En cuanto vieron de quién se trataba, se sorprendieron bastante. La primera en responder al llamado fue Inoue.
"¡Rukia!" dijo un poco fuerte esta por la sorpresa que se había llevado al ver a pequeña Shinigami. Uryu y Chad también estaban en la misma condición que Orihime, ya que todos pensaban que ella aún se estaría recuperando de la extracción del Högyoku por parte de la mano de Aizen.
"Rukia, ¿Que hace ella aquí?" se preguntó Uryu. Claramente no muy contento con la aparición de esta, sentía aliviado por saber que estaba bien pero por otro lado... desearía que no se hubiera aparecido.
La nombrada, que todavía se encontraba corriendo a una considerable velocidad hacía donde estaba reunido el grupo. Llegó enseguida, se inclinó para apoyarse en sus rodillas y poder descansar un poco, apenas levantó se enteró de todo lo que había acontecido después de quedar inconsciente en la Colina Sokyöku.
En cuanto se recuperó totalmente. Se enderezó y miró a las tres personas posicionadas frente a ella. Uryu, haciendo contacto visual directo con los ojos de Rukia, fue el primero en pronunciarse.
"Rukia, ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar recuperándote en cama en la Sociedad de Almas?" preguntó este con su tono frío habítual. Rukia ante la pregunta sonrió un poco y respondió enseguida.
"Estoy bien Uryu, vine lo más rápido que pude cuando me enteré de lo que sucedió"
"¿Y tú hermano? ¿Ya se encuentra bien?" esta vez intervino Inoue. Refiriéndose a Byakuya, la sonrisa de Rukia no desapareció al ver que ella se preocupaba tanto por ella como por su familia.
"Gracias por preocuparte. Y si, se encuentra bien, aunque todavía no ha despertado dicen que no tardará mucho en hacerlo" en eso la expresión alegre de Inoue cambió un poco a una de preocupación, dando paso a su siguiente pregunta.
"Eso está bien, pero... ¿Como fue viniste? tendrás problemas si se enteran que te reúnes nosotros, porque ya sabes..." al saber a que se refería Orihime, Rukia se apresuró un poco responder.
"Eso esta solucionado, le pedí ayuda a Lady Yoruichi para que me ayudara a venir cuando desperté, ella fue quien me comentó la situación, así que estaba preocupada por ustedes y vine en cuanto pude, aunque ella me advirtió que no me tardara mucho en regresar" dijo con rapidez la pelinegra.
"Oh, un Shinigami preocupado por humanos, eso es nuevo..." añadió con clara ironía Uryu, molestando a Rukia.
"No empieces Uryu. Además, escuché lo último que hablaron y quiero ir con ustedes" dijo esta determinada. Grata sería su sorpresa con la respuesta que escucharía.
"No" dijo secamente Uryu. Sorprendiendo bastante a Rukia y también a Inoue que estaba a su lado.
"¡¿Qué!?"
"¡¿Uryu porque no puede venir Rukia con nosotros!?" reclamó Orihime mientras la pelinegra también esperaba una explicación. Si ella se caracterizaba por algo era por su poca paciencia.
"Si, explica porque no puedo ir, Uryu, y será mejor que te apresures, o si no..." en eso Inoue mira sorprendida el como Rukia lleva su mano derecha a la Zanpaküto ubicada en su cintura y la desenvainaba un poco. Uryu vió esto con total indiferencia y Chad tampoco mostró expresión alguna, este se había mantenido al margen de la situación desde que empezó.
"Voy a ir si o si, no me importa que no quieras Uryu. Ni siquiera tendría que preguntarte, soy más fuerte que cualquiera de ustedes aquí" amenazó con una dura expresión. Uryu tomó fuertemente el collar de cuatro puntas que siempre llevaba en su mano derecha y se podía ver como partículas de color azúl se reunían alrededor de él y se dirigían a la mano donde tenía el collar, claramente absorbiendo el Reishi a su alrededor, haciendo que se manifieste el clásico arco Quincy de color azúl, teniendo la misma expresión que al inicio, se preparó para lo que sea. Inoue no sabía en que momento las cosas se habían tornado así, pero alguien sorpresivo tampoco se quedaría de brazos cruzados al ver la situación.
"Brazo Derecho Del Gigante" la voz que se escuchó desconcertó a Rukia, pero más que todo a Orihime que no lo podía creer. Para asegurarse volteo a ver en dirección de Uryu, y detrás de este se había posicionado Chad a su lado derecho.
