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Chapter 21 - INDEFENSIÓN

........Oscuridad....... vació..... silencio...

Cuando Alice abrió los ojos sintió que se estaba ahogando, se encontraba sumergida en la profundidad de lo que parecía un estanque.

Su cuerpo por si solo empezó a bracear hacia la superficie, como pudo salió del agua y respiró tan profundo como si con ello absorbiera todo el oxigeno del planeta. luego tocio con fuerza.

No estaba lejos de la orilla y se dispuso a nadar, no obstante el agua se tornó turbia y una mano de dedos finos, puntudos y de uñas largas se apresuró a tomar con fuerza el cabello de Alice jalándola nuevamente al fondo.

---- AHHHH---

Alice gritó al tiempo que empezó a tomar agua, luego sintió que eso la soltó. Decidida a sobrevivir, pateó con fuerza y empezó a nadar tan rápido como pudo, pero nuevamente volvió a ocurrir, tanto que parecía el juego perverso de algo que no deseaba matarla pero si se satisfacía con verla sufrir.

Ya cerca a la orilla, esta vez no fue jalada sino más bien empujada por la fuerza del agua que prácticamente la levantó al cielo y la arrojó a la orilla.

Una vez en tierra firme , Alice tocio, botó bocanadas de agua de su pequeña boca y retiró su cabello húmedo del rostro, por algún motivo extraño sus lentes se habían enredado en su cabello y pudo sentirlos con alivio. En medio de lo espeluznante de la situación había tenido algo de suerte.

--- JAJAJAJA... pareces un gato mojado, un poco más y de pronto me das lastima. --- Sonó una voz con toque sarcástico y lastimero.

Tan rápido como pudo Alice se incorporó dirigiendo su mirada a donde había provenido el sonido, pero solo pudo ver el estanque. Tan desconcertante se estaba haciendo esto que Alice pensó que tal vez se estaba volviendo esquizofrénica y que todo, absolutamente todo era producto de su imaginación.

--- TE VES TAN ASUSTADA... que podría divertirme contigo por largo tiempo. JAJAJAJA... ---

Arrastraba su voz lastimera mientras sus ojos afilados se fijaban en su presa. La risa alocada de aquello que le estuviera hablando no le estaba ayudando a Alice a sentirse "normal" y además no encontraba palabras de su boca para intentar responder a esa ilógica escena.

Poco a poco del agua emergió una forma femenina, esbelta, con facciones finas, al inicio traslucidas pero fueron tomando consistencia, aquello tornasol empezó a acercarse a Alice aminaba a atrás hasta tropezar, sintipo entonces como las particular de arena se clavaban en sus mano, con la mirada fija cerró sus puños tomando suficiente en sus manos para arrojarla al rostro de esa cosa.

--- AHHH.. MALDITA...--- Se quejó la aparición del estanque para limpiar su rostro.

Alice aprovechó el momento para levantarse y correr para alejarse, no le importó la sensación de la ropa holgada y sus tenis húmedos y pesados, corrió tan rápido como su cuerpo se lo permitiera entre la espesura de los arboles ralló su piernas y sus manos mientras despejaba el follaje, de todas formas por más que corriera no avanzaba, no veía diferencia alguna y escuchaba asimismo a la distancia una voz que decía.

--- CORRE MALDITA... CORRE ... JAJAJAJA.....Aunque no podrás esconderte....

Alice no pudo correr más, el abdomen comenzó a dolerle, empezó a jadear y por el esfuerzo hecho le dio vaso. prácticamente se tiró detrás de un tronco muerto que tenía hojarasca a su alrededor. Era tanto su asombro, que la mente le estaba jugando en contra y empezaba a sentirse loca. Aparte que sus amplios pantalones prestaron se perdieron en el lago.

Aquello que había salido tras Alice, no era ni más ni menos que la Dracae que la había traído desde el portal.

----- Murmuró La Dracae con cierta frustración puesto que la maldita cosa humana la había tomado por sorpresa.

Procedió a hacer aparecer entre sus manos un Tin Whistle y tocar unas cortas notas, la tonada penetraba hasta el mismo bosque y mientras se adentraba a este las ramas por si solas se abrían a su pasó mostrando el camino recorrido por Alice.

--- No escaparás...

Ahora debía buscarla y llevarla donde su amo, pero no sin antes percatarse que su intuición no la había engañado y que tal vez esa chica sería un premio mayor que la bestia que debía transportar. Aún así, jamás había esperado encontrarse con TARANIS, la encarnación corrupta de un dios.

---ES IMPOSIBLE ESCONDERSE ... SAL Y NO HAGAS QUE ME PONGA TENSA.

Alice la escuchaba acercándose, gritar no la ayudaría ya que al ver a su alrededor se daba cuenta que no había para donde correr, pero no quería rendirse. Se tranquilizó, tomó aire y decidió salir, de pronto el bosque le pareció familiar debido a los constantes sueños, sus pies se movieron por si solos y empezaron a hacerse paso en la maleza que se cerraba atrás de ella impidiendo que pudiera devolverse.

la Dracae llegó al punto donde se había escondido Alice, vio las hojas aplastadas pero no logró hallarla, tocó su instrumento pero no surgió efecto, algo más fuerte que su encantamiento le impedía llegar a ella.

En ese instante sintió la llamada de su amo, debía retornar al agua para poder desplazarse donde justamente le estaba esperando, sintió frustración de no haber podido cumplir con su misión y llevar consigo su encargo.

