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Chapter 13 - Pensando en el otro, intentan poner nombre a sus sentimientos

—Sé sincero… Él te gusta, ¿verdad?

Después de arrastrar sin explicaciones al menor de su familia dentro de la oficina de shifu, sentarlo en medio de la gran sala y servirle un delicioso té para que beba durante las dos largas horas que duró presentar el problema y los puntos de vista de cada uno junto con sus testimonios… por fin le dieron tiempo para hablar.

Ah. No sin antes dejarle una pregunta que responder primero, claro.

"¿Te gusta ese otro niño?"

Sólo había dos opciones: sí y no. Era fácil, ¿cierto? ¡Ja! Es bueno que al menos entendieron rápido que no lo era. El niño está notablemente perdido, su nerviosa mirada huyendo de un lado a otro, procesando poco a poco todo lo que acababa de oír. Después de medio minuto en silencio, el repentino estallido de rubor sobre su rostro y su boca de pronto abriéndose y cerrándose sin saber qué palabra soltar fueron la clara muestra de que este muchacho ya entendió todo y de que…

¡No sabía nada!

¡Él realmente no se había percatado de su propio y obvio enamoramiento! Recién, luego de escuchar a sus shixiongs y shijies, iba tomando conciencia de lo que sucedía con él.

Estático en medio de la sala, unía hilos y entendía ciertas cosas; se le veía muy dudoso ante la posibilidad de haberse enamorado de su amigo, pero al mismo tiempo lo consideraba.

Y así dio lugar a otra opción: sí, no y...

—No sé…

¡Plop!

En verdad, ¿qué otra cosa esperaban? ¿Que este hermano suyo diga que sí? ¿Que diga que no? Pues... ¡esto sólo es un no sé! Esos shixiongs y shijies deben de entender, ¡que para el menor todo fue tan súbito! Con tanta información recibida y un horizonte descubierto, necesitaban tiempo para ordenar todos sus pensamientos antes de llegar a una conclusión sobre sus verdaderos sentimientos.

Sin embargo, sus hermanos marciales aún estaban inclinados hacia delante esperando otra respuesta. ¿Qué hacer? TTATT)

—Puedes retirarte, —dijo de pronto su shifu, acercándose para acariciarle la cabeza y sonreírle con ternura—. Piénsalo bien y tómate el tiempo que necesites. Si tienes alguna duda, puedes venir.

El discípulo más joven sólo pudo agradecer y despedirse de su shifu con una rápida venia antes de huir del lugar directamente a su cuarto.

Más tarde, ni siquiera salieron a cenar.

Cada uno encerrado en su propia habitación, intentaba darle otro nombre a ese conjunto de sentimientos que revoloteaban felizmente en su vientre ¡Debe de haber uno que no sea "enamorado"!

Song Yewan piensa: «Admiración. Lo que siento por él es sólo profunda admiración. Porque Xiao-xiong es pequeño, delgado y tiene el rostro más encantador y bonito que he visto, pero es el guerrero más feroz al pelear y eso es muy cautivador. Y es tan ágil que pareciese que volara, y tan delicado que pareciese que bailara al manejar su espada. Xiao-xiong es tan fuerte… y tan amable. Nunca he visto a una persona sonreír más que shifu, e incluso así su sonrisa no es similar a la de él. La sonrisa de Qingchen es adorable; él es ador- Oh, por la Diosa, ¿por qué tiene que ser tan lindo? Quiero abrazarlo». Y hunde su rostro encendido por el rojo entre las palmas de su mano.

Al mismo tiempo, en el otro extremo de la brújula, Xiao Qingchen pensó: "¿Tal vez sea... hmm… dependencia? ¿Song Zhen me ha consentido tanto que ahora no puedo seguir sin él? Jajajaja, no es para tanto, pero de todas maneras ¡lo extraño demasiado! ¡Tsk, tsk! ¿Por qué tuvo que consentirme con lo que quería? Ahora extraño el sabor de sus platos… Y verlo cocinar… AAAAH, ¿Por qué tiene que verse tan apuesto mientras cocina? Quiero decir ¡mientras todo! En aquel entonces, sólo quería ver su lado femenino y le hice hacer tantas cosas… ¿Cómo iba a saber que A-Zhen es tan varonil que incluso coser y cocinar lo harían ver genial? AAAAH, ¡es debido a ese hermoso rostro suyo! Con su serena belleza y sus bonitos ojos afilados, ahh~ Realmente muy guapo. Y tan tímido… Es demasiado lindo cuando se cohibe, demasiado lindo para mi corazón. ¡Ah! ¡Quisiera verlo de nuevo! Necesito molestarlo una vez más y dormiré feliz luego de ver su expresión". De un brinco se tumba en su cama, siendo recibido especialmente por un gran abrigo negro con un casi desaparecido aroma a lotos, el cual le recuerda la razón por la que está pensando en todo esto.

