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Chapter 9 - Justicia.

Estuve varias horas dándole vueltas al asunto, pero seguía sin ser capaz de comprenderlo del todo. Arthur era alguien extraño y simple a partes iguales, era difícil de descifrar y me jodía haber caído tan rápido en su trampa, porque sabía lo que buscaba al narrarme su historia.

Empatía.

Y yo odiaba sentirla, me recordaba lo débil que era y la innumerable cantidad de errores cometidos por mi compasión. Era miserable.

Además, habían otras cosas que me tenían preocupado, como por ejemplo la oportuna alarma y entrada de los guardias o el porque buscarían a un simple esclavo como yo ese extraño grupo de negro. Era incomprensible.

Decidí dejar de pensar tanto y concentrarme en algo que me tenía igual de confundido, pero que sí podía intentar comprender.

El supuesto sistema, autodenominado Lu, había estado enviándome mensaje tras mensaje que aún no había tenido la oportunidad de checar. Seguía sin acostumbrarme a la idea de poder interactuar con las cosas tan solo con el pensamiento y a ser capaz de entender las letras con tan solo una mirada sin saber realmente que ponía ahí. Era raro, pero no iba quejarme ahora.

Cuando abrí la pantalla, los datos no parecían haber cambiado prácticamente nada.

«Usuario: Carbón»

«Especie: Humano»

«Nivel 1»

«EXP:50/100»

«HP: 10/10»

«Fuerza: 10 puntos»

«Resistencia: 8 puntos»

«Agilidad: 5 puntos»

«Psique: 1 punto»

Necesitaba saber como funcionaba todo, aprender más.

"¿Es verdad que si subo de nivel podré hacerme más fuerte?"

Esperé unos segundos, pero justo cuando pensé que no obtendría respuesta, Lu habló.

«Es correcto, cuando se sube de nivel, se obtiene un punto para cada característica, exceptuando Psique. Carácter independiente del resto»

Me quedé otro rato pensando en lo que me acababa de contar, eso quería decir que tenía razón y mientras más niveles subiera, más fuerte me haría.

"¿Cómo puedo subir de nivel?"

Una pregunta tonta, pero quería asegurarme.

«Completando misiones, absorbiendo objetos mágicos y derrotando enemigos»

Mordí mi labio con nerviosismo, no quería tener que derrotar enemigos. Con mi estado actual, me veía incapaz de siquiera coordinar bien un puñetazo. Perdería a la primera y no estaba dispuesto a probarlo en un futuro cercano. Me decanté por la primera opción.

"Quiero completar misiones, ¿Hay alguna?"

En respuesta, recibí la pantalla de misiones que ponía una lista algo larga y que cuando terminé de "leerla", me dejó perplejo.

«Misiones»

«Misión diaria: Permanece bajo los efectos del sol por más de dos horas»

«Recompensa: 5XP»

«Misión diaria: Realiza actividad física durante 60 minutos»

«Recompensa: 5XP»

«Misión diaria: Consume nutrientes esenciales»

«Recompensa: 2XP»

"Lu, ¿Qué significa todo esto?" exclamé desconcertado. Esto no se parecía en nada a lo que esperaba de un sistema basado en un juego. Parecía un paseo en el parque comparado con lo que se esperaría para subir de nivel. Yo esperaba tener que aprender tácticas de combate o algún tipo de magia.

Sabía muy poco sobre habilidades, nadie nunca se tomó la molestia de instruirme, pero siempre pensé que los libros te daban habilidades si los leías y las piedras si las absorbías. Tal vez este libro era una extraña combinación de ambos y por eso pude absorberlo sin problema.

Tenía que aprender más sobre este tema, pero no veía como sin parecer muy obvio.

Los amos ya habían intentado matarme por robar este libro una vez, no quería imaginar que me harían si me los volvía a cruzar, cosa que no quería averiguar continuando así de débil. El mundo parecía inmenso, pero a veces se comportaba diminuto. Tenía que esperar antes de hacer algo, antes de atacar, debía crecer y volverme más fuerte. O ellos me arrebatarían lo poco que había conseguido. Mi libertad.