Al pronunciar esas palabras, el brazo derecho de este tomó un aspecto feroz. Ahora era de color negro con franjas blancas y rojas pasando por el medio de este desde la parte superior hasta el nudillo del dedo medio, teniendo dos protuberancias que sobresalían bastante desde su hombro apuntando hacía arriba, llegando a sobrepasar la cabeza de Chad, con gravados de circulos marcados en rojo en el trayecto de su hombro hasta su muñeca.
Uryu no se perturbo ante ello, se quedó estático en su misma posición sosteniendo su arco. Sabía que Chad había entendido su punto y a dónde quería llegar, el lo respaldaría en ello, después de todo, siempre lo hacía. Pero esto no pasaba con una Orihime que no entendía nada de lo que pasaba.
"¡Hey hey! ¡¿Qué hacen?! ¡Detengan ésto chicos!" pidió con desespero esta colocándose en medio de él conflicto con los brazos abiertos, haciendo señas con desesperación para que se calmaran. El ambiente había subido de revoluciones en tan solo un minuto, aunque parecía que la intervención de Orihime había calmado un poco las aguas que hace segundos estaban turbias.
Uryu bajo un poco su arco y Chad hizo que su brazo volviera a la normalidad, a la vez que Rukia enfundada por completo a Sode no Shirayuki.
"Rukia" dijo Uryu con la misma voz que antes. El tono molestó a Rukia, pero este sin importarle continúo.
"Quieres que te explique, entonces seré muy claro en esto. Yo desconfío de tí"
"¿Uryu?" preguntó Orihime al escuchar lo que dijo. Rukia se molesto aún más.
"Desconfías de mí... ¿Por ser un Shinigami?" preguntó esta.
"No por ser un Shinigami, ya tengo claro de que no eres como los demás" contestó este. Lo que hizo confundir a la pelinegra, que ya estaba arta de que le tomara el pelo.
"¡¿Entonces por qué?!" ante ese grito. Uryu procedió a responder de manera calmada.
"Me preocupa nuestra seguridad, tú seguridad, por eso desconfío de tí, o más bien, de tú presencia aquí. Si la Sociedad de Almas es tan solo la mitad de organizada y sofisticada de lo que pude apreciar, así te haya ayudado la propia Yoruichi, pueden tener el control de quién sale y quien entra en ella sin importar quién te haya ayudado, eventualmente se darán cuenta de que no estas en tu cama y querrán buscarte para hablar contigo sobre lo que pasó en la colina Sokyöku, entonces cuando se den cuenta de que no estás en cama y dan con que estas con nosotros, aquí, en el Mundo de los Vivos, con quienes hicieron un caos y asaltaron el Seireitei. ¿Qué crees que nos pasará a nosotros? ¿Qué crees que te pasará a tí?"
En eso Rukia y Orihime, la primera se agarro la muñeca derecha y la apretó con fuerza, justo donde tenía una extraña pulsera, entendieron a donde Uryu quería llegar exactamente, este solo continúo.
"Nos ejecutaran a todos, y tú volverás a la misma situación que estuviste hace poco e incluso peor, por eso no puedo dejarte venir, aún con buenas intenciones, ya hemos perdido lo suficiente hace dos semanas. Has caso a lo que te dijo Yoruichi y vuelve cuanto antes" sin embargo aún Rukia no quería desistir en esto.
"No puedo, a ustedes también Yoruichi les dijo que no hicieran nada y aquí estan, a punto de ir a Hueco Mundo. No es justo que ustedes vayan yo no pueda, le debo tanto como ustedes"
"¡Has caso de una maldita vez, no actúes como una niña!" explotó Uryu de golpe.
"Oye Uryu, calma-"
"¡No me digas que me calme Inoue. Y tú Rukia, no puedes comparar lo que te dijo Yoruichi y lo que nos dijo a nosotros. Nosotros en este momento no tenemos absolutamente nada que ver con la Sociedad de Almas, nada, tú eres un caso aparte ya que no solo eres una Shinigami que reside en el Seireitei, si no una Teniente de un Capitán, por lo que tú desaparición sería mucho más notoria que la un Shinigami común, así que no seas necia!"
Aunque no lo quisiera aceptar, Rukia no tenía ningún argumento para decirle lo contrario a Uryu, quedándose en su lugar pensativa, por otro lado el Quincy solo se dió medía vuelta.
"Solo has caso Rukia, vuelve a la Sociedad de Almas, nosotros nos encargaremos. Chad, Inoue, vámonos, no podemos perder más tiempo" dijo ya calmado para empezar a caminar con dirección a la tienda de Kisuke. Chad también hizo lo mismo que el y lo siguió, no sin antes detenerse un momento y decir.
