Chereads / Perdido en tus curvas / Chapter 22 - 22

Chapter 22 - 22

Los días pasaron muy deprisa, y a la misma vez trayendo mucho trabajo. He estado sumamente ocupado en la empresa, la boda, el restaurante, todo ha venido junto. La última vez que vi a Mónica, fue ese día que vimos una película juntos. Hemos estado en contacto por videollamadas, mensajes, pero no es lo mismo. Extraño verla en persona y pasar tiempo con ella. 

Hoy es el día de la boda de mi jefe, y quedamos en encontrarnos en la iglesia. Quedó en disculparse con mi jefe, pero no sé si realmente lo haga. Conociéndola como la conozco, no creo que se le haga muy fácil hacerlo, pero es lo más adecuado. No tanto por mi, ya que a pesar de lo sucedido, gracias a mi jefe, aún tengo mi puesto en la empresa. Es más bien por ella, porque no quiero que tenga enemistades innecesariamente.

Luego de haber estado todo el día asegurándome de que nada faltara, regresé a mi casa a darme una buena ducha y a vestirme en acorde a la ocasión. No es mi boda, pero me sentía muy ansioso. Quiero suponer que es porque estuve encargado de todo y no quiero que nada salga mal. 

Regresé a la iglesia luego de haber terminado todo y me quedé en la entrada en espera de Mónica, ya que a mi jefe lo iba a traer el chófer junto a su padre. 

Estuve mirando mi teléfono a cada rato, esperando un mensaje de ella o una llamada, pero no llegaba nada y eso me tenía el triple de ansioso. No creo que lo haya olvidado, ya que esta mañana hablamos sobre ello. 

Entre la angustia y la inquietud, la vi detenerse frente a mi. Verla luego de varios días, más el poder apreciar su sonrisa, contemplar su belleza, la forma en que estaba vestida, causó muchas emociones en mi; fue como una flecha directa al corazón. Mi ansiedad se desvaneció en ese momento, dando paso a la emoción. 

Su vestido era blanco con encajes en ambos hombros, el área del escote era en forma de corazón, el collar de perlas le daba ese toque elegante y hacía resaltar su hermoso cuello, más su pelo recogido dejaba visible sus aretes. No podía dejar de contemplar esa hermosa mirada, sus mejillas rosadas, ese suave labial de color rojo que resaltaba perfectamente sus carnosos y suaves labios. 

—Perdóname por la tardanza, Steven. ¿Estás bien? 

—Claro, quiero decir, no te preocupes. Aún no ha llegado la novia, así que no estás tarde. 

—¿Y esa mirada? 

—Lo siento, fue la impresión— el corazón se me saldrá por la boca si no me calmo. 

—Quería que pudieras verme de blanco, así podrás imaginar un más o menos de cómo me vería con un traje de novia— me hizo un guiño, y sonrió coqueta.

—Si esa era tu meta, lo has logrado. Te ves radiante, Mónica.  

—Tu te ves muy atractivo y guapo. 

—¿Te parece?

—Sí. Oye, ¿No te olvidas de algo? 

—¿Algo? — pregunté confundido. 

—Eres muy lento para algunas cosas, o es que no me extrañaste tanto como decías por llamada. 

—¿Qué te hace pensar eso? Por supuesto que te he echado de menos. No sabes cómo estuve esperando este día para poder compartir contigo. 

—Entonces ¿Por qué no me has besado? Somos novios, ¿No? 

—¿No te molesta que lo haga en público? 

—Eres muy lento— se puso de puntilla y luego de aferrarse a mi cuello me besó. 

Me dejé llevar por ese sabor a fresa de sus labios, que acaricié sutilmente su mejilla. 

—¿Qué ha sido ese hermoso quejido? ¿Tantas ganas tenías de besarme?— sonrió, y me quedé contemplándola por unos instantes. 

—Tus labios saben muy dulces. 

—¿Te gusta? Lo escogí para ti.

