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Chapter 6 - Mi sistema.

Esto de despertar luego de algún desmayo se estaba volviendo una mala costumbre.

La cabeza me dolía y sentía el cuerpo pesado, como si tuviese plomo fluyendo por mis venas. Mis músculos agarrotados resintieron mi brusco movimiento cuando intenté incorporarme, pero me negué a quejarme. Creo que ya había gritado lo suficiente ayer y estaba seguro de que mi voz saldría de todo menos potente. Joder, temblé incontrolablemente de solo recordar todo el dolor y la angustia por la que pasé ayer. Fue ayer, ¿Cierto?

Miré a mi alrededor, percatándome que me hallaba en una de las tantas camillas de hospital formadas en hileras, seguramente alguien me había curado y dejado aquí. Toqué mi pecho algo aturdido, del terrible ardor que atravesó mi cuerpo en la plaza, no quedaba nada.

Miré detenidamente mi cuerpo. Mis manos estaban enteras, las uñas habían vuelto a crecer y la carne en mis brazos estaba en su lugar. Estaba entero, o casi. Algunas cosas nunca cambian, por ejemplo, la falta de dos dedos en mi pie izquierdo. Era desagradable recordar como me había hecho eso, así que preferí centrar mi atención en otra cosa.

¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? ¿Qué me habían hecho?

Muchas preguntas y ninguna respuesta.

Comencé a jugar con mis dedos, se sentían raros. Como si la piel hubiese vuelto a nacer, eran suaves y sensibles al dolor. Lo supe cuando me pellizqué y quedaron rojos a la mínima. Antes estaban llenos de callos y era fácil maniobrar cosas calientes o picudas si lo hacía rápido, pero ahora parecía que con presionar demasiado terminaría por enterrarme las uñas con facilidad.

Era raro, jamás había tenido tanta sensibilidad.

Seguí recorriendo mi cuerpo, tocando e inspeccionando mi piel y el alcance de mi, aparentemente, nuevo umbral del dolor, cuando, de repente, una voz resonó desde lo hondo de mi cabeza.

«Bienvenido anfitrión. ¿Desea configurar su sistema de acuerdo con sus características actuales?»

«Este mensaje es automático y corresponde a las pasadas veinticuatro horas desde que se inició por primera vez»

Miré en todas las direcciones atónito, ¿De dónde provenía esa robótica voz? ¿De mi cabeza? ¿Me había vuelto loco? Tal vez los golpes si me habían afectado.

¿Qué estaba pasando?

«Como verá, anfitrión, debe responder a la primera pregunta para continuar con el inicio. Una vez se haya respondido correctamente, se procederá a explicar su situación»

Pensé seriamente en levantarme y correr a buscar alguna enfermera que me encerrara en psiquiatría o pedir una buena dosis de sedantes porque esto no tenía otra explicación razonable que no fuera el haber perdido la cabeza.

«Mi sistema está configurado para ser capaz de realizar este programa solo en tres oportunidades, así que este sería su último intento. ¿Desea configurar su sistema de acuerdo con sus características actuales?»

Joder, ¿Qué hago? ¿Debería seguirle el juego? Si lo hago, probablemente solo terminaría peor, ejecutado por mis amos o, en el mejor de los casos, medicado hasta la médula por hablar completamente solo y arrancarme los pelos a mechonazos, porque eso era lo que estaba haciendo ahora. Estaba nervioso, pero algo me decía que no perdía nada con intentarlo.

De todas formas, no tenía nada mejor que hacer y no sabía lo que me depararía el futuro ahora que parecía no estar en ninguna estancia de mis amos, o al menos no una que conociera. Habían sellos y logos extraños, similares a una balanza y dos lanzas cruzadas en forma de X, así que intuía que la casa Justice tenía algo que ver, pero prefería no hacerme a la idea. No sabía porque y tampoco es como si quisiera aceptarlo, me encontraba feliz en mi ignorancia.

– Sí, ¿Qué debo hacer?

Miré en varias direcciones, pero nada parecía pasar.

"Dije que sí, ¿Por qué no pasa nada?"

«Configurando sus características actuales de acuerdo con su estado físico actual»

«Configuración completa. ¿Desea un nombre de usuario nuevo?»

"No."

«¿Desea conocer sus caracteres principales?»

