Las chicas se fueron y suspiré. Ruby me mordió la mano y la solté.
—¿Por qué me muerdes? ¿Me ves como un salmón o un pernil asado?
—No, tú no tienes nada de parecido— me miró de arriba abajo, y me empujó.
—Eres la mujer mas grosera que he conocido en mi vida.
—Y tu el acosador más loco que he conocido. ¿Qué es lo que quieres?
—Primero que todo, salir de aquí. Este no es lugar para hablar.
Caminó hacia la puerta y caminé ligero para salir primero. No voy a caer en otra trampa.
Al salir, ella se detuvo.
—Ni lo intentes.
—No planeaba hacer nada. No seas tan histérico. Ahora dime, ¿Qué quieres?
—En este lugar no podemos hablar. Solo se escuchan muchos murmullos, y así nadie puede hablar.
—¿Estás buscando secuestrarme?
—Como si fueras la gran cosa. Ni aunque lo intente, podría hacerlo.
—Que grosero, y hablas de mi.
—Tu...— no pude añadir más, cuando escuché la voz de Vanessa.
—Aquí estás, Adrián.
—¿Por qué no te quedaste en el auto, Vanessa?
—Tenía que asegurarme de que no cometieras una imprudencia.
—Jamás haría algo así.
—Lo dice el acosador que entra al baño de chicas y me acorrala a la pared — comentó Ruby.
—No es lo que crees, Vanessa. Ella está exagerando las cosas.
—Es un gusto conocerla, Srta. Ruby— Vanessa se acercó a Ruby y la saludó.
Me dio la espalda como si nada.
—Igualmente. Es agradable conocer a alguien cuerdo—Ruby sonrió, mirando a mi dirección.
—¿Me estás llamando loco? — pregunté sorprendido.
—Sí, lo estoy haciendo.
—Eres… — Vanessa me interrumpió:
—Es muy lindo ver que ya se están llevando bien.
—¿Llevando bien? ¿Estás ciega?
—Quiero pedirte disculpas por todo lo que le ha hecho Adrián. Es muy impulsivo y normalmente no actúa así. ¿Será que podemos ir a tomar algo y hablar sobre el asunto? Digo, si tiene tiempo.
—Esta bien. Quiero que todo este malentendido se arregle.
—Muy bien. Le prometo que no va a pasar nada malo. Venga con nosotros.
Caminamos al auto y ella iba para otra dirección.
—¿A dónde vas?
—A buscar mi auto. ¿Hay algún problema?
—Puedes irte en el nuestro— le ofreció Vanessa.
—Sí, vente con nosotros— le ofrecí.
—¿Miedo a que escape? — arqueó una ceja, y sonrió.
¡Maldita burlona!
—Está bien. Iré con ustedes, pero no te quitaré los ojos de encima.
—Haz lo que quieras.
Subimos al auto y Vanessa se detuvo en una cafetería. Entramos y nos sentamos en una mesa distante. Me senté al lado de Vanessa y ella al frente nuestro.
—¿Quiere algo?— le preguntó Vanessa.
—No, gracias. Entonces ¿Qué necesitan?
—Primero que todo; mi nombre es Vanessa, soy la asistente de Adrián. Estamos aquí porque nos avisaron de que estaba utilizando una foto de Adrián para una historia suya, y queríamos pedirle que la elimine. Él ha estado afectado por ese pequeño problema.
—¿Pequeño problema? — pregunté molesto.
—Continue, Sra. Vanessa — comentó Ruby, ignorando mi existencia.
—Gracias. Como estaba diciendo, es una imagen que está prohibida para el uso público y no sabemos cómo la consiguió.
—En internet, está en todas partes.
—En realidad, eso es lo único que queríamos, Srta. Ruby.
—De lo contrario, no dudaré en demandarla— añadí molesto.
—¿Eso era todo? — preguntó indiferente—. Si me lo hubieras dicho desde un principio, la hubiera borrado.
—¿Eh? Me maté escribiéndote e ignorabas mis mensajes.
—Insultándome…
—Lo que sea.
—Esta bien, la borraré.
—¿Así nada más? ¿No vas a negarte?— pregunté sorprendido.
—¿Querías que lo hiciera?— arqueó una ceja, y esbozó una sonrisa.
—Claro que no, no me convenía. Es solo que me está muy raro que acepte tan rápido, luego de todo lo que me ha hecho pasar. Tuve que viajar y dejar mi trabajo por esto.
—Mala tuya. Si hubieras actuado de una mejor manera, no hubieras tenido que dar el viaje. Por otra parte, ¿Para qué voy a discutir por una tontería como está? Al final de cuentas, mi protagonista es completamente diferente a la persona que tengo en frente. Ya encontraré un modelo menos amargado, acosador y bipolar.
—¿Cómo te atreves?
—Sí, uno que sea atractivo. Para ser el de la foto, no se parece en nada. Ya veo que el Photoshop y el maquillaje funciona muy bien.
—Tu ocultas tu personalidad en ese foro para que nadie vea la persona desagradable y grosera que eres. ¿Qué tipo de pervertida escribe ese tipo de cosas? Poniendo escenas que solo una depravada escribiría. ¿No tienes un buen novio que te atienda?
—¡Basta, Adrián!— Vanessa le dio un golpe a la mesa, y la miré—. El único grosero aquí eres tú. ¿Cómo te atreves a hablarle así a una chica?
—¿Y ella si tiene el derecho de hacerlo?
Ruby rio, y la miré.
—En realidad, ¿Cuál es el motivo de ponerse tan agresivo y atacarme por una simple foto? No me parece que sea por mi forma de ser que me ataca, más bien ha estado mencionando el contenido de sexo que hay dentro de la historia. ¿Acaso es virgen, o es que no puede hacer ni la mitad de las cosas que hace mi protagonista y tiene envidia?
—¿Envidia?
—Así de patético luce. No tienes que preocuparte, eliminaré la foto y problema resuelto. ¿Eso era todo lo que necesitaban?
—¿Patético yo?
—Srta. Ruby, quiero ofrecerle algo. A mí sí me gustó la historia y me parece que tiene talento; un talento especial que merece ser reconocido, es por eso que quisiera ofrecerle mi ayuda para promocionarla. Tiene razón de que la historia no debería tener un protagonista como él. Adrián se lo pierde. Conozco a varios modelos que no creo que les moleste en lo más mínimo que escriba sobre ellos. Es más, te enviaré unas fotos en las cuales no tendrás problemas si las usas. ¿Le parece?
—¿Ahora te vas a poner de parte de ella? — le pregunté molesto.
—Me gustaría mantenerme en contacto con usted. ¿Le agrada la idea? — le preguntó Vanessa.
—Sé lo agradecería mucho. Usted sí es amable.
—Gracias. La contactaré en la tarde.
—De acuerdo—se dieron un apretón de manos, y ambas sonrieron.
Ruby caminó a la puerta, y Vanessa me miró molesta.
—¿Ahora qué te pasa?— le pregunté.
—A mi ni me hables. Eso que dijiste estuvo mal. Deberías disculparte con ella.
—Yo no voy hacer eso. Ella me faltó el respeto a mi tambien.
—Con ese orgullo no llegarás a ninguna parte. Ahora te va a tocar ayudarla.
—¿Yo?
—Sí, tú. Prepárate, porque no dejaré que sigas actuando como un imbécil con los demás. Espero te haya quedado claro, Adrián. Ya no eres un niño, eres una figura pública y debes comportarte — Vanessa se fue detrás de Ruby.
¿Ahora el malo soy yo?