{1 de noviembre}
Frente a la tumba de ella me encuentro recordando como la conocí.
{5 años antes}
Caminaba de regreso a mi casa con el corazón roto después de ser testigo de una escena que nunca creí que sucedería. Ví la librería donde la encontré por primera vez, allí empezamos a charlar y a conocernos más, fue nuestro punto de encuentro en este último año. Pensé que lo nuestro era real, ¿de qué sirve recordar si solo trae dolor? Ojalá se pudiera olvidar a voluntad. No sé si podré confiar en alguien más, ella me traicionó a pesar de que le ofrecí mi cariño y amor, a pesar de esto aún la llevaba adentro y pensaba que no la podría olvidar. No existen tecnicas para olvidar.
Echado en mi cama, no tenía ganas de hablar con nadie ni de cenar. Mis padres solo me vieron con pena al contarles lo sucedido, a ellos no les agradaba ella y siempre me pidieron que tuviera cuidado. Por ahora, solo me queda leer el libro que había comprado hace poco y que le llevaba para leerlo juntos.
Cuando lo empecé a leer, mis pensamientos se despejaron y empecé a relajarme como nunca antes lo había hecho. Olvidé momentáneamente lo que sucedió temprano, me concentré tanto en ese libro que parecía que podía ver todos los paisajes y personajes del libro cuando cerraba mis ojos.
Desde entonces cada vez que tenía tiempo libre, leía y devoraba cada una de las páginas de ese hermoso libro. Nunca creí que algún libro pudiera afectarme tanto en la vida, puede ser que fuera un gran libro o que simplemente llegó en un momento duro de mi vida.
Un día mientras comía mi almuerzo como de costumbre solo, siempre solo, leía muy concentrado sin notar que había una joven muy hermosa que intentaba llamar mi atención.
[Buenas tardes, disculpe, ¿el lugar está libre? El restaurante está lleno.]
Sin decir nada solo asiento con mi cabeza rápidamente para poder volver a mi lectura.
[Veo que está muy interesado en ese libro.], me dice siendo cortéz.
[Así es, ¿lo ha leído antes?]
[Por supuesto, vas en el volumen 2 por lo que veo. ¿Qué te pareció el volumen 1?]
Así durante el almuerzo conversamos sobre el libro, el tiempo pasó volando y no noté que era tarde, debía regresar a la oficina. Debido a mi apuro, no me atreví a preguntar su nombre, ya en la oficina me di cuenta de eso y con tristeza pensé que nunca más la volvería a ver.
Al dia siguiente, para mi sorpresa, nos volvimos a encontrar y nos sentamos juntos nuevamente. Así pasaron como dos semanas almorzando juntos, nunca le dije o me dijo su nombre. Me hablo de su vida, así como yo de la mía. Quería conocerla más, pero mi tiempo se acababa.
[Creo que esta será la última vez que nos veamos.], le dije antes de irme.
[¿Qué sucede?]
[Bueno, renuncié a mi trabajo.]
[¿Por qué?]
[Razones personales, muy personales.]
[Ten mi tarjeta. Por si acaso.], dije, le entregué una tarjeta con mi dirección y me despedí con una sonrisa.
Ese era el final o eso creí.
Dos semanas después mi madre me avisó que alguien me buscaba, cuando entro a la sala me doy con una sorpresa. Era ella.
[Hola David, mi nombre es Catalina.]
[¿No se conocían?], dice mi mamá.
[Sí, pero nunca nos presentamos correctamente.], responde con una sonrisa muy dulce.
[Ya veo, entonces los dejo.]
[Catalina, que bonito nombre, se llama igual a la autora…]
[Es porque soy yo.]
En ese momento me quedé pasmado al escucharla. Creo que fue por mucho tiempo porque ella aclaró su garganta para llamar mi atención.
[¿Por qué no me dijiste nada?]
[Pensé que lo sabías, porque mi foto esta en el libro.]
Había leído ambos volúmenes y no me fijé en la foto de la autora, ¡Qué vergüenza! En ese mismo instante me tapé la cara avergonzada.
[Fue mi culpa también, me dí cuenta que no sabías quién era poco después pues me hablaste del libro sin reconocerme. Lo siento, debí decírtelo, pero no quise que dejaras de ser tu mismo al saberlo.]
Probablemente si lo hubiera notado, habría sido incómodo para ambos.
[Me alegró ver a un verdadero lector, por eso vine. Quería dejarte la primera copia del tercer volumen.], dice mientras sacó de su bolso un libro y me lo entrega.
Inmediatamente abro la primera página y veo su autógrafo con unas palabras: Para mi estimado lector anónimo.
[No sabía tu nombre, por eso lo dejé así.]
En ese momento no me contuve y la abracé.
[Gracias, muchas gracias. No sabes cuanto me han ayudado tus libros.]
[Yo también te agradezco por seguirme. Iba a dejar de escribir porque estaba cansada, pero al conocerte quise seguir con la historia.]
Despues de eso, empezamos a salir, al inicio solo como amigos, luego como novios y finalmente le propuse matrimonio en un viaje. Ese día fue uno de los más felices de mi vida, la mujer de mi vida había aceptado compatir nuestras vidas. Sin embargo, como dice la canción, Todo tiene su final, y mi final no fue uno de cuento de hadas.