{1 de julio}2000
[Rin, rin, rin, rin]
De regreso en mi casa, no he podido dormir mucho, no sé qué hacer. Debo consultarlo con alguien de confianza y voy a ir a verlo.
[Hola Roberto, ¿Cómo has estado?]
[Bien tío.]
[¿Está tu padre?]
[Sí, pasa tío. Están en la sala tratando de dormir a Lorena.]
En la sala.
[David, ¿Cómo están tus vacaciones? ¿Ya conociste a alguien?]
[Jorge déjalo tranquilo.], dice Diana, cuando entra en la sala.
[Hola Diana, Jorge.]
[No te veo bien hermano, ¿qué sucede? Pareces muy cansado.]
[¿Podemos hablar a solas Jorge?]
[Sí, claro. Vamos al patio a tomar algo.]
En el patio tiene un pequeño estante con gaseosas y algunos licores. Diana y Roberto se quedan en la sala viendo televisión.
[Cuéntame David.]
[Jorge, antes de contarte, prométeme que no le contarás a nadie sobre esto. Lo que te diga lo creas o no, es verdad, solo te lo digo a ti porque confío mucho en ti.]
[Lo haré.], me dice algo alarmado.
Le cuento a Jorge lo que sucedió en la última semana, el encuentro con Drivna, el viaje a otro mundo y mi regreso. Cada vez me mira más sorprendido e incrédulo, me hace preguntas, supongo para ver si mi historia tiene alguna falla. Una vez termino de decirle todo, le pregunto sobre la decisión que debería tomar.
[Sé que Catalina escribía fantasía. Pensé que lo superaste, pero empeoraste.]
[No te entiendo.]
[Mira, soy tu hermano y te apoyo, pero toda esta historia que inventaste para vivir en una fantasía te hace daño. Primero, si ese es otro mundo como es que no te has enfermado, otro mundo, otros patógenos. ¿No crees que es mucha coincidencia que justo en ese mundo tienen un calendario parecido al nuestro, los días de 24 horas y hasta casi la misma zona horaria? No es que no te crea, pero ¿si yo te lo dijera no dirías lo mismo que yo?]
[Tienes mucho porque sospechar, pero yo también me pregunté lo mismo. Antes de venir, fui a hacerme un chequeo general, estoy perfectamente sano. Lo del tiempo, solo puedo decir que es coincidencia. Si yo me escuchara, solo diría que estoy loco. Sin embargo, tengo pruebas.]
[¿¡Qué!?]
[Llevé mi cámara para documentar el viaje y traje unas monedas que usan allá. Todo lo he desinfectado antes de venir. Estas son las fotos y las monedas.]
Sobre la mesa dejo un sobre con las fotos reveladas y las monedas. Las fotos muestran paisajes de ese mundo, el pueblo y los animales que jalaban la carreta de Intor. Toma las monedas, las mira y pesa.
[No sé qué dice esta moneda, pero parecen ser de oro, plata y cobre.]
Revisa las fotos que tomé.
[¡Esto es increíble! Ni con los mejores efectos especiales se podría llegar a ese nivel de realismo. No puedo creer que lo que dijiste era verdad.]
[Ni yo, pero es verdad. Ahora lo sabes. Quiero tu consejo sobre lo que me ofrecieron… ¿Jorge? ¿Jorge?]
[Eh ¿sí? Me quedé pensando.]
[¿Qué me aconsejas?]
[Por lo que me dijiste, ese país está en peligro. Y ya has intervenido, debes tomar la responsabilidad. Sin embargo, nadie te obliga. Al final solo sigue tu voluntad, ¿Sabes qué quieres hacer con tu vida?]
[Lo sé, pero no lo sé. Solo sé que es muy arriesgado.]
[Ya has tomado tu decisión ¿no? Solo quieres que alguien te diga está bien.]
[Me conoces bien.]
[No te lo diré. Sé que es peligroso, como tu hermano no quiero que algo malo te suceda.]
[Jorge… ]
[Déjame terminar, pero si no lo haces, te puedes, mejor dicho, te vas arrepentir. Lo veo en tu mirada.]
[Gracias Jorge.]
Entonces, le explico el plan de desarrollo que quiero armar allá. Me da sus impresiones, corrige algunos asuntos. Por ahora vamos por buen camino, pero me dice que busque veteranos con experiencia en campos especializados para que nos ayuden. Tienen experiencia en momentos difíciles. Lo complicado es contactar con ellos para tener su asistencia, lo que les diga los podría espantar como interesar, debo ser muy cuidadoso. Dice que me contactará con personas retiradas muy confiables que están aburridos de la rutina de la jubilación que me podrían ayudar, pero que les haga firmar un acuerdo de confidencialidad muy estricto como precaución.
Todo preparado hasta ahora, tengo aún asuntos pendientes. Debo renunciar a mi trabajo, hablar con Ada y avisar a mi familia para que no denuncien mi desaparición por mucho tiempo. Dejar ordenados todos mis asuntos en este mundo.
{15 de julio}
Después de solucionar todo, solo quedó pendiente lo más importante, mi conversación con Ada.
[Hola Ada, quería hablar contigo.]
[Hola David, ¿qué sucedió contigo? Primero renuncias sin decir nada, no me avisaste, solo te fuiste. Ahora me llamas. No te entiendo.]
[Ada, me voy a ir a un largo viaje. Antes de irme quería decirte que me gustas, pero aún… ]
[Aún no lo superas ¿cierto? Lo supe desde que hablé contigo en tu casa. Si hubieras estado decidido lo hubieras hecho al momento. No sé qué te sucedió en estas semanas, pero debió ser muy importante como para renunciar. Igual, gracias por decírmelo.]
[Sí, fue algo importante.]
[Bueno, igual no pierdas el contacto.]
[No te preocupes podemos quedar como amigos siempre. Solo déjame un mensaje o te lo dejaré.]
[Entonces solo para confirmar, ¿no es otra persona, no?]
[No, claro que no. Es diferente, … ¡no es un hombre tampoco!]
[Algunos decían que te ibas porque creías que no te aceptaríamos con otros gustos.]
[Vaya, … no tengo esos gustos.]
[Fue bueno verte. Adiós.]
[Adiós]
Si bien me gusta, no como una pareja si no como amiga. Haberle dicho que me gustaba otra persona hubiera sido hacerle daño y mentir. También es duro para mí, porque sé que, si hubiéramos estado juntos por un poco tiempo más, me hubiera enamorado finalmente. El amor nunca podrá cambiar.