital regional, pregúntale a él si tienes dudas.
Lana dejo a Jin atrás, no podía dejar que un niño tomara ventaja de ella, su novio estaría enojado si los viera solos en una habitación y él era bastante temperamental. Ella no tuvo noticias de él por más de una semana, quizás le había pasado algo grave, aun así ella no podía obtener respuesta con las comunicaciones cortadas.
El subdirector de la secundaria Kou era un hombre bajito y regordete de 40 años, en su oficina él jugaba con un barco a escala cuando un golpe en la puerta lo saco de su concentración.
—Pase, dijo mientras guardaba sus herramientas, la llegada de la CEA lo dejo preocupado, ahora había un joven estudiante que antes desapareció con dos profesoras delante de él.
—Subdirector Mao, quería pedir su ayuda —, dijo Jin con una gran sonrisa.
—Siéntate muchacho y cuéntame sobre eso, en que soy bueno.
Cruzando sus brazos, Mao saco un bol con galletas y se lo acerco a Jin.
—Subdirector, tal vez usted sepa sobre el centro de ayuda en los hospitales —, Jin tomo una de las galletas, aun si no tenía hambre, se forzó a comerla para tener más energía.
—Mmm, mi esposa trabaja en el hospital regional, si quieres ayudar no tengo problemas para contarle a mi esposa y te hagan un lugar.
El cambio de Jin era algo bueno para el subdirector, aun recordaba el día en que 5 mocosos vinieron a su oficina acusando a Jin de abusar de ellos, él sabía que era una mentira, más por el historial que tenían acosando a sus compañeros.
—Pero dime, ¿porque quieres ayudar?, los jóvenes como tu deberían estar en sus casas con sus familias, este no es momento para que te arriesgues a lo que sucede en el exterior.
—Antes de llegar, una madre fue atrapada bajo su propia casa, en ese momento no lo dije pero en su cuerpo llevaba heridas serias y algunos moretones, como ella debe haber más personas que necesiten ayuda. Tal vez no pueda hacer mucho, pero me gustaría ayudarlos en estos momentos, ¿acaso mi motivación está mal?
—Es cierto!, ese es el espíritu que necesitamos, no te preocupes, hablare con mi esposa y le pediré que te dejen tomar la capacitación inicial, solo necesitas llevar tu identificación y ellos te entregaran todo lo demás, cuando te sientas preparado preséntate al hospital y di tu nombre, ellos sabrán que hacer.
—Gracias subdirector Mao, no traicionare sus expectativas.
Jin tomo una galleta extra y abandono la oficina, revisando su ropa no pudo encontrar su identificación, quizás la dejo en su casa, montando su motocicleta abandono la secundaria.
El profesor Viktor se había marchado, ahora ya no tenía su apoyo, aun así el recordó que Aria le entregó las llaves de su casa, tal vez él le haya dejado algún mensaje allí, por ahora solo podía regresar otro día.
—No esta…
Revisando cada rincón de su casa, el sonido que creo llamo la atención de una de sus vecinas que no había abandonado la ciudad.
—Pequeño Jin, ¿qué te paso?
—Tía Melly, solo perdí una cosa, no es nada grave.
—Por dios, muchacho estas lleno de suciedad, recuerda cuidarte ahora que no están tus padres.
La tía Melly era una mujer de edad avanzada, durante la infancia de Jin ella lo cuido cuando su madre tenía que salir a trabajar.
—Dime, estas comiendo bien, imagino que tu madre te enseño a cocinar.
Las palabras de la tía Melly dieron en el corazón de Jin, en su bolsillo aún tenía el libro que le entrego Lana, necesitaba practicar para evitar morir de hambre, pero por el momento su identificación era más importante.
—Estoy bien, aunque aún debo aprender.
—Ja, bien, acaso crees que el olor a quemado no llego a mi casa esta mañana, ve a bañarte y luego ven a mi casa, te enseñare un par de cosas sobre la cocina, además es solitario comer sola todas las noches.