"Sí." Creo que ya le iba pillando el truco a esto, solo tenía que pensar lo que quería y esta voz lo hacía.

«Antes de proceder, mi programa requiere de una clave de inicio. Dado que este es su último intento, le recomiendo contestar correctamente»

¿Clave de inicio? ¿Una contraseña? ¿Y de donde saco yo una contraseña? Era ridículo, sin embargo, algo dentro de mi cabeza pareció hacer click y una borrosa imagen se coló por entre mis recuerdos. Parecía el reflejo de la luna sobre algún lago o mar, no podía estar del todo seguro, pero decidí tomar el riesgo. Que sea lo que tenga que ser.

"Luna."

«Clave reconocida. Iniciando carga de datos»

«Caracteres físicos cargados»

«Que disfrutes tu partida»

Frente a mí se abrió una pantalla de color azul oscuro algo traslucida. Intenté tocarla, pero inmediatamente mi mano la traspasó. Definitivamente me había vuelto loco.

«Usuario: Carbón»

«Especie: Humano»

«Nivel 1»

«EXP: 0/100»

«HP: 10/10»

«Fuerza: 10 puntos»

«Resistencia: 8 puntos»

«Agilidad: 5 puntos»

«Psique: 1 punto»

Me ofendió mis supuestos puntos en psique, que creo entender que es inteligencia, pero no pude objetar nada al recordar que ni leer sabía. Curiosamente, las palabras se repetían en mi mente como si yo las estuviera leyendo, pero lo cierto era que no hacía sino pasar la vista sobre ellas como si supiera lo que pone ahí. Además, sentía curiosidad por mis variadas características.

"¿Sistema, por qué tengo tan pocos puntos en agilidad?" Pregunté más que nada porque me daba cierta vergüenza preguntar por qué podía saber lo que decía la pantalla, si yo no sabía leer. No quería quedar en ridículo, a pesar de creer que esto era producto de mi imaginación.

«Los caracteres han sido configurados en base a su estado físico previo al inicio»

No entendí todo, pero supongo que puedo seguirle el juego.

Volví a mirar la pantalla y noté las otras tres pestañas que le seguían a la de caracteres generales.

«Habilidades»

«Tienda»

«Misiones»

Creo que entendía algo, esto era como un juego de esas consolas viejas donde podías ver los datos de tus personajes. Me costó un poco interpretarlo, obviamente porque nunca jugué algún tipo de videojuego, de hecho, apenas había visto alguno de esos aparatos de lejos ya que no solíamos convivir con muchos niños que contaran con ellas y el reino de Joy no era el más avanzado tecnológicamente hablando. De hecho, era la peor colonia de todas, por lo que había oído decir a los viajeros. Era muy difícil que el verdadero gobierno le proveyera algo más avanzado que aquello, después de todo, eran los más sublevados de todas las colonias existentes en Koinus.

Con tan solo leerla, abrí la que decía habilidades. Inmediatamente me asaltó una nueva pantalla más pequeña sobre la que ponía habilidades y esa voz plana recitó las mismas palabras que decían.

«Felicidades, has desarrollado una nueva habilidad con éxito. Dadas tus características previas a la configuración del sistema, lograste adquirir la habilidad "Resistente al sol" debido a tu prolongada exposición a la luz solar. Disfrútala»

Inmediatamente la pequeña pantalla se cerró, dejando la que decía habilidades.

«Resistente al sol I»

Eso era todo, bastante pobre ahora que lo pienso.

"¿Qué significa mi nueva habilidad?"

«Resistente al sol funciona como un seguro que evita el deterioro de las características o movimientos de tipo nocturno y es una habilidad de nivel básico»

"No entiendo absolutamente nada, sé más específico. Me terminarás volviendo más loco de lo que parezco al hablarte, explícamelo a detalle, maldita máquina."

Hubo tal silencio en mi cabeza luego de eso, que realmente consideré haberme estado imaginando aquella fría y robótica voz.

«¿Desea configurar su sistema con el comando para usuarios masculinos?»

"¿Qué? Ah, como sea. Sí, configúralo."