—Me encanta. 

—No me mires así, porque me dan ganas de raptarte— su comentario me llevó a negar con la cabeza. 

—Es mejor que lo cojamos con calma— dije agitado, y sonreí nervioso—. Será mejor que vayamos dentro. Ven— le agarré la mano y la llevé conmigo dentro de la iglesia. Quería que viera lo lindo que se veía todo decorado. 

—Es hermoso. ¿Lo hiciste de acuerdo a como lo harías cuando te cases?

—No. Lo hice como una tarea más. Estoy seguro que el nuestro quedará mucho más bello que este, porque a diferencia de esta boda, en el nuestro participaremos los dos. 

Me miró fijamente por unos segundos y desvió la mirada. 

—Veo que vas muy en serio. 

—¿Alguna vez lo has dudado? 

Escuchamos el aviso de que la novia había llegado y nos fuimos al lugar que había reservado. Ambos miramos a la novia, quien se veía sumamente regia y radiante con ese vestido largo y el velo por encima de su rostro. 

Caminó despacio y de la mano de su padre hacia el altar, donde mi jefe la estaba esperando. Él se veía tranquilo, creo que yo era el único que estaba ansioso y nervioso ahora. En él no se veía emoción alguna, ni siquiera estaba sonriendo al verla.

Cuando le tocó sujetarle la mano para subir el escalón al altar, él no le sujetó la mano completa, solamente el dedo meñique. 

—¿Guantes?— preguntó Mónica en un tono bajo. 

—Sí, ya te había hablado de la condición que tiene. 

—Pero ella se convertirá en unos momentos en su esposa y la está tratando como si fuera un dron de basura o como si estuviera contaminada. 

—Eso sonó muy cruel, Mónica. 

—Así es como lo veo. 

No puedo quitarle la razón. Aún si no es la mejor forma de decirlo, viéndolo de esta forma, sí considero que es una falta de respeto hacia su esposa. 

—Pobrecita. No creo que le espere nada bueno en la luna de miel. 

—Creo que mejor no digo nada— sonreí nervioso, y seguí mirando la escena. 

La ceremonia comenzó, y ambos estuvimos pendiente a todo. No sabía que todo terminaría tan rápido. Era la primera vez que estaba presente en una boda. ¿Cómo iba a saberlo? 

No se dieron ni un beso al final, yo que esperaba ese momento especial entre dos personas que acaban de jurarse amor eterno ante Dios. 

Salieron como si nada de la iglesia; él un paso más al frente que ella, y ella detrás buscando alcanzarlo. A decir verdad, estaba sintiendo algo de lástima. Ella se veía muy feliz al llegar a la iglesia, en cambio ahora no se veía del todo igual. 

—¿En qué piensas? — la pregunta inesperada de Mónica me asustó y me sobresalté.

—Debe ser triste, ¿Verdad?

—¿Qué cosa?

—Que la persona que tú amas, no te demuestre ni un poco que le importas. 

—¿Si conoces lo que son matrimonios forzados o arreglados? Me parece que este es uno de ellos. ¿Cómo crees que va a existir algún sentimiento entre dos personas que no están enamoradas y que se están casando por compromiso?  

—Pero ella le pidió matrimonio y él aceptó. 

—¿Ella? Bueno, eso no es garantía de que sienta algo real por ella. 

—Aún así es triste. No hubiera querido ser partícipe en algo como esto. 

—Tienes que entender que no todas las personas tienen los mismos sentimientos o piensan igual que tu. Tu eres muy tierno, dulce y cariñoso, algo así como una especie en peligro de extinción; algo que me hace sentir muy orgullosa de tenerte como mi novio. No nos agobiemos por problemas ajenos y disfrutemos de nuestro día juntos. ¿Qué te parece? — acarició mi mejilla, y asentí con la cabeza. 

—Tienes razón. Vayamos a la fiesta que tienen preparada y disfrutemos juntos— sonreí, y le sujeté la mano.