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Chapter 2 - LUCHA SIN TREGUA

La noche mostraba un ambiente tenebroso, los arboles con el viento agitaban sus ramas como si fueran brazos, y los rayos de la luna llena traspasaban la espesura del bosque, entre penumbras y antorchas, el ulular del viento anunciaba un enfrentamiento.

Sir Jonas Sitt quien era el único con hombre linaje unido a las tropas de Elrick, fue enviado por el mismísimo Arthur con el fin de reclutar nuevos elementos a su causa, Sir Jonas había conocido a Elrick años atrás, cuando sus espíritus eran jóvenes y estaban llenos de esperanzas e ilusiones.

El sueño de un nuevo orden sin tener que rendir ofrendas de vida a unos seres sobre naturales que dejaban ver rasgos de crueldad en sus acciones, alimentaba la esperanza de Jonas de ser realmente el dueño de su propia tierra, ya que los tributos a los hijos de Ávalon le habían dejado sin familia y sustento.

— Erick, esta es la primera vez que estos hombres enfrentaran uno de este tipo, hasta el momento habíamos desterrado a seres menores, pero esto, ¡Por Dios. No lo sé!, luce distinto, no me gusta.

— No te preocupes, aquí todos saben que alguna vez nos despedimos de casa y tal vez jamás regresaríamos.

Eso decía Elrick en sus palabras pero no era lo que pensaba realmente ya que años atrás cuando se unió a la empresa de Arthur, tenía muy claro que hubiera sido bueno volver, lo que jamás pensó es no tendría a donde, su corazón albergaba una pérdida.

— Siendo este el caso no tenemos ya nada que perder.

Nadie escuchó lo que decía, porque de haberlo hecho no solo el miedo habría carcomido sus corazones, sino simplemente se rendirían a una depresión mas grande como si la muerte los tomara de la mano uno a uno.

Las tropas se cercaron firmes, aún así los más jóvenes estaban inquietos sujetando fuertemente la cruz que tenían en sus cuellos.

El sonido de la respiración de la gran bestia, retumbaba en los oídos de los hombres, quienes lo iban rodeando, más de cíen eran aquellos osados, no era cuestión de técnica ni fuerza, era cuestión de táctica y cantidad. Aún los seres menores habían cobrado muchas vidas, las batallas habían reducido la tropa de Elrick quien tenía que reclutar aldeanos inexpertos, pero él más que nadie sabía lo difícil que era ya que él alguna vez también había sido un simple aldeano, un simple granjero.

Estando ya tan solo a cinco metros, podían ver el vaho de su respiración, lo extraño es que no se movía, estaba quieto, su gruñido no era de ira, era de dolor, como sí en su inconsciencia estuviera estático.

— Esta es nuestra oportunidad, atácadle sin miedo. Gritó Elrick con firmeza.

Algunos hombres se abalanzaron contra el monstruo, sus espadas al frente pretendían ensartar a su presa, pero estas se estrellaron en un aura de luz, que los arrojó tan lejos que no pudieron ni siquiera predecirlo. Sus cuerpos frágiles chocaron contra los arboles del rededor, quejidos de dolor rompieron el silencio de la noche y un grito de amargura despertó el bosque.

El rostro de la bestia giró y sus ojos blancos crearon un iris amarillo, Elrick quien lo miraba fijamente sintió como si pudieran leerse los pensamientos, sí, aún dentro un alma humana se escondía y en esa mirada fija pedía misericordia.

La batalla fue cruel, no era la primera vez que Elrick había enfrentado una abominación como esta. Entre varios lograron someter a la bestia, al demonio, lograron atarle y prendieron fuego al ahora frágil cuerpo que ardía entre las llamas, las lanzas clavadas a su cuerpo sobresalían abruptamente.

Elrick podía escuchar la carne de la bestia chamuscarse, sentía ese olor nauseabundo, pero no le importaba, la sensación de calma de estar vivo , no opacaba la zozobra de que ocurriría el siguiente día.

No necesitaron hacer, fogata para pasar la noche, los soldados se encontraban reunidos alrededor del demonio ardiente, era extraño pero su tristeza por la muerte de sus compañeros no disminuía la alegría que tenían de ver derrotado a un demonio, su confianza había crecido a punto tal que consideraban que podían lograrlo todo.