Inevitablemente se sonroja explosivamente, y cae de la cama después de gritar avergonzado en silencio.

Pasadas las horas de la tarde y más allá de la medianoche, cuando llegó ese calmo tiempo ideal donde los pensamientos fluyen sinceros cual agua cristalina de río, finalmente hallaron una respuesta. Pensaron mucho en el otro y descartaron cuidadosamente opción por opción, confirmando así que… que sí, que por aquel muchacho en el que no pueden dejar de pensar, es alguien por el que sienten más que amistad. Su primer amigo y su primer amor, ¿quién lo diría?

Seguido de este pensamiento, nieve cayó frente a los ojos de los jóvenes. Hermosas flores blancas que parecen ser arrojadas por la luna que cuida de ambos, misma que los vio conocerse.

Ellos sonríen.

Luego sus mejillas se vuelven rojas al pensar más dulcemente y tienen que enfriarlas para calmar su emocionado corazón. ¿Cuántas veces han sido ya? Esto de estar (conscientemente) enamorado es problemático...

¡No! ¡No es como si estuviesen enamorados! ¡No están enamorados! Sólo… les gusta un poco demasiado el otro. Pero eso no es estar e-e-enamorados, ¿de acuerdo? Porque no es como si se tratase de un gustar muy, muy profundo y romántico, del tipo que se encuentra en las historias de amor que hay en la biblioteca de la secta. Los protagonistas de estas son mayores de edad, así que sólo los adultos pueden sentir amor de ese tipo... ¿cierto?

Aunque… tal vez…

No, no, no, no, no. Definitivamente, sólo aquellos que cruzaron los veinte años pueden enamorarse, porque… de otra manera... esos protagonistas… ¡no hubieran podido casarse ni tener esos niños corriendo entre sus piernas!

Como ellos, que claramente no pueden...

Porque aún no son mayores de edad, duh.

Y porque este es sólo un inocente sentimiento que los hace querer ver al otro y tomar su mano. Y también abrazarlo… y besar su rostro… y sus labios… ¿Tal vez morderlos?

¡Ah! ¡No! ¡¿Qué fue eso?! ¿Por qué de pronto su corazón late más rápido? ¿Y qué hay acerca de esos otros pensamientos que entraron sin permiso? ¡Oh, por los dioses! ¡Esto es tan confuso! ¡Su mente es un caos! Ahora sólo quieren ver a esa persona que los ha vuelto de esta manera y, y, y... ¡hacer que se responsabilice!

¡Porque si no…!

Si no…

Ahora que lo piensan, ni siquiera saben si podrán verlo de nuevo...

Una hora después, durmieron con el corazón aún un poco doloroso por la tristeza.

El sol se elevó pálido tras las nubes apenas traslúcidas de invierno. El lugar aún dormía y el rocío apenas comenzaba a formarse, cuando tanto Song Yewan como Xiao Qingchen se encontraban en camino a la casa de su shifu. Fueron sigilosos al ir, temiendo despertar al resto de los discípulos y causar un alboroto innecesario. Al entrar a la habitación de shifu, este ya estaba despierto mirando la entrada desde su cama, como si esperase su llegada. Los sentidos de los inmortales son excelentes debido a su alto cultivo, por lo que el pequeño alumno no se sorprende al encontrarse con su maestro así y tan sólo le saludaron y entraron para acurrucarse contra ellos.

Se sienten aún perdidos… Le han encontrado nombre a sus suaves y nuevos sentimientos, pero ahora no saben qué hacer con ellos. Se sienten tan desorientados como niños conociendo su rededor por lo que necesitan de la guía de quien es como un padre/madre para ellos. El calor familiar los tranquiliza y los llena de la confianza necesaria para comenzar la conversación y contar sobre su nuevo "descubrimiento", el cómo llegaron a este y sus pensamientos aparte.