«Son tus misiones diarias, seleccionadas específicamente para cada usuario en cuestión. ¡Que disfrutes de ellas, Carbón!»

Por más que intenté reclamarle, ella hizo caso omiso de lo que decía o hacía. Era una cabrona, me había tomado el pelo con las misiones. Solo esperaba que no fuera para siempre.

Decidí dejarla de lado y comenzar con mis tareas. Me sentía algo cansado y mis músculos estaban adormecidos, pero si me ponía a trabajar ahora era probable que terminara de despertarme del todo.

Decidí iniciar con los ejercicios, se veía que era lo único que podía hacer ahora que la puerta estaba cerrada. Mas temprano que tarde, me di cuenta de una cosa. ¿Cómo la gente hacía ejercicio?

Tenía un leve concepto al respecto, pero nunca había visto a alguien intentarlo en mi antigua casa. Solo sabía que correr era un ejercicio y levantar peso con los brazos también, del resto cero.

Miré a mi alrededor con nerviosismo, ni para esto era útil. Solté un suspiro lastimero, pero me puse en pie rápidamente. Dispuesto a intentarlo, tomé varias camillas volcadas y volví a ponerlas en su lugar. Intuía que con actividad física se refería a trabajar, así que cargar cosas pesadas y moverlas de aquí para allá también contaba. Esos sujetos habían tirado bastantes objetos, así que demoré un rato largo en terminar de acomodar todo. Más que por el simple hecho de ganar EXP, acomodar cosas mantenía mi mente ocupada y evitaba que fuera por el camino del estrés que toda mi situación me causaba.

Apenas terminé y me fijé en el sistema, supe que mi trabajo había dado frutos.

«Misión diaria: Realiza actividad física durante 60 minutos»

«Recompensa: 5XP»

«43/60 minutos completados»

Suspiré, no estaba del todo cansado, este trabajo no era nada en comparación con las largas jornadas que nos hacían completar todos los días sin descanso. Aún así, no era suficiente. Y, ya no viendo nada más que hacer, sopesé la ridícula idea de correr en esta habitación. Pero rápidamente la descarté al ver que tendría que reacomodar las cosas y, aun así, no obtendría el espacio suficiente para moverme. No teniendo de otra, decidí volver a mover las cosas una y otra maldita vez, hasta que el estúpido marcador diera 60.

Justo cuando estaba por terminar de mover una de las camillas por toda la habitación nuevamente, me sucedieron dos cosas.

Una, el mensaje finalmente apareció.

«Misión diaria: Realiza actividad física durante 60 minutos. Completada»

«Recompensa: 5XP»

«EXP:55/100»

Eso terminó por confirmar las palabras de Lu, si completaba todas las misiones, subiría de nivel y me volvería más fuerte. Eso espero.

Lo segundo que me pasó, fue algo más inesperado y que me dejó avergonzado. Una enfermera, una de verdad, había irrumpido por las puertas y me había atrapado con las manos en la masa mientras continuaba empujando la camilla por el centro de la habitación como un verdadero lunático.

La solté enseguida y fingí que no la había visto para dirigirme hacía mi cama. Dios, que no podía ser más estúpido, Arthur me hab��a avisado sobre ella y yo aún así hice el idiota.

Ella solo me distendió una sonrisa amable y se quedó parada junto a mi lugar. Estaba seguro que debía tener la cara roja, no solía tener interacción con las mujeres y, siempre que lo hacía, era bajo la estricta supervisión de algún guardia. Su dulce perfume era completamente opacado por el penetrante olor a fármacos, pero eso no me impidió saber que se cuidaba. Especialmente cuando, tomando valor, decidí encararla.

– Eres un chico muy amable, nunca esperé que alguien se tomara el trabajo de arreglar todo el lugar. – esa bonita sonrisa era demasiado para mí, me recordaba algo que no debía ni quería recordar, así que terminé bajando la mirada y dedicándome a jugar con mis dedos. Demasiado turbado como para hablarle a la rubia y arreglada mujer. – Tú debes ser Carbón, sin duda eres más bonito en persona.