«Configurando»

«Qué tal, Carbón. Mi nombre es Lu y, respondiendo a tu pregunta, la habilidad resistente al sol hace posible aguantar varias horas bajo la luz solar sin agotarte como cuando eras humano y trabajabas durante todo el día bajo el sol»

Lo primero que noté fue el abrupto cambio de emociones en la robótica voz, que no sabría decir si era de hombre o mujer, por una melodiosa y alegre voz femenina. Lo segundo que noté, fue la información que no tenía idea que podía saber esta clase de sistema.

"¿Cómo sabes esas cosas de mí?"

«Dado que soy capaz de hablar contigo desde tu cabeza, me tomé la libertad de inspeccionar un poco tus memorias y así llegar a la conclusión de que necesitas de un sistema de mi tipo»

"¿Hurgaste en mi cabeza? ¿Qué te pasa? ¿Acaso estás loca? Jamás te di permiso para revolverme el cerebro."

Estaba enojado, no tenía derecho a ver nada mío. No quería que tocaran nada sin mi permiso, que supiera cosas que no debía saber, y esta cosa venía a refregármelo en la cara como si fuese algo bueno.

«Como verás, Carbón. Soy solo un sistema, uno configurado para ser paciente y agradable con mi usuario, pero no por ello menos inteligente. En este momento, podría hacerte revivir una y otra vez esas cosas que tanto te esmeras en ocultar, pero no lo hago. ¿Sabes por qué? Porque, como ahora formo parte de ti, realmente deseo que progreses y evoluciones, pero con tu temperamento veo difícil que logremos eso. Ahora, comencemos de nuevo. Tus caracteres generales son más altos que la media en algunos casos, en otros flaquean demasiado. Habría que comenzar con ellos o, si prefieres, podríamos dejarlos para el final. Tú decides, Carbón»

Me quedé callado un momento, pensando lo que me acaba de suceder. Una voz mágica, que apareció convenientemente luego de golpearme repetidas veces la cabeza, me acaba de sermonear y ahora me pregunta que quiero hacer para mejorar mi patética vida.

Era hilarante.

Supongo que si fuese una persona normal diría que el mundo se había vuelto loco, pero la realidad era que, de normal, yo no tenía nada. Solo bastaba ver mi historial en mis antiguas casas. Yo no era alguien bueno y esta voz me lo dejó en claro.

Me limité a asentir, pero viendo que aquello no tenía sentido le dije que sí.

«Muy bien, ¿Quieres iniciar con la primera misión o prefieres seguir viendo tus características?»

"Me faltó ver la que dice tienda."

Inspeccioné la tienda y me llevé una buena decepción al ver el mensaje que decía que se encontraba inhabilitada hasta alcanzar el nivel 15. Menuda mierda. No queriendo alargarla, dejé que ella me explicara la que decía misiones.

"De acuerdo, ¿Cuál es la misión?"

«Misión: Logra ocultarte de la enfermera mala y sus esbirros durante tres minutos»

«Recompensa: 50XP»

"Espera, ¿Qué?"

Antes de que el sistema pudiera responderme, el picaporte de la puerta principal sonó. Me aventé al suelo y rodé hasta quedarme bajo la camilla y entre los barrotes. Cuando asomé la cabeza para ver quienes habían irrumpido aquí, noté que eran tres hombres el doble de grandes que yo y una menuda mujer que iba al frente y parecía fulminar con la mirada todo lo que se le cruzara a la vista. Tragué grueso, en su mano llevaba una especie de jeringuilla y sus acompañantes lucían tatuajes con significados ajenos a mí. Parecían asesinos o matones.

Rogué porque fueran lo último.

Apenas oí a la mujer ordenarle que buscaran, me arrastré hasta llegar torpemente bajo la última camilla del hospital. Me quedé inmóvil en esa esquina mientras los oía empujar algunas cosas y gritarse insultos por no saber donde me había ocultado en medio del mar de camillas y cortinas medio corridas y conectadas una junto a la otra. Tironeé las sábanas de está cama hasta lograr tapar mi perfil bajo la cama, me daría algo más de tiempo si ellos tenían que asomarse a mirar por aquí.

¿Tiempo para qué? Ni yo lo sabía, pero de lo que sí estaba seguro era de que esta voz, el supuesto sistema llamado Lu, supo que ellos vendrían por mí mucho antes de que sucediera.

Algo raro estaba pasándome y no sabía si quería averiguarlo.