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Chapter 37 - 37

—¿Puedes ayudarme, muchacho? — el llamado de mi suegro nos interrumpe. 

—Claro, ya voy. 

Mónica guarda silencio, presionando sus labios y desviando la mirada. ¿Acaso está avergonzada? 

—Han vuelto a interrumpir nuestra diversión — comenta. 

—¿Te sientes bien?

—Estoy sorprendida. No esperé oírte decir algo así. Has cambiado mucho y me gusta ese cambio. Ve con mi papá, no le hagas esperar — sonríe, nadando hacia la orilla. 

Salimos para ir a ayudarle, pero su mamá se va con ella, dejándome solo con su papá. Mientras le ayudo, pregunta algo que me hace mirarlo. 

—¿Qué planes, aparte de casarte, tienes con mi hija? — su pregunta la considero válida, pero curiosa. 

—¿Se refiere a planes a largo plazo?

—Hablo de un nieto. 

—¿Un nieto? No, todavía es muy pronto para eso — agito la cabeza nervioso.

—Lo mismo pienso. Ambos son jóvenes todavía y pueden disfrutar de esa etapa a la que van a enfrentarse a plenitud, pero con responsabilidad. 

Se siente raro hablar de este tema con su papá. 

—Opino lo mismo que usted, señor. 

—Te ves mucho más decente que la otra escoria que tenía —como que ya había escuchado algo parecido anteriormente —. Estaba seguro de que aquel tipo, tenía malísimas intenciones con mi hija. Tuvo suerte de haberse protegido y no quedar en embarazada. ¿Imaginas lo que hubiera sucedido si ella quedaba embarazada de ese sujeto? Nada más de pensarlo, siento escalofríos. Uno como padre se preocupa. Ella siempre ha sido bien independiente, inteligente y madura, pero cuando uno se enamora, se ciega por completo. No estoy diciendo que no tengan, pero creo que deberían limitarse por ahora. 

—Puede estar tranquilo. Reconozco que sería muy irresponsable de nuestra parte tener un hijo ahora. Ambos necesitamos conocernos mejor, ver qué tal nos va ahora que estaremos conviviendo como una pareja. 

—¿Van a convivir antes de casarse? 

—Eso le propuse y ella aceptó. También considero que ella debe salir del apartamento donde está, por su bien emocional. 

—¿A qué te refieres? 

—Su ex pareja la ha estado visitando algunas veces y sé que eso le afecta, es una de las razones por la cual quise proponerle venir a vivir conmigo, aunque no le comenté sobre eso. Además de que, sería una carga menos para ella, por eso del trabajo en que está. A pesar de que, según ella es seguro, uno nunca sabe lo que pueda pasar. No obstante, puedo asegurarle que conmigo no le faltará nada. Más que nada quiero asegurarme de su seguridad, su tranquilidad y bienestar. Ella tiene unas metas y no quiero ser la piedra en su zapato, quiero ser partícipe en sus logros y también su apoyo. No digo nada de esto, con la intención de impresionarle o ganarme su confianza, lo hago porque realmente quiero mucho a su hija. 

La risa de ambas, nos lleva a nosotros a mirarlas. Estaban jugando con la bola, saltando y riendo como si fueran dos niñas pequeñas. No es un escenario que deba estar viendo ahora, no delante de mi suegro, ya que sus pechugas andan brincando a la par. 

—Eres un buen muchacho. Ahora me quedo mucho más tranquilo sabiendo que mi hija estará en buenas manos — pone su mano en mi hombro y sonríe—. No te avergüences, ellas siempre tienen la forma de aparecer en el momento menos oportuno.

—¿Qué quiere decir?

—¿Quieres entrar al agua conmigo un rato? Esto va a tardar y hace mucho calor aquí — se adelanta al agua, acomodándose la playera y quedo paralizado al entender lo que estaba sucediendo. No puedo culparlo, yo también estaba en las mismas. No sé si sentirme avergonzado por él o por mí. 

El día fue el mejor que haya podido tener. Disfrutamos mucho en familia. Hubiera querido que mi papá y mi mamá estuvieran aquí, eso lo hubiera hecho el doble de especial. Debería llevar a Mónica en la semana a visitar a mi mamá y contarle sobre nuestro compromiso. Estoy seguro que se pondrá feliz al conocerla.

Cada uno estuvo esperando su turno para usar el baño portátil para bañarse, así que dejé a Mónica usarlo primero. Luego de bañarme, regreso a nuestra tiendita y veo a Mónica acostada boca abajo, con una pierna levantada y solo una de ellas cubierta con la sábana. No puedo creer que haya traído una pijama tan corta como esa, sabiendo que durante la madrugada lo más probable haga mucho frío. ¿Estará dormida? 

—¿Mónica? — no hubo respuesta de su parte. 

Levanto la sábana y, cuando voy a arroparla, observo nuevamente su pijama. Le queda increíble. Viéndola en esa posición, no puedo evitar pensar en lo de esta tarde. Se veía desanimada cuando nos interrumpieron. Ella me hizo sentir bien y yo no pude hacerlo. 

—Mónica, ¿puedo tocarte? — mi pregunta, hace que ella se mueva un poco, pero no dice nada. 

¿Está fingiendo estar dormida? ¿Acaso me está dando autorización? Mi corazón comienza a latir apresuradamente, y trago saliva al sentir que un bestial calor me agobia por debajo de la piel. Siempre que se trata de ella, todo mi ser se descontrola. Es mi prometida. No debe estar mal si quiero tocarla, ¿cierto? No, no solo quiero tocarla. Quiero volver a tomar de sus dulces fluidos; los mismos que han causado apetencia en mí desde ese día, los que cuando estuve sediento, calmaron mi sed. Quiero oírla, ver cómo sus expresiones cambian, teniéndome entre sus piernas o dentro. Quiero fundirme en su piel, ser el único que pueda amarla intensamente, de la misma manera que mi cuerpo arde. 

—Quiero comerte, Mónica. Espero que esta vez no hayan interrupciones, porque no podría soportalo más.

Nota:

¡Saludos, bellezas!

He estado algo saturada de trabajo y situaciones personales, por lo cual no he tenido tiempo de escribir nuevos capítulos. La novela NO está cancelada. No tengo forma de comunicarme o hacer publicaciones en mi perfil, es por eso que mayormente doy mis redes sociales, ya que por ahí aviso sobre cada historia y las novedades. Si gustan agregarme, aquí abajo les dejaré cada una de ellas. ¡Gracias por la atención y disculpen la demora!

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