Comencé a sudar frío, no me gustaba que me dijeran eso. Se lo había dicho una y otra vez a Sofie cuando limpiaba mi enrojecido rostro luego de recibir mi paliza semanal y no tener fuerza ni para pestañear. Odiaba que me dijera lindo, bonito o ese montón de cursilerías. Yo no era lindo, ni bonito y mucho menos tierno. Solo era asqueroso y una molestia con la que ella aprendió a lidiar. Una bestia que Sofie aprendió a amar.

Apreté los dientes, estaba divagando otra vez. Volvía a pensar en cosas que no debía.

– ¿Quién es usted?

Agradecí enormemente que mi voz no temblara al soltar esas palabras y agradecí aún más que la enfermera no indagara en los repentinos temblores que me embargaron el cuerpo por completo.

– Soy la enfermera a cargo de tu caso. Como verás, estamos en Condecorado, la casa de uno de los miembros más antiguos de la familia Justice. – alabó, cosa que preferí ignorar. – Es un hombre algo estricto, pero es quien ha decidido alojarlos aquí el tiempo que sea necesario antes de reubicarlos permanentemente.

– Alto, ¿Dijiste reubicarlos? - ��Hay más como yo? ¿Otros esclavos fueron liberados? – ¿Te refieres a que hay más?

La expresión que puso la enfermera me dio a entender que había soltado la lengua de más. Con una sonrisa apenada y una voz nerviosa, decidió ignorarme y continuar con su trabajo.

– ¿Me vas a decir si hay más esclavos? – no es que me interesará por ellos, pero el que hubiese más esclavos me llevaba directamente a la posibilidad de que no solo me hallan rescatado a mí, sino a todo mi lote. Si este era el caso, puede que vea caras agradables y otro par indeseables, pero conocidas al final de todo.

La enfermera continuó haciendo un chequeo general, tomó mi pulso y un montón de cosas aburridas que preferí no detallar demasiado. Si bien, no toleraba que me tocarán, si lo hacía una mujer tan bella como esta podía llegar a tolerarlo. Hasta ahora, Sofie es la única que llegó a tanto.

Era la única.

Cuando la enfermera terminó de hacer sus cosas de enfermera, me miró algo melancólica.

– No debería decirte esto ahora, pero no pareces un mal chico y lo que te pasó fue horrible. – como que repentinamente me entraron ganas de golpearla, pero como no había hecho nada lo suficientemente fuerte para dañarme, decidí dejárselo a mi imaginación. – La casa Justice liberó a todos los esclavos de Golden Timer y los repartió entre todas las casas. Lamentablemente, durante el viaje, varios bandidos y mercenarios interceptaron algunos carruajes y asesinaron a todos los esclavos presentes y algunos soldados que interfirieron. Por algún motivo solo querían a los que habían estado con las personas que te… secuestraron, así que Bárbara ordenó que les diéramos asilo en distintas casas por su seguridad y un tema político, además de mandar soldados especiales a cazar a quienes tuvieron el descaro de atacar a Justice. Así que, los esclavos que hay aquí no son los mismos con los que estuviste.

Suspiré apesadumbrado, no era lo que esperaba, pero tenía bastante sentido si me ponía a pensar. Los amos querían deshacerse de cualquier evidencia que los vinculara con la mierda que hacían con nosotros y el pueblo en general, y el modo más rápido era este, asesinarnos.

Ya me lo veía venir, pero nunca pensé que la casa Justice decidiera interferir de tal modo en el que mandaran a cada uno de los esclavos a una ubicación diferente y arriesgasen a tantos soldados solo por unos pocos niños inútiles que no sabían ni limpiarse el culo sin permiso de su amo. Era estúpido, pero viendo a Arthur, podía llegar a entender el porque su escudo era una balanza y el nombre de la familia principal significase Justicia.

Ellos hacían sus leyes.

Ellos eran su propia justicia.