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Chapter 12 - Lillian

-Esto se ha descontrolado, Nick -dije, preocupada.

Mi madre había vuelto a irse de viaje, y los paseos después del autobús con él ya eran una rutina.

-¿Qué? ¡No! -exclamó, apretándome un poco el hombro - Querías que Néstor se pusiera celoso y lo has conseguido.

-Ya... pero... -empecé- creo que le he hecho daño de verdad.

-Lillian, no te preocupes. Yo deseaba darle un escarmiento. A mí tampoco me entusiasmaba que mi mejor amigo se enrollara con mi ex. Y tú... en cierto modo también. Querías que se fijara en ti, y lo ha hecho. Podría haber sido peor...

-Si mañana no fuera a clase y no pudiera pedirle perdón, y arreglarlo todo... -terminé.

-Bueno, en realidad... -desvió la mirada, nervioso- mañana no va a ir, ni en toda la semana. Lo han expulsado.

-¿¡Qué!? -me sorprendí, viendo como la tristeza se apoderaba de mí por momentos- ¿Cómo te has enterado?

-Esta mañana me ha llamado para decírmelo, a la hora de comer. Al parecer, ha roto el espejo del baño en el recreo. Se me había olvidado contártelo.

De pronto, ya no me sentía tan cómoda con Nick, y caí en que llevaba días pasándome. Empezaba a pensar que me estaba manipulando para hacer daño a Néstor. Y se me había ido de las manos.

-¡Madre mía...! -suspiré, rota- Hoy le ido a ver a esa hora, para que me explicara lo de las notas.

-¿Qué notas? -preguntó extrañado.

-Alguien metió el jueves y el viernes notitas en mi taquilla. Cuando hoy he visto otra, he estallado. Supuse que había sido él, pero cuando le pedí una explicación, parecía realmente desconcertado. Lo ha negado diciendo que no sabía nada.

Nick miró al horizonte, pensativo.

-Creo que sé quién ha sido. ¿Qué decían los mensajes?

-Pues ahora mismo te lo digo -respondí.

Saqué dos papelitos del bolsillo trasero de mis vaqueros.

-Ten cuidado con las falsas ilusiones, a veces crean sentimientos verdaderos -le miré antes de proseguir-. Esa es la del jueves. Y la del viernes: no te extra��o a ti, extraño a la persona que creí que eras.

-Vaya. Me da que he acertado -dijo, con una amarga sonrisa-. Karen.

Ante mi incredulidad, se apresuró a explicármelo.

-Cuando rompimos, estuvo diez días mandándome mensajes al móvil. Eran parecidos.

-¿Te das cuenta? -pregunté, entendiéndolo todo- No es Néstor el que me odia. Es Karen. Quiere hacerme pensar que es él el que me manda las notas para que me enfade y tenga a Néstor para ella sola.

Apreté los puños, con rabia.

-Tengo que hablar con Néstor ya -sentencié, mirándolo-. Nick, me voy corriendo a casa de mi abuela. A ver si luego tengo un rato y le llamo.

-Me parece estupendo- se despidió, y me dio un beso en la mejilla, haciendo que me tensara.

Era encantador. O al menos lo aparentaba.

***

De camino a casa de mi abuela, me paré en un banco. Le había mentido a Nick, pero era algo que necesitaba hacer sola. No quería que estuviera espiando la conversación, ni dándome consejos sobre qué decirle y qu�� no.

Cogí el teléfono y marqué su número. Respiré hondo, y me imaginé su sonrisa. Por nada del mundo iba a perderle.