"Lo siento" para luego seguir su camino.
Orihime se quedó un momento indecisa, con el seño fruncido y apretando los puños, estaba frustrada por la situación de hace poco, sentía que no era justo para Rukia, pero tenía que ir. Antes de salir corriendo tras Uryu y Chad, se acercó a la pelinegra y le dió un abrazo.
"Lo siento Rukia, pero me tengo que ir" le dijo con tono de arrepentimiento al oido a esta para luego alejarse corriendo.
Rukia solo alzo un poco la mirada que había fijado en el suelo desde hace un minuto, para ver como estos se alejaban con cada paso que daban, hasta desaparecer por completo ante sus ojos en la distancia.
"No" dijo con un poco fuerza.
"Esperen..." volvió a decir con más fuerza que antes.
"No se quedará así, no de esta manera, yo al igual que ustedes, le debo mucho a Ichigo, en poco tiempo el se hizo una persona preciada para mi e incluso me salvó de las brasas de la muerte" decía. Recordando como este llegaba justo a tiempo para salvarla del Fénix de fuego que estaba a punto de reducirla a cenizas en la Colina Sokyöku.
"Yo tengo una gran deuda con él, y tengo la intención de saldarla. Cueste lo que cueste" dijo determinada mientras miraba la pulsera que llevaba en su muñeca derecha. Alzó su mirada hacía adelante y empezó a correr también correr.
Ya en la tienda de Kisuke, habían llegado el grupo de Uryu. Decido a tocar, se acercó a esta, pero no hizo falta ya que la propia se abrió frente a ellos, revelando a la persona que buscaban. Kisuke Urahara, con su clásico sombrero cubriéndole los ojos, este lo subió un poco y se hizo el sorprendido al ver a los muchachos frente a él.
"Ara ara, Hola. ¿En que le puede ayudar este viejo con esta humilde tienda? Vendemo-" fue diciendo hasta que fue interrumpido por Uryu.
"Voy al punto, Kisuke. Queremos que nos hagas un favor y si se puede quisiera que fuera lo más rapido posible" esto le intrigó a Urahara. Que sin remedió tuvo que preguntar.
"¿Y cuál sería ese favor, señor Quincy?"
"Que nos ayude a llegar a Hueco Mundo" terminó por decir Orihime. Estando un poco por detrás de Uryu, pero de manera seria y determinada.
Sociedad de Almas, Campo de entrenamiento del 9° escuadrón
En este se encontraba un pelinegro con un una clásica vestimenta de Shinigami de color negra, pero por encima de esta tenía un añadido, un capa de color blanca con el Kanji 'Capitán' marcado en su espalda. Este estaba muy concentrado atacando un trozo de madera con sus dos armas, una y otra vez, pero en esos ataques había más que una simple intención de entrenar o de hacerse fuerte, había furia y una clara descarga de frustración en dichos ataques que poco a poco estaban reduciendo a nada el tronco que recibía los potentes envistes de ambas cuchillas.
El duro ataque cesó por un momento debido al claro cansancio por la actividad física que mostraba el recién nombrado Capitán. Se secó el sudor con el antebrazo derecho y enseguida volvió al ataque, sin importarle estar cansado o fatigado por ello. Ya que llevaba horas haciendolo.
Unos metros apartado de este, se encontraba un rubio sentado en el suelo de madera que indicaba la salida del campo. En la sombra y de forma calmada observaba como su compañero Capitán volvía a cargar contra el tronco, ya que este al igual que él, tenía grabada en su capa blanca el 'Capitán' que distinguía el rango superior que solo poseían 12 personas en este momento en todo el Seireitei por sobre todas los demás.
"Hisagi, has estado así desde que nos nombraron Capítanes de nuestros escuadrones" pensaba el rubio. Viendo como era el incesante ataque del pelinegro.
"No, no es desde ese momento, si no desde aquella vez, hace dos semanas..." dijo en voz baja y menancolica. Recordando vagamente el día en el que el Capitán Tösen y Gin traicionaron a la Sociedad de Almas junto con Aizen.
"Ni siquiera yo tuve el valor para decirle algo al Capitán, solo podía ver impotente como se marchaba. Valor que sí tuvo Rangiku en ese momento, pero mientras veía como al Capitán Ichimaru se iba lentamente frente a mis ojos" esa vez en vez de decir algo. Solo calló y apretó su puño con tanta fuerza que sangró.