Jin solo pudo asentir. La tía Melly era una mujer amable conocida por todos, fue bueno que el daño no se extendiera hacia su casa.
Siguiendo sus palabras, Jin limpio su cuerpo en su casa, por el momento el sistema de agua se mantenía sin cortes severos, aunque no se sabía en qué momento eso podía fallar.
Durante más de dos horas, Jin, junto al libro que le entrego Lana siguió cada una de las palabras de la tía Melly, por una extraña razón su forma de enseñar se quedó en la mente de Jin y por primera vez pudo preparar una olla de estofado de carne sin que se le quemara.
—¿Que tal esta?
La tía Melly probo el plato y cerró los ojos, la textura de la carne era suave y agradable al paladar, quizás se podía mejorar las cantidades de especias que usaron, pero en general era pasable.
—Excelente, parece que solo necesitabas una pequeña ayuda con esto.
Jin celebro con las manos alzadas, si repetía el mismo proceso ya podía preparar un plato para poder vivir de forma independiente.
—Baja las manos, aun te falta mucho, si tienes tiempo ven mañana a esta hora, practicaremos con otro plato y mejoraremos ese extraño talento que tienes.
Escuchando las historias de su vecina, el tiempo paso rápido y el sol se escondió detrás de las montañas.
Luego de agradecerle por última vez, Jin regreso a su casa pensando donde había dejado su identificación.
Un recuerdo volvió a su mente mientras terminaba de ordenar el desorden de su casa, el mirador, solo en ese lugar Jin se quitó su ropa, era posible que su identificación aun este en el mirador junto a las pertenencias que abandono.
La luna ya estaba en lo alto, cruzando el camino de tierra con el jeep de su padre en poco tiempo Jin llego al mirador.
El silencio inundo el lugar, solo el ligero sonido de un búho llego a sus oídos cada tanto.
—Aquí esta, será mejor llevarme todo esto.
Cargando las pertenencias a su jeep, Jin recordó a Natasha, ella no le dio una respuesta pero ambos compartían los mismos sentimientos, ahora solo podía seguir creciendo hasta poder ser alguien digno de ella.
Al lado del mirador, un cráter de 50 metros de diámetro y 20 metros de profundidad estaba lleno de cenizas, en su interior, un meteorito del tamaño de un balón de futbol vibraba a una baja intensidad.
Antes de partir, Jin se acercó al cráter con la luz de su teléfono encendida, el sintió curiosidad por el meteorito luego de conocer las palabras del profesor Viktor.
Con mucho cuidado, Jin descendió por las paredes de tierra y piedras, evitando resbalarse, su piel comenzó a hormiguear mientras continuaba descendiendo.
—¡No! No puede ser…
Una gran ola de frio comenzó a dañar sus músculos, su mente comenzó a nublarse recordando las palabras del militar, se había contagiado.
En el fondo del cráter, el meteorito vibro a una intensidad más alta al sentir una forma de vida tan cerca de él. Sus paredes comenzaron a desmoronarse formando una nube de metal negra, poco a poco aumento su volumen hasta cubrir todo el cráter bajo su dominio.
Jin trato de huir del lugar, el frio congelo cada uno de sus nervios, imágenes de bestias hambrientas aparecieron en su visión intentando devorar su cuerpo, estaba perdiendo el juicio.
¡¡¡AH!!!
Como un remolino viviente, cada partícula del meteorito extraño se elevó liberando destellos de electricidad impactando la piel de Jin.
Él había cometido un error grave, ahora miles de rayos cortaban su piel como mantequilla, era increíble que su mente no se hubiera roto debido al dolor que azotaba su cerebro.
Al interior del remolino de metal, el cuerpo de Jin se elevó en el aire mientras voces oscuras y reverberantes lanzaban maldiciones poderosas, el poder detrás del meteorito era desconocido e insondable consumiendo la mente de Jin cayendo en la inconsciencia.