Empezó a temblar, mordía la uña de su dedo pulgar con desespero, le aterrorizaba el hecho de haber fallado, no tenía idea de lo que sería capaz su amo al descubrir su derrota. Dudaba en contarle acerca de la muchacha que había traído, en caso de que esta no fuera lo que estaba pensando, sería su error el haber dejado que la Glaistig interrumpiera el despertar de la bestia, el hecho de haber tomado la decisión equivocada le podría costar sus poderes o su vida.

---¿Qué hago? --- Dudó mucho en decidir sí contarle o no lo ocurrido, pero el hecho de ocultarlo la ponía en un peligro superior. No tenía tiempo, su amo era impaciente y vengativo.

Decidida, marcó el bosque para regresar a él tan pronto como su amo dejara de necesitarla y le contaría lo ocurrido con la bestia revelando que este era la encarnación de TARANIS.

Fue así como se dirigió a un estanque para transportarse a su destino.

Sid Dracae emergió del agua. Allí se encontraba su amo, algo agotado por la intensidad de su hechizo pero muy atento de ver lo que la Dracae debía traer consigo.

--- Amo aquí estoy...

--- ¿Por qué has llegado sola?... ¿Dónde está mi esbirro?

La Dracae puso cara de miedo, mientras trataba de articular palabras para explicar que no había podido traerlo.

--- Inútil.. ¿No me digas que no lo trajiste?

---Amo---

Titubeó mientras retrocedía un poco y agachaba su cabeza.

-- La bestia despertó de su letargo pero una Glaistig se interpuso.

--- Eres una MALDITA PERRA...COMO PUDISTE PERDER MI ENCARGO...INÚTIL ENGENDRO.

A medida que maldecía su mirada se tornó turbia y oscura, una expresión de ira y odio le fue modificando el rostro.

--- ESPERA AMO, el despertar fue hecho y el lazo fue puesto, solamente que no era una bestia cualquiera...más bien es un demonio.

--- EXPLÍCATE MALDITA INFELIZ...

--- Es...él es, la encarnación de TARANIS. Sí TARANIS, el dios del trueno, el amo de la rueda cósmica y el trasegar del día y la noche.

Sonaba muy fantasioso para ser real, según los druidas que quedaban, TARANIS había sido consumido por propios caprichos y los antojos de Skuld. Él por su propia decisión cayó del cielo para comprobar por sí mismo la intensidad de las emociones humanas, probando que la desdicha y el dolor tenían nombre de mujer.

--- ¿Qué paso con él?

--- Se trasformó en la salvaje bestia, pero la Glaistig recuperó nuevamente su esencia, aún así quedó marcado y el lazo fue hecho, de esta manera solo tu podrás controlarlo amo. mmmmm... Solamente que esta perdido en el portal del cosmos.

--- Queeee...¿Algo tan simple para alguien que se transporta entre portales y pierde de manera estúpida algo tan importante?... ERES UNA MALDITA INEPTA..

Vociferando esto se acercó ella y la abofeteo en el rostro, tan duro fue que la Dracae sintió como un liquido tibio se escurría por su labio.

--- Lo encontraré, Lo encontraré te lo prometo... dame una oportunidad amo.

--- Siempre confíe en ti Briana... te envié porque nunca habías fallado y has sido mi preferida para complacer todos mis deseos y también mis placeres , Pero, esta vez, fracasaste en lo más importante de todo...Me has decepcionado. Uno no se encuentra todos los días con un títere perfecto, con una bestia aterradora y demente, capaz de cumplir mi sueño de desterrar esta transición y devolverme el poder y la posición que merezco como el sucesor de Avalón que soy... Y tu incompetencia lo ha arruinado.

La frase fue terminada con un tono irónico

--- Perdóname...Perdóname.---

Trataba de convencer a su amo acercándose sugestivamente hacia él, intentando seducirlo con su exuberante y atractivo cuerpo. Mecía su cadera, pestañeaba y apretaba sus labios, mientras rosaba con sus uñas la espalda y el pecho de su amo.

Decidió callar el resto, no fue capaz de decirle de aquella mujer que la había distraído de su misión, ya que no podía afirmar nada de ella. Comentar alguna cosa acerca de eso sería mortal debido al estado de ánimo de su amo.

Él finalmente reaccionó, la tomó, le sujetó bruscamente el rostro y lo acercó a su cara para darle un beso retorcido, mordiendo el labio herido y provocando que la hemorragia continuara, una vez la soltó saboreo la sangre que escurría de su boca.

-- GÍRATE PERRA... mereces un castigo.

Diciendo eso, Briana, la Dracae hizo caso y subió el velo de su vestido, mientras su amo mediante un hechizo sujetaba su cabeza, brazos y piernas recostándola en lo que parecía un tronco muerto. Procedió luego a azotarla mientras la forzaba. Aquel hechicero disfrutaba verle su cara de dolor, le gustaba escucharla gritar y gemir mientras la golpeaba, le jalaba el cabello y la marcaba con un látigo corto en su espalda. Era una acto salvaje, la arremetía con fuerza y como a un ser indefenso la trataba con dureza y crueldad. La Dracae sólo dejaba escapar unas lagrimas que demostraban su sufrimiento, no intentaba defenderse ni decir palabra alguna, solloza, aceptaba su castigo. A decir verdad ella estaba enamorada de él.

Una vez desfogó su ira y se sintió algo satisfecho la soltó y la empujó.

---Jamás dejaré mi semilla en un ser inmundo e insignificante como tú. Lárgate y busca lo que es mío...

Ella acomodó sus prendas, y sin dejar ver su rostro ni decir una palabra, se sumergió en el agua donde lloró desconsoladamente. Él jamás la aceptaría, pero ella jamás podría abandonarlo, esa era su desdicha. Jamás habría una caricia.