Claro, omitiendo ciertas ideas atrevidas que tuvieron de más (culpa de sus alborotadas hormonas adolescentes).

Sus maestros los escuchan y no hablan a menos que sea para dar cortos comentarios de momento o asentimientos que demuestran la completa atención que le ponen a su discípulo más joven. Cuando este termina, no dudan en abrazarlo.

Ay, su pequeño polluelo. ¡Ha crecido tan rápido! Ya incluso está pasando por su primer enamoramiento.

Acariciando la cabeza del menor, el/la inmortal le habla suavemente a su discípulo revelándole todo lo que saben acerca de esta etapa. Recuerdan las palabras que en su momento también les dijo su propio shifu y las repiten; le agradecen en sus corazones porque en ese entonces les ayudó y ahora lo hace de nuevo. Además de lo teórico, también comparten con su joven alumno su punto de vista, basado en su propia pobre experiencia en este ámbito.

Todo es tan adorable hasta que…

—Shifu, ¿este discípulo podría pedir algo?

—Te escucho.

—Lo que este discípulo quiere decir… es si shifu me permitiría… —Se le nota algo nervioso, lo suficiente como para no ordenar bien sus palabras al hablar—. Si shifu… ¿Podría darme permiso para ir a verlo? Porque, ahora que sé todo esto, quiero verlo más que antes. Shifu parece estar contento por mí, entonces ¿significa que shifu me apoyaría? ¿Podría permitirme bajar de nuevo la montaña, shifu?

Shifu, shifu, shifu, shifu. Shifu sólo se queda congelado mientras le sonríe sin respuesta. Porque ah, por supuesto, ¿cómo olvidar que el niño que le gusta a su pequeño es del mundo mortal? O al menos allá es donde esos dos se conocieron. Y estos inmortales que han estado de acuerdo con todo esto, alentando a su hijo a vivir esta bella etapa llena de ilusión… ¿con qué cara pueden decirle que no ahora? ¿Justo después de subirlos a una suave nube?

Oh, Dios.

—¡Shifu, prometo no demorar mucho!

Xiao Baishan le responde mentalmente que no.

—Iré directamente a su secta, me encontraré con él y luego regresaré.

Song Baihua piensa en la misma respuesta: no.

—¿Si él quiere podría traerlo conmigo? —ríe tímidamente.

No.

—No pasaré ni un segundo innecesario en el mundo mortal, lo prometo.

No.

—Por favor, shifu. Yo… sólo quiero tener la oportunidad de decirle lo que siento.

Oh, Dios.

—Está bien —suspira en rendición, mas recupera rápidamente la suave sonrisa—. Sólo deja que este maestro/esta maestra arregle unas cuantas cosas antes.

Los ojos de su joven discípulo se vuelven tan brillantes y su rostro se ilumina después de estas palabras. Vuelve a ser su pequeño niño feliz. Al ver esta transformación, le parece increíble al maestro la profundidad de los sentimientos de su alumno.Siendo esto así, no puede soportar apagar su emoción, sobre todo después de estas últimas semanas viéndolo tan triste y decaído… una imagen que nunca antes habían visto en él…

Y que nunca quisieran ver de nuevo.

—Vamos, duerme un poco más. Es muy temprano aún.

Arropándolo entre sus frazadas, el maestro abraza a su discípulo para que duerma tranquilo, de la misma manera que lo hacía cuando el menor sólo era un pequeño infante que no sabía los números a partir del cincuenta. Lo abraza intentando protegerlo de toda mala emoción o momento, como los que pasó cuando era un niño abandonado en las calles.

Suspira.

De todas maneras, aún falta para el comienzo de la guerra. Él estará bien.

Lo que más le preocupa en estos momentos es el curso que tomará la vida del menor después de esta decisión que debería ser más difícil de tomar. Porque… ¿acaso no teme que las cosas no salgan como las imagina? Un rechazo, una desilusión y la tristeza que viene con ellas son tan probables como un mutuo sentir y un "yo también" feliz.

Además se pregunta: ¿qué es lo que espera con esto su discípulo?

Después de confesarse, cualquiera que sea el resultado, deberá de volver de inmediato a la montaña. Entonces, ¿qué pasará con la relación de esos dos? ¿Hay un después ya planeado que no conoce?

¿Cómo es que todo terminó siendo así? ¿Será esta una obra del destino?

Ha… Deberá de pensar más sobre este asunto en lugar de dormir.