"Pero entonces, escuche un susurro. Tú susurro" dejo por tan solo un momento de pensar en eso para observar a Hisagi.
"El la pasó mucho peor que yo" pensó para sumergirse completamente de nuevo en el recuerdo de aquel día.
- Hace dos semanas -
Colina Sokyöku
En el aquel entonces, cuando Kira volteó hacía su costado izquierdo trás escuchar esa voz tan baja, pero a la vez tan clara, que conllevaba más de un sentimiento en ella.
"Capitán" volvió a escuchar. esa voz debordaba conmoción, irá, incredulidad y sobre todo tristeza. Cuando vió de quien se trataba, no lo podía creer.
"Capitán" por tercera y última vez, escuchó esa palabra salir de los labios de esa persona que estaba a pocos pies de él, con una mirada perdida y de rodillas sin poder creer lo que veía. Este era Hisagi al ver como su ejemplo a seguir, quien se había enseñado el como vivir y para qué vivir, era confrontado por el Capitán Komamura, y la expresión de no entender nada en su rostro se asentuó con lo que su Capitán le respondió a este.
"No estoy de acuerdo con la justicia ejercida por la Sociedad de Almas, no es verdadera justicia. Yo mismo crearé mi propia justicia al lado de Lord Aizen"
- Tiempo actual -
Sí, no solo vió como su preciado Capitán y amigo se iba y los traicionaba como si nada, si no que también decía que en lo que él creía, en lo que se supone que ellos creían, en la justicia que el mismo le había enseñado, era una mentira. Que el en verdad no creía en eso mismo que alguna vez le dijo e inculcó a su Teniente, había vivido y trabajado duro en algo de lo que ahora estaba dudando. ¿Estaba bien lo que había hecho hasta ahora? ¿Estaba mal? ¿Se podía llamar justicia o injusticia? ¿Cuál era esa justicia de la que hablaba su Capitán?
Esas preguntas inundaban la mente del pelinegro y él no tenía respuestas para ellas, no tuvo respuestas en ese momento y tampoco las tenía ahora, y por frustración se dedicaba a atacar una y otra vez aquel tronco. Pero había encontrado algo con el cuál creía que podría resolver esa situación. Kira suspiró al verlo seguir con eso, tenía cayos en las manos de tan fuerte que sostenía sus cuchillas y por tanto tiempo que llevaba en eso.
"Oye, creo que ya esta bien así. Te lastimaras aún más si sigues así, no me quiero hacer responsable después" dijo ya con un tono poco fastidiado. Le dolía con solo ver los cayos en las manos de Hisagi.
"No tienes que hacerlo, además no tardaré mucho" respondió este sin detenerse o mirarlo.
"Si tú lo dices..." dijo suspirando un poco el rubio. No sabía de que hablar para despegarlo aunque sea un poco del 'Entrenamiento' que estaba haciendo.
"Oye, ¿Qué opinas de la misión de búsqueda que se hará hoy? yo digo que es una estupidez" eso detuvo a Hisagi. Kira sonrió diciendo en su mente que por fin algo había captado la atención de este.
"¿Ah sí? yo opino que es interesante" respondió ahora mirando a Kira.
"¿Con que interesante eh? bueno, no digo que no sea divertido, pero yo opino que son un montón de suicidas locos" este comentario molestó a Hisagi, pero no quiso mostrarlo, por lo que decidió cambiar el tema.
"Puede ser, ¿Y qué has sabido del estado de la Teniente Hinamori?"
"Yo que sé, aunque he escuchado que aún sigue durmiendo, la Capitana Unohana se hace cargo de ella así que debería estar bien y el enano de Toshiro es quien va a verla cada vez que tiene la oportunidad. Si quieres saber algo más de ella pregúntale a él" dijo molesto. Le molestaba solo de pensar eun 'Enano' como él y otro Capitán lo llamaban.
"Con que así es, espero que se recupere, lo mismo va con el Capitán Kuchiki, según todavía esta durmiendo también, pero a diferencia de Hinamori dicen que este despertará pronto"
"Espero que lo haga, cuando falta un Capitán su escuadrón se vuelve un verdadero dolor de cabeza, y al estúpido de Renji que se cree muy rudo no lo respetan. No me imagino que llegaría a pasar si Kenpachi llegase a ausentarse..." Hisagi pensó en lo que pasaría si eso llegase a ocurrir. Eso le sacó sin darse cuenta una pequeña sonrisa a Hisagi.
"Bueno, creo que seguiré otro rato, no te sientas obligado a quedarte" sugirió mientras tomaba nuevamente su posición, dispuesto a seguir atacando.
"No lo hago, de todas maneras ya me iba, los idiotas del escuadrón necesitan que alguien les ponga la correa" dijo alzando la mano en señal de despedida. Justo cuando se levantaba y se iba, alguien apareció corriendo como loco al lugar. Alguien muy grande que ellos conocían.
"¡Capitán Shühei!" dijo este con una rodilla y el puño derecho clavados en el suelo.
"Omaeda, no tienes que ser formal. Además, eres pésimo en eso" le dijo Hisagi al ver su entrada y su saludo.
"¿Ah no? Pensé que me veía genial"
"Pues pensaste mal, gordo" dijo Kira que se había quedado al ver la repentina llegada de este.
"Tch, no tengo asuntos contigo teñido, piérdete" le respondió este. Haciendo que a Kira le salga una vena en la frente por el insulto.
"Oye, porque no mejor dices la basura que viniste a decir y te largas, no tengo mucha paciencia y cuando se trata de tí esta se vuelve nula" le respondió retante.
"Oye Omaeda, deberías respetar un poco más, ahora es tú superior, te guste o no" le recriminó Hisagi.
"Si si, ahora procederé a obedecer la orden de ese 'Tal superior' diciéndole enseguida lo que le vine a informar"
"Por favor, hágalo"
"La operación de búsqueda esta a punto de comenzar y la Capitana Soi-Fong lo esta esperando junto con los demás para poder partir. Si esta listo yo lo guiaré al lugar, señor" dijo firmemente el Teniente del 2° escuadrón.
"Con de eso se trataba..." entonces Hisagi pasó a desactivar su Shikai para hacer volver su Zanpaküto a su estado sellado y enfundarla. Al ver esto Omaeda entendió que estaba listo.
"Entonces sígame" le dijo y empezó a caminar e Hisagi lo imitó, seguiendolo de cerca. Pero fue detenido por una mano en su hombro, la cual era de Kira.
"Oye Hisagi, no me digas que es lo que pienso que es..." dijo con un tono confuso, esperando estarse equivocando.
"Es exactamente lo que piensas, Kira"
"¡Pero Hisagi, es una locura, puedes morir!" gritó este. El actual Capitán del 9° escuadrón le quitó la mano de su hombro con la suya y lo encaró, con una expresión dura en su rostro.
"¿Y qué?"
"¡¿Como que y qué?!"
"Entonces, dejame ver si entendí. Cápitan Izuru" esto último sorprendió a Kira, ya que desde que se conocían nunca Hisagi lo había llamado por su apellido. El pelinegro solo continúo.
"Esperas que me quede a esperar sabiendo que otros tres Capitanes, otros tres camaradas Shinigami arriesguen sus vidas mientras yo espero aquí tranquilamente, en la seguridad del Seireitei, y dejar que hagan lo que yo debería estar haciendo ahora, que es buscar al Capitán y exigirle respuestas. ¿Eso es lo que quieres decir?" dijo muy seriamente.
"No pero-"
"Entonces no me detengas, no me quedaré esperando que todo sea una mentira o que alguien hago algo que yo debería hacer. Haré que todo pase por mis propias acciones, si algo bueno que enseño el Capitán fue eso, esta capa de Capitán... le pertenece a alguien más. Y hasta que no me asegure que de que ese alguien es diferente al que yo conocí alguna vez y que no la merece, no podré cargarla con el orgullo que esta se merece, así que me voy" finalmente dándose vuelta.
"Oye Hisagi, ¿Está todo bien?" preguntó Omaeda que presenció todo.
"Lo esta, sigamos adelante" confirmo este para que el Teniente continuara su camino y él lo siguiera.
Kira se quedó en su lugar, no había podido evitar que Hisagi se fuera, tampoco pudo evitar que su Capitán se fuera. Había sido débil y dependiente de lo que los demás hicieran y no hicieran siempre. Le daba envidia ver como Hisagi podía tener el valor y la determinación de ir aún viaje sin tener asegurado un boleto de regreso, el seguía siendo un cobarde.
El Capitán rubio se quedó allí durante minutos que parecieron horas para él. Aún con el calor y el sol, no le importó.
"Maldición" dijo por lo bajo, mientras apretaba mucho su puño derecho, hasta el punto de que sus uñas traspasaron la carne de la palma de su mano, provocando inevitablemente el sangrado de esta. Por pura impotencia, al igual que aquella vez.